Aquí Shiva, el Dragón de la Sabiduría.
Después de mucho trabajo y esfuerzo, conseguí mi objetivo: logré comprar casi todos los libros que quería de la ciudad de Zhanty.
Aunque tengo algunos problemas... dos problemas, para ser exactos: el equipo de Amelia, más específicamente el musculitos y el gordito.
Tuve que guardarme mi orgullo y acompañar a esos tontos dragones de tierra para asegurarme de que Amelia y su grupo cruzaran a salvo la zona de monstruos...
Un momento, ¿por qué estoy de niñera de estos sujetos?
"Shiva, te ves muy alterada. ¿Te pasó algo?" me dijo Amelia, algo preocupada.
Actualmente, estamos en la zona de monstruos entre Zhanty y los Países Bajos del Norte. Ella y su grupo están montando a los dragones de tierra, pero yo prefiero ir a pie; igual no me canso de caminar, pero subirme a uno de esos dragones lo considero muy inmoral, y me incomoda ver cómo Amelia está encima de uno.
"No es nada, Amelia, solo tengo conflictos existenciales. Solo quería ir de compras, no de excursión".
Al escuchar mis palabras, Eduard dice: "Dragona tsundere, deja de hacer un escándalo y solo di que ya nos tomaste cariño". Le respondo con enojo a Eduard:
"En tus sueños, gordito. Solo me preocupa Amelia; ustedes dos son muy débiles para protegerla. Cuando encuentren a su amigo de la picha corta, si determino que es lo suficientemente fuerte para proteger a Amelia, me iré a mi nido a acomodar mis libros nuevos".
Yubel me responde con una sonrisa en la cara y en voz alta:
"Ester no es el hombre más fuerte, pero él siempre se las arregló para no solo proteger a Amelia sino para protegernos a todos. No es para nada un hombre perfecto, pero los cuatro nos complementamos, ya que somos el equipo del héroe que derrotará al rey demonio".
Amelia dice: "Pues, conocidos por el equipo del héroe humilde no seremos recordados, eso es seguro". Aun en un momento tan serio, ellos estaban bromeando. Casi envidio el tipo de relación que comparten esos humanos...
Nos tomó casi una semana cruzar la zona de monstruos, por lo lentos que fueron esos dragones y por los monstruos que nos encontramos en el camino.
¿Quieres saber con qué tipos de monstruos nos encontramos? Bueno, las zonas de monstruos suelen tener criaturas únicas que no pueden sobrevivir fuera de este ambiente, ya que dependen del miasma que solo se encuentra en estas zonas.
Por lo cual, son criaturas únicas muy similares a insectos gigantes, pero de formas muy variadas. Aunque, como cualquier animal, tienen un fuerte instinto, y cuando sintieron que un dragón de verdad como yo, y no esos patéticos dragones de tierra, estaba cerca de ellos, solo tomaron su distancia…
Por eso mismo, cruzar la zona de monstruos fue como un paseo en un parque, aunque fue algo lento…
Una vez salimos de la zona de monstruos, llegamos a los Países Bajos del Norte, y pudimos ver un pequeño pueblo a la distancia. Era un pequeño pueblo de paso, donde crían dragones de tierra y ganado para el uso humano.
Lo primero que hicimos fue separarnos. Yubel y Eduard fueron a la oficina del líder del pueblo a consultar si había problemas con monstruos o bandidos y a buscar información sobre las mazmorras del lugar, mientras que Amelia y yo íbamos a vender los dragones de tierra para comprar un caballo y una carreta.
…
"Puedo cambiarles los tres dragones por una carreta usada, pero en buenas condiciones, y algo de dinero para que compren un caballo", dijo un comerciante interesado en los dragones de tierra.
No era un mal trato... pero quería asegurar un precio justo por esos tontos dragones de tierra...
Después de un proceso de negociación, conseguimos la carreta, dinero para el caballo y algo de dinero de bolsillo.
"Oye, Shiva, ¿cómo supiste negociar tan bien con el comerciante?" me dijo Amelia... Sí, fui yo quien consiguió tan buen trato.
