Lun, la heroína más fuerte del futuro, se encontraba en un techo alto, observando con atención el panorama desolado que se extendía ante ella. Los edificios, antaño orgullosos, ahora colapsaban a su alrededor, envueltos en una nube de polvo y escombros. A pesar del caos, Lun se mantenía serena y vigilante, su principal preocupación eran los civiles que necesitaban su protección en medio de la devastación.
Mientras contemplaba la escena, una brisa fresca y helada acariciaba su rostro, trayendo consigo un momento de calma en el tumulto. A lo lejos, podía escuchar los sonidos de la lucha y el llanto de los sobrevivientes, pero no permitía que estos ruidos la distrajeran de su misión. Con cada respiración, reafirmaba su compromiso de luchar hasta el final para salvar a los inocentes y restaurar un semblante de esperanza en un mundo tan destruido.
Aquella chica decidió tomarse un breve descanso y se dirigió a tomar un baño. Algunos hombres, encargados de proteger el lugar, se aseguraron de que nada perturbara su momento de tranquilidad. Entre ellos se encontraba Tino, su mejor amigo y profesor de la academia de historia, reconocido como el mejor en lo que hace.
Tino, aunque visiblemente cansado, mantenía su mirada penetrante, siempre atento a cualquier amenaza. Cuando Lun salió del baño, él no pudo evitar expresar su preocupación. Con una voz firme, dijo: "Este no era el mejor momento para el combate".
Aquella chica decidió tomarse un breve descanso y se dirigió a tomar un baño. Algunos hombres, encargados de proteger el lugar, se aseguraron de que nada perturbara su momento de tranquilidad. Entre ellos se encontraba Tino, su mejor amigo y profesor de la academia de historia, reconocido como el mejor en lo que hace.
Tino, aunque visiblemente cansado, mantenía su mirada penetrante, siempre atento a cualquier amenaza. Cuando Lun salió del baño, él no pudo evitar expresar su preocupación. Con una voz firme, dijo: "Este no era el mejor momento para el combate... ni para el baño".
De repente, una sombra oscura apareció en el lugar, envolviendo el ambiente con una presencia ominosa. Una voz familiar, pero más gruesa y amenazante, resonó en el aire: "Supongo que tengo que acabar con ustedes".
Tino y Lun intercambiaron una mirada de alarma, preparándose para enfrentar esta nueva amenaza. La tensión era palpable mientras la sombra avanzaba lentamente hacia ellos, intensificando el peligro que ya los rodeaba.
Tino y Lun, al ver a la sombra oscura, reaccionaron al unísono, lanzando un ataque de energía directo hacia la entidad sombría. Sin embargo, la sombra se evaporó en el aire y reapareció detrás de ellos en un instante. Lun, sorprendida, dejó caer su toalla, quedando desnuda. La sombra aprovechó su distracción para asestarle un golpe directo en la mejilla, lanzándola por los aires.
Antes de que Tino pudiera reaccionar, la sombra se volvió hacia él y le propinó un fuerte golpe, enviándolo a volar hacia el lado derecho. Ambos héroes se encontraron separados y vulnerables, enfrentando un enemigo que parecía tener el control absoluto del enfrentamiento.
Un mechón de cabello castaño se dejó ver a través de la sombra, revelando un rostro conocido que emergió con una sonrisa siniestra. Antes de que Tino pudiera levantarse, la figura lanzó otro ataque contundente, enviándolo a estrellarse contra una pared con una fuerza brutal. La identidad del atacante se volvía más clara, pero la ferocidad de su ataque no dejaba espacio para la duda: estaban enfrentando a un adversario formidable y muy familiar.
Lun, recuperándose rápidamente del impacto, buscó desesperadamente algo de ropa para cubrirse, sintiéndose avergonzada en medio del combate. Encontró una túnica ligera y se la puso apresuradamente, tratando de mantener su dignidad mientras se preparaba para enfrentarse nuevamente a la sombra. A pesar de la situación, su determinación no había disminuido y estaba lista para continuar la lucha.
Tino, decidido a no rendirse, lanzó una serie de golpes directos al rostro de la sombra. Cuando la luz iluminó brevemente la figura, se pudo distinguir un poco más del rostro conocido oculto en la oscuridad. Sin embargo, la sombra reaccionó con rapidez, haciendo un corte preciso en la mejilla de Tino, haciéndole perder la concentración.
Antes de que pudiera recuperarse, la sombra desató una explosión veloz que lo lanzó por los aires. Tino cayó al suelo, desmayado por la intensidad del ataque. Lun, ahora parcialmente cubierta, se encontró enfrentando sola a la ominosa figura que había derribado a su amigo.
La luz de la luna se filtró entre las nubes, iluminando la figura de la sombra, revelando el cuerpo de una persona con una sonrisa maliciosa. "Acabemos con esa escoria conocida como humanos", dijo la figura.
A medida que la luz lunar se intensificaba, el rostro, la piel, los ojos y el cabello de la sombra se hicieron más claros. Era Víctor, pero al mismo tiempo no lo era. Una oscuridad palpable emanaba de él. Este no era el héroe que todos conocían. Era Dark Víctor, una versión corrompida y perversa de su antiguo amigo y mentor.
Lun, con el corazón acelerado, se preparó para enfrentar a esta nueva y aterradora amenaza.
Una explosión resonó en el aire, sacudiendo el terreno y causando estragos. Lun, herida y exhausta, yacía en el suelo junto a Tino, que también había sido gravemente afectado.
Dark Víctor, con su sonrisa siniestra aún en el rostro, observó la devastación que había causado. Sin más, comenzó a alejarse del lugar, caminando con calma hacia el bosque, dejando a Lun y Tino a merced de la devastación que él mismo había desatado.
Fin.