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Chapter 40 - Capítulo 4 Las mujeres Orco son peligrosas

Estaba en medio de un denso bosque sobre un camino de tierra; no era el camino más convencional, pero sí el más seguro. Aunque me sentía más tranquilo, ya nos estábamos quedando sin provisiones para el viaje.

 

Amo, Chizze tiene hambre", dijo Chizze.

 

"Ester, la mujer bestia, tiene razón. Necesitamos conseguir algo de agua purificada y algo de comida", respondió Karla.

 

Vaya, es raro que Karla y Chizze estén de acuerdo, supongo que debo hacerles caso. Nos dirigimos a un riachuelo cercano; el agua no parece muy cristalina, pero sé cómo purificarla.

 

Mientras tanto, Chizze, con la conexión sagrada de Karla, estaba buscando en el bosque algún animal que cazar para comer.

 

Raiza y yo estábamos creando un purificador de agua artesanal, ya que ninguno de los dos somos magos de agua, y tendremos que purificar el agua manualmente.

 

El proceso es un poco largo, pero se resume en reunir varios tipos de sustrato del suelo colocarlos en cierto orden dentro de un tronco de bambú ya que es muy similar a un tubo, y filtrar el agua sucia la cual saldría limpia.

 

Nos tomó algo de tiempo, pero conseguimos llenar el barril que compramos en Nessy y, con la aprobación de la Dríade, quien se aseguró de que el agua fuera potable, ya tenemos el agua purificada para nuestro viaje.

 

...

 

Mientras tanto, Chizze, con la conexión con Karla, recorría el bosque, pero no encontraba una presa lo suficientemente grande para saciar su apetito; solo había animales pequeños, hasta que vio un jabalí salvaje. Chizze acumuló su fuerza en sus piernas y saltó con toda su energía para matar al jabalí.

 

"¡Prepárate para ser la comida de Chizze!", gritó mientras preparaba sus garras, pero fue interrumpida por un gran muro de aire que le devolvió su propio ataque.

 

"¡Auch, eso dolió! ¿Qué es esto, un jabalí que usa magia?", Chizze estaba confundida, pero detrás de ese jabalí estaba una niña pequeña de piel verde, pelo rojo con orejas largas y peludas, cargando dos linternas, una en cada mano.

"¿Quién eres tú, y por qué me atacas a mí y a mi mascota?", le dijo esa niña a Chizze.

 

La mujer bestia estaba muy enojada y aún quería atacar a esa niña, pero Karla la detuvo a la distancia, ya que Chizze seguía bajo la voluntad de Karla.

 

Así que Chizze regresó a donde estaba Karla y la trajo de vuelta en sus brazos para que Karla pudiera hablar con la niña. La niña seguía en guardia, ya que la mujer bestia que la atacó trajo una aliada.

 

Karla rompió la conexión con Chizze, quien aún se veía enojada.

 

"Hola, pequeña niña, me llamo Karla y la mujer bestia a mi lado es Chizze. Perdón por atacarte, nosotras y otros compañeros estamos en un viaje a la capital y pasamos por este bosque. Teníamos hambre y buscábamos algún animal para cazar y comer, por eso atacamos a tu jabalí y queremos disculparnos por eso".

 

La niña parecía entender su explicación, pero no estaba conforme por cómo fue atacada sin haber hecho nada primero.

 

"En este bosque no hay animales tan grandes como mi mascota, aquí solo viven animales pequeños. Los animales y monstruos más grandes no entrarán a este bosque, ya que es territorio de los orcos".

 

"Así que llegamos a territorio de los orcos. ¿Podrías indicarnos cómo llegar a la aldea de los orcos y poder comprar algo de comer allá?", le responde Karla.

 

La niña alza su mano mostrando tres dedos levantados. "Podría hacerlo, pero no será gratis; el costo son tres monedas. No importa si son de oro, plata o cobre, pero tienen que ser tres monedas".

 

Karla busca en su bolsillo y saca una moneda de cobre, una de oro y una de plata, y las entrega a la pequeña niña, quien las mira con una cara alegre y dice:

 

"Mucho gusto, me llamo Gera y soy una Dziwozona. Seré su guía el día de hoy".

