Chereads / History Academy Arco 5: sufrimiento y redención. / Chapter 29 - Episodio 26: Nuevo cuerpo.

Chapter 29 - Episodio 26: Nuevo cuerpo.

Victor, sin perder un segundo, comenzó a atacar con una velocidad abrumadora. Cada golpe suyo era un rayo de pura fuerza, desplazando el vacío del espacio con ondas de energía. Xal'Azar, por momentos, apenas lograba esquivar los ataques, cada esquiva era un acto desesperado, pero lleno de precisión.

Finalmente, en un movimiento inesperado, Xal'Azar saltó hacia atrás, levantando ambas manos al cielo. Su aura oscura comenzó a retorcerse y en cuestión de segundos, formó un gigantesco dragón negro de energía, cuyas fauces abiertas rugieron con furia antes de lanzarse hacia Victor.

Victor, sin tiempo para reaccionar, fue tragado por el dragón, su cuerpo envuelto en la oscuridad abisal de la criatura. Xal'Azar, con una sonrisa malévola, cerró las manos en un puño.

"¡Destrucción absoluta!" gritó, mientras el dragón explotaba en una gigantesca bola de energía oscura que expandía su onda por el vacío del espacio. Las estrellas cercanas parecían desaparecer por el colosal poder del ataque.

El brillo de la explosión iluminó incluso la Tierra, y los observadores, boquiabiertos, pensaron que Victor había sido finalmente vencido.

Pero cuando el resplandor comenzó a disiparse, una figura emergió del centro de la explosión. Victor, rodeado de una aura azul incandescente, caminaba hacia Xal'Azar sin un solo rasguño. Su cuerpo permanecía intacto, sin mostrar signo alguno de daño. Con una sonrisa desafiando la lógica del universo, su energía parecía haberse multiplicado.

"¿Es todo lo que tienes, Xal'Azar?" dijo Victor con una voz tranquila, casi burlona.

Xal'Azar, con los ojos muy abiertos, retrocedió un paso, sorprendido por la resistencia de Victor. La desesperación se mezclaba con su furia.

"¡Imposible! Nadie puede resistir el Ruins Curse combinado con mi dragón. ¡Tú deberías estar en cenizas!"

Pero Victor solo negó con la cabeza, manteniendo la misma sonrisa calmada. Flexionó sus músculos, haciendo brillar su aura aún más, como una estrella en medio de la oscuridad.

"Te lo dije antes... ahora te voy a ganar."

En un parpadeo, Victor desapareció de la vista de Xal'Azar. Antes de que pudiera reaccionar, sintió un golpe devastador en el abdomen. El impacto fue tan brutal que lo hizo doblarse sobre sí mismo, sintiendo que cada fibra de su ser se estremecía.

Victor no le dio tregua. En menos de un segundo, lanzó un segundo golpe directo a la cara de Xal'Azar, enviándolo a estrellarse contra la superficie lunar a velocidades extremas, creando un cráter gigantesco.

El universo observaba en un silencio absoluto mientras la verdadera furia de Victor comenzaba a desplegarse. La batalla aún no había terminado, pero el destino de Xal'Azar parecía estar sellado.

Victor, con una velocidad sobrehumana y precisión extrema, pronunció "Infernal Eternal" justo un segundo antes que Xal'Azar pudiera terminar su "Ruins Curse." En ese instante, la energía oscura envolvió a ambos, creando una enorme esfera negra que absorbió el espacio a su alrededor, arrastrándolos a una dimensión paralela, un reino de sombras y caos.

Esta vez, sin embargo, la dimensión se formó bajo el control de Victor. Su técnica, lanzada más rápido y con mayor fuerza, prevaleció. La nueva realidad que los rodeaba era un mundo de tinieblas, pero a diferencia de la vez anterior, esta oscuridad respondía únicamente a Victor.

