- Bueno aquí estamos, ¿no? -

Estamos frente a lo que a todas luces es la batalla final, el escenario cumbre de una historia épica, el héroe, portando una brillante armadura verde, grabada con antiguos símbolos rúnicos; una gran capa, azul en su interior, verde por fuera y con su escudo de armas bordado en dorado; adornando su yelmo, una pluma de tonalidades azuladas; en su mano, una espada llameante lista para traer luz con su fuego al oscuro corazón de su enemigo; su cuerpo potenciado con la poderosa magia de los elementos; y, finalmente, acompañado de sus fieles compañeros, criaturas fantásticas de todos los confines de la imaginación.

Enfrente de él y sus compañeros, una criatura demoníaca, hecha de oscuridad pura, excepto por sus 3 pares de ojos, que brillaban en un potente color violeta.

- ¡¡¡aquí vamos, a la carga!!!-

El héroe y sus compañeros saltan hacia su enemigo, con su espada sobre su cabeza, lista para cortar a través de la bestia y justo cuando está a punto de hacer contacto...

beep, beep, beep, beep

- ¿eh? ..., ¡¡¡maldita sea era la mejor parte!!! -

De repente el despertador hizo su trabajo y nuestro héroe se levantó, completamente desparramado en la cama y con una tira de baba corriendo por su mejilla... pero al final despierto.

- Aaaaaah, me quede dormido de nuevo -

Con movimientos rápidos como el rayo, nuestro héroe se agita valientemente bajo su sabana, moviéndola en todas direcciones, para posteriormente salta de la cama y empieza a prepararse para su día... ¿heroicamente?... Bueno supongo que ya lo notaron, dejemos el teatro del héroe a un lado. Este soy yo, Mendel, 18 años, un tipo cualquiera, algo subido de peso por mi estilo de vida principalmente sedentario, pero bastante promedio en todo lo demás. Soy estudiante universitario de segundo semestre y resiente mente me he acomodado a vivir en un apartamento solo para mí.

- ¡¡Mmmmmghhh mm mmmgh!! (¡¡voy tarde, voy tarde!!) -

Es difícil creerlo al verme corre por el cuarto con un cepillo de dientes en la boca, pero no suelo llegar tarde, aunque es a causa de mi "peculiar" forma de prepararse que nunca he llegado tarde.

- ¡¡¡Entra maldito pantalón!!! ¡¡¡GUAAAA!!!-

!!POMM¡¡

Mientras intentaba ponerme el pantalón lo más rápido posible tropecé y caí de cara al suelo.

- Ay dolor... shhh ahhh -

Exclamaba mientras tallaba mi frente con el pantalón a medio poner. Mejor adelantemos un poco el tiempo del día.

Ya en la escuela, a la que por cierto llegué a tiempo, me encontré sentado escuchando la clase, - otro día más - pensaba, no odiaba realmente mi carrera o mi vida, pero sentía que quería algo más, desde niño siempre había soñado con ser un héroe, tener aventuras fantásticas y una vida emocionante, pero eso no podía ser, esas cosas no existían en este mundo, tenía que aceptarlo, y conformarse con mis sueños, que últimamente se hacían más frecuentes.

Las horas pasaron, lentas y tediosas, a ratos conversaba con algunos amigos, pero en general un día aburrido.

Por fin terminado el día me encaminé a la salida, pero fui detenido por un grupo de mis amigos, los encabezaba Kevin, aunque lo conocí hace poco en la universidad me he encariñado con él, se acero a mí y me abrazo poniendo su brazo sobre mi hombro, si no entienden nuestra forma de hablar no se preocupen, yo traduciré.

- ¡Weey!, ¿Qué pedo, Tienes algo que hacer o salimos un rato? (Buenas tardes estimado amigo, ¿será que usted tiene planes para hoy?, en caso contrario ¿gustaría usted acompañarnos?) -

- Simón wey, pero tengo algo que hacer, ¿te parece mejor otro día? (le agradezco mucho su invitación, desafortunadamente ya poseo compromisos el día de hoy, sin embargo, estaré gustoso de acompañarlos en otro momento)

- Otss, ta bueno pues, pero para la otra no te zafas (Comprendo su situación amigo mío, aunque lamento informar que no aceptare una negativa en la próxima invitación) -

- Jaja, si, como digas, en fin, nos vemos (A pesar de que gradezco mucho su cortesía, no aseguro una respuesta afirmativa para su siguiente invitación, con su permiso, procederé a retirarme) -

Muchas veces tendía a dar excusas para llegar rápido a casa para holgazanear, pero esta vez era en serio, resiente mente había estado pensando en conseguir algún trabajo, algo de medio tiempo para apoyarme un poco, y quien sabe, tal vez empezar a vivir por mi cuenta, después de todo son mis padres los que han pagaban mi hospedaje hasta ahora.