 

 

 

Raiza y yo terminábamos de purificar el agua y vimos que Karla y Chizze llegaron a nuestro campamento improvisado en compañía de una niña de piel verde sobre un jabalí gigante.

 

"Señor Ester, señora Raiza, encontramos una persona que nos llevará a la aldea de los orcos, solo debemos seguir a Gera", dijo Karla.

 

"Hola, yo soy Gera, una Dziwozona de 3 años. Será un placer trabajar con ustedes".

 

Así que una Dziwozona... ya había escuchado sobre ellas.

 

Son una especie rara que llega a la adultez a los 5 años y vive tanto como un ser humano, pero se desarrolla mucho más rápido, ya que suelen vivir en entornos muy duros y las crías que no aprenden a vivir solas, suelen morir. Creo que por eso tiene ese jabalí de mascota; supongo que la ha ayudado a sobrevivir.

 

"Mucho gusto, Gera. Por favor, ayúdanos a llegar a la aldea de los orcos", dijo Karla. Gera aceptó llevarnos con una sonrisa en la cara. A todos nos pareció bien este trato, menos a Chizze, la cual se la ve muy enojada por la presencia de Gera.

Según me contó Karla, nuestra mujer bestia intentó atacar al jabalí de Gera y ella usó una técnica que le devolvió su propio ataque. Creo que entiendo: curar su cuerpo herido es fácil, pero su orgullo herido es otra cosa...

 

Gera nos llevó a un punto donde los árboles eran muy densos, y tuvimos que dejar el carruaje y solo avanzar con los caballos y nuestras pertenencias esenciales, dejando todo lo demás en el carruaje.

 

Después de un corto viaje a pie, pudimos ver la aldea de los orcos; estaba rodeada de un muro de troncos con las puntas afiladas, y en la entrada había una mujer orco haciendo guardia. Ella medía casi 3 metros, con piel verde oscura, orejas largas, llena de músculos y con grandes pechos.

 

Una mujer hermosa, pero que seguro me mataría si la hiciera enojar. Gera habló con la guardia orco para que nos dejara pasar, diciendo que éramos viajeros que se quedaron sin provisiones y buscaban comerciar.

 

...

 

Dentro de la aldea tenían una vida muy tribal. No tenían mucha tecnología y todo lo que usaban parecía ser fabricado por ellos mismos, desde su ropa hasta sus armas, pero algo me llamó la atención...

 

"Gera, dime, ¿por qué solo hay mujeres y algunos niños?", pregunté.

 

"Bueno es simple… los hombres suelen estar en los campos de batalla desde jóvenes, por eso los orcos tienen una relación simbiótica con los militares de Dredprism. Los orcos forman su propio batallón y van a pelear junto a los humanos contra el ejército del Rey Demonio y regresan ocasionalmente a sus aldeas para vacacionar, pero los hombres prefieren el campo de batalla. Las mujeres no tienen mucho interés en la guerra; normalmente son más cazadoras y cuidadoras de la familia. Aunque una mujer orco es lo suficientemente fuerte para vivir sola, literalmente no necesitan hombres, por lo que los pueblos de orcos suelen estar conformados por mujeres en su mayoría".

 

Entiendo... así que esa es la forma de vivir de una raza que ama luchar contra gente más fuerte. Pero Gera interrumpe mis pensamientos:

 

"Aunque yo, de ti, tendría cuidado. Es verdad que no necesitan hombres, pero les gusta el sexo, y cuando no hay machos orcos cerca, suelen buscar machos de otras especies. Aunque algunos no son lo suficientemente fuertes para soportar todo el amor que puede ofrecer una mujer orco y pueden terminar con algún hueso roto".

Después de escuchar esas palabras, sentí un escalofrío en la espalda y pude sentir la mirada de muchas mujeres orco en mi dirección. Pase lo que pase, no deberé bajar la guardia en este lugar.

