Victor se sentó en la cama de su habitación, abatido y sin energía. Sus esposas, Luci y María, estaban en la sala, conversando con preocupación sobre el evidente desánimo de Victor.
Luci, con una expresión de inquietud, dijo: "He notado que últimamente Víctor está más distante. Algo parece estar pesándole mucho."
María asintió, también preocupada: "Sí, ha estado así desde su regreso. Lo peor es que no habla mucho sobre lo que le afecta."
Luci suspiró: "Quizás lo mejor sea darle tiempo. A veces las palabras no ayudan tanto como el solo estar allí para él. Pero no podemos ignorar que algo realmente lo está consumiendo."
María miró hacia la habitación de Victor, con tristeza en sus ojos: "Lo sé. Solo espero que encuentre la paz que necesita. Quizás deberíamos intentar hacer algo especial para alegrarle el día, algo que lo saque de ese estado."
Luci pensó un momento y luego sugirió: "Podríamos organizar una pequeña reunión con amigos cercanos o preparar una cena especial. Algo que le recuerde que tiene un apoyo sólido y que no está solo en esto."
María sonrió ligeramente, sintiendo que era una buena idea: "Sí, eso podría ayudar. Haremos lo que podamos para mostrarle que estamos aquí para él."
Mientras tanto, Victor seguía en su habitación, perdido en sus pensamientos. A pesar de las intenciones de sus esposas, se sentía atrapado en su propia mente, luchando por encontrar un camino hacia la calma en medio de sus recuerdos y emociones turbulentas.
Victor se durmió en su cama, pero el descanso no trajo paz. En su sueño, se encontró en un mundo sombrío y caótico, donde su propia figura se distorsionaba en un monstruo temible. A su alrededor, el cielo estaba cargado de nubes oscuras, y el suelo estaba cubierto de escombros y ruinas.
En la pesadilla, Victor caminaba entre las ruinas de lo que alguna vez fue una ciudad vibrante. Cada paso que daba parecía desatar más destrucción. Las personas, con rostros llenos de horror y desesperación, lo miraban con odio y miedo. No importaba cuán duro intentara no hacerles daño, parecía que su mera presencia provocaba caos y sufrimiento.
Sus esposas, Luci y María, aparecieron en el sueño, pero no eran las figuras amorosas y comprensivas que Victor conocía. En lugar de eso, las veía con miradas de repulsión y condena. "¿Cómo pudiste hacer esto?" gritaban, sus voces llenas de dolor y decepción. "Eres un monstruo, Victor. Todo esto es tu culpa."
Victor intentó hablar, pero su voz se ahogaba en un grito de desesperación, incapaz de defenderse o explicar que no era su intención causar tal daño. Cada vez que intentaba acercarse a ellas, se veía rechazado y alejado por una fuerza invisible, mientras él mismo se hundía en un mar de culpa y desesperación.
Despertó sudoroso y agitado, su corazón latiendo con fuerza. A su alrededor, la habitación estaba en silencio, el día comenzaba a despuntar a través de las cortinas. El sueño había dejado una sensación de desasosiego que le resultaba difícil de sacudirse, intensificando sus sentimientos de culpa y desesperanza. Aunque sus esposas estaban cerca y a salvo, el peso de sus pesadillas seguía presionando sobre él.
En el oscuro y perturbador rincón del subconsciente de Victor, Evil Victor se manifestaba con furia. Su presencia, como una sombra amenazante, resonaba con una voz llena de ira.
"No es por nada, mocoso," dijo Evil Victor con un tono lleno de desprecio, "pero aún siendo una maldición, no me dejas dormir igual. ¿Qué rayos sucede?"
El enojo de Evil Victor se notaba claramente en sus palabras. A pesar de su condición actual, atrapado dentro de la mente de Victor, seguía sufriendo las repercusiones de sus pesadillas y los tormentos internos de su huésped. Su frustración crecía al ver que Victor, en su desesperación y dolor, aún no podía superar los fantasmas de su pasado.
Victor, en un estado de confusión y malestar, sintió la presencia de Evil Victor como un peso adicional sobre sus hombros. La voz resonaba en su mente, amplificando la sensación de culpa y el tormento emocional que ya experimentaba.
"¿Acaso no entiendes que esto solo empeora las cosas?" continuó Evil Victor, su enojo palpable. "No importa lo que pase, no puedo descansar, y tú tampoco puedes. Es un ciclo interminable de sufrimiento. ¿Qué vas a hacer al respecto?"