Le respondí: "Solo fue algo de conocimiento de economía y de cuánto dinero se gana con los dragones de tierra. Sirven para cruzar las zonas de monstruos, pero sus cuerpos también sirven de materiales para diferentes pócimas y maldiciones, o para romper estas mismas. Por eso, en este pueblo se dedican a criarlos y exportarlos a otras naciones".
"Vaya, haces honor a tu nombre, Shiva", me dijo Amelia con una gran sonrisa en su cara.
Luego de terminar nuestro trabajo, nos reunimos con el resto del equipo en la posada donde pasaríamos esta noche.
Yubel compartió con nosotras la información que consiguió el día de hoy. Resulta que hay varias mazmorras en la zona; algunos aventureros las han explorado a fondo, pero no han sido completadas.
"Es nuestra oportunidad de conseguir más poder y experiencia", dijo Yubel.
Es verdad que los humanos se vuelven más fuertes matando monstruos, pero Yubel tiene una extraña capacidad de absorber las fuentes de maná de las mazmorras...
Generalmente, los humanos destruían las fuentes de maná para acabar con las mazmorras que eran una amenaza, pero si las mazmorras, o más específicamente los materiales de las mazmorras, eran redituables económicamente, solían no destruirlas y solo dedicarse a vivir de explorar estas mismas de forma indefinida.
Sin embargo, Yubel no las destruye, las absorbe, aumentando su poder. Creo que es el único humano que hace eso... al menos que yo conozca.
Recuerdo la primera vez que fui a una mazmorra con Amelia y estos tontos.
…
Noté que Amelia y su equipo acabaron rápidamente con el nido de kobolds. No eran fuertes, pero eran muchos. Yo no peleé contra los kobolds, solo seguí al grupo de Amelia en silencio; me limitaba a proteger a Amelia con mi magia de fuego, pero evitaba matar a los kobolds.
"Shiva, ¿por qué evitas dañar a los monstruos?", me pregunta Amelia. Yo le respondo:
"Es fácil, porque no quiero morir.
Entre los monstruos y aventureros hay un pacto alrededor de la muerte. Un monstruo que ataca a un humano corre el riesgo de morir, de la misma manera que un aventurero corre ese mismo riesgo si pelea contra un monstruo.
Sé que me miran diferente después de que ayudé a esas niñas en Rusthia, pero quiero que sepan algo: si ayudé a las niñas en ese pueblo humano es porque eran personas inocentes. Si esas niñas se volvieran aventureras en un futuro y sus decisiones las llevaran a una situación similar, no las habría ayudado. Pero Amelia es especial para mí, solo ella. Si para salvarla tengo que sacrificar al musculitos y al gordito, lo haré con gusto.
Solo espero que no lo olviden".
Está de más decir que después de decir esas palabras, estar junto a Yubel y Eduard hasta acabar la mazmorra fue algo incómodo…
Aun así, Amelia y su equipo siguieron conquistando mazmorras. Yubel se volvió más fuerte que cuando lo conocí, y los otros dos humanos también se volvieron mejores peleando.
…
Después de que abandonamos el pueblo donde vendimos a los dragones de tierra, seguimos viajando en nuestra nueva carreta y vimos a un hombre a mitad del camino.
Ese hombre no se movía, solo estaba ahí, quieto en medio del camino de tierra. Si te lo preguntas, ese hombre tenía una apariencia normal, pero su vestimenta está desaliñada y raída.
Su rostro, aunque humano en su fisonomía, está marcado por una expresión vacía y sin vida. A pesar de su aspecto deteriorado, se percibe una energía inquietante a su alrededor…
"Creo que ese sujeto debe estar perdido. Iré a ver qué quiere", dice Eduard mientras se dirige a esa persona, pero entonces me doy cuenta:
"Eduard, cuidado, ese hombre es un heraldo". Eduard recibió un golpe en la cara, que intentó detener con sus manos, pero igual recibió mucho daño…
"Eso debió doler, pero hay algo que me llama la atención, Shiva… sabes quién es ese hombre", me preguntó Yubel con una cara muy seria.
"Ese sujeto es un heraldo olvidado, es un sirviente de uno de los fallecidos reyes celestiales.