Las sombras se retorcían, pero ya no eran cuchillas que cortaban al azar. Ahora se movían con intención, como si Victor controlara cada rincón de este abismo. Xal'Azar, al darse cuenta de que la dimensión estaba bajo el dominio de su enemigo, frunció el ceño, sus ojos llenos de furia e incredulidad.

"No... ¿Cómo puedes controlar esto? ¡Es imposible!" gritó Xal'Azar, luchando contra la sensación opresiva del nuevo entorno.

Victor, con una calma implacable, hizo un gesto con la mano, y la energía oscura de la dimensión comenzó a fluir hacia él. "Te lo dije... esta vez, yo ganaré."

El suelo bajo Xal'Azar comenzó a quebrarse, y columnas de energía oscura lo rodearon. Victor, en su forma Omni Yadaratman, brillaba con poder puro, sus ojos rojos ardían con determinación. Las sombras respondían a cada movimiento de sus dedos, envolviendo a Xal'Azar y limitando sus movimientos.

"Ahora... sentirás lo que es estar en mi dimensión."

Victor se abalanzó sobre Xal'Azar con una velocidad y fuerza devastadoras, cada golpe que lanzaba resonaba en la dimensión, creando ondas de energía que distorsionaban la realidad misma. Xal'Azar intentaba resistir, pero cada vez que lo hacía, la oscuridad lo aprisionaba más.

Por primera vez, Xal'Azar estaba a merced de Victor, y esta vez, no había escapatoria.

Victor avanzó con la velocidad y fuerza de un relámpago, y su puño impactó directamente en el pecho de Xal'Azar. El sonido del golpe resonó por toda la dimensión oscura, y la energía desatada en el impacto provocó que el fuego rojo que cubría el campo de batalla se intensificara aún más.

Pero justo cuando Victor parecía tener el control absoluto, Xal'Azar, con una sonrisa oscura, comenzó a murmurar en un idioma arcaico, invocando a una presencia temible.

"Ven a mí, Belzebu... el más fuerte de todos, antes de Yekun o incluso del mismísimo Lucifer."

La tierra bajo ellos tembló, y desde lo más profundo de la dimensión, un portal de fuego y sombras se abrió. Un viento infernal surgió de su interior, y, lentamente, una figura gigantesca emergió. El aire se volvió denso con un aura de pura maldad. Era Belzebu, el demonio más poderoso después de los príncipes del infierno.

Sus alas enormes cubrían el cielo, y su rostro era la encarnación del terror. Ojos rojos, colmillos afilados y una risa gutural que resonaba en los corazones de los presentes. La mera presencia del demonio hizo que la dimensión oscura se agitara, amenazando con desintegrarse.

"Victor... ¿de verdad creíste que me derrotarías tan fácilmente?" dijo Xal'Azar con una voz rasposa, mientras la energía de Belzebu comenzaba a infundir su cuerpo, dándole una fuerza abrumadora.

Belzebu levantó su mano, y el fuego infernal que llenaba la dimensión respondió a su llamado. Todo el escenario cambió a una tormenta de llamas y destrucción. Victor, aunque poderoso, sabía que estaba ante uno de los seres más temibles de la creación.

Sin embargo, Victor no retrocedió. Sus ojos rojos brillaban con más intensidad, y su aura azul lo rodeaba como un escudo impenetrable. "No importa quién invoques, Xal'Azar... ya te dije, hoy yo seré el ganador."

Con una explosión de energía, Victor cargó de nuevo, directo hacia Belzebu y Xal'Azar, decidido a enfrentar al demonio y a su invocador con toda la fuerza de su transformación Omni Yadaratman.

La dimensión tembló y se desgarró bajo el poder de Belzebu, y antes de que Victor pudiera reaccionar, ambos combatientes fueron arrojados de vuelta al mundo real. La luz del espacio los envolvió y, tras un estallido de energía, cayeron en un vasto paisaje lunar.

