Rigor lentamente abrió los ojos, sintiendo el peso del tiempo y el dolor en cada parte de su cuerpo. Habían pasado días desde el combate, pero para él, cada segundo parecía una eternidad. Su visión era borrosa al principio, pero poco a poco empezó a enfocarse en la habitación tranquila del hospital.
A su lado, estaba Dariel, sentada en una silla junto a la cama, con los niños en sus brazos. Sus rostros pequeños y tranquilos, durmiendo en paz, contrastaban con la angustia que había pasado. Dariel parecía agotada, con ojeras bajo sus ojos, pero aún así, no se había movido de su lado ni un momento. Era evidente que había estado cuidándolo, a él y a sus hijos, todo ese tiempo.
Rigor trató de hablar, pero su garganta estaba seca y apenas pudo emitir un sonido. Aun así, el pequeño movimiento llamó la atención de Dariel, quien levantó la mirada rápidamente, sus ojos reflejando alivio.
"Rigor..." murmuró con voz suave pero llena de emoción, mientras se inclinaba hacia él. "Por fin despertaste."
Rigor intentó sonreír, pero el dolor en su cuerpo lo detuvo. "¿Cuánto... tiempo ha pasado?" preguntó con voz ronca, sintiendo la sequedad en su boca.
"Días," respondió Dariel, con una ligera sonrisa. "Has estado en coma desde el torneo. Estaba empezando a preocuparme de que no despertaras."
Rigor cerró los ojos por un momento, recordando fragmentos de lo que había pasado. La lucha, la posesión de Evil Victor, el dolor y la confusión que sintió. "Lo siento," murmuró, sintiéndose culpable por lo que había pasado, por no haber sido más fuerte.
"No tienes que disculparte," dijo Dariel, colocando una mano suave sobre la suya. "Lo importante es que estás aquí, con nosotros. Eso es todo lo que importa ahora."
Rigor la miró a los ojos, viendo el cansancio y la preocupación que llevaba, pero también el alivio y la fuerza en su mirada. Sus hijos empezaron a moverse un poco en los brazos de Dariel, como si sintieran que su padre estaba despierto. Era un pequeño momento de paz, un respiro después de todo el caos.
"Gracias... por quedarte," susurró Rigor, aunque sabía que las palabras no eran suficientes para expresar lo que sentía.
Dariel asintió, sin necesidad de decir nada más. Ambos sabían que, aunque la batalla no había terminado y aún quedaban desafíos por delante, este momento de estar juntos era un triunfo por sí mismo.
Rigor, con una fuerza renovada por la determinación de proteger a su familia, intentó levantarse de la cama del hospital. Sentía que, aunque su cuerpo estaba al límite, no podía permitirse el lujo de descansar más. Sin embargo, al ponerse de pie, sus piernas temblaron y todo su cuerpo se tambaleó con cada paso que intentaba dar.
Dariel, que lo observaba con preocupación, se levantó rápidamente para sostenerlo antes de que cayera. "Rigor, por favor... aún no estás listo. Tu cuerpo está demasiado débil." Su tono, aunque firme, reflejaba la mezcla de preocupación y frustración al verlo intentar forzar más allá de sus límites.
Rigor, respirando pesadamente, mantuvo su mirada hacia el suelo, negándose a rendirse. "No puedo... no puedo quedarme quieto. Hay demasiadas cosas por hacer, demasiados peligros allá afuera." Su voz sonaba tensa, sabiendo que Evil Victor seguía suelto y que él había estado fuera de combate por días.
Dariel lo miró con seriedad, apretando un poco más el brazo que lo sostenía. "Lo sé. Pero si te matas ahora, ¿quién va a protegernos? ¿Quién va a cuidar de los niños? No eres invencible, Rigor. Debes recuperarte antes de poder hacer algo."
El silencio se instaló entre ellos. Rigor, tambaleándose nuevamente, tuvo que apoyarse en la cama para no caer. Su cuerpo estaba gritando por descanso, pero su mente se negaba a aceptar la debilidad. Finalmente, exhaló con frustración y resignación. "Tienes razón..." admitió con voz cansada.
