En el planeta donde se encontraba Metatron, el dios de los robots y androides, el clamor de seres vivos de diversas razas y universos llenaba el aire. Humanos de otros mundos, alienígenas y otras criaturas exigían justicia por los actos atroces de Victor, el genocida. Voces airadas se alzaban, llamándolo corrupto y manipulador, pidiendo su muerte por sus crímenes.
Metatron, con su semblante frío y calculador, decidió atender a las súplicas. Se dirigió a su taller, un lugar repleto de tecnología avanzada y herramientas imposibles de imaginar. Con precisión y habilidad, comenzó a forjar a un androide único: Derek. Este androide sería una combinación perfecta de partes humanas y robóticas. Sus huesos fueron reforzados con metales avanzados, y su piel sintética le otorgaba una resistencia sin igual.
Finalmente, Metatron ensambló a Derek y lo activó. Los ojos del androide brillaron con una luz azul intensa mientras procesaba su primera y más importante misión: encontrar y eliminar a Victor.
En la Tierra, mientras tanto, Victor disfrutaba de momentos de paz con su familia. Con Gaby, su hija adoptiva, en brazos, sonreía mientras sus dos esposas lo observaban con amor. Sus armas, relegadas a un rincón de la casa, no eran necesarias en esos momentos de tranquilidad.
Victor se levantó y llevó a Gaby a su cuna, luego besó a sus esposas y salió a tomar aire fresco. Para él, esta vida familiar era un entrenamiento, una lección de cómo ser un buen padre a su manera. Después de un rato, volvió a entrar en la casa, acostó a su hijo José y apagó las luces para descansar junto a sus esposas.
Pero la calma no duraría mucho. Derek, con su misión clara y sus sistemas en pleno funcionamiento, estaba en camino. La amenaza de Metatron se cernía sobre Victor, aunque él aún no lo sabía.
A las 3 de la madrugada, hora salvadoreña, un ruido ensordecedor rompió la tranquilidad de la noche. Un objeto atravesó la atmósfera terrestre y cayó con estrépito en una de las montañas del oriente del país. La impactante llegada dejó un cráter humeante y desechos de roca esparcidos por doquier.
De entre los escombros emergió Derek, el androide creado por Metatron. Sus ojos azules brillaban con una determinación inquebrantable mientras caminaba, imperturbable, hacia uno de los pueblos cercanos. Las pocas personas despiertas a esa hora miraban con asombro y temor al desconocido que avanzaba con pasos firmes y propósito claro.
De casa en casa, Derek buscaba al joven Victor, su objetivo. Golpeaba puertas, interrogaba a los atónitos residentes, y continuaba su búsqueda con una eficiencia implacable. Nadie parecía saber quién era Victor ni dónde encontrarlo, pero eso no detendría al androide. Su misión estaba grabada en su programación y no descansaría hasta cumplirla.

Mientras tanto, Victor dormía plácidamente en su hogar, ajeno a la amenaza que se acercaba. La paz de su vida familiar estaba a punto de ser destrozada por la llegada de Derek, y el enfrentamiento entre el hombre y la máquina sería inevitable.
Derek caminó por el centro del pueblo, sus ojos mecánicos registrando cada detalle. Pasó frente a la academia de héroes, un edificio imponente que destacaba entre las estructuras más humildes del lugar. Sin embargo, no le dio importancia y continuó su búsqueda.
Durante dos horas, recorrió las calles empedradas y los callejones oscuros, interrogando a quien encontrara a su paso. Cada negativa o respuesta vaga solo alimentaba su determinación. La paciencia y persistencia del androide no flaquearon, y siguió adelante, metodicamente revisando cada rincón del pueblo.
Cuando el primer rayo de sol comenzó a teñir el horizonte de un color anaranjado, Derek se detuvo por un momento. Ya eran las cinco de la mañana y el amanecer estaba cerca. Su búsqueda aún no había terminado, pero la luz del día revelaría nuevas pistas y posibilidades. El tiempo de confrontación se acercaba, y Derek estaba listo para cumplir con su misión.
Después de recorrer varios pueblos y ciudades, Derek finalmente llegó al occidente del país. Las calles comenzaban a llenarse de vida mientras la gente se dirigía a sus trabajos. Eran las siete de la mañana cuando Derek, persistente en su búsqueda, continuaba interrogando a los transeúntes, sus ojos escaneando cada rostro en busca de su objetivo.
Victor, aprovechando la tranquilidad de la mañana, salió a dar una caminata solo, buscando un momento de paz antes de que comenzara su día. Caminaba por una calle arbolada cuando, de repente, se encontró cara a cara con Derek. Los ojos del androide se fijaron en él con una intensidad inhumana, y Victor supo al instante que este encuentro cambiaría el curso de su día, y quizás de su vida.
Derek, sin perder tiempo, habló con una voz metálica pero decidida.
-Victor -dijo-. He sido enviado para juzgar tus acciones.
Victor sabía que esto era malo. Sin tiempo para pensar, Derek formó pequeñas bolas de energía negra en sus puños, concentrando la fuerza de neutrones en ambas manos. Con una velocidad impresionante, lanzó un golpe directo a la quijada de Victor.
Victor, con sus reflejos afilados por años de combate, apenas logró esquivar el ataque. La energía del golpe pasó rozando su mejilla, desintegrando una parte del árbol detrás de él. El impacto del puño de Derek en el aire fue suficiente para hacer que las hojas cayeran como si hubiera pasado una tormenta.