Xal'Azar, ahora más confiado, sintió la poderosa presencia de Belzebu ocultándose en sus sombras. Con una sonrisa arrogante, dijo: "No te sorprendas, Victor. Yo tampoco sabía cómo invocar a esa cosa. Esta fue mi primera vez, y, sorprendentemente, me salió de maravilla."

Victor, aún recuperándose del impacto, frunció el ceño. "Eso no importa. No te dejaré que utilices a Belzebu como tu títere."

"¿Ah, sí?" Xal'Azar retó, con una risa burlona. "Belzebu es el demonio de las plagas, el señor de la mentira y la manipulación. No tienes idea de lo que has desatado."

De repente, Belzebu emergió parcialmente de la sombra de Xal'Azar, su rostro deformado en una mueca de diversión, mirando a Victor con desdén. "Tú, humano, ¿realmente crees que puedes derrotar a mi portador? He venido a quedarme y a consumir todo lo que hay en ti."

Victor, sintiendo la presión de la amenaza, reunió su energía, su aura azul brillando intensamente a su alrededor. "No voy a dejar que eso suceda. He enfrentado a seres como tú antes."

Con un movimiento rápido, Victor se preparó para atacar, sus músculos tensándose con poder. Sin embargo, Victor, con el aliento entrecortado pero el espíritu intacto, no se dejaría amedrentar. "¡No me asustarás con tus sombras!" exclamó, cargando hacia Xal'Azar. Con un grito de furia, lanzó su técnica "¡Infernal Eternal!", esta vez con una determinación renovada. Pero, al igual que antes, su mente nublada por el dolor falló en el momento crucial.

"¡Tonto! Crees que puedes vencerme!" se burló Xal'Azar, mientras Victor caía al suelo, su cuerpo temblando por el daño acumulado. La sangre fluía de su nariz, pero incluso en la agonía, había una chispa de desafío en su mirada. "No subestimes el poder que tienes, Xal'Azar," murmuró, apenas audible, pero lleno de convicción.

Con el rostro empapado de sudor y sangre, Victor se levantó una vez más, los recuerdos de sus seres queridos dándole fuerzas. "Ellos están viendo," pensó, recordando a sus esposas, a sus hijos, a sus amigos. "No puedo rendirme. No puedo fallarles."

Xal'Azar, sintiendo la tensión en el aire, se preparó para atacar. Pero Victor, guiado por una fuerza que trascendía el dolor, cargó hacia él. "¡Tendré que lucirme un poco para ellos!" gritó, el eco de su voz resonando como un mantra.

El golpe fue monumental. La energía de Victor estalló en una explosión de luz que iluminó el espacio, un faro de esperanza en medio de la oscuridad. "¡Esto es solo el comienzo!" exclamó, su puño impactando con fuerza contra la mejilla de Xal'Azar, enviándolo a volar hacia las estrellas.

Xal'Azar, tambaleándose, apenas podía creer lo que había ocurrido. "¿Cómo… cómo te atreves?" balbuceó, su orgullo golpeado por el impacto. La sombra de Belzebu se movía nerviosa a su alrededor, y por un instante, la arrogancia en su mirada se desvaneció.

"¡Porque no soy solo yo! ¡Soy todos los que me apoyan!" Victor replicó, alzando la vista hacia el satélite que los observaba. "Míralos. Míralos a todos. Esto es por ellos."

La batalla se tornó épica, cada intercambio de golpes iluminando el espacio con explosiones de energía. Los espectadores en la Tierra, así como sus seres queridos, mantenían la respiración, sus corazones latiendo al unísono con cada ataque, cada defensa. Sabían que estaban siendo testigos de algo monumental.

"¡No puedo perder!" gritó Victor, un grito que resonó en las profundidades del cosmos. "No mientras haya esperanza en mi corazón." Y así, con una determinación renovada, se preparó para la siguiente ronda, desafiando no solo a Xal'Azar, sino a todos los límites impuestos por el dolor y el sufrimiento.

