Continuamos con la princesa de Rusthia…
Cuando estaba frente a la cabaña, tenía miedo de enfrentar a la señora Raiza. No tuve miedo al enfrentar a Blodsai, ni al encarar a la policía militar, pero estoy temblando frente a la puerta de la cabaña.
Creo que estaría menos nerviosa si Chizze estuviera a mi lado, pero la estúpida mujer bestia tenía hambre y recordó una manada de bueyes afuera de la ciudad.
"Kharla, iré por carne; tú prepara la leña. El maestro y la jefa tendrán mucha hambre," me dijo eso y se fue corriendo. No tuve ni tiempo de usar la conexión sagrada para obligarla a acompañarme.
Abro la puerta de la cabaña.
"Ay, eso duele. Dríade, ¿podrías ser un poco más amable?" veo a la Dríade aplicando un ungüento medicinal en las heridas de Ester.
Pregunto: "¿Por qué el señor Ester no usa su magia curativa?"
"El daño de esa estúpida espada fue muy fuerte; incluso a mí me duele el cuerpo," dice Raiza, que está acostada junto a Ester.
También veo que aplicaron el ungüento en su cuerpo.
"Lo siento mucho, mis poderes curativos se limitan a las plantas. Todo lo que puedo hacer es ayudarles con medicina natural. Algo más que eso se sale de mis manos, lo siento mucho," responde la Dríade.
"Creo que me contaron que Ester te curó cuando casi te mata Eurisia. Entonces Ester puede curar a las plantas," la Dríade responde.
"Supongo que sí. Ester es una anomalía; una persona como él no debería existir."
"Saben que puedo oírlas," dice Ester, retorciéndose de dolor en el piso.
Miro a Ester a los ojos, y él dice: "¿Qué tengo algo en la cara?"
"No es eso, señor Ester. Creo que quiero usar mi conexión sagrada contigo. Creo que con mi fuerza podría curar a la señorita Raiza y también a ti, supongo."
Ester baja la mirada y dice: "Haz lo que quieras, pero ten cuidado. Cuando te conectas a Raiza, tienes efectos negativos en tu cuerpo, y por cómo me describió la Dríade, este podría ser el caso."
Noto que el brazo de Ester está en un frasco lleno de ungüento. Supongo que la Dríade lo puso ahí para que no se infectara. Tomo su brazo y lo coloco cerca de su muñón cortado.
"Por el poder de la diosa, bendice a esta persona con valentía, fuerza y coraje. Dale el poder que todos tenemos en nuestras almas y nuestros corazones. ¡CONEXIÓN SAGRADA!"
Siempre pensé que cuando llegara el día de conectarme con Ester, qué tipo de cosas vería o sentiría en ese momento…
Solo vi oscuridad. Le estaba dando mi poder, pero no podía controlar sus acciones, compartir sus sentidos, ni siquiera podía sentir mi propio cuerpo… era como si mi alma hubiera abandonado la misma existencia.
No fue una experiencia buena o mala, pero sí era diferente.
Después de un minuto que se sintió como horas, decidí cortar la conexión.
"Increíble, tu poder aceleró el efecto de mi curación." Noté que el señor Ester había curado sus heridas y reconectado su brazo, pero el corte de la espada le dejó una cicatriz en forma de una línea horizontal casi perfecta.
Supongo que mi conexión sagrada tuvo el efecto deseado, pero desearía nunca volver a hacerlo.
"Kharla, gracias por ayudarme a curar mi cuerpo, pero Raiza sigue herida. ¿Podrías conectarte conmigo otra vez?"
Mierda, no quiero, pero tampoco quiero que Raiza siga herida.
Me trago mis sentimientos y vuelvo a hacer la conexión con el señor Ester. Fue horrible volver a ese lugar oscuro, pero me aguanté.
Una vez sentí que pasó un minuto, que se sintió como otra hora, corté la conexión.
Mi cuerpo está bien, pero mi mente está perturbada; en verdad, necesitaré un descanso.
"Gracias, Kharla. Si Raiza y yo seguimos vivos, es gracias a ti y a Chizze, pero… ¿dónde está Chizze?"
"Ella fue a cazar el desayuno. Dijo que preparáramos la leña para cocinarlo en el patio," le respondo a Ester.
Raiza se levanta, pone su mano sobre el señor Ester y dice: "Ester, ve a preparar la leña afuera. Necesito hablar algo con Kharla, y tú, Dríade, ayúdalo, ya que eres buena con los árboles y esas cosas."
La Dríade mira a Raiza con ojos fríos, y Ester la arrastra al patio.
Me quedo sola con Raiza en la cabaña, temblando de nervios. Raiza se acerca a mi cara y me roba un beso…
Mi primer beso…
Fue tan cálido. Nunca vi a Raiza de manera sexual o romántica, pero ese beso no me desagrado y le correspondí el beso.
"Bueno, creo que ya entiendo tus sentimientos, pero ahora quiero conocer tu historia. ¿Quién eres en verdad, princesa?"