Dariel, aliviada por su respuesta, lo ayudó a sentarse de nuevo. "Descansa un poco más. Te necesitamos vivo y fuerte, no roto." Sus palabras eran firmes, pero en su mirada había una calidez que reflejaba lo mucho que le importaba.
Rigor, por su parte, sabía que debía tomar el tiempo para sanar. Apretó los puños, sintiendo la impotencia de no poder hacer más en ese momento, pero también entendiendo que no tendría ninguna oportunidad de proteger a su familia si no se recuperaba completamente.
"Prometo que pronto estaré de pie... y entonces haremos todo lo necesario para acabar con esto."
En un campo desolado, lleno de destrucción y escombros, Victor se enfrentaba a su contraparte oscura, Evil Victor, quien había estado sembrando el caos y controlando a personas inocentes, usándolas como marionetas para sus juegos perversos.
"¿Es todo esto por diversión para ti?" gritó Victor, sus ojos llenos de furia mientras su energía envolvía su cuerpo. "Has matado sin piedad, manipulado vidas... ¿solo para molestarme?"
Evil Victor se limitó a sonreír con malicia, sus ojos reflejando un abismo oscuro. "Por supuesto, ¿no es lo que harías tú también, si dejaras de lado esa molesta moralidad? El poder que tenemos es para usarlo, para dominar... no para proteger." Levantó una mano, y a su alrededor, cuerpos controlados por su poder oscuro comenzaron a levantarse, moviéndose como marionetas desalmadas. "Todo esto es solo una prueba, Victor. Quiero ver cuán lejos puedo llevarte antes de que te rompas."
Victor apretó los puños, su ira aumentando. "¡Esto no es un juego!" gritó mientras lanzaba un golpe al aire, desatando una ráfaga de energía explosiva hacia Evil Victor. La onda de choque hizo temblar la tierra y voló los escombros alrededor, pero Evil Victor se desvaneció en un instante, teletransportándose justo detrás de Victor.
"Oh, claro que lo es..." susurró Evil Victor antes de lanzar un feroz golpe al costado de su contraparte.
El impacto envió a Victor volando hacia atrás, estrellándose contra los restos de un edificio destruido. Sin embargo, rápidamente se levantó, su cuerpo brillando con una intensa luz púrpura. "No permitiré que sigas lastimando a más personas," dijo Victor con determinación mientras su poder comenzaba a aumentar, preparando una de sus técnicas más devastadoras.
Evil Victor lo observaba con una sonrisa torcida. "Vamos, enséñame de qué eres capaz. Quiero ver hasta dónde puedes llegar antes de que te consuma el mismo poder que juraste proteger."
Los dos se lanzaron el uno contra el otro, desatando una batalla colosal. Sus golpes resonaban como truenos, y cada choque de sus energías causaba explosiones que sacudían el área circundante. Ambos estaban emparejados en fuerza, pero mientras Victor luchaba con el peso de proteger a los inocentes, Evil Victor peleaba solo por el caos y el placer de ver sufrir a los demás.
En medio de la batalla, Victor comenzó a notar que algo estaba mal. Cada golpe que lanzaba, Evil Victor lo absorbía con una sonrisa. "¿Te has dado cuenta ya?" dijo Evil Victor con una voz burlona. "Cada vez que me atacas, te acercas más al abismo. Este poder... este odio que sientes... te está consumiendo."
Victor, jadeando, lo observó con sorpresa. Sentía que su ira lo estaba empujando más allá de sus límites. Pero, en ese instante, recordó a su familia, a sus amigos, y a aquellos a quienes había jurado proteger. No podía perderse a sí mismo en esa oscuridad.
"No... no eres tú quien controla este poder," gritó Victor, reuniendo toda su energía. "¡Es mi voluntad la que prevalece!"
Con un último esfuerzo, Victor lanzó un ataque masivo, una explosión de energía pura que rodeó todo el campo de batalla, cegando temporalmente a Evil Victor. El malvado doble fue lanzado por los aires, golpeado por la fuerza devastadora de la explosión.
