Cuando abrí mis ojos me encontré con la sorpresa de que me encontraba en la choza vieja, está ahora no parecía tan vieja, está muy bien cuidada de hecho podía ver prendas de ropa regadas por la choza, era de noche y al parecer las personas que aquí vivían se encontraban durmiendo. Arriba de la mesa que se encontraba en la cocina pude visualizar una figura muy conocida, era la figura de él lobo de plata.
—Astaro ¿Eres tú?
—¿Hermano?
Dos voces femeninas se escucharon a mis espaldas, mire hacia donde se escucharon las voces, para mi sorpresa era Sofía y otra chica que no la recordaba para nada.
—¿Por qué estas vestido así? —preguntó Sofía—.
Miré con atención las prendas de ropa que vestía, era una camisa muy ajustada, tenía detalles un poco extraños, en la parte inferior tenía un pantalón de vestir y unos zapatos también de vestir, en mi cintura tenía una prenda estilo capa que se ajustaba a mi cintura, esta no era muy larga, pero llegaba a los límites de mí pie sin llegar al suelo, cabe recalcar que todas las prendas eran de color blanco.
—Contéstame Astaro —me tomo de la mano—, vamos quítate eso, no es momento para estar de payaso —intentaba quitarme las prendas, pero la detuve con mis manos—.
Me miro más detenidamente, tal vez no me distinguía bien entre la oscuridad, me tomo de la mejilla y en seguida me abrazo.
—Eres un idiota, en verdad ¿Dónde estuviste? —me susurró entre sollozos—.
—Yo… —no encontraba que contestarle—.
—Amelia vete a la cama, estaré ahí en breves.
—Sí, Sofía —dijo la chica para después irse—.
Amelia, ahora la recuerdo, ella es la chica con la que jugábamos a veces ¿cuántos años tendrá? Bueno es lo de menos, ahora debería de preguntarle a Sofía sobre Astaro.
—Tanto alboroto por un tonto pay de queso, en verdad son unos niños todavía —se separó por breves momentos y me miro—, te hare un montón de pays de queso, pero no lo vuelvas a hacer —dijo entre sollozos—.
—Lo siento —fue lo único que dije—.
Un estruendo hiso eco, miré donde la ventana y vi como algunas cosas como carretas y muebles volaban por los aires, seguí mirando para después ver con sorpresa a una serpiente roja gigante.
—¡Como demonios es eso posible! —pensé—.
—Las personas evacuaron el pueblo hace 2 años, nosotros decidimos refugiarnos aquí —dijo Sofía—.
—Hace dos años —dije sorprendido—, ¿Cuánto tiempo han estado las criaturas sueltas? —cuestioné alterado—.
—El mismo tiempo que llevaste desaparecido —contesto—.
Un escalofrió recorrió mi espalda, mientras seguía siendo abrazado por Sofía me percato de la ausencia de alguien muy importante.
—¿Dónde está Astaro?
—Está velando en el tejado —me soltó—.
—Pues ahí no hay nadie —menciono una voz infantil—.
—¿Quién eres tú? —cuestionó Sofía—.
—¿Interrumpo algo Asterio? —dijo burlonamente Wulls—.
Ignore su pregunta mientras miraba en dirección al pueblo, este se encontraba en llamas, por alguna extraña razón tenía un mal presentimiento sobre eso, Wulls se había presentado con Sofía, se presentó como ¡mi hija!
—Lo siento, no pensé que tú, Asterio ya, con una chica —Sofía se sonrojo—.
A las espaldas de Sofía Wulls se encontraba burlando de la broma que me había hecho, la mire un poco fastidiado, pero está a medida que me iba enojando, ella se iba burlando.
—Luego te explico —dije saliendo por la ventana—.
Sofía me gritó desde lejos, pero no le hice caso, a mi lado se encontraba Wulls, ambos estábamos corriendo en dirección al pueblo.
—Fue gracioso ¿No crees? —menciono Wulls—.
—Bueno, más o menos —conteste un poco apenado—.
—Amo Asterio—escuche en mis pensamientos—.
—¿Eres tú Tana? —pensé—.
—Sí, soy yo amo Asterio, he estado buscando la razón por la cual esas bestias están sueltas, y al parecer estas bestias fueron invocadas hace 5 años, el mismo día en el que usted termino inconsciente.
—¿Crees que alguien lo hiso?
—Es lo más probable, pero aun así manténgase alerta amo Asterio —me advirtió Tana mientras cortaba comunicación—.
—Oye Wulls —intente decirle a Wulls lo que me acababa de decir Tana, pero esta me interrumpió—.
—Está bien, lo escuche todo —me dijo señalando al frente—.
Mire hacia esa dirección y logre notar que un chico muy parecido a mí, había sido perforado por una mujer con un arma punzante, estaba claro quién era.
—Tienes un rostro de pocos amigos, Asterio —Dijo Wulls mirándome el rostro—.
Mi mirada estaba clavada en la mujer que estaba a punto de asesinar a mí hermano, en verdad estaba conteniéndome, solo pasaba una cosa por mi cabeza que quería hacer en ese momento.
—Si no quieres que te mate, no te atrevas a moverte, perra… —dije conteniendo la rabia—.
—¡Ah! Otro chico guapo, hoy debe ser mi día de suerte —exclamó la mujer relamiéndose el labio—.
—Asterio, creo que ella quiere aparearse contigo, hasta acá puedo oler su perversión —dijo Wulls señalando a la mujer—.
—¡Cállate niña estúpida! estoy hablando con ese encanto.
—Que grosera ¿Puedo matarla? —dijo Wulls con fastidio—.
—No, lleva a Astaro con Sofía, en un momento regreso —Ordene—.