Sigo ruborizada por ese beso, pero debo decirle la verdad.
Yo también quiero saber quién es ella, no solo como héroe, sino también como persona y mujer…
"Soy Kharla Dante Rusthia, la princesa del Reino de Rusthia.
La verdadera Carlo Dante, ese nombre solo existió por un capricho de mi padre, que quería ser el padre de un héroe. Pero nací yo, con un potencial para apoyar a otros y volverlos más fuertes.
Debido a mis conjuros de aumento de estadísticas y a mi conexión sagrada, son mis habilidades únicas que poseo gracias al don que se me otorgó al nacer…
La única razón por la que mi padre no se deshizo de mí como de las demás mujeres que engendró fue solo por aquel don con el que nací, aunque no sé cuál es exactamente ese don."
La señora Raiza escucha atentamente mi historia y dice: "¿Nunca escuchaste a alguien llamarte la Santa?"
"Creo que una vez escuché a uno de los compañeros de Darwin hablando de vigilar a la Santa, pero no sabría decir si se referían a mí."
Raiza toma mis manos y me mira a los ojos.
"Desde que nos conectamos en ese entrenamiento, noté que nuestra conexión es especial. Nacimos para conocernos. Ese día que nos enfrentamos al falso Carlo Dante, ese día que Chizze te llevó con nosotros, fue parte del destino… Pero tú eres más que el don con el que naciste y debes decidir cómo usarlo.
Ester y yo iremos a una guerra contra los demonios y no estás obligada a seguirme." Comienzan a salir lágrimas de mis ojos al oír las palabras de Raiza.
"No recuerdas la confesión que te hice ayer, señora Raiza… Quiero estar contigo siempre." Raiza me consoló en sus brazos.
Ese día decidí matar al señor demonio, pero no por la humanidad o un sentido del deber, sino solo porque no quería ver a Raiza morir.
…
…
…
Volvemos con el Sacerdote de guantes blancos…
Esta noche no poder dormir. Después de la paliza que me dieron, me quedó claro que mi papel como luchador es innecesario.
Habrá momentos en los que tenga que pelear inevitablemente, pero mi papel es y siempre ha sido mantener a mis compañeros vivos.
De no ser por mi magia curativa en ese momento en que Blodsai me atravesó con la espada sagrada, definitivamente estaría muerto. Fue gracias a Kharla y Chizze que estoy vivo.
El poder de la conexión sagrada de Kharla es increíble. Después de pelear con Blodsai, tanto yo como Raiza quedamos muy heridos. Ni siquiera mi curación o el don del héroe fue suficiente para mantenernos intactos del poder de esa espada sagrada.
Aun así, tenía la confianza de que, con descansar lo suficiente, podríamos recuperarnos. Pero entonces Kharla ofreció usar su Conexión Sagrada en mí. Pude sentir su poder y, al quedarme quieto, mi cuerpo comenzó a curarse solo.
Bueno, me quedó una cicatriz del corte de la espada, pero a estas alturas no me importa. Además, al intentar curar el cuerpo de Raiza, no sentí que gastara mucha de mi vitalidad. En ese momento entendí que el poder de Kharla está a la par del mío o de Raiza, aunque de una forma diferente.
Mientras reflexionaba sobre todos estos pensamientos, yo estaba cortando la leña para preparar una fogata para cuando volviera Chizze con la comida. Aún teníamos algo de fruta de la merienda, pero no teníamos mucha más comida y la ciudad de Nessy está hecha un desastre, así que tomará tiempo para que el comercio se reanude.
Mientras yo cortaba la madera, la Dríade se concentraba en secar la madera para que fuera más inflamable. Al cabo de 40 minutos, teníamos lista la fogata; solo faltaba que llegara Chizze con el buey salvaje.
"Ester, terminaste rápido," dijo Raiza cuando salió de la cabaña con Kharla.
Tal vez era mi imaginación, pero las vi más unidas que antes. Ya no sentí esa incomodidad que habían tenido desde que cruzamos la frontera… supongo que hicieron las paces.
"Señor Ester, queremos que sepa que, cuando Chizze regrese, debemos tener una charla en equipo sobre los siguientes pasos que debemos seguir en el viaje a la capital," dijo Kharla.
"Entiendo, Kharla. Ahora, si están desocupadas, podrían ayudar a la Dríade a hacer la ensalada. Puede crear plantas, pero no sabe cómo marinarlas…"
La Dríade hace un puchero y me dice, "Recuerden que solo tomo agua y me alimento de los nutrientes de la tierra, no de alimentos orgánicos, por eso no sé cómo preparar sus comidas."
Bueno, supongo que ser un espíritu del bosque tiene sus problemas.
Una vez que teníamos lista la ensalada, llegó Chizze con el buey salvaje. Tenía muy buen tamaño.