 

Gera nos llevó con su líder, una mujer orco de casi 3 metros, piel verde oscuro, cabello negro amarrado en una trenza, orejas largas, con ropa que destacaba su cuerpo sensual… aunque extrañamente tenía una cara muy suave, hasta me atrevería a decir que era una mirada coqueta, aunque no sentí que ella tuviera mucho interés en mi…

La líder orco habló: "Gera, ¿quiénes son esas personas?".

"Son viajeros que se quedaron sin provisiones y los encontré mientras cazaban. Están de camino a la capital del país, así que solo están de paso", respondió Gera.

 

La líder orco nos observó, y noté que pasó su mirada en mí; sentí que sus ojos eran como puñales.

 

"Me presento, soy Youyo, la líder de los orcos. Pueden quedarse aquí y comerciar el tiempo que gusten, solo no ocasionen ningún problema y tengan cuidado con el hombre de su grupo. Yo estoy casada con un buen hombre, así que no me interesan los niños como él, pero mis compañeras de la aldea pueden pensar diferente de mí".

 

Raiza le habló a Youyo: "Líder orco, no se preocupe por Ester. Aun en el peor caso, estará bien. Es un sacerdote con una magia curativa de primer nivel".

 

La líder orco me miró con una sonrisa en su cara...

 

"Pequeño sacerdote, sígame. Necesitaré su ayuda". Creo que lo que sea que me pida que haga no me va a gustar.

 

"Gera, lleva a nuestros invitados a la casa para forasteros y muéstrales la especialidad de la aldea". Después de ese intercambio, solo me quedó seguir a la líder en silencio.

 

...

 

La líder me llevó a su casa; me guió directo a su cuarto. Ya me estaba mentalizando para lo que me dijo Gera... pero dentro del cuarto estaba una elfa acostada con algo de fiebre. Le pregunté a la líder orco quién era esa mujer.

 

"Ella es mi hermana, se llama Yoko. Como puedes ver, ella es una medio elfo. Tenemos la misma madre. Ella solía ser una mujer con un gusto por hombres de otras especies… el padre de mi hermana era un elfo y mi padre era un humano. Así que ambas hermanas en realidad somos medio orcos, pero en mí, los genes de mi madre fueron más fuertes, mientras que en ella fueron los genes de su padre los más fuertes".

 

 

Ahora que la miro de cerca, esa elfa es muy grande para ser un elfo; los elfos no son más grandes que una persona promedio. Raiza es una excepción, pero ella es una Alta Elfa. Sin embargo, la elfa frente a mí es más grande que Raiza.

 

Me acerco a la elfa Yoko, quien está dormida con fiebre alta. Con mi magia curativa, pude curar el daño en su cuerpo mientras intento analizar la causa del problema…

 

 "Creo que sé qué le pasa; tiene una infección estomacal. Puedo curar sus síntomas, pero necesitaré preparar una medicina para que se recupere totalmente, y después podremos preguntarle qué ha estado consumiendo para llegar a este estado".

 

Youyo me mira con una expresión de satisfacción, "Vaya, que eres un hombre capaz, hasta ya creo que eres algo lindo, pero amo mucho a mi esposo. Avísame cuando tengas la medicina".

 

Me retiro de la casa de la líder y voy en busca de la dríade para que me ayude con los ingredientes de la medicina.

 

La líder me dijo que mis compañeras estaban en una choza que suelen usar para acomodar a los forasteros. Cuando llegué a la choza, noté algo… aunque me dijo que era una choza, se veía como una casa bastante decente. Por fuera no era muy bonita, pero por dentro estaba muy bien dividida entre sala, cocina y una habitación con un colchón lo bastante grande para que 10 personas pudieran dormir.

 

Mis compañeras estaban tomando vino junto a Gera.

 

Al parecer, esta aldea no cuenta con un mercado; tienen una reserva comunal de diferentes productos que se dividen entre los habitantes. Nos vendieron parte de sus reservas, y entre ellas tenían un vino especial que preparan en este bosque, usando una fruta extraña con forma de uva pero de color verdoso, que dejan fermentar en barriles fabricados con árboles que solo crecen en este bosque, lo que le da un sabor único.

