Después de ser bombardeado con las miradas de todos, a Flurris no le quedó de otra más que soltar todo lo que sabía. Todos en la habitación escucharon lo que Flurris tenía para decir; no se saltó ningún detalle con respecto al humano y su elemental. Entre más hablaba Flurris, las caras de todos en la sala se llenaban de confusión: un elemental protegiendo a un humano, un humano salvando a un elfo, ¿qué clase de locura era esa? Después de terminar de escuchar lo que Flurris tenía que decir, la sala quedó en silencio total. El primero en romper el silencio fue el padre de Maedhros y el anterior rey del reino.
"¿Estás seguro que ese elemental no sigue las reglas del árbol del mundo?", preguntó.
- No estoy completamente seguro, señor Angrod.
"¿A qué te refieres con eso?", inquirió Angrod.
- Cuando mencioné a la familia real, accedió a ayudar. Con eso me demostró que sabía sobre las reglas que los elementales debemos seguir.
"Qué ser tan extraño"
- Sí, es un elemental arrogante, incluso me llamó un don nadie.
"¿A ti?", preguntó Angrod con sorpresa.
- Sí.
"¿No se supone que los elementales tienen jerarquías?", cuestionó Angrod.
- Sí, por lo general ningún elemental se atrevería a faltarme el respeto de esa manera, pero ese elemental era un caso especial. Sospecho que su rango es varias veces mayor al mío.
Con esa declaración, una vez más reinó el silencio en la sala. El silencio pronto fue roto.
- Como sabrán, los elementales tenemos rangos.
- Rango bajo: los elementales de bajo rango son los que recién fueron dados a luz por el mundo, edades 0-100 años. Carecen de atributo; no pueden tener un vínculo con los elfos.
- Rango medio: los elementales de rango medio son los que han logrado desarrollar un atributo, edades 100-500 años. Tienen un atributo de la naturaleza; pueden tener un vínculo con los elfos.
- Rango alto: los elementales de rango alto son los que desarrollaron su atributo al máximo, edades 500-1000 años. Tienen un atributo de la naturaleza; pueden tener un vínculo con los elfos.
- Rango manifestación: los elementales de este rango son difíciles de encontrar, ya que tienen personalidades únicas; sus atributos rara vez caen en la categoría de la naturaleza, edades 1000-2000 años. Pueden tener vínculo con los elfos.
- Rango neutro: los elementales en este rango son muy raros y su fuerza varía dependiendo de ciertas circunstancias; se desconoce su atributo, edades 5000 años en adelante. No se puede tener un vínculo con ellos.
- Rango apóstol: no tengo información de estos elementales, pero según he escuchado se pueden medir con un dragón en manipulación de maná.
- Hay otro rango más, pero tengo prohibido hablar de ese rango.
Al escuchar la explicación de Flurris, todos escucharon en silencio. Pronto Angrod preguntó:
"¿En qué rango estimas que se encuentra ese elemental?".
- Diría que en el rango neutro. Ser capaz de ocultarse de mí, que soy de rango alto, y ocultar a la perfección su maná, eso sin lugar a dudas está por encima de mis capacidades. Si bien actualmente no estoy en mi mejor momento, sigue siendo difícil ocultarme cosas.
Con esa declaración, la cara de Angrod se torció. Esta situación era problemática: si de verdad un elemental de semejante rango estaba con un humano, las cosas podrían ser problemáticas. Lo mejor que podían hacer era matar al humano y hacer que el elemental perdiera el interés; sabían que ese tipo de elemental no podía tener un vínculo real con un humano, ya que el humano moriría en cuestión de segundos.
"¿Dónde está el humano actualmente?", preguntó Angrod.
- Señor Angrod, si planea capturar o eliminar al humano, prepárese para perder a sus mejores hombres. Si resulta ser un elemental de rango neutro, los demás elementales no ayudarán en su pelea; los de rango bajo y rango medio no obedecerán. En el peor de los casos, los elementales lo ayudarán a luchar en su contra, señor Angrod.
Añadió Flurris, respondiendo directamente a Angrod para que los demás no se enteraran.
"No te preocupes, Flurris, no le haremos nada al humano; después de todo, salvó a mi querida nieta", dijo Angrod.
"Idril, por favor, trae al humano al palacio real", ordenó.
Ante las palabras de Angrod, una mujer alta, con el cabello color plateado y ojos color verde, dio un paso adelante.
"Interesante", comentó.
- Ten cuidado, no vayas a provocar al elemental.