-No te lo pondré fácil -dijo Victor, preparándose para la pelea. Sus músculos se tensaron mientras se ponía en guardia, listo para enfrentarse al implacable androide.
Derek, sin mostrar emoción, avanzó hacia él con la misma intensidad en sus ojos, listo para continuar la batalla.
Victor respondió con un golpe devastador, canalizando toda su fuerza en el puño. El impacto del golpe fue tan potente que lanzó a Derek hacia el sur del país. El androide voló a través del aire a una velocidad vertiginosa, atravesando montañas y valles, hasta que su cuerpo aterrizó violentamente en las playas del sur. El golpe fue tan poderoso que abrió el mar en dos, creando un canal temporal en el océano.
Victor observó el horizonte, sintiendo el eco de su golpe resonar a lo lejos. Sabía que esto no había terminado. Derek se levantó en las playas, su cuerpo reconstituyéndose rápidamente. Las partes mecánicas y humanas de su cuerpo se regeneraron con una eficiencia aterradora, listándolo para continuar la pelea.
Derek se levantó del océano, el agua goteando de su cuerpo mientras su núcleo de poder infinito comenzaba a brillar intensamente. Metatron había dotado a Derek con la capacidad de absorber energía del espacio mismo, y ahora, estrellas y multiversos comenzaron a converger en su ser. El androide se transformó en una entidad multiversal cósmica, su presencia emanando una fuerza inimaginable.
Victor, de pie en la distancia, sintió el aire cargado de energía y se preparó para el combate. Observó a Derek con atención, sabiendo que la verdadera batalla apenas comenzaba.
Derek levantó una mano, y una esfera de energía cósmica se formó en su palma. Con un movimiento rápido, lanzó la esfera hacia Victor, su poder distorsionando el espacio a su alrededor. Victor esquivó el ataque por poco, el impacto de la esfera dejando un cráter masivo en el suelo. Sin detenerse, Derek se lanzó hacia adelante, su velocidad ahora aumentada por su nueva forma, cerrando la distancia entre él y Victor en un abrir y cerrar de ojos.

Victor y Derek se lanzaron hacia el cielo, elevándose por encima de la atmósfera terrestre. La batalla se trasladó al espacio, un entorno vacío que pronto se llenó de un caos deslumbrante. Cada puñetazo y cada golpe intercambiado entre ellos detonaban con una intensidad que superaba las explosiones nucleares, liberando ráfagas de energía radiactiva que desintegraban todo a su alrededor.
Victor, aprovechando su conocimiento de la física y sus habilidades, rápidamente arrastró a Derek fuera del campo gravitacional de la Tierra para evitar una devastación aún mayor en el planeta. En el espacio, las estrellas parpadeaban como testigos silenciosos de su combate.
Derek, ahora un ser de pura energía cósmica, manipulaba el espacio mismo a su alrededor. Formó un escudo de partículas estelares y lanzó ráfagas de energía concentrada a Victor. Victor, con su habilidad para manipular y absorber energía, respondió con contraataques igualmente destructivos, creando explosiones que iluminaban el vacío con un brillo cegador.
La batalla continuó, ambos combatientes intercambiando golpes y poderes cósmicos en una danza de destrucción y fuerza. El espacio alrededor de ellos se distorsionaba y vibraba con la intensidad de sus enfrentamientos, creando ondas de choque que resonaban a través del cosmos.
Victor y Derek continuaron su feroz batalla en el espacio, cada golpe y movimiento amplificando la destrucción a su alrededor. La intensidad de su combate estaba llevando el entorno al borde del colapso.
Derek, utilizando su habilidad para manipular el espacio, formó un portal temporal con su puño. Con una rapidez abrumadora, su golpe atravesó el portal y golpeó a Victor con una fuerza devastadora. La energía liberada por el impacto creó una explosión universal en línea recta, expandiéndose a través del cosmos con una intensidad tan grande que arrasó con todo a su paso.
La explosión se extendió a lo largo del espacio, atravesando múltiples galaxias y sistemas estelares, hasta llegar a un punto donde el universo de Victor, aún en expansión, fue afectado. El estallido universal provocó un despliegue de luces y energía que sacudió el tejido mismo del cosmos, dejando una estela de destrucción en su rastro. Victor, lanzado por la fuerza del golpe, luchó por recuperar el control mientras el universo alrededor de él vibraba y se retorcía bajo la presión de la explosión.
Victor, lleno de ira y determinación, escupió un poco de sangre y gritó con todas sus fuerzas: "¡Ira Dansandankai Two!" Su cuerpo se envolvió en un fuego azul y rojo, fusionándose con el poder del espacio y la energía liberada. La aura que emanaba de él era impresionante, una mezcla de fuego y poder puro.
Derek, al ver la transformación de Victor, gritó: "¡Blast!" y comenzó a lanzar ataques de energía desde sus manos, como si fueran una metralleta. Las explosiones eran devastadoras, destruyendo todo a su alrededor. Victor, levitando lentamente hacia la dirección de los ataques, se vio afectado por las explosiones, su camisa se hizo trizas y su cuerpo mostraba lesiones y magulladuras.
A pesar del dolor, Victor no se detuvo. Salió disparado hacia Derek, y Derek, con la misma intensidad, voló hacia Victor. Ambos se acercaron rápidamente, sus puños listos para chocar en un enfrentamiento épico.
Fin.