A medida que Evil Victor descargaba su ira, Victor se esforzaba por apartar sus pensamientos de la presencia perturbadora en su mente. El conflicto interno seguía siendo una lucha constante, y el sueño perturbador solo era un reflejo de los conflictos más profundos que enfrentaba en su vida cotidiana.
En el silencio inquietante del subconsciente de Victor, Evil Victor dejó escapar un suspiro cargado de desdén. Su tono se tornó sarcástico, pero la frustración era palpable.
"Una maldición como yo necesita un descanso divino, sabes," comentó Evil Victor con un aire de desdén. "¿Vas a hablar conmigo o te quedarás como un estúpido? No tengo todo el día para esperar a que decidas finalmente enfrentar lo que hay dentro de tu cabeza."
Evil Victor se movió en el espacio oscuro de la mente de Victor, su presencia una constante molestia. La tensión entre ellos era palpable, y la presencia de Evil Victor parecía intensificar la desesperación de Victor, haciendo que el conflicto interno se volviera aún más agudo.
Victor, en medio de su desasosiego y pesadillas, intentó centrarse en la voz que resonaba en su mente. Aunque el deseo de evitar confrontar a Evil Victor era fuerte, el peso de sus palabras y el constante tormento mental lo obligaron a enfrentar lo que había estado evitando.
En el oscuro laberinto del subconsciente de Victor, Evil Victor se movía con una presencia dominante y cruel. Con una mueca de burla, observó a Victor, quien estaba visiblemente abatido y derrotado.
"No entiendo cómo tu familia te aguanta," dijo Evil Victor, su voz cargada de desdén. Su comentario resonó en el vacío del subconsciente, amplificando el dolor emocional que Victor ya sentía.
Victor, con la mirada hundida y la moral baja, trató de retirarse a su propio rincón mental, buscando escapar de las agudas palabras de Evil Victor. Sin embargo, el impacto emocional fue tan fuerte que, aunque se encontraba en el ámbito de su mente, el dolor se trasladó a su realidad física.
Evil Victor, notando la debilidad de Victor, se acercó y le dio un golpe al pecho. Aunque era una manifestación del subconsciente, Victor sintió el dolor físico en su cuerpo real. El golpe le quitó el aire y le dejó sin aliento, una sensación insoportable que lo hizo tambalear.
"Eres un guerrero, ¿no?" dijo Evil Victor, su voz cargada de desprecio. "Comportate como tal."
Las palabras de Evil Victor eran una combinación de desafío y provocación, intentando sacar a Victor de su estado de desesperación y debilidad. La tortura psicológica se volvía más intensa, con Evil Victor jugando con los límites de la resistencia de Victor y obligándolo a enfrentar sus propios miedos y debilidades.
En el oscuro paisaje del subconsciente de Victor, Evil Victor se movió con una postura altiva y dominante. Su voz resonó con un tono de arrogancia que parecía llenar el vacío mental de Victor.
"Desde donde yo vengo, soy el más fuerte," comentó Evil Victor, su mirada cargada de desdén y superioridad. Sus palabras tenían un peso abrumador, reforzando su imagen como una entidad poderosa e implacable.
Victor, aún tambaleándose por el golpe emocional y físico que había recibido, sintió el impacto de esas palabras. La arrogancia de Evil Victor parecía desafiarlo, exigiendo que enfrentara su propio sentido de impotencia y debilidad.
"¿Qué vas a hacer al respecto?" continuó Evil Victor, su tono despectivo. "¿Vas a quedarte aquí lamentándote o vas a hacer algo digno de tu reputación?"
El desafío implícito en sus palabras era claro: Evil Victor estaba empujando a Victor a salir de su estado de desesperación y a demostrar que realmente tenía el coraje y la fuerza que tanto le exigía.
Victor permaneció en silencio, su mirada fija en el suelo mientras las palabras de Evil Victor resonaban en su mente. La humillación y el dolor se reflejaban en sus ojos llorosos, incapaces de ocultar el impacto de las acusaciones y el desprecio que Evil Victor le arrojaba.
"Qué decepción," continuó Evil Victor con un tono cargado de desdén. "Eres el mismo niño que fue maltratado en el callejón, una decepción para tu raza y para mí como tu recipiente, o bueno, huésped, por así decirlo."
Cada palabra de Evil Victor era como una aguja afilada, perforando la vulnerabilidad de Victor y recordándole los traumas y fracasos que había tratado de superar. La mirada de Victor, cargada de tristeza y desánimo, apenas podía sostenerse ante la brutalidad de las palabras de Evil Victor.