Cuando el polvo se asentó, Evil Victor estaba arrodillado, riendo débilmente pero con su sonrisa maniaca aún presente. "Esto... esto es lo que quería ver," dijo, su cuerpo maltrecho pero aún con vida. "Al final, eres igual que yo... solo que todavía no lo aceptas."
Victor, exhausto pero decidido, se acercó a Evil Victor. "No, esa es la diferencia entre nosotros. Yo lucho por algo más grande que mi ego."
Evil Victor, sabiendo que la batalla había terminado por ahora, se desvaneció en las sombras con una risa maliciosa. "Nos veremos pronto, Victor. Esta historia aún no ha terminado."
Cuando Victor apareció junto a Evil Victor, su velocidad fue tal que este apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de recibir un golpe contundente que lo lanzó hacia una mina oculta debajo de la ciudad. El impacto fue tan violento que el suelo se abrió y ambos cayeron, descendiendo rápidamente a través de túneles oscuros y antiguos, mientras el eco de sus cuerpos resonaba en las paredes de roca.
Las aguas negras corrompidas y los desechos de la ciudad fluían a través de las cavernas en la tercera placa del planeta Tierra, creando un ambiente nauseabundo y opresivo. Cuando ambos finalmente aterrizaron en el fondo, sus pies tocaron el suelo fangoso y sucio, rodeados por un laberinto de túneles mineros abandonados.
Sin perder tiempo, los dos se lanzaron el uno contra el otro, sus puños chocando con una fuerza devastadora, como si el mismo aire explotara con cada golpe. El sonido de sus peleas reverberaba a través de los túneles, haciendo temblar las estructuras antiguas que parecían estar al borde del colapso.
"¿Es este el final que querías, Evil Victor?" rugió Victor, con los ojos ardiendo de determinación mientras lanzaba una serie de golpes rápidos que Evil Victor apenas podía bloquear. "Aquí, en las entrañas de la tierra, lejos de todo lo que quieres destruir."
Evil Victor, a pesar de estar en desventaja, solo sonreía, como si cada golpe que recibía alimentara su sed de caos. "¿Final? No seas ingenuo, Victor. Esto es solo el principio." Con un rápido movimiento, esquivó un puñetazo y contrarrestó con una patada a las costillas de Victor, lanzándolo hacia un muro rocoso.
El impacto de Victor contra la pared hizo que el techo comenzara a desmoronarse, grandes bloques de roca cayendo alrededor de ambos. Pero Victor no se detuvo, levantándose con un brillo púrpura alrededor de su cuerpo, su poder intensificándose. "No voy a permitir que sigas lastimando a más personas. Este es el fin para ti."
Los dos se movían a velocidades increíbles, intercambiando golpes tan rápidos que apenas se podían ver, sus auras brillando intensamente en el oscuro subsuelo. A medida que la pelea continuaba, el área a su alrededor comenzaba a desmoronarse más y más, los túneles cayendo en ruinas debido a la intensidad de la batalla.
Las aguas negras se agitaban violentamente, mezclándose con el polvo y las rocas que caían, creando una mezcla infernal de oscuridad y caos. Cada vez que uno de ellos golpeaba el suelo o las paredes, nuevas grietas se formaban, y el entorno se volvía más inestable.
Pero a pesar de todo, Victor seguía luchando, cada golpe lleno de la fuerza de su voluntad inquebrantable. Sabía que debía terminar con esto, no solo para proteger a sus seres queridos, sino para evitar que Evil Victor causara más destrucción.
Evil Victor, con una risa maniaca, lanzó ráfagas de energía en todas direcciones, desatando explosiones colosales que hicieron temblar la mina entera. Las paredes rocosas comenzaron a desmoronarse y grandes bloques caían por todas partes, sepultando a Victor bajo toneladas de roca. El sonido de los escombros aplastándolo parecía definitivo, pero el silencio solo duró un instante.
En ese momento de aparente derrota, Victor desató su verdadero poder. Rodeado por un aura brillante y violenta, se transformó en el legendario Omni-Yadaratman, una figura de poder absoluto. La energía que emanaba de él era tan intensa que las rocas que lo sepultaban se desintegraron en un instante. Con un rugido, Victor salió disparado desde lo profundo de la mina, rompiendo a través de capas de tierra y roca como si no fueran nada.