- Bien, manos a la obra -

Entusiasmado, pero quizá más de la cuenta, pues no había pensado demasiado las cosas, mi único plan era caminar por la ciudad para ver si tenía suerte encontrando algo, de cualquier forma, en el peor de los casos este resultaría ser solo un relajante paseo.

Así pase toda la tarde, paseando por una buena parte de Puerto Marina, como su nombre lo dice, una ciudad portuaria bastante poblada, un buen lugar para vivir.

Ya estaba empezando a anochecer y no encontré lo que buscaba (que a decir verdad no me esforcé tanto), me encontraba aún en la calle mientras anochecía mientras comía un cono de helado, mi único premio del día, cuando de repente noté algo en un poste, sin despegar la lengua de mi helado.

- ¿Mmm, Y ejo? -

En el poste había un anuncio que decía "El almacén del diablo busca tendero con o sin experiencia, calle Tiburcio III #13, interesados favor asistir solos y de noche". Un anuncio muy sospechoso, pero me pareció muy creativo, seguramente una tienda gótica como "Tópico de alta tempera" o algo así, y la nota final era perfecta para no perder la temática. Siendo ya casi de noche y sin nada que perder decidí ir al lugar por curiosidad, así que tomé el camión más cercano para llegar a mi destino.

Un rato después baje del camión, muy cerca de la tienda, con mi helado ya acabado, sobrando solo la servilleta del cono en mi mano, no estaba del todo seguro donde era, así que revise el GPS de mi celular para asegurarme.

- Bueno se supone que es justo aqu... Ay dios mío! -

El edificio se veía antiguo, con un estilo victoriano, era grande, rojo y una escalera frontal qué daba a la única Entrada, este edificio estaba en bastante mal estado, las bolsas de basura se habían acumulado en la entrada, varios grafitis pintados en las paredes y los focos, así como un par de vidrios de la fachada estaban quebrados o ausentes.

- Yo creo que ya esté lugar no trabaja... -

De repente un letrero led se encendió sobre la puerta, con el texto "El almacén del diablo" en él, al mismo tiempo las luces del interior del edificio se encendieron y la puerta se abrió haciendo sonar una campana qué seguramente servía para anunciar la llegada de un cliente.

- Bueno... ya llegué hasta aquí, y de verdad parece que necesitan unas manos extra -

Deje la servilleta en el montón de basura y entre al local. No era el tipo de tienda que esperaba, era más cercano a una tienda de antigüedades o un empeño, estaba algo desordenado y había polvo en toda la mercancía.

Pasé un rato paseando por la tienda, buscando a alguna persona, pero después de un rato no encontré a nadie. Me acerque al mostrador al fondo de la tienda a revisar mi celular, ya pasaban de las 9 de la noche.

- ya es muy tarde, tengo que regresar a casa. Que mal lugar para poner el mostrador, alguien podría robarse algo del frente y ni se darían cuenta -

Justo después de soltar mis opiniones sobre el mal acomodo del local y decidir dar la misión por fracasada, las luces se apagaron.

- Oh claro, fabuloso- Dije con micho sarcasmo.

Con solo la luz de mi celular para iluminar la gran tienda todo el lugar adquirió una vibra muy sombría. Mire de un lado para el otro y sentí como la valentía y confianza que había tratado de sostener en esta extraña situación se desvanecía, sentí la urgencia de salir corriendo, pero el peso de mi orgullo me ayudo a contenerme, en su lugar marche firme, a paso veloz (y temblando un poco) hacia la salida, cuando de repente vi algo...

Una luz verde en un polvoso exhibidor con el vidrio roto, la curiosidad superó mi miedo y me acerque. El curioso objeto brillante resultó ser un rehilete, era color verde y blanco, su mango parecía estar echo de delgadas lianas y lo más importante, en el centro de la hélice tenía una gema redonda verde que producía el brillo.