El universo observaba, y la historia se escribía en tiempo real. Victor se levantaba, un guerrero, un héroe, un hombre que no solo luchaba por su vida, sino por la esperanza de todos. La batalla estaba lejos de terminar, y cada momento prometía un nuevo clímax, un nuevo desafío, y el eco de la victoria resonaría entre las estrellas.

Victor, con la determinación brillando en sus ojos rojos, se lanzó hacia adelante, aprovechando la momentánea desorientación de Xal'Azar. Con un movimiento rápido y preciso, agarró su rostro con fuerza, sintiendo la tensión entre sus manos.

"¡Es hora de que sientas lo que es ser arrastrado por tu propia arrogancia!" rugió Victor, arrastrando a Xal'Azar por la superficie lunar, el polvo gris y las rocas volando a su alrededor. Cada rasguño en la luna parecía resonar con la fuerza de su furia, y la sensación de poder recorría su cuerpo.

Con un grito de desafío, Victor levantó a Xal'Azar y lo lanzó hacia un meteorito cercano, el impacto resonando en el silencio del espacio como un trueno. "¡Despierta de tu sueño de grandeza!" exclamó, observando cómo Xal'Azar chocaba contra el meteorito con un estruendo ensordecedor, el crujido del metal y la roca rompiéndose resonando en el vacío.

Xal'Azar, aturdido por el golpe, intentó recomponerse, pero Victor no le dio tregua. "¡Hoy no hay escape para ti!" gritó, avanzando con cada paso dejando una estela de energía brillante detrás. La luna se convirtió en un escenario de su venganza, y Victor se sentía más vivo que nunca.

Victor se acercó rápidamente, su aura azul resplandeciendo a su alrededor, y cuando estuvo a un par de metros de Xal'Azar, levantó su puño. "¡Este es el final de tu reinado de terror! ¡Infernal Eternal!" La energía se acumuló en su mano, brillando intensamente, lista para ser liberada.

Xal'Azar, aun tambaleándose, levantó la vista justo a tiempo para ver el ataque. "¡No puede ser! ¡No terminarás así!" gritó, intentando invocar la magia oscura que lo había protegido tantas veces. Pero la fuerza de Victor era imparable, un torrente de poder que se desataba con una furia y un propósito inquebrantables.

"¡Por todos los que has lastimado!" exclamó Victor, y justo cuando su puño impactó, el espacio a su alrededor se iluminó con una explosión de energía que envió ondas de choque a través del cosmos, desatando una brillante llamarada de luz y sonido.

El enfrentamiento alcanzaba su clímax, y la luna temblaba bajo el peso de su batalla, mientras la Tierra y todos los que los observaban contuvieron la respiración, esperando el desenlace de esta épica contienda entre héroe y villano.

Xal'Azar, recuperando un poco de su fuerza, logró invocar de nuevo a Belzebu, quien apareció con un aura oscura y una presencia amenazante. La sombra del demonio se cernía sobre Victor, protegiendo a Xal'Azar del ataque inminente. Con un rugido resonante, Belzebu lanzó una serie de ataques que hicieron que Victor se tambaleara, recibiendo los golpes en una lucha feroz.

"¡No puedes ganar!" bramó Belzebu, mientras asestaba un poderoso golpe a Victor, quien, a pesar del dolor, mantuvo la determinación en su rostro. Con una velocidad impresionante, Victor comenzó a lanzar varios ataques, enviando a Xal'Azar volando hacia un lado.

"¡Blaster Solar Rojo!" gritó Victor, desatando una explosión de energía pura que impactó justo detrás de Xal'Azar, levantando una nube de polvo lunar que ocultó la escena momentáneamente. Pero cuando la nube se disipó, Victor se preparó para un ataque final.

Con su puño brillante como el sol, se acercó y dijo con una voz llena de poder: "¡Destello Solar!" El golpe impactó directamente en el plexo solar de Xal'Azar, quien, sorprendido, se quedó inmóvil por breves instantes, su respiración entrecortada y la energía drenada de su cuerpo. El villano cayó de rodillas, desmayándose ante el poder abrumador del ataque.