Después de la muerte de un rey celestial, sus heraldos quedaron regados en el continente, sin nadie a quien servirle, pero gracias a los poderes otorgados por esos reyes celestiales, algunos no pueden morir de forma convencional.
Me pregunto cuánto tiempo lleva vagando en esta zona".
Pero Yubel, con una cara seria, me dice: "Eso tiene sentido. He escuchado algo sobre esos heraldos…"
En ese momento, Eduard tomó distancia del heraldo olvidado y comenzó a reír en voz baja…
"Oye, hombre tonto, ese golpe que te dieron fue muy fuerte o ¿por qué te ríes como idiota?", le grito a Eduard.
Ed toma su escudo y dice: "No es eso, Shiva, jajaja. Es la primera vez que me llamas por mi nombre. En fin, creo que escuché sobre los heraldos por mi maestro. Esto será una pelea dura".
Respiré hondo y dije: "Esta vez los ayudaré. Él nos atacó primero, y siempre me defiendo de la gente hostil…"
Comencé a conjurar un hechizo que evitara que ese heraldo escapara…
"El fuego de mi estómago, que ahora arde en mis manos y quema a mis enemigos. Atrápalos para que no escapen de sus pecados. ¡Cubo de fuego!"
Generé una jaula con fuego alrededor de nosotros para que ese heraldo olvidado no pudiera escapar.
"La tierra debajo de mis pies se convertirá en hierro en mis manos, ¡lanzas de tierra!". Amelia conjuró magia de tierra que solidificó el suelo en sus pies y, de este, salieron varios picos de piedra con los que atacó al heraldo. Pero ese sujeto era muy ágil; esquivó sus ataques y se acercó para atacar a Amelia.
El heraldo olvidado juntó sus manos como si hiciera una plegaria y de sus manos salió un fuego de color negro; creo que iba a intentar golpear a Amelia con ese ataque…
Eduard, viendo las intenciones del heraldo olvidado, detuvo el ataque con su escudo.
Yubel atacó al hombre con su hacha, haciéndole un gran corte en la espalda, pero el heraldo aún quería seguir peleando. Ignoró a Yubel y siguió golpeando con más fuerza, hasta que rompió el escudo de Eduard.
Amelia no perdió el tiempo y, con la misma magia de tierra, conjuró un pico de tierra sólida como el acero que salió desde al frente de sus pies y atravesó a ese hombre, dejándolo quieto en el aire.
"Buen trabajo, chicos", dijo Yubel mientras preparaba su ataque final.
Yubel rápidamente le cortó la cabeza al heraldo, pero el cuerpo del hombre seguía intentando moverse… creo que eso confirma mis sospechas: ese heraldo solo era un títere…
Retiré mi jaula de fuego y dije en voz alta:
"Háganse a un lado, son fuertes, pero no podrán detener a esa cosa por sí solos".
Escuchando mis palabras, Amelia y su grupo se alejaron del cuerpo empalado de ese heraldo. Entonces respiré muy profundo… Exhale mi aliento volcánico, quemando el cuerpo de ese hombre, volviéndolo cenizas.
"Ay, mi cabeza… en estos momentos extraño a Ester…" Eduard suspira con tristeza mientras ve su escudo hecho pedazos… "Mi escudo está destrozado, necesito repararlo o reforjarlo", dijo Eduard, mirando su escudo con desesperación.
Al ver lo deprimido que estaba, le entregué cinco de mis escamas.
"Guardé esas escamas para conseguir algo de dinero y comprar más libros, pero supongo que necesitaré tu ayuda para defender a Amelia. Úsalas para reforzar tu escudo, gordito".
Eduard sonrió, y el idiota intentó abrazarme… obviamente lo golpeé, mandándolo a dormir.
Una vez que todos volvimos a la carreta para continuar nuestro viaje, vi a una pequeña niña a la distancia observándonos…
Supongo que debe ser Charlotte. Ahora tendría sentido por qué ese heraldo perdido terminó en este lugar. Veo que esa hija de puta sigue causándoles problemas a los humanos.
Apenas Charlotte notó mi mirada, desapareció de mi vista rápidamente…
Esa mujer sigue siendo una cobarde.
En fin, si la vuelvo a ver, la quemaré hasta matarla, pero por ahora lo dejaré pasar.