Gaby, tras años de intenso entrenamiento en aquella habitación temporal, había crecido y madurado. A sus 20 años, sus cicatrices contaban historias de batallas pasadas y desafíos superados. Su cuerpo, aunque marcado, reflejaba fuerza y resiliencia. Cada herida era un recordatorio de su determinación y su deseo de convertirse en una guerrera formidable, lista para enfrentar cualquier adversidad que se le presentara. La sombra de su padre, Victor, siempre estaba presente, guiando su camino y alimentando su voluntad de ser mejor. Con una mirada decidida, Gaby se preparaba para salir y enfrentar el mundo, lista para reclamar su lugar en la lucha.
Al salir de la habitación, Gaby se encontró con Joel, un chico un año menor que ella. Su cabello negro caía desordenadamente sobre su frente, y su figura semi musculosa irradiaba una energía poderosa. Gaby nunca había experimentado algo así, pero al mirarlo, una chispa encendió su corazón.
Joel la miró con curiosidad, sus ojos brillaban con un destello de confianza. Era evidente que tenía un talento natural para aprender técnicas y usarlas de maneras creativas, lo que lo hacía aún más intrigante. Gaby sintió una conexión instantánea, como si sus almas se reconocieran.
"¿Eres nueva aquí?" preguntó Joel, rompiendo el hielo.
Gaby, aún sorprendida por la intensidad de sus sentimientos, asintió con una sonrisa tímida. "Sí, acabo de salir de la habitación temporal."
"Entonces, creo que tengo mucho que mostrarte," respondió él, sonriendo de vuelta.
Mientras compartían unas palabras, Gaby se dio cuenta de que este encuentro era solo el comienzo de algo especial. Su corazón latía con fuerza, y sabía que había encontrado en Joel no solo un compañero de entrenamiento, sino alguien que podría entenderla en un nivel profundo.
Joel y Gaby comenzaron a hablar, descubriendo intereses en común y compartiendo risas. La química entre ellos crecía, y la atracción era palpable. Decidieron ir a una sala donde podían ver películas, buscando un refugio donde pudieran relajarse y disfrutar de la compañía del otro.
Una vez dentro, la atmósfera se volvió más íntima. Las luces tenues y la pantalla brillante creaban un ambiente perfecto. Mientras se acomodaban en el sofá, sus manos se rozaron, y ambos se miraron, sintiendo el cosquilleo de la conexión.
Mientras la película avanzaba, Gaby no podía evitar robarle miradas a Joel. Él, a su vez, la miraba con admiración, disfrutando de cada momento que pasaban juntos. En un instante de distracción, se rieron al unísono y, sin pensarlo, se acercaron más.
El ambiente se tornó más cálido, y Gaby sintió que las hormonas del momento la envolvían. Sin pensarlo, se inclinó hacia Joel, quien la miró sorprendido pero emocionado. Fue un beso ligero, pero lleno de promesas, y ambos supieron que estaban a punto de dar un paso hacia algo más profundo. La emoción de lo nuevo y lo desconocido los impulsó a dejarse llevar, explorando ese territorio donde la amistad se entrelazaba con el amor.
Gaby, sorprendida por el gesto de Joel, se sonrojó al instante. Se dio cuenta de lo que había pasado y se echó a reír, rompiendo la tensión del momento. "¡Oye, esas no son palomitas!" exclamó, mientras él se disculpaba con una sonrisa nerviosa, tratando de disimular su torpeza.
El ambiente se volvió más ligero tras la broma, y ambos comenzaron a reírse juntos. A medida que la película continuaba, Gaby decidió que, a pesar del pequeño malentendido, estaba disfrutando cada segundo de estar con él. La risa y la diversión los unieron aún más, y el momento incómodo se convirtió en una anécdota que recordarían en el futuro.
La conexión entre ellos se sentía más fuerte, y ambos sabían que estaban explorando algo especial, una mezcla de amistad y el florecimiento de un amor incipiente.
Gaby, aún riendo por el incidente anterior, sintió una mezcla de emoción y nerviosismo cuando Joel la llevó a la cama. La atmósfera se tornó más seria, pero el aire estaba cargado de una energía palpable. Se miraron a los ojos, y Gaby pudo ver la sinceridad en la mirada de Joel.
"¿Estás segura de esto?" preguntó él, su voz un poco temblorosa pero firme. Gaby asintió, sintiendo que había una conexión real entre ellos. Ambos se acercaron, sus corazones latiendo más rápido.
Con cuidado, Joel acarició el rostro de Gaby, como si temiera romper el momento. Ella cerró los ojos, disfrutando de la suavidad de su toque. Se dieron cuenta de que estaban a punto de dar un paso importante, y el mundo exterior se desvaneció por completo.
Mientras compartían ese instante íntimo, la risa y la timidez se transformaron en un profundo entendimiento y complicidad, marcando el inicio de una nueva etapa en sus vidas.