Dándole la ubicación del humano a Idril, ella respondió con confianza:
"No te preocupes, no le faltaría el respeto a quien salvó a mi preciosa sobrina".
Después de decir esas palabras, el cuerpo entero de Idril se empezó a volver transparente; lentamente se estaba teletransportando al palacio más cercano a la entrada al reino.
"Cariño, preparemos una comida para el humano que ayudó a nuestra pequeña".
Maedhros volteó la cabeza para mirar a su esposa; ella, mejor que nadie, sabría lo que implicaba dejar entrar a un humano al palacio real y organizarle una comida. El humano entraría al palacio como un invitado de la realeza. Si las diez casas de nobles del reino se enteraban de esto, sin lugar a dudas armarían un alboroto. Pero Maedhros le tenía más miedo a su esposa que a las diez casas de nobles.
"Está bien", respondió Maedhros.
En una parte del gran bosque de los elfos se podían ver dos figuras; una estaba jadeando constantemente y estaba llena de moretones en todo el cuerpo; en cambio, la otra figura estaba completamente ilesa. Los dos individuos habían estado en una intensa pelea, pero parecía que ya se había decidido un ganador.
"Ufff, ufff, ufff, ufff, ufff", jadeaba uno.
"Oye, ya deberíamos parar, te vas a morir si sigues", dijo el otro.
"Cállate, ufff", respondió el primero.
"Qué terco", comentó el segundo.
El tipo con el que había estado luchando toda la noche hasta ahora ya estaba cansado. Resultó tener muchos trucos bajo la manga; 112 veces estuvo a punto de matarme. Si 'D' no me ayudaba, me hubiese asesinado hace mucho tiempo. Las técnicas del tipo eran muy letales para mí, y su báculo de mierda también; no paraba de golpearme con él. Gracias a él descubrí que era muy inexperto en lo que respecta al uso de armas y combate cuerpo a cuerpo.
"¿Aún no quieres guiarme a la ciudad?", preguntó.
"Bastardo, ¿sigues jodiendo con eso, ufff?".
"Bueno, realmente quiero ir a la ciudad", insistió.
"¿Tanto quieres asesinar gente, maldito demonio, ufff?", preguntó.
"Jajaja, y dale con lo mismo, no soy un demonio", respondió.
"Sí, claro, eres un humano que no se muere con nada, qué gracioso eres", replicó.
"Sí puedo morir, solo que tú eres muy débil", contestó.
"Ja, como tú digas".
"Bueno, lo intenté, fui paciente contigo, te di muchas oportunidades y las desaprovechaste. No me dejas otra opción más que la de matarte", sentenció uno.
"Ven, maldito, no te la voy a dejar fácil", desafió el otro.
"Eso espero".
Al tipo con el que estaba luchando le resultaba difícil leer mis movimientos, y la razón se debía a 'ocultar', que había estado ocultando todo rastro de maná en mí. Justo cuando me disponía a acabar con el tipo de cabello negro, 'D' intervino:
- ESTAMOS SIENDO VIGILADOS POR UN INDIVIDUO EXTREMADAMENTE PODEROSO. NO SE DETECTÓ INTENCIÓN ASESINA.
'Debe de ser un elfo', pensé.
Después de escuchar el reporte, me detuve y miré directamente en dirección al sol. Mi mirada se encontró con la de una mujer alta que tenía un hermoso cabello color plata. Nuestros ojos se encontraron; al verme, la mujer me sonrió y le devolví la sonrisa. Después de ese intercambio, la mujer que estaba parada en un árbol alto se disparó en mi dirección a una velocidad vertiginosa y, en cuestión de segundos, llegó a mi ubicación. Al llegar, el tipo que había estado recibiendo una paliza se paralizó por completo; una cara de miedo lo invadió. La mujer miró toda el área, miró al sujeto lleno de moretones y me miró a mí. Después de terminar su análisis, habló directamente a mi mente:
'Mucho gusto, mi nombre es Idril y he venido a escoltarte al reino élfico'.
Me quedé admirando la belleza de esta mujer; esto estaba a otro nivel de belleza. Después de unos segundos de admirarla, respondí:
'Mucho gusto en conocerte, Idril, pero si estás aquí significa que la niña elfo llegó segura a su reino, por lo tanto, no es necesario que me escoltes a ese lugar'.
'??????'
La cara de Idril era de pura sorpresa; no podía distinguir si estaba hablando con el humano o con el elemental. La otra cosa que llamó su atención era el hecho de que en la telepatía se podía escuchar la voz del humano y no la del elemental. Esto fue extraño de muchas maneras.