Evil Victor, sorprendido por el repentino aumento de poder, lo siguió a toda velocidad, ascendiendo juntos hacia la superficie. Las dos figuras atravesaron el suelo en una explosión de escombros, saliendo a los cielos como dos meteoros ascendentes. El impacto fue tan fuerte que el suelo bajo ellos colapsó, creando un cráter gigantesco en la tierra.
Ya en el cielo, Victor tenía ventaja. Su velocidad y poder habían alcanzado un nivel casi incomparable. Sus golpes eran como martillazos divinos, cada uno resonando con una fuerza que hacía vibrar el aire. Los golpes se sucedían con una violencia brutal, y Evil Victor no podía hacer más que intentar defenderse, mientras era llevado más y más alto, golpe tras golpe.
Victor se movía a una velocidad impresionante, apareciendo y desapareciendo en el aire, golpeando a su enemigo desde todas las direcciones. Cada impacto hacía que el cielo mismo pareciera temblar, y las ondas de choque se extendían por kilómetros. Evil Victor intentaba contraatacar, lanzando ráfagas de energía, pero Victor, en su forma Omni-Yadaratman, era imparable.
"¡Este es tu fin!" gritó Victor, su voz cargada de una furia contenida. Con un último y devastador golpe, lanzó a Evil Victor hacia el horizonte, atravesando las nubes y creando una onda expansiva que partió el cielo. Evil Victor, a pesar de su poder, fue enviado volando, incapaz de detener el avance implacable de Victor.
La batalla, ahora a una escala épica, hacía que el cielo y la tierra se sintieran pequeños frente a la colosal confrontación entre estos dos titanes. La ventaja clara de Victor era innegable, y su determinación de acabar con Evil Victor por fin parecía estar alcanzando su clímax.
Evil Victor, sintiendo la presión de los ataques de Victor, dejó escapar un grito de furia, su cuerpo comenzó a irradiar una energía oscura y abrasadora. "¡Ira Dansandankai, nivel 3!" rugió, desatando su técnica de fuego morado que rodeó su cuerpo, fortaleciendo sus músculos y envolviéndolo en una feroz aura de poder.
El nivel 3 de Ira Dansandankai no lo igualaba completamente con Victor, pero le daba la resistencia necesaria para aguantar los devastadores golpes por unos segundos más. El fuego morado en torno a su cuerpo brillaba intensamente, formando un escudo efímero contra la fuerza abrumadora de Victor. Los dos colosos seguían chocando, sus golpes eran tan poderosos que cada uno creaba explosiones en el cielo, haciendo que el aire mismo se distorsionara.
Evil Victor resistió el impacto del último ataque de Victor solo por unos segundos, pero esos segundos le permitieron contraatacar. Con una velocidad renovada, lanzó un violento puñetazo envuelto en llamas moradas, impactando contra el abdomen de Victor. La fuerza del golpe lo hizo retroceder ligeramente, aunque no logró causarle un daño significativo.
"¡No te dejaré ganar tan fácilmente!" gritó Evil Victor, avanzando hacia Victor con una expresión desquiciada, su aura en su máximo esplendor. Ambos intercambiaron una serie de golpes con una velocidad increíble, haciendo vibrar el cielo y creando ondas de choque que rasgaban la atmósfera. Aunque Evil Victor estaba por debajo del poder absoluto de Victor, su capacidad para resistir y contragolpear lo mantenía en la pelea, aunque fuese por un corto tiempo.
Cada segundo que pasaba, el cuerpo de Evil Victor se tensaba más, el fuego morado consumiendo su energía. Sabía que no podría mantener este nivel de poder por mucho tiempo, pero estaba decidido a luchar hasta el último aliento, buscando cualquier apertura para revertir la batalla a su favor. Victor, mientras tanto, se preparaba para desatar un ataque final, consciente de que debía acabar con Evil Victor antes de que la situación empeorara.