 

Me dijeron que en la capital es un vino bastante caro, pero aquí nos vendieron algunas botellas a un precio bastante bajo, y mis compañeras no perdieron el tiempo y comenzaron a beber.

 

Antes de que la dríade se emborrachara, le pedí las plantas para la medicina de la hermana de la líder.

 

"¿Quieres más ingredientes, mi lindo Ester? No te preocupes, la dríade del sur a tu servicio", creo que estaba algo borracha, pero igual pudo ayudarme.

 

Una vez tuve los ingredientes, dejé a mis compañeras disfrutar su velada en paz. Fui a la cocina y preparé la medicina como una sopa ligera, algo espesa; preparé toda una olla, no sé cuánta medicina consumirá esa enorme elfa, y mejor que sobre a que falte la medicina.

 

Salí de la choza y sentía las miradas de las mujeres orco, pero creo que sabían que estaba tratando a la hermana de la líder, porque no me impidieron moverme por la aldea.

 

Una vez llegué a la casa de la líder, fui directo al cuarto de la elfa, pero vi algo que no debería haber visto.

 

Su piel era muy blanca y rosada, sus ojos verdes me miraban intensamente cuando entré a su cuarto. Mi paciente se había despertado y se había desnudado con la intención de secar el sudor de su cuerpo.

 

Me di media vuelta mirando la pared y dije, "Perdón por entrar sin tocar la puerta. Soy Ester, un sacerdote especializado en magia curativa. Tu hermana me ordenó tratar tu infección estomacal. Recientemente curé los síntomas de tu enfermedad, pero tu tratamiento aún no termina, así que fui a preparar esta sopa con hierbas medicinales. Yo pensé que seguirías dormida y venía a darte la medicina".

 

Estaba muy nervioso, pero entonces escuché la voz de la elfa, "Es raro ver un humano que no sea el cuñado en esta casa. ¿Youyo te ordenó curarme?… entiendo, cúrame". Me di la vuelta y vi a Yoko cubierta solo con la sábana de su cama.

 

Estaba algo nervioso; la belleza de los elfos y la fuerza de los orcos estaba prácticamente desnuda frente a mí, y tenía que darle la medicina. Como ya estaba despierta, pensé que podría comer ella sola.

 

"Bien, señor sacerdote, dame la medicina". Yoko abrió su boca, creo que quería que yo mismo le diera la sopa medicinal. Vi su boca… sus dientes tenían forma de colmillos afilados, iguales a los de los orcos, y su lengua también era algo larga. No pensé que tuviera este fetiche, pero sentí que se veía muy linda con la boca abierta.

 

Intenté calmar mi corazón y le di la sopa medicinal a la elfa. Ella parecía disfrutar la medicina; yo la probé y tenía un sabor bastante fuerte. La media elfa debía tener mucha hambre para comerse media olla de sopa tan rápido. Supongo que llevaba mucho tiempo desmayada y despertó con hambre.

 

"Creo que ya te llenaste. Guardaré el resto de la sopa en la cocina y tendré que preguntarte sobre tus hábitos alimenticios para saber qué fue lo que te enfermó", Yoko me escuchó en silencio. Fui a la cocina, dejé la sopa y puse una hoja de papel con las palabras "medicina de Yoko" para evitar que la líder se coma la sopa por error.

 

Una vez entré al cuarto, fui a la cama de Yoko, la cual estaba cubierta por las sábanas, y sin darme cuenta me agarró con sus manos y me metió en su cama.

 

"Sabes, sacerdote, creo que eres lindo… y después de que trataste mi cuerpo, siento que tengo energía de sobra". Sentí el agarre de la media elfa; ella era fuerte y sus uñas no eran largas, pero sí afiladas, esas mismas uñas atravesaron mi piel.

 

Yoko me estaba mirando con los ojos de un cazador frente a su pequeña presa y me dio el beso más violento que he tenido.

Chizze fue muy salvaje con mi cuerpo la última vez que tuvimos sexo, pero esta mujer es diferente; es más agresiva. Creo que podría usar mi magia y paralizarla, pero tengo miedo de dañarla demasiado y meterme en problemas con la líder.

