Victor, con una determinación ardiente en sus ojos, dejó a su bebé en brazos de Luci y se dirigió al campo de batalla, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Evil Victor, caminando con una confianza casi desmedida, lo seguía de cerca. Ambos sabían que este sería un enfrentamiento monumental, uno que podría cambiar el rumbo de todo.
—¡Infernal Eternal! —gritó Victor, canalizando toda su energía en un ataque devastador que iluminó el cielo con llamas infernales.
—¡Curse Eternal! —replicó Evil Victor, su voz resonando con una risa malvada mientras una oscura energía comenzó a girar a su alrededor, un vórtice de maldición y dolor que amenazaba con consumir todo a su paso.
De repente, una esfera negra surgió del suelo, envolviendo a ambos combatientes. La oscuridad creció a su alrededor, convirtiéndose en una dimensión donde las leyes de la física parecían desvanecerse. Los poderes de Victor y Evil Victor chocaron con una fuerza cataclísmica, generando ondas de energía que resonaron en todo el lugar.
Sin embargo, a medida que la batalla continuaba, Victor comenzó a sentir la presión del choque de poderes. La energía oscura de Evil Victor lo empujaba hacia atrás, su cuerpo siendo atravesado por cortes y cicatrices que aparecían repentinamente, como si la maldición de su contraparte estuviera tratando de reclamar su alma.
—¡No puedo perder aquí! —gritó Victor con furia, intentando mantener el control mientras la esfera de energía se comprimía alrededor de ellos. Pero la intensidad de la maldición lo abrumaba, cada corte le robaba fuerzas.
Evil Victor, con una sonrisa torcida, se acercó a su enemigo, disfrutando del sufrimiento que infligía.
—¿Te das cuenta? Nunca podrás vencerme, Victor. Siempre estaré un paso adelante.
Victor, a pesar de las heridas que cubrían su cuerpo, no se rendía. Con un último aliento, concentró lo que quedaba de su poder, buscando una manera de romper la maldición que lo mantenía cautivo.
—¡No te dejaré ganar! —exclamó mientras reunió la energía necesaria para crear una explosión de fuego infernal que podía igualar el oscuro vórtice.
La esfera negra comenzó a resquebrajarse bajo la presión de sus poderes, creando una mezcla de energía ardiente y oscura que iluminó el horizonte. La batalla había llegado a un punto crítico, donde solo uno podría salir victorioso.
Victor, con una sonrisa confiada, reunió su energía y lanzó un poderoso blaster solar hacia la esfera oscura. La explosión resultante fue deslumbrante, destruyendo la dimensión maldita en un estallido de luz y calor que reverberó a través del aire. La presión que lo mantenía cautivo se desvaneció, y ambos combatientes fueron arrojados de regreso a la vida real.
Al emerger de la explosión, Victor y Evil Victor se encontraron cara a cara, sus miradas fijas en el enemigo. En un instante, el aire se llenó de tensión y emoción; era el momento que ambos habían estado esperando.
Sin una palabra, ambos se lanzaron el uno hacia el otro, sus cuerpos volando a través de la arena del campo de batalla. La velocidad era asombrosa, y cada golpe resonaba como un trueno en el aire.
Victor lanzó un potente puñetazo, que Evil Victor esquivó con un ágil movimiento, contraatacando con un golpe directo al abdomen de Victor. Sin embargo, Victor fue rápido para reaccionar, girando su cuerpo y conectando un golpe con la mandíbula de Evil Victor, haciéndolo tambalear hacia atrás.
—¡No te creas que será tan fácil! —gruñó Evil Victor, volviendo a atacar con una ráfaga de puños. Las manos de ambos se movían como borrón, cada uno buscando debilitar al otro.
Victor, sintiendo la adrenalina fluir por sus venas, utilizó su agilidad para esquivar los golpes y encontró la oportunidad de contraatacar. Con un movimiento fluido, lanzó una serie de patadas que golpearon a Evil Victor en el costado, causando que este se encorvara momentáneamente.
—¡Tú no puedes detenerme, Victor! —rugió Evil Victor, su risa burlona resonando en el aire mientras se lanzaba nuevamente hacia su oponente.
El intercambio de golpes se intensificó, creando un espectáculo de destellos y explosiones que resonaban en el campo. Victor se mantuvo firme, utilizando sus habilidades y experiencia para anticipar los movimientos de su rival, buscando cualquier debilidad en su defensa.
—¡No dejaré que el mal gane! —gritó Victor, lanzando una última serie de ataques, impulsando su cuerpo con fuerza y determinación.
Ambos se encontraron nuevamente, intercambiando golpes y patadas con una ferocidad inigualable. Cada golpe resonaba, sacudiendo el suelo bajo sus pies, mientras la batalla se tornaba cada vez más intensa. La energía de ambos combatientes llenaba el aire, y el clamor de su lucha resonaba en todo el terreno del torneo.
Victor finalmente encontró una apertura, conectando un golpe directo en el rostro de Evil Victor, enviándolo volando hacia atrás. Aprovechando la oportunidad, se lanzó hacia adelante, dispuesto a acabar de una vez por todas con su oscuro reflejo. La pelea alcanzó su clímax mientras el destino de ambos pendía de un hilo.
Ambos, con una velocidad increíble, alzaron sus manos y lanzaron sus blasters solares simultáneamente. La energía brillante y explosiva de sus ataques se unió en un destello de luz que iluminó el cielo, creando una esfera radiante que resonó con un poderoso sonido. El choque de las energías fue tan intenso que hizo temblar el suelo bajo sus pies, y una onda expansiva se propagó por toda la arena del torneo.
El resplandor era tan deslumbrante que el público, junto con los demás héroes, tuvo que cubrirse los ojos. La explosión resultante de los ataques fue colosal, dejando una nube de polvo y humo que cubría el campo de batalla.
Cuando la neblina comenzó a disiparse, ambos combatientes quedaron de pie, visiblemente agotados, pero firmes, con miradas de determinación y respeto en sus rostros. Los dos se miraron fijamente, comprendiendo que habían alcanzado un nivel de poder que ni uno ni otro había anticipado.
—No puedo creer que estemos en un empate —dijo Victor, respirando pesadamente mientras se sacudía el polvo de los hombros.
—Tú y yo siempre hemos sido rivales, pero hoy hemos llevado nuestras habilidades al límite —respondió Evil Victor, sonriendo a pesar de la tensión. —Este resultado solo significa que la batalla no ha terminado.
Ambos sabían que el torneo había alcanzado su clímax, y que su lucha había resonado no solo entre ellos, sino también en los corazones de todos los presentes. Se había demostrado que la oscuridad y la luz podían chocar sin destruirse completamente.
—Tal vez deberíamos considerar la idea de trabajar juntos en lugar de pelearnos —propuso Victor, extendiendo su mano en señal de alianza.
Evil Victor miró su mano con una mezcla de sorpresa y recelo. —Quizás… Pero solo si estás dispuesto a aceptar que el mal no siempre es lo que parece —respondió, entrecerrando los ojos mientras una chispa de entendimiento pasaba entre ellos.
Ambos, exhaustos pero llenos de un nuevo propósito, finalmente se dieron la mano. En ese momento, el público estalló en vítores y aplausos, celebrando no solo la intensa batalla, sino también el reconocimiento mutuo entre dos de los más poderosos guerreros del torneo. La arena del torneo vibraba con emoción, mientras el eco de su combate resonaba por mucho tiempo, marcando un capítulo nuevo en su historia.
Fin.