Evil Victor, al ver la profunda desolación en el rostro de Victor, se sintió momentáneamente satisfecho con el sufrimiento que estaba infligiendo. Sin embargo, una parte de él también reconocía la debilidad inherente en Victor, algo que le servía tanto de ventaja como de inconveniente.
"¿Vas a llorar y quedarte en la oscuridad?" preguntó Evil Victor, con una mezcla de burla y provocación en su voz. "O vas a levantarte y mostrarme que realmente eres más fuerte de lo que aparentas ser."
Victor, aún sumido en su dolor, sabía que no podía quedarse allí indefinidamente. Aunque las palabras de Evil Victor lo herían profundamente, también despertaban en él una chispa de determinación. Se quedó quieto por un momento, reuniendo las fuerzas necesarias para enfrentar tanto sus propios demonios internos como al propio Evil Victor.
Victor, con gran esfuerzo, se levantó en su subconsciente. A pesar de su mirada decaída y el peso emocional que llevaba, reunió lo que le quedaba de fortaleza y, con un golpe decidido, impactó la mejilla de Evil Victor. La expresión Evil Victor, con una sonrisa cruel en su rostro, observó a Victor con una mezcla de satisfacción y desdén. "Ahí está el maldito genocida que conozco," dijo, su tono cargado de ironía y burla. "También fui yo quien hizo todo lo que tú ahora intentas enfrentar. No solo te reflejo tus peores temores, sino también lo que una vez fuiste capaz de hacer."
La sonrisa de Evil Victor se amplió, mostrando su aprobación retorcida. "Tu resistencia es admirable, pero en el fondo, no puedes escapar de lo que eres. Eres el mismo que cometió atrocidades, y yo soy la manifestación de esa parte de ti que nunca se irá. Es fascinante ver cómo aún intentas luchar contra lo que en realidad eres."
Victor, a pesar de su agotamiento, fijó su mirada en Evil Victor con determinación. "No dejaré que te burles de mí," dijo, su voz cargada de una resolución renovada. "Puedo enfrentar mis errores, pero no voy a permitir que mi pasado me defina. Y tampoco permitiré que tú lo hagas."
El enfrentamiento en el subconsciente se tornaba cada vez más intenso, reflejando no solo la lucha interna de Victor, sino también su rechazo a ser sometido por la parte oscura de sí mismo.
Victor, con lágrimas en los ojos y un profundo dolor en el pecho, dio otro golpe a Evil Victor en la mejilla. Su expresión era una mezcla de rabia y desesperación, dejando ver su quebranto interno. "Te odio..." murmuró entre sollozos, su voz temblorosa y cargada de emociones reprimidas.
Evil Victor, observando a Victor con una mezcla de desdén y comprensión torcida, suspiró profundamente. "Esto es lo único que voy a demostrar de mi maldito mocoso," dijo, su tono implacable.
Luego, con un gesto inesperado, Evil Victor abrazó a Victor. El abrazo era frío y cargado de una oscuridad que parecía absorber la luz del entorno. A pesar de su naturaleza cruel, el abrazo contenía una extraña mezcla de poder y desdén, como si Evil Victor intentara absorber toda la desesperación y dolor de Victor en ese momento.
Victor, atrapado en el abrazo, sintió una oleada de sentimientos encontrados: el dolor del pasado, la culpa y el odio, pero también una tristeza profunda que parecía disolverse en el abrazo oscuro de su enemigo. Era una confrontación en la que lo más humano y vulnerable de Victor se encontraba cara a cara con la parte más despiadada y torcidamente reflejada de sí mismo.
En ese abrazo, la lucha interna de Victor se hacía tangible, mostrando la profundidad de su conflicto con Evil Victor y la batalla constante que libraba dentro de sí mismo.
Evil Victor, con una expresión imperturbable, comentó con frialdad: "Esto es lo único de amor que recibirás de mí." Luego, sin previo aviso, le dio un golpe contundente en el estómago a Victor.
El impacto fue tan violento que Victor fue expulsado de su subconsciente de un solo golpe, despertando en la realidad con una sacudida. Se incorporó de la cama, jadeando y sintiendo un dolor agudo en el estómago, como si el golpe aún resonara en su cuerpo. Su mente estaba agitada, aún procesando el enfrentamiento con Evil Victor y el abrazo en el mundo subconsciente.
Mientras trataba de recuperar el aliento y calmarse, Victor se dio cuenta de que, a pesar de la brutalidad del enfrentamiento, había obtenido una nueva perspectiva sobre su propio tormento interno y la parte de sí mismo que había estado luchando por controlar.
