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Chapter 38 - Capítulo 2 El heraldo de Ámbar

Pasaron cuatro días desde que partimos de Nessy. Aún sigo intentando olvidar lo que pasó esa noche.

 

Cuando he matado gente, no he sentido culpa. A cada persona que he hecho daño, nunca me he arrepentido, pero ver que otras personas son lastimadas me afecta bastante. Creo que esto me pasa desde niño en el orfanato.

 

"Esperen", interrumpiendo mis pensamientos, escucho una voz que parece ser de un hombre.

"Que esperen… deténganse." Vi que un hombre estaba siguiendo nuestra carreta a pie, corriendo, pero ya se miraba muy agotado.

 

Detengo la carreta y el hombre, cuando ve que paro y se acerca a nosotros, comienza a correr más lento hasta caminar…

 

"Gracias por parar… agua… ¿tienen agua?", ¿Qué le pasa a este hombre? ¿Nos persiguió en busca de agua o qué quiere? Le doy un poco del agua purificada de Nessy…

 

"Uff, gracias, me moría de sed."

 

Al ver al hombre de cerca, tenía un traje extraño: una chaqueta larga que mostraba su pecho desnudo, unos pantalones de mezclilla y una cadena de plata en el cuello. Pero lo que más resaltaba era su sombrero, que tapaba sus ojos y tenía la forma de una cara.

 

El hombre tenía un gusto muy malo para la moda…

 

"Me presento, soy Rockson, el heraldo inmortal de Ámbar."

 

El hombre dijo esas palabras mientras posaba para resaltar sus músculos. Ni mis compañeras ni yo dijimos ninguna palabra y seguimos nuestro viaje en carreta mientras ese sujeto seguía flexionando sus músculos.

 

 

Al día siguiente paramos junto a un río a pescar.

 

Con la ayuda de la Dríade, hicimos unas cañas de pescar improvisadas y pudimos pescar muchos peces de río. No eran muy grandes, pero capturamos bastantes. Los sazonamos con sal y los pusimos a cocinar en la fogata.

 

"Ya los encontré, así que aquí estaban." Escuché esas palabras mientras comía mi pescado a las brasas.

 

Vi a ese sujeto que se hace llamar el heraldo inmortal, quien se quedó desmayado en el piso apenas se acercó a nosotros. Pero no le hicimos nada se desmayó por sí solo.

 

Cuando escuchamos sus tripas rugir, supimos que sufría de inanición. Me acerqué con un pescado y los ojos del sombrero se iluminaron.

 

"¿Quieres comida?"

 

"Sí, quiero", dice Rockson.

 

"Perfecto, debes prometer portarte bien y te alimentaré." Rockson se queda callado, pero me responde:

 

"No caeré en tu trampa. Soy el heraldo más poderoso de Ámbar, el gran heraldo inmortal…"

 

Comienzo a comerme el pescado en su cara. "Qué sabroso está el pescado, lástima que no tienes hambre."

 

 

"Usted gana, señor."

 

 

Rockson se une a nuestra fogata y come algo de pescado mientras llora.

 

"Eres en verdad un heraldo, porque noto que tienes un aura similar a Eurisia, pero no tienes la misma aptitud de un heraldo poderoso", dijo Kharla.

 

Rockson responde, "No me compares con esa mujer vulgar. En verdad la detesto, siempre tuvo el favor del maestro Ámbar, pero ya verán, esta vez yo ganaré y seré el heraldo más poderoso de Ámbar, yo, el gran heraldo inmortal."

 

Este tipo es un caso perdido. "Bueno, cumple tu promesa y pórtate bien. Mis compañeros y yo tenemos que irnos."

Nos subimos al carruaje rápidamente y continuamos nuestro viaje…

 

 

"Espera, no te vayas. Entrégame a la Dríade." Grito Rockson…

 

Continué mi viaje en carreta sin mirar atrás mientras hacía que los caballos corran más rápido.

 

"Oye, no te vayas. No seas cobarde y pelea."

 

No tengo ganas de tratar con este sujeto. Voy a fingir que no escuché nada y seguir adelante. Con el tiempo, dejamos de escuchar los gritos