"Amo, Chizze cazó el buey más grande de toda la manada. Y una vez Chizze cazó al buey, muchos monstruos quisieron robarle la presa. Chizze los mató a todos… por eso Chizze se demoró."
"Eres muy fuerte, Chizze. Estoy muy orgulloso de ti. Gracias por salvarme la vida. Sin ti, yo estaría muerto."
Apenas vi a Chizze, fui a abrazarla. Cuando conocí a Chizze, solo era parte del plan de Raiza para conseguir información de los esclavistas, pero ahora es como mi familia, y sin ella nada de esto sería posible.
Despellejamos el buey salvaje y pusimos a secar su piel. Preparamos las piezas que íbamos a cocinar en la fogata, y con otras partes del animal, junto con unos hongos que nos dio la Dríade, preparamos una exquisita sopa para acompañar la carne.
Aunque Chizze no pudo esperar y empezó a devorar los órganos del animal, más específicamente su corazón e hígado, se ofreció a compartirlos conmigo, pero rechacé amablemente la oferta.
Una vez la comida estuvo lista, nos reunimos los cinco alrededor de la fogata. Después de casi morir en mi última pelea, volver a comer tranquilamente con mis compañeros es una felicidad inmensa.
Pero escuché unos pasos a mi espalda.
"Buen provecho, jóvenes. Veo que tienen una comida agradable," era un soldado de la policía militar.
Chizze se acerca a mi oído y me susurra, "Amo, ese hombre fue quien interrogó a Kharla y a mí sobre el incidente de ayer. Creo que se llamaba teniente o algo así." Así que un teniente las siguió hasta aquí para ver si hacíamos algo sospechoso.
Entiendo que aún debe desconfiar de nosotros por todo este incidente.
"Teniente, un gusto conocerlo. Supongo que vino porque tenía dudas sobre el incidente de ayer. Si no es muy urgente, ¿le gustaría acompañarnos a comer?"
El teniente dudó un poco al principio, pero aceptó gustoso la oferta. "Listo, ya vengo. Voy por más platos a la cabaña."
Entré a la cabaña, cogí los platos y vi el paquete con los documentos y la carta del general Darlick. Pensando que podría serme útil, lo guardé en mi traje.
Salí de la cabaña y le serví la sopa de hongos y carne junto a un gran trozo de carne a las brasas al teniente. El oficial se veía cómodo disfrutando de la comida, aunque los demás estábamos algo intranquilos.
…
Una vez el teniente termino su comida me dijo las siguientes palabras:
"Eso estuvo delicioso. En fin, supongo que debes ser Ester. Vi tu nombre en el contrato de arrendamiento de la cabaña. Un aventurero plata 2 de los países bajos del sur que viaja con sus compañeros. ¿Puedo saber cuál era el motivo de su viaje?"
Saqué los documentos del gremio de mercenarios, donde se indicaba nuestra misión y nuestros documentos personales. Los había puesto previamente en el paquete que me mandó el general para tener todo en un mismo lugar.
…
"Ya veo, están en una misión de escolta. Supongo que pensaron quedarse un tiempo aquí y eligieron esta cabaña para mantener a su cliente, que supongo es esa niña albina, lejos de cualquier peligro.
Aunque eso no explica cómo fueron tan fuertes como para detener ese complot orquestado por los demonios. Además, la historia que nos dieron era demasiado sólida, como si viniera de alguien que participó en este ataque a la ciudad."
Diablos, supongo que tiene algo de razón, ya que fue Charlotte quien me advirtió del problema en Nessy. No tenía muchas opciones, así que busqué el paquete con los documentos que me dio el general Darlick, esperando que eso al menos hiciera que el teniente confiara en nosotros.
…
"No me jodas, es una recomendación del legendario estratega militar, el General Darlick, El Ajedrecista. Mierda, con razón pudieron detener este ataque y obtener tantos detalles.
Mis sinceras disculpas, Señor Ester. Supongo que esta misión de escolta debe ser más importante de lo que parece. Me llevaré la recomendación del general para mostrársela a mi superior y dejarlos libres de culpa.
Mañana temprano se la devolveré junto a un documento oficial que resumirá el incidente. Recomiendo que guarde ese documento; será una prueba de su contribución a mantener la paz interna de Dredprism."
Vaya, no me esperaba que la influencia de Darlick fuera tan grande.
Vi su vida; fue un gran hombre, pero nunca pensé en cómo lo verían los demás.
Bueno, yo mismo lo llamé héroe, así que debe ser lógica esta reacción.
"A propósito, Señor Ester, gracias por la comida. Estuvo deliciosa." El teniente se marchó con una sonrisa, dejándonos solos a los cinco otra vez, ahora que lo pienso no pregunte su nombre...
"Amo, ¿quién era ese tal Darlick?" preguntó Chizze, y Raiza agregó, "Sí, cuéntanos esa historia, Ester. Incluso yo quiero saber quién era ese legendario estratega."
Esa noche les conté a mis compañeras la historia de ese venerable anciano.