Pero justo cuando la victoria parecía al alcance de Victor, la oscuridad se retorció a su alrededor y una nueva masa negra fue invocada. De las sombras emergió un ángel caído, con alas desgarradas y una mirada llena de furia. Su nombre era Abaddon, un antiguo guerrero celestial que había caído de la gracia y se había vuelto un sirviente de las fuerzas oscuras.

"Soy Abaddon, el portador de la caída," pronunció con una voz profunda y resonante, sus ojos brillando con una malicia implacable. "Has cometido un grave error al subestimar el poder de la oscuridad."

Victor, ahora enfrentando a este nuevo adversario, se preparó para el desafío que estaba por venir. La batalla estaba lejos de haber terminado, y la luna era testigo de la furia de un héroe y la desesperación de aquellos que habían caído.

Abaddon y Belzebu se posicionaron a la par de Xal'Azar, formando un trío imponente de oscuridad y poder. La sonrisa en los ojos de Xal'Azar, aunque desvanecida por el dolor, revelaba una confianza renovada ante la llegada de sus aliados.

"¿Creías que esto se había terminado?" preguntó Xal'Azar, su voz resonando con desafío. "Ahora tengo el respaldo de los más poderosos." Con una mirada de determinación, se puso de pie, sintiendo cómo la energía de Belzebu y Abaddon lo envolvía, reponiendo su fuerza.

Belzebu extendió sus alas, llenando el área con una sombra profunda. "Juntos, somos imparables," dijo, mientras un aura oscura comenzaba a girar a su alrededor. "Victor, te enfrentarás a lo que has desatado."

Abaddon, con su mirada fiera, se dirigió a Victor. "Has causado la caída de muchos, pero hoy, tú serás el que caiga," declaró, mientras su forma etérea se transformaba en una figura física imponente.

Victor, sintiendo la presión de la situación, apretó los dientes y mantuvo una postura defensiva. "No me rendiré tan fácilmente," respondió, sintiendo cómo la energía ardía en sus venas. "No permitiré que la oscuridad se apodere de este mundo."

Con un grito de guerra, Xal'Azar dio un paso al frente, acompañado de Belzebu y Abaddon. Las tres fuerzas malignas estaban listas para unirse en una ofensiva devastadora contra Victor, que se preparaba para resistir el embate. La batalla que se libraría no solo determinaría el destino de Victor, sino también el futuro de todos los que lo observaban desde lejos, con la esperanza de que el héroe prevaleciera una vez más.

Las energías colisionaron en el espacio lunar, creando un espectáculo de luz y oscuridad, mientras el universo se detenía para presenciar este enfrentamiento épico.

Abaddon y Belzebu se lanzaron hacia Xal'Azar, quienes se preparaban para un ataque sincronizado. Sin embargo, en un instante de pura astucia, Xal'Azar se transformó en la sombra de Belzebu, haciéndose casi invisible a los ojos de Victor.

"¡No!" gritó Victor, sintiendo la urgencia mientras notaba que los dos seres se movían hacia él. Con un rápido movimiento, alzó sus manos y concentró su energía, creando un campo de fuerza que detuvo momentáneamente el avance de Abaddon y Belzebu. Sin embargo, el peligro no había desaparecido.

De repente, Xal'Azar emergió de las sombras por la espalda de Victor, lanzando un ataque de energía oscura que impactó de lleno, empujando a Victor hacia atrás. La fuerza del ataque resonó en el vacío del espacio, pero Victor se mantuvo en pie, la determinación brillando en sus ojos.