—De acuerdo —Wulls rio—, es una lástima mujer lasciva, parece que tomaste al toro por los cuernos.
En un rápido movimiento Wulls tomo a Astaro, para después transformarse en un lobo enorme y correr hacia la choza.
—Ya veo eres muy penoso, no quieres hacerlo en público —exclamó la mujer desenvainando su espada—, por desgracia si no me derrotas, no podremos foll…
La interrumpí golpeándole el rostro, a Astaro le parece un acto inmoral el golpear a una mujer, debido a que nosotros los hombres somos más fuertes, pero creo que quedo claro que no es así. Mi ojo derecho brillaba al igual que algunos de mis cabellos.
La mujer se recompuso del golpe mientras me miraba sorprendida, su nariz estaba sangrando bastante, la señale con mi mano mientras preparaba la oración.
—No me importa que seas una mujer, te matare de la misma forma como si fueras un hombre —mi voz sonó muy intimidante y firme—.
La mujer tomo una actitud muy extraña, empezó a gemir de la nada, me miraba con ojos llorosos mientras separaba sus piernas.
—Por fin, por fin he encontrado a mi hombre perfecto, ven y hagamos un hijo querido —estiraba sus brazos incitándome a hacerlo—.
—Qué asco… —dije secamente—.
Mientras me encontraba concentrado en la mujer, algo a gran velocidad roso mi mejilla, parecía ser un arma punzante como la espada que tiene esa mujer, en cuestión de segundos me vi rodeado por dos sujetos, uno de ellos tenía el pelo negro, mientras que el otro chico lo tenía color gris oscuro, ambos sujetos tenían el mismo color de ojos, negros, ambos median lo mismo y su piel era blanca.
Ambos me miraban detenidamente sosteniendo sus espadas, una tercera persona apareció, pero esta se dirigió hacia donde se encontraba la mujer, era un hombre muy alto, podría decir que rosaba los 2 metros de altura, en su cabello negro que por cierto era largo, sobresalían unos escasos pelos blancos, demostrando que era un hombre de estándares mayores, un dato curioso de ese hombre era que el ojo izquierdo era de color blanco, mientras que el derecho era negro, nunca había visto una persona así en mi vida, su piel era muy pálida incluso para un anciano.
—¡Como te atreves a ponerle una mano a nuestra hermana! —gritó el chico de cabello negro—.
—¿Hermana? Hablas de esa degenerada —la señale—.
—No la llames así, no sabes nada de ella —habló ahora el chico de pelo gris—.
—¡Dime tu nombre! —gritó el chico de pelo negro—.
—Asterio.
—Nosotros somos Lú y Hé, "Los gemelos del Jian" —dijeron ambos en voz alta—, ¡Y no permitiremos que le pongas una mano encima a nuestra hermana!
—Entonces ¿Peleamos ya? —dije aburrido—.
A decir verdad, aún estaba furioso por lo que esa mujer le había hecho a mi hermano, las ansias de matarla aun insistían, mire de reojo al otro tipo, pero este estaba tocando el área del golpe que le había propinado a la mujer, mire nuevamente a los dos chicos mientras les hacía señales con el dedo invitándolos a comenzar.
○●○●
En una choza ya conocida, Astaro estaba siendo atendido por Sofía, quien estaba vendando el abdomen de Astaro, este chico aún seguía inconsciente, aunque el sangrado ya había sido frenado afortunadamente.
—Muchas gracias por traer a Astaro hasta aquí —agradeció Sofía—.
—Déjalo así no tienes nada que agradecer, después de todo fue una orden de Asterio, si no me lo hubiese ordenado no lo hubiera traído hasta aquí —menciono Wulls mirando la ventana—.
Wulls solo hacia lo que le ordenaba su amo bajo contrato, en verdad le importaba un pequeño comino lo que le pasara a Astaro, ella solo seguía órdenes de su amo. A pesar de tener la apariencia de una niña ella podía verse muy madura de vez en cuando, aunque su forma de burlarse es similar a la de una niña pequeña, miro a la niña que se encontraba llorando junto a Astaro, Amelia parecía muy preocupada por su "hermano" de hecho aún seguía llorando por verlo en ese estado.
—¿Qué tiene de especial ese chico? cayó derrotado de un solo golpe, me parece tan ridículo y humillante que me hace querer reír sin parar—pensó Wulls—.
—Creo que eres una chica muy afortunada —esa oración dicha por Sofía saco de sus pensamientos a Wulls—, tú no eres hija de Asterio ¿Verdad?
—Pues claro que no, eres una tonta al pensar que soy la hija de Asterio —dijo burlonamente—, si en verdad quieres saber ¿Qué soy de él? deberás darme una información que te pida a cambio —dijo arrogantemente—.
—Supongo que es lo más justo —acepto Sofía—.
Wulls tomo asiento en una silla de la cocina, acompañada de Sofía, mientras que Astaro y Amelia se quedaron en la habitación donde dormían, Wulls miro sonriente a Sofía, estaba pensando sobre Astaro, esa forma que había optado anteriormente en la batalla era parecida a algo que ella odiaba a morir.
—Yo —empezó a decir Wulls—, soy la mascota de Asterio y supongo que soy algo así como su familiar —finalizo Wulls contando como conoció a Asterio—.
—Eso no tiene sentido —pensó Sofía incrédula—, bueno Asterio tampoco es un chico común así que no debería de sorprenderme —dijo nerviosa—.
Wulls la miro detenidamente formulando su pregunta, por alguna razón pensaba que Sofía le mentiría, por lo que pensaría en una forma de sacarle la verdad si eso pasaba.
—Dime Sofía —hiso una pausa para después gatear sobre la mesa—, ese chico, Astaro —volvió a pausar su pregunta para entrar en su forma Loba de piedra—, ¿Es un demonio?