- Qué lindo, ¿Habrá problema si lo tomo?, pero bueno tiene mucho polvo...-

Inmediatamente sople en el rehilete, al momento giro a gran velocidad para la pequeña cantidad de aire que sople y apareció una gran corriente de aire, un torbellino qué giro a mi alrededor mandando a volar también una gran cantidad de polvo.

- ¡Genial! -

¡¡Crash!!

Y junto con el polvo algunos objetos también salieron volando y se estrellaron contra el piso, haciendo que diera un salto.

- !!!Ay canijo!!!... ups... bueno eso estuvo interesante -

- Ciertamente... -

Dijo una voz profunda y rasposa detrás de mí, un escalofrió recorrió su espalda y temí con todo mi ser voltearme. Pero no podía evitarlo, por lo menos tenía que ver quien era el que me mataría. Me giré, usando mi celular como lámpara, y lo que vi me dejo frío.

- Bienvenido al almacén del diablo querido cliente... hace mucho que no tengo uno... -

Era un monstruo en toda regla, una maza completamente negra, su forma se asimilaba a una rana, con un solo gran ojo amarillo y brillante en el centro de su "cara" una gran boca, con un montón de dientes desordenados y muy afilados.

- O tal vez estés aquí por el empleo... qué suerte, tengo un tiempo esperando... después de todo no puedo hacer la reapertura de la tienda sin personal... -

Me relaje un poco, tal vez esta criatura no era mala, recordé mi sueño y lo que había querido por tanto tiempo, esta criatura, el rehilete... ¡¿sería este el inicio de la vida que tanto soñé?!

- Pero hace tanto tiempo... qué no como nada... -

El miedo regreso de golpe, mi mirada se volvió fría, comenzó a temblar, y tropezó al querer dar un paso atrás cayendo sobre mi trasero.

- No puedo abrir el local sin personal... Pero tampoco puedo abrirlo si muero de hambre... Creo que sé que es más importante... ¡¡Gracias por la comida!! -

La criatura se abalanzó sobre mí, abriendo por completo su enorme boca. Vi mí su vida pasar frente mis ojos, una visión bastante tediosa y aburrida... hasta ahora, de repente recordé, ¡¡El rehilete aún estaba es mi mano!!

Lo sople con todas mis fuerzas, lo que generó una corriente de aire aún más fuerte a la anterior, mandando a volar a la criatura al otro lado de la tienda y derribando varias estanterías de la tienda.

Se escucho un estruendo húmedo cuando la criatura se estrelló a la pared, me levanté tan rápido como pude y corrí a la salida. Empuje la puerta que afortunadamente seguía abierto y llegue a la calle.

- Ah, ah, ah, ufff... -

Respiraba agitado tratando de recuperar mi aliento, no estaba acostumbrado a agitarme tanto además necesitaba procesar lo sucedido.

- ¡Alto ahí! -

Lo último que necesitaba, la criatura estaba completa de nuevo, y salió de la tienda rompiendo la puerta en el proceso, iba por mí y no se rendiría.

- ¡No te acerques! -

Grite para después soplar el rehilete de nuevo usando el poco aire qué logre recuperar, pero no fue tan fuerte como antes y la criatura no retrocedió tanto, aun así, aproveche esta ventaja extra para correr.

La persecución no duró mucho, mi condición física no era muy buena y toda esta emoción ya me tenía cansado.

Finalmente me alcanzo, la criatura me derivó, el rehilete, mi única arma, salió volando lejos. Estaba ahora en el suelo con la criatura en mi espalda.

- Al fin te tengo... Esa pieza es mercancía de mi tienda... Odio los ladrones... Pero no hay que ser quisquilloso con la comida-

La criatura abrió su boca, al fin era suyo y ya no tenía nada que hacer, cerré los ojos esperando mi final, y de repente...

¡¡¡KABOOOMMM!!!

Una explosión se escuchó sobre mí, volteé a ver a la criatura. La parte superior de su cabeza ya no estaba, tenía un hueco humeante, se había achicharrado, y su cuerpo empezaba a derretirse sobre mí.

Mi cara empezaba a mancharse con la masa negra, el cansancio empezaba a apoderarse de mí, miré al frente y lo último que vi fue la silueta de una mujer mientras me desmayaba...

continuara...