Recuperándose rápidamente de la sorpresa, Victor contraatacó con un par de golpes explosivos dirigidos al rostro de Abaddon y Belzebu. "¡Destellos del sol!" exclamó, cada puñetazo emitiendo una luz brillante que atravesó la oscuridad que los rodeaba. Los golpes impactaron con fuerza, haciendo que ambas criaturas retrocedieran, aturdidas por el poder del héroe.

Victor retrocedió con una sonrisa desafiante, sintiendo cómo la adrenalina corría por sus venas. "No son nada comparado con lo que he enfrentado antes," murmuró para sí mismo, preparándose para lo que vendría.

Mientras tanto, la atmósfera se cargaba de tensión, y los espectadores en la Tierra contenían la respiración, sabiendo que el destino de Victor estaba en juego en esta feroz batalla.

Un corte repentino surcó el aire como un destello oscuro; Xal'Azar había lanzado un ataque preciso que cortó el brazo izquierdo de Victor. La herida era profunda, pero no era suficiente para desalentarlo. Justo cuando el dolor se hacía presente, Abaddon y Belzebu se lanzaron en su contra, golpeando con fuerza, pero Victor retrocedió ágilmente, esquivando varios ataques hasta que Xal'Azar emergió del polvo y golpeó su cuello con fuerza, enviándolo a la izquierda.

Sin embargo, cuando Abaddon se puso frente a Victor y lo golpeó, este sintió que el impacto era apenas un roce. Abaddon, confundido por la falta de efecto, miró a Victor con incredulidad. Fue entonces cuando Victor, con una sonrisa desafiante, lanzó un golpe devastador al estómago de Abaddon. "¡Adiós!" exclamó mientras un blaster solar azul se formaba en su mano, absorbió la esencia de Abaddon, quien se desvaneció en la explosión de energía, dejándolo atrás.

Victor se encontró ahora en una de las zonas más oscuras de la luna, donde pequeños muros y ciudades habían sido construidos. Con una sonrisa en su rostro, levantó su brazo cortado, que comenzó a regenerarse a una velocidad impresionante. Una vez que se recuperó por completo, se movió como un rayo, colocándose detrás de Belzebu y lanzándole un poderoso golpe con un destello solar, enviándolo volando a varios metros de distancia.

El combate se intensificó entre Victor y Xal'Azar. Con movimientos veloces, Xal'Azar lanzó un golpe directo al rostro de Victor, pero este lo tomó por los brazos y lo giró, viéndolo ser lanzado hacia una casa cercana donde Belzebu se encontraba. "¡Ahora!" gritó Victor, lanzando un destello negro que atravesó la estructura, destrozándola en mil pedazos.

Con determinación, Victor creó un blaster solar rojo y lo apuntó hacia Xal'Azar. Sin embargo, este levantó su brazo y, usando su propia técnica, lanzó el ataque hacia el cielo. Pero Victor no había olvidado la energía azul que había lanzado previamente; todo sucedió en un instante. Xal'Azar gritó: "¡Belzebu!" mientras el demonio aparecía, intentando detener el ataque de Victor. Pero fue demasiado tarde; Victor lo golpeó con fuerza, y al hacerlo, Xal'Azar se ocultó en las sombras de Belzebu para contraatacar.

"Eres ingenuo," murmuró Xal'Azar, riendo en voz baja.

Victor, sonriendo, replicó: "Eso no te servirá de nada." Con un movimiento de sus manos, invocó la técnica: "¡Crespusculo azul!" La energía de ambos ataques colisionó, creando una explosión impresionante. El blaster azul y el rojo se unieron, formando un blaster solar púrpura que explotó con una potencia devastadora.

El campo de batalla se llenó de escombros y polvo. Cuando la nube se disipó, Xal'Azar se levantó, visiblemente dañado, pero aún con una sonrisa de desafío en su rostro. Mientras tanto, Victor descendió con gracia, aterrizando de pie a pesar de las heridas visibles, una sonrisa de triunfo y determinación iluminando su rostro, aunque con un ojo ligeramente herido que empezaba a regenerarse.

