Evil Victor, mientras preparaba el almuerzo, miró a su esposa, Victoria, con una sonrisa más genuina. "Bueno, ¿quieres comer un poco de ensalada?" preguntó con tono relajado, sabiendo que la simplicidad de ese momento era un respiro entre todas las complicaciones que les rodeaban.
Victoria, observándolo con una mirada cálida, se acercó a la mesa. "Parece que incluso tú puedes tener momentos tranquilos," comentó con una pequeña sonrisa, sentándose mientras lo miraba trabajar en la cocina.
"De vez en cuando," respondió Evil Victor mientras mezclaba los ingredientes, "es bueno recordar lo que estamos protegiendo, antes de que el caos regrese." Sus palabras, aunque tranquilas, llevaban consigo el peso de sus acciones y la vida que ambos llevaban.
Victoria asintió, entendiendo bien lo que eso significaba. Aunque compartían un vínculo profundo, eran conscientes de que las decisiones que tomaban los mantenían en una línea constante entre la paz momentánea y la destrucción inevitable.
Evil Victor, mientras cocinaba, extendió una mano y, con un suave destello de energía oscura, creó una televisión flotante frente a él. Al encenderla con un chasquido de dedos, la pantalla reveló el intenso combate entre Victor y Xal'Azar en la luna, transmitido en vivo por todo el mundo.
"Así que finalmente está sucediendo..." murmuró Evil Victor, viendo las explosiones y el intercambio de golpes devastadores en el espacio. La intensidad del combate era palpable incluso desde la pantalla. Xal'Azar y Victor se movían con una velocidad increíble, mientras sus ataques hacían vibrar el paisaje lunar y el espacio mismo.
Victoria, notando su concentración, se acercó. "¿Qué ocurre?" preguntó con curiosidad, viendo el combate en la pantalla. La batalla era feroz, y podía notar la seriedad del enfrentamiento.
"Ese es... Victor," respondió Evil Victor, con una sonrisa oscura. "Está en una pelea con Xal'Azar. Parece que está llegando al límite, pero sigue resistiendo."
Victoria lo miró, entre intrigada y preocupada. "¿Crees que ganará?"
Evil Victor dejó de revolver la ensalada y miró detenidamente la pantalla. "Difícil de decir. Ambos están luchando con todo. Pero Victor siempre tiene un as bajo la manga... es lo que lo hace peligroso."
Evil Victor, después de observar un rato más la feroz batalla entre Victor y Xal'Azar, suspiró profundamente. Apagó el fuego de la cocina y se giró hacia su esposa, Victoria, con una expresión seria en el rostro.
"Victoria..." dijo, con un tono más solemne de lo habitual. "Sé que prometí quedarme, pero creo que... tengo que ir. Mi recipiente está al límite. Si esto sigue así, podría perderlo todo."
Victoria lo observó con calma, sabiendo lo que significaba. "¿Crees que es tan grave?" preguntó suavemente.
Evil Victor asintió. "Sí. Victor está luchando con todo, pero Xal'Azar es más peligroso de lo que parece. No quiero que él pierda, no cuando está tan cerca de su objetivo... Necesita mi ayuda."
Victoria miró a Evil Victor por un momento antes de sonreír ligeramente. "Haz lo que debas hacer. Solo prométeme que regresarás."
Evil Victor sonrió de vuelta, inclinándose para besar su frente. "Lo prometo. No tardaré mucho."
Con una última mirada a la televisión, Evil Victor levantó una mano y creó un portal oscuro que se expandió lentamente frente a él. Sin más palabras, entró al portal, desapareciendo en su energía sombría, listo para unirse a la batalla en la luna y asistir a su recipiente, Victor, en el combate contra Xal'Azar.
Cuando Evil Victor utilizó el Shadow Nexus para unirse de nuevo con Victor, su presencia se hizo sentir en lo más profundo del subconsciente de su recipiente. En medio del combate, mientras Victor intercambiaba golpes con Xal'Azar en la luna, una sonrisa burlona resonó dentro de su mente.
"Feliz de verme, mocoso," dijo Evil Victor con una voz irónica y confiada.
Victor, sorprendido por la repentina intervención en su subconsciente, respondió mientras esquivaba otro ataque de Xal'Azar. "Tú... ¿qué haces aquí? No pensé que volverías tan pronto."
Evil Victor se cruzó de brazos en el plano mental, su rostro lleno de satisfacción. "Bueno, no podía dejar que te cargaran en una pelea tan importante, ¿verdad? Además, tienes que admitir que necesitabas un poco de ayuda."
Victor sonrió levemente, aunque con una mezcla de frustración y gratitud. "Nunca te pedí que intervinieras, pero... supongo que agradezco el refuerzo."
Evil Victor dejó escapar una risa. "Oh, lo sé. Pero sabes que soy la parte que nunca pides, pero siempre necesitas."
Mientras seguían hablando en el subconsciente, ambos comenzaban a sincronizarse. Victor sintió una oleada de poder oscuro recorriendo su cuerpo. La combinación de las dos personalidades, de los dos seres, comenzaba a fusionarse, creando un poder mucho mayor del que Victor había estado usando hasta ese momento.