Victor salió de su cuarto, aún desorientado por la experiencia en su subconsciente. En el pasillo, se encontró con un grupo de sus amigos y aliados reunidos, conversando y pasando el tiempo. Entre ellos estaban Zahid, Luna, Mahin, Marcos, Tino, Maira, Colin Franklin, Rigor, Karla, Akaba, Necross, Javier, Ushibaa, Palitogood, Trapecio, Amsel, Lixy, Normado, Elisa, Lulu, Assath, Alpaca, Shyki, Fran, Asagi, Sungonkun, Chomosukez, Luci, Mariwiwi, María, y otros más.
El ambiente estaba lleno de conversación y risas, una imagen de normalidad que contrastaba con el tormento interno que Victor acababa de experimentar. A pesar del esfuerzo por ocultar su malestar, sus amigos notaron que algo no estaba bien.
Luci, que estaba entre la multitud, se acercó a Victor con una mirada preocupada. "¿Todo bien, Victor? Pareces... diferente."
Victor, intentando recuperar su compostura, asintió lentamente. "Sí, solo... estaba pensando en algunas cosas. Nada que no pueda manejar."
Los amigos continuaron su conversación, sin presionar a Victor. Sabían que a veces, los héroes también enfrentaban batallas internas, y ofrecieron su presencia como un tipo de apoyo. Victor, aunque todavía afectado por lo que había sucedido en su subconsciente, se sintió un poco reconfortado por la compañía de sus amigos.
Con una sonrisa forzada, Victor se unió al grupo, intentando dejar atrás el dolor emocional mientras se sumergía en el bullicio y la camaradería que ofrecían sus compañeros.
Un golpe se escuchó en la puerta del joven Victor.
Victor abrió la puerta de su casa y, para su sorpresa, encontró una canasta en el umbral. Dentro de la canasta había un bebé, envuelto en una manta. Junto al bebé, había un papel que decía: "Gaby, cuida a mi hija."
Victor miró alrededor, pero no había señales de la persona que había dejado la canasta. Con cuidado, levantó el papel y leyó el mensaje una y otra vez, tratando de entender la situación. El bebé en la canasta parecía tranquilo, ajeno a la confusión que provocaba su llegada inesperada.
Con un suspiro, Victor tomó la canasta y la llevó adentro. Llamó a Luci y a los demás para informarles de la situación. La noticia causó un revuelo entre sus amigos, que se reunieron para ver qué estaba pasando.
Luci se acercó al bebé con una expresión de sorpresa y ternura. "Parece que tenemos una nueva responsabilidad," comentó mientras examinaba al bebé con cuidado. "No hay información sobre quién la dejó o por qué, pero claramente necesita cuidados."
Victor asintió, aún procesando el extraño giro del destino. "Haremos lo que sea necesario para cuidar de ella. Aparentemente, es parte de nuestra vida ahora."
El grupo se organizó para preparar un lugar adecuado para el bebé y asegurarse de que tuviera todo lo necesario. Aunque la llegada de la pequeña trajo consigo muchas preguntas sin respuesta, también ofreció una nueva perspectiva y una oportunidad para unir aún más a la familia y amigos de Victor.
Victor, con una determinación visible en su rostro, levantó al bebé de la canasta con delicadeza y lo colocó en una cuna que antes había sido de su hijo José. Miró al pequeño ser con una mezcla de asombro y ternura, y se dirigió a la habitación donde la cuna estaba preparada.
"Gaby," dijo en voz baja, mientras acomodaba al bebé en la cuna, "te cuidaré igual que a mi propia sangre. Haré todo lo que esté en mis manos para darte el hogar que mereces."
Con la cuna asegurada y el bebé bien acomodado, Victor se apartó un momento para observar. El pequeño parecía tranquilo en su nuevo entorno, ajeno a los eventos que lo llevaron hasta allí. Victor sintió una oleada de responsabilidad y afecto por la pequeña, y se dio cuenta de que, a pesar de los desafíos que enfrentaba, ahora tenía una nueva razón para seguir adelante.
Luci y los demás entraron en la habitación, viendo cómo Victor se ocupaba del bebé con una dedicación que reflejaba su compromiso. La llegada inesperada de Gaby había cambiado el tono de la situación, trayendo un nuevo enfoque a la vida de Victor y su familia.
Juntos, se aseguraron de que el bebé estuviera cómodo y bien cuidado, preparándose para la nueva etapa que les esperaba.