"Esto apenas comienza," declaró Victor, preparándose para la siguiente ronda de su épica confrontación.

Xal'Azar, con un brillo malévolo en sus ojos, concentró toda su energía y cortó el aire, realizando un ataque devastador que impactó directamente en el cerebro de Victor. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Victor mientras su mente se tambaleaba, sintiendo cómo su esencia se desvanecía. En un abrir y cerrar de ojos, Xal'Azar se movió rápidamente, arrancando el alma de Victor con una precisión mortal. El horror se apoderó de Victor mientras veía cómo su alma era destruida en un instante, un destello de luz seguida de oscuridad.

Pero Xal'Azar no se detuvo ahí; con un grito de triunfo, extrajo su propio cerebro, un oscuro artefacto pulsante, y lo colocó dentro del cuerpo de Victor, forzando una fusión grotesca de existencia. Xal'Azar suturó los puntos de la frente de Victor, asegurándose de que su control sobre el cuerpo estuviera sellado. "Yo gané," declaró con una sonrisa siniestra, sintiendo la victoria corriendo por sus venas.

Mientras tanto, Evil Victor, que había estado observando todo desde dentro de la mente de Victor, logró escapar en el último segundo. Se materializó en la casa de Victoria, su esposa, con una expresión de terror en su rostro. "¡Algo horrible ha pasado!" exclamó, tratando de explicar la situación.

Victoria, alarmada, se acercó rápidamente, buscando entender qué había ocurrido. "¿Qué pasó con Victor?" preguntó, su voz llena de preocupación.

Evil Victor, respirando con dificultad, comenzó a relatar la terrible verdad: "Xal'Azar ha tomado su cuerpo. Ha destruido su alma y ha hecho algo inimaginable."

Mientras tanto, en la luna, el cuerpo de Victor, ahora bajo el control de Xal'Azar, se movía con una precisión y poder sin igual. Xal'Azar disfrutaba de la conexión con un cuerpo que una vez fue un héroe, planeando su próximo movimiento para asegurarse de que su dominio fuera absoluto. Sin embargo, en el fondo, una chispa de esperanza permanecía, pues Evil Victor sabía que aún había una forma de liberar a Victor de esta pesadilla. La batalla por el alma de Victor apenas comenzaba.

White, con una sonrisa arrogante, se elevó sobre el campo de batalla, su figura resplandecía con un aura oscura. Con un gesto dramático, comenzó a proyectar imágenes a través de todos los monitores y pantallas del mundo, mostrando el cuerpo de Victor controlado por Xal'Azar.

"¡Miren todos!" exclamó White, su risa resonando con desprecio. "Ahora mi amo está adentro de ese perdedor. Su heroísmo ha sido reducido a nada. ¡El gran Victor, un títere en manos de Xal'Azar!"

Las imágenes mostraban a Victor, su rostro una mezcla de dolor y confusión, pero también de rabia contenida. White continuó disfrutando del espectáculo, mientras el mundo observaba, horrorizado y fascinado por el destino del héroe.

"¡Ya no es más que un simple peón en este juego cósmico! ¡La luz se ha apagado y la oscuridad ha triunfado!" Su risa resonaba en todos los rincones, amplificando la desesperación y la incredulidad de aquellos que admiraban a Victor.

En las casas, en las escuelas y en las calles, la gente miraba con miedo. Héroes y villanos por igual se detenían, sintiendo la pesadez del momento, mientras los murmullos de preocupación comenzaban a surgir. La derrota de Victor significaba una pérdida no solo para él, sino para todos los que luchaban por la justicia y la paz.

"¿Qué harán ahora los héroes?" continuó White, desafiando a todos a reaccionar. "¿Cómo piensan recuperar a su salvador? ¡La esperanza ha muerto!" Su risa se desvaneció en un eco siniestro, dejando a todos en un estado de incertidumbre, mientras el destino de Victor y el equilibrio del mundo pendían de un hilo.

Fin.