Victor, al entrar y ver la escena, sintió que la ira lo consumía. Sin pensar en las consecuencias, avanzó rápidamente hacia Joel y, con un poderoso golpe, lo lanzó a volar, haciéndolo caer fuera de la academia.
Gaby, sorprendida y asustada, cubrió su cuerpo con una manta, su rostro pálido de incredulidad. "¡Papá, ¿qué hiciste?!"
Victor, aún con los ojos ardientes de furia, se volvió hacia ella. "No puedes dejar que un idiota te trate así, Gaby. ¿Qué estaba pensando?" Su voz temblaba entre la rabia y la preocupación.
"¡Yo estaba en control! ¡Era mi decisión!" Gaby replicó, su voz llena de frustración. La tensión en la habitación era palpable, y ambos sabían que el momento que acababan de interrumpir cambiaría su relación para siempre.
Victor respiró hondo, intentando calmarse, pero el miedo a perder a su hija lo mantenía en alerta. "Lo siento, pero no puedo permitir que te lastimen. Necesitas entender que no todos tienen buenas intenciones."
Gaby, aún con el rostro encendido por la ira, se levantó de la cama y miró a su padre con desdén. "¡No puedes decidir por mí, papá! Soy mayor, puedo tomar mis propias decisiones. No estoy hecha de cristal."
Victor, herido por sus palabras, sintió una punzada de dolor. "Lo sé, pero como tu padre, mi deber es protegerte. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras te arriesgas con alguien que no conoces bien."
"¡Eso no es tu decisión!" Gaby gritó, cruzando los brazos. "Perdiste el derecho a opinar sobre mi vida cuando decidiste golpear a Joel. Ahora, no puedo creer que seas tan controlador."
La tensión se intensificó entre ellos. Gaby sabía que había dado un paso importante en su vida, pero también sentía que su padre había cruzado una línea. La mezcla de emociones en el aire era palpable, y ambos se miraron fijamente, sintiendo la distancia crecer entre ellos.
Gaby, furiosa y con lágrimas contenidas, se vistió apresuradamente, agarrando lo primero que encontró para cubrirse. Salió corriendo del cuarto, ignorando las llamadas de su padre, con un único pensamiento en mente: encontrar a Joel.
Corrió por los pasillos de la academia, su corazón latiendo rápidamente, preocupada por si Joel estaba bien después del golpe. Al llegar al exterior, buscó entre los escombros y rastros del impacto, finalmente viendo a Joel algo aturdido, pero consciente.
"Joel..." murmuró al verlo, sintiendo un alivio mezclado con culpa.
Joel, aún adolorido por el golpe, la miró con una sonrisa leve. "Estoy bien, Gaby... solo fue un golpe fuerte."
Gaby se arrodilló a su lado, sus ojos llenos de remordimiento. "Lo siento tanto... Mi padre no debió haberte golpeado. No debió interferir de esa manera."
Joel la tomó de la mano, apretándola suavemente. "No es tu culpa. Lo importante es que estamos juntos ahora."
Ambos se quedaron en silencio, sintiendo la conexión más fuerte que nunca mientras intentaban procesar lo que acababa de suceder.
Victor, abrumado por la situación con Gaby y el enojo que sentía, decidió que necesitaba alejarse. Con un suspiro profundo, se teletransportó al reino de Bianca, buscando un refugio temporal. La calma del lugar era un alivio para su mente agitada.
Al llegar, observó el paisaje vibrante y lleno de vida. Bianca, la reina del reino, lo recibió con una mirada comprensiva. "Victor, ¿qué te trae aquí tan abatido?"
"Solo necesito un respiro," respondió él, intentando contener la frustración en su voz. "Las cosas están complicadas en casa, especialmente con Gaby."
Bianca asintió, sabiendo que ser padre era un desafío constante. "A veces, necesitamos tomar distancia para ver las cosas con claridad."
Victor se sentó en un banco del jardín, sintiéndose un poco más ligero. Mientras contemplaba la belleza que lo rodeaba, sabía que debía enfrentar sus problemas, pero por ahora, se permitía descansar y reflexionar.
Bianca, reconociendo la tensión que Victor estaba enfrentando, decidió que era un buen momento para abrirse a él sobre su relación. "Victor, sabes que mi conexión con Karen ha sido importante para mí, pero también me preocupa cómo esto puede afectarte."
Victor se giró, sorprendido por su sinceridad. "¿Te sientes dividida entre nosotros?"
"Un poco," admitió Bianca. "Karen y yo hemos construido algo especial, pero siempre has sido una parte fundamental de mi vida. Quiero que estemos todos en la misma página."
Victor asintió, sintiendo una mezcla de alivio y confusión. "Quizás deberíamos hablar todos juntos. No quiero que esto se convierta en un problema."
Bianca sonrió, apreciando su disposición. "Esa es una buena idea. La comunicación es clave."
Ambos sabían que la honestidad y el entendimiento eran esenciales para mantener la armonía entre ellos, y esa charla podría ser el primer paso hacia una relación más fuerte.
Fin.