Victor, después de activar brevemente su poder para ver el futuro y observar los eventos relacionados con la llegada de Gaby, se dio cuenta de que no había podido ver quién dejó a la niña. Desactivó su poder con un suspiro y se dirigió a Luci, que estaba en la misma habitación.
-Luci -dijo, llamándola con un tono preocupado-, ¿alguna idea de quién podría haber dejado a Gaby aquí? Vi todo lo que pasó, pero no pude ver quién la dejó en la puerta.
Luci, mirando al bebé con una mezcla de sorpresa y preocupación, respondió con una expresión pensativa.
-No estoy segura, Victor. Esto es inesperado. Quizás la nota puede darnos alguna pista. ¿Qué decía exactamente?
Victor tomó la nota que estaba junto a la canasta y se la mostró a Luci.
-Decía: "Gaby, cuida a mi hija." Eso es todo. No hay más información.
Luci frunció el ceño mientras leía la nota.
-Parece que la persona que dejó a Gaby quería asegurarse de que estuviera a salvo, pero no nos da ninguna pista sobre su identidad o motivos. Tendremos que investigar más para descubrir quién la dejó y por qué.
Victor asintió, reconociendo la necesidad de averiguar más sobre la situación. Mientras tanto, tanto él como Luci decidieron centrarse en cuidar de Gaby y proporcionar un entorno seguro para ella, al menos hasta que pudieran resolver el misterio de su llegada.
Victor, con una mirada llena de ternura y determinación, se acercó a la cuna donde Gaby estaba durmiendo plácidamente. Con suavidad, se inclinó y le dio un beso en la frente. A pesar de que la niña no era de su sangre, Victor sentía un profundo compromiso hacia ella.
-Te cuidaremos como si fueras nuestra propia hija -dijo con una voz suave, mirando a la pequeña con amor.
Luci, que observaba desde un lado, se acercó y colocó una mano en el hombro de Victor.
-Lo haremos -confirmó ella-. Cuidaremos de Gaby con todo nuestro corazón.
Ambos sabían que, sin importar el misterio detrás de la llegada de la niña, su prioridad ahora era asegurarse de que Gaby tuviera el amor y la seguridad que necesitaba. Con este firme propósito, se prepararon para enfrentar el desafío de cuidar a la pequeña, mientras continuaban buscando respuestas sobre su origen.
Dos meses después, la vida había vuelto a su ritmo, con Victor y Luci adaptándose a su nueva rutina para cuidar a Gaby. La pequeña había traído una nueva fuente de alegría y propósito a sus vidas, y estaban decididos a brindarle todo el amor y el cuidado que necesitaba.
Un día, Victor decidió ir al centro comercial para comprar algunos artículos necesarios para la casa, incluidos pañales para la niña. Mientras paseaba por los pasillos del centro comercial, con una lista en mano, se detuvo en una tienda de artículos para bebés. Escogió cuidadosamente pañales y otros suministros esenciales, asegurándose de que todo estuviera en orden para Gaby.
Mientras estaba en la tienda, observó a los demás clientes y notó cómo su vida había cambiado de manera tan drástica. Se encontró pensando en lo que había pasado en los últimos meses, desde la llegada inesperada de Gaby hasta los desafíos que había enfrentado.
Al finalizar sus compras, Victor regresó a casa, llevando las bolsas con los suministros. Aunque la vida continuaba con sus desafíos, el amor y la responsabilidad que sentía por Gaby le daban una renovada fuerza y determinación. Sabía que, sin importar lo que el futuro les deparara, lo enfrentaría con la misma dedicación y cuidado que había mostrado hasta ahora.
Victor llegó a casa con las compras, cargando las bolsas de pañales y otros artículos esenciales. Al entrar, fue recibido por el cálido ambiente de su hogar. Se acercó a Luci y María, quienes estaban ocupadas con las tareas diarias, y les dio un beso a ambas, demostrando su cariño y aprecio.
José estaba jugando alegremente en una esquina del salón, y Victor se inclinó para darle un beso en la frente. El niño lo miró con una sonrisa radiante, disfrutando del tiempo con su padre.
Finalmente, Victor se dirigió a la cuna donde Gaby estaba dormida. La pequeña, con su rostro angelical y sus delicadas manos, era el centro de su amor y atención. Victor le dio un tierno beso en la frente y susurró palabras de cariño, asegurándole que siempre estaría allí para cuidarla.
Con sus dos esposas y sus hijos alrededor, Victor sintió un profundo sentido de gratitud y realización. Aunque el pasado había sido tumultuoso, estos momentos de ternura y familiaridad le ofrecían una paz y felicidad que valoraba profundamente.
Fin.