Victor, con una velocidad abrumadora, salió disparado hacia Evil Victor como un rayo. Evil Victor, desesperado, canalizó todo su poder, lanzando un devastador ataque de energía con ambas manos, de un tamaño equivalente a dos planetas del tamaño de Júpiter. La explosión que siguió fue de una magnitud inimaginable, causando una distorsión en el espacio alrededor de ellos.
Pero Victor no se detuvo. Con una determinación inquebrantable, atravesó el ataque de Evil Victor como si fuera un simple obstáculo, absorbiendo la energía de la explosión en su propio cuerpo. Su energía alcanzó un nuevo nivel, y sin perder un solo segundo, extendió su mano derecha hacia el pecho de Evil Victor. Con una mirada de absoluto control y poder, Victor liberó la explosión que había absorbido directamente sobre Evil Victor.
El impacto fue tan masivo que Evil Victor fue lanzado a través del espacio a una velocidad inimaginable, su cuerpo siendo disparado más allá del sistema solar, con el eco de la explosión resonando en las estrellas cercanas. Pero Victor no había terminado. Con una precisión calculada, reunió aún más energía en forma de un blaster solar, acumulando un inmenso poder en su mano.
"Esto termina ahora," murmuró Victor, mientras liberaba el blaster solar.
La ráfaga de energía pura voló por el vacío del espacio, alcanzando a Evil Victor y lanzándolo aún más lejos, atravesando los límites de la galaxia, saliendo del universo conocido. La fuerza del ataque fue tan inmensa que el espacio mismo parecía temblar. El brillo del blaster solar iluminó todo el cosmos por unos segundos antes de desvanecerse en la distancia.
Evil Victor fue arrojado fuera del universo, perdido en el vasto e insondable vacío más allá. El silencio del espacio fue lo único que quedó, mientras Victor flotaba en el vacío, su cuerpo aún irradiando poder, pero su expresión calmada, sabiendo que había puesto fin a la amenaza... al menos por ahora.
En un distante planeta, apartado del universo conocido, Evil Victor reapareció, su cuerpo destrozado y maltratado por la inmensa batalla contra Victor. A pesar de haber sido lanzado fuera del universo, había logrado sobrevivir gracias a su furiosa tenacidad y su constante habilidad para adaptarse. Ahora se encontraba en su nuevo refugio, un planeta oscuro y casi desolado, donde solo existían él y su esposa, Victoria.
A lo lejos, una inmensa explosión sacudió el horizonte del planeta, una muestra del caos que Evil Victor había desatado. El paisaje árido temblaba mientras la onda expansiva se extendía por kilómetros. A pesar del ruido y la destrucción, Evil Victor sonreía, su cuerpo regenerándose lentamente, absorbiendo la energía oscura del planeta.
Victoria, observando desde la distancia, se acercó a su esposo con una expresión enigmática. Había estado a su lado en sus peores momentos, y compartía su sed de poder y destrucción.
— "Amor, parece que tu rival ha subestimado tu poder." — Su voz resonaba con una mezcla de admiración y complicidad.
Evil Victor, aún con una sonrisa malévola en su rostro, se giró hacia ella. A pesar de todo el sufrimiento y la brutalidad, siempre había una conexión especial entre ambos.
— "Esto no ha terminado, Victoria. Solo es el comienzo. Victor pensó que podía detenerme, pero lo que no sabe... es que cada vez que me derrota, me hago más fuerte."
Con una risa maniaca, Evil Victor extendió su mano, y de su palma surgió una pequeña chispa de energía oscura, una promesa de lo que estaba por venir. Ambos sabían que la próxima batalla sería aún más devastadora. El caos apenas comenzaba a tomar forma en este remoto rincón del cosmos, y Victor pronto sentiría nuevamente su amenaza.
Victoria, con una mirada fría y decidida, asintió lentamente.
— "Entonces, ¿cuál es el siguiente paso?"
Evil Victor miró las distancias, donde aún se veían las llamas de la explosión que había creado. Su mirada se volvió calculadora, y en su mente ya comenzaba a planear su regreso.
— "Primero, recuperaremos lo que es nuestro. Luego, destruiremos todo lo que Victor ama."
Fin.