 

La elfa, después de besarme, tenía algo de mi sangre en sus labios. "Vaya, sacerdote, tu cuerpo se está curando donde te mordí. Eres un juguete que no se puede romper… interesante" …

 

Esto va a doler… La elfa me gusta físicamente, pero que me traten como un pedazo de carne no es algo que me guste… llegar a ese punto con Chizze nos tomó su tiempo y confianza, pero ella solo quiere violarme…

 

De repente escucho unos pasos ligeros acercándose a nosotros; creo que la media elfa no lo notó, pero yo sí…

 

"¿Qué crees que estás haciendo, estúpida?", vi cómo la elfa salía volando de una patada; esa era Youyo.

 

"Regresé a ver cómo iba tu tratamiento y veo que ya te sientes mucho mejor para querer devorar al hombre que te curó".

 

"Hermana, es un malentendido… el sacerdote, después de curarme, noté que miraba mi cuerpo con lujuria y, bueno… pensé que él también tendría ganas y solo quería agradecerle".

 

Youyo le da un puñetazo en la cara, "Idiota, el sacerdote estaba temblando y aún tienes sangre en tus dientes. Ya te he dicho que los humanos son muy delicados, tienes que controlarte o lo matarás".

 

Yoko estaba aguantando muy bien los golpes de su hermana, "Para ti es fácil decirlo, tú tienes a Brikrats para divertirte, pero tu hermana mayor aún está soltera y los hombres están en la guerra… yo también necesito amor".

 

La elfa se puso a llorar, pero de una forma muy poco sincera, aunque escuché algo que llamó mi atención, "Señorita Youyo, ¿su esposo es por casualidad el teniente Brikrats?".

 

Yoko me responde, "¿Tú conoces al cuñado, sacerdote? Esto debe ser el destino". Yoko se acercó a mí mientras hablaba y manoseaba mi pecho, pero de repente se detiene, "¿Qué es esto en tu pecho, sacerdote?". La media elfa, sin dejarme responder, me quitó la camisa, mostrando mis cicatrices.

 

Youyo y Yoko miran mi pecho asombradas, "Sacerdote, ¿qué te pasó para tener ese cuerpo lleno de cicatrices?". Creo que se refieren al gran agujero que me hizo el falso Carlo Dante y al gran corte que me hizo Blodsai. Creo que les asombró mucho, ya que hasta Yoko dejó de manosearme.

 

Me cerré la camisa y dije, "Soy un sacerdote, pero también soy un guerrero. Mi meta final no es la capital de Dredprism, es la zona de guerra en Amster".

 

Yoko me mira con una cara decepcionada…

 

"Qué mierda… ¿por qué todos los hombres quieren ir a Amster? ¿Qué tiene de bueno esa estúpida guerra?".

 

Yo le respondo, "Fui criado desde niño para ayudar a derrotar al rey demonio. Mis compañeras y yo compartimos ese objetivo. No busco probar mi fuerza en batalla; yo soy muy débil… creo que el más débil de mi equipo, pero quiero vivir en un mundo sin una gran guerra en el norte del continente".

 

Yoko me mira y dice, "Ya tuve suficiente por hoy… estoy muy cansada, ya mañana seguimos hablando, sacerdote. Volveré a la cama, por favor salgan de mi habitación, que quiero estar sola".

 

Creo que Yoko estaba algo molesta e intenté irme de la casa de la líder.

 

"Perdón por todo el escándalo, sacerdote, espero que no odies a Yoko. Sé que no justifica cómo se comportó, pero te pido que me escuches, ella tenía un prometido, era un orco con quien crecimos, él era como un hermano para mí, pero él murió en la zona de guerra en Amster y desde entonces ha estado sola. Creo que fuiste el único chico que le gustó desde su prometido, y saber que también vas a ir a la zona de guerra no le debió gustar para nada, en verdad le pido perdón de corazón por esto".

 

La líder agachó su cabeza mientras me pedía perdón. "No odio a Yoko, admito que me dio algo de miedo el cómo me robó ese beso… pero sigue siendo mi paciente, mañana volveré para averiguar qué la enfermó en primer lugar".