"Vamos, mocoso," dijo Evil Victor finalmente. "Es hora de que mostremos a este Xal'Azar quién manda en realidad."
Victor, envuelto en la luz cegadora de su transformación Omni Yadaratman, flotaba sobre la superficie desolada de la luna. Cada músculo de su cuerpo vibraba con una fuerza inconmensurable, su cabello blanco ondeaba en el vacío del espacio, y sus ojos rojos brillaban como brasas ardientes, perforando la distancia que lo separaba de su adversario. La transformación había llevado su poder más allá de cualquier límite que hubiera conocido.
Con una voz cargada de determinación, gritó al vacío lunar:
"¡Ahora yo te voy a ganar, Xal'Azar!"
La quietud en el espacio contrastaba con la intensidad de la batalla. A lo lejos, Xal'Azar, aún de pie a pesar del desgaste, observaba con una mezcla de fascinación y furia. Su sonrisa oscura temblaba bajo la presión del inmenso poder de Victor, pero su orgullo no lo permitiría retroceder. El aura negra que rodeaba a Xal'Azar creció, envolviéndolo con energía oscura y fluctuante.
"¿Ganar?" Xal'Azar dejó escapar una risa grave, salpicada de sangre. "Victor, ni siquiera has rozado el poder verdadero del caos. ¡No importa cuánto te fortalezcas, no serás el primero en destruirme!"
Al hablar, su energía distorsionaba el espacio, rasgando la superficie lunar y levantando enormes rocas que flotaban a su alrededor como satélites oscuros.
Por un momento, el vacío del espacio quedó suspendido en silencio, como si el tiempo mismo se detuviera antes del choque definitivo. La tensión se hacía insoportable, el aire vibraba de energía, y cada uno sabía que lo que venía no sería solo un intercambio de golpes... sería el fin de todo para uno de ellos.
Victor dio el primer paso, lanzándose a una velocidad cegadora. El espacio se dobló a su alrededor, y en un parpadeo apareció ante Xal'Azar. El golpe que lanzó era devastador, un ataque lleno de poder bruto que parecía capaz de partir la luna en dos.
"¡Perfect Blaster Solar!" bramó, desatando un torrente de energía que envolvió a Xal'Azar, atravesando el suelo lunar y evaporando todo a su paso. La explosión fue tan intensa que desde la Tierra, un destello iluminó el cielo como si un nuevo sol hubiera nacido.
Pero, en medio del fulgor, una sombra permanecía firme. Xal'Azar, arrodillado, jadeante y con un brazo destrozado, levantó la mirada hacia Victor. Su sonrisa, aunque quebrada, aún resistía.
"Nada de esto importa... el caos no muere, Victor," susurró con una voz ronca, mientras la energía oscura comenzaba a reconstituir su cuerpo herido. La tierra a su alrededor temblaba mientras él se levantaba, tambaleante pero invicto.
El rostro de Victor, por un instante, mostró incredulidad. Su ataque más poderoso había herido a Xal'Azar, pero no había sido suficiente para derrotarlo. Sin embargo, no vaciló. Su determinación era de hierro. Sus músculos tensos, su mirada feroz, y su sonrisa temblorosa denotaban que aún no había mostrado todo su potencial.
De repente, Xal'Azar rugió con furia, su energía oscura creando un vórtice alrededor de él. "¡Ruins Curse!" gritó, lanzando una ola de caos que distorsionó la realidad misma. El espacio comenzó a fracturarse, y Victor se vio envuelto en una tormenta de cortes invisibles, cada uno lo suficientemente afilado para desgarrar el mismísimo tejido del universo.
Un tajo cortó el cuello de Victor, seguido de varios que atravesaron su pecho y brazos. Gotas de sangre flotaban en el vacío, congelándose en el aire. Por un instante, el cuerpo de Victor tambaleó bajo la presión, sus rodillas parecieron ceder... pero entonces, con un gesto firme, tensó todos sus músculos y se regeneró, expulsando los cortes como si no fueran más que simples rasguños.
"¿Es esto lo mejor que tienes, Xal'Azar?" preguntó con una sonrisa, su respiración calmada a pesar del dolor.
El campo de batalla se transformaba en un terreno surrealista de sombras y luz, con cada guerrero empujando sus límites más allá de lo imaginable. Ambos volaron hacia el espacio, chocando con tanta intensidad que las estrellas cercanas parecían desvanecerse por la fuerza de su colisión.
En la Tierra, miles de millones observaban, boquiabiertos, la transmisión. Naciones enteras contenían la respiración. Sabían que lo que ocurría en la luna no solo decidiría el destino de dos titanes, sino quizás el destino del universo.
Victor, ahora en la cúspide de su poder, se encontraba más fuerte que nunca. Pero frente a él, el caos mismo encarnado en Xal'Azar se negaba a ser vencido. Y así, en lo más profundo del espacio, la batalla entre el guerrero más poderoso de la historia y el ser más destructivo del presente estaba por alcanzar su clímax definitivo.
Fin.