 

Me despedí de la líder y me retiré a la choza donde estaba mi grupo. Podía sentir muchas miradas en mi espalda, pero creo que la líder les advirtió que no me hicieran daño.

 

Ya en la choza vi que todas mis compañeras estaban muy borrachas o dormidas. Raiza las estaba acomodando en la gran cama. "Vaya, que tuvieron una noche divertida". Le digo a Raiza de manera amigable.

 

Raiza se acercó a olerme, "Ester, por las feromonas de orco en tu ropa diría que también te divertiste". Me sonrojé un poco al ver que Raiza se dio cuenta.

 

"Fue mi paciente, la hermana de la líder, una elfa mitad orco. Creo que se emocionó de más, pero la líder la detuvo antes de que hiciéramos algo".

 

Raiza, una vez terminó de acomodar al resto de nuestras compañeras, me dijo:

 

 "Tus problemas sentimentales no me incumben, pero sé que estás teniendo sexo con Chizze aunque sigues amando a Amelia. He estado en tu cabeza y conozco tus sentimientos, pero siento que tú mismo no los conoces. Si quieres acostarte con varias chicas, tienes que pensar que Amelia tal vez ya se haya acostado con varios chicos… Así como querrás que ella te acepte en un futuro, también deberás aceptarla a ella, aunque su caso es especial… ella también podría satisfacer a varias mujeres", esa última frase la dijo con una gran sonrisa y sé a qué se refiere… creo que había bloqueado ese recuerdo.

 

Si me preguntas si aún amo a Amelia diría que sí, si me preguntas si amo a Chizze diría que de una manera diferente, y si me preguntas si esto es justo para Chizze…

 

 

Al día siguiente amanecí junto a Chizze. Me dormí en una esquina lejana de la gran cama para no incomodar al resto de mujeres, pero Chizze se acercó a abrazarme, aunque noté algo diferente… alguien más me estaba abrazando. Miré al otro lado y vi una elfa que no era Raiza…

 

"Yoko, ¿qué haces en mi cama…?", intenté despertar a Yoko mientras intentaba no despertar a Chizze, pero ella solo me abrazó más fuerte, mientras que Chizze también ejercía fuerza. Se supone que una situación así me debería hacer feliz, pero tengo miedo de lo que pasará cuando ellas despierten.

 

Justo en ese momento, Kharla se levantó de la cama, me miró con una fría mirada al verme abrazado de dos mujeres, y luego puso una sonrisa diabólica.

 

Buscó una silla y la puso a una distancia prudente y gritó, "¡Chizze, una mujer quiere robarte a tu amo!".

 

Chizze despertó con una mirada de enojo y, al ver a Yoko, intentó atacarla, pero Yoko agarró su mano deteniendo el golpe.

 

"Oye, mujer bestia, no te alteres, no te voy a robar nada… solo quería tomarlo prestado". Vi la mirada en sus ojos, se iban a pelear y yo estaba en medio, ambas prepararon su ataque, pero entonces un muro de viento paró sus golpes devolviéndoselos.

 

"Maldita Gera, deja de usar ese truco a cada rato", dijo Yoko, ya que fue la pequeña Gera quien impidió la pelea.

 

"Yoko, son nuestros invitados, no pelees con ellos, dañarás la imagen de la aldea". Dijo Gera mientras las linternas en sus manos se iluminaban cada vez que usaba su magia.

 

"Maldita enana, es la segunda vez que le haces esto a Chizze, te mataré". La mujer bestia tenia los ojos inyectados en sangre…

 

Agarré a Chizze de la cola haciendo que se quede quieta y le dije, "Chizze, pórtate bien, no pelees con nuestra guía". Chizze seguía enojada, pero nunca ha desobedecido una orden mía o de Raiza, así que se guardó su enojo.

 

Kharla estaba mirando todo este espectáculo mientras comía esas extrañas uvas verdes de este bosque. A veces olvido lo peligrosa que puede ser esta mujer…

 

Después de todo este lamentable espectáculo, estamos todos reunidos en la sala de la choza y pregunto…

 

"Yoko, ¿por qué te colaste en mi cama? Se supone que iría a verte temprano para ver qué fue lo que te enfermó".

 

Yoko, con una sonrisa en la cara, me dice, "Si es por eso no importa, fue mi culpa. Cacé un monstruo de afuera del bosque y lo comí sin cocinarlo bien, no es la gran cosa. Pero ayer me dijiste que irías a la zona de guerra en Amster… quiero acompañarte, me gustas mucho y no quiero que mueras en ese lugar, así que te acompañaré así sea a las malas".

 

No sé qué decir, pero Chizze responde, "¿Quieres ser la segunda esposa del amo? Me parece bien, eres fuerte, pero Chizze necesita probar tu fuerza para saber si eres digna del amo".

 

Yoko mira a los ojos a Chizze y responde, "Me parece perfecto, ya que me gustaría probar a su primera esposa".

 

No pude decir una sola palabra antes de que ese par de idiotas fueran a una plataforma de combate en medio del pueblo a tener un combate público. La líder estaba arbitrando el combate, creo que es algo muy cultural de este pueblo…

 

La líder estaba arbitrando el combate, creo que es algo muy cultural de este pueblo…

 

"Bien, las reglas son… el combate durará 3 minutos; quien haga más daño al rival en ese tiempo gana y se prohíbe matar. Dicho esto, comiencen".

 

Chizze inmediatamente atacó con su velocidad; ya que Yoko no era muy veloz, solo pudo defenderse.

 

El cuerpo de Yoko comenzó a llenarse de cortes que cubrían de sangre su ropa.

 

Pero la arena del combate era muy pequeña, por lo que Yoko calculó el lugar donde Chizze golpearía, y cuando Chizze estuvo en ese lugar, Yoko le dio un golpe en toda la cabeza, dejándola viendo doble el suficiente tiempo para que Yoko le diera otro golpe en la quijada.

 

Pero Chizze le dio una patada en la cabeza al mismo tiempo, lo cual noqueó a ambas en el piso.

 

Sin perder tiempo, corrí al ring y curé a Chizze primero, ya que recibió muchos golpes en la cabeza y me preocupaba que tuviera una conmoción cerebral grave.

 

Una vez curé a Chizze, fui a curar a Yoko, la cual tenía un montón de cortes en su cuerpo. En un combate a muerte sin las reglas, Chizze hubiera ganado, pero Yoko era una mejor gladiadora en un terreno con reglas, por lo que me preocupaba si podría estar bien en un campo de batalla real.

 

"Vaya, que ese golpe le dolió a Chizze, mestiza", dijo la mujer bestia. "Eres la mujer bestia más poderosa que he visto; si quisieras, podrías haberme matado". Respondió la medio orco.

 

Yoko y Chizze se estaban dando la mano mientras intercambiaban una gran sonrisa.

 

En qué momento se hicieron amigas este par de cabezas huecas…

 

Después de la pelea y con las provisiones listas para el viaje, nos fuimos de la aldea de los orcos. Yoko tuvo que despedirse de su hermana, y se las miraba muy felices.

 

"Hermana mayor, sé que hace mucho tiempo querías irte de esta aldea y lamento que haya sido después de lo que le pasó a…", Yoko la interrumpe, "Sé que estás preocupada por mí, y no he olvidado a ese hombre… creo que siempre lo amaré, pero debo seguir viviendo, ya que como media elfa viviré mucho tiempo y debo buscar la felicidad por mí misma".

 

Ambas hermanas se abrazaron y Youyo le entregó una carta a su hermana, "Cuando estés en la capital, entrega esta carta a mi esposo. Recientemente, la curandera de la aldea se dio cuenta de que estoy embarazada y quiero que mi esposo se entere por mis propias palabras, así que no le digas nada y solo dale esta carta".

 

Yoko toma la carta y la guarda en su bolsillo, "Lo prometo, hermana, volveré algún día para ver a mi sobrino". Las hermanas se despidieron con un gran abrazo y, junto al nuevo miembro del grupo, continuamos nuestro viaje a la capital.

 

Ruego a la gran Diosa que el resto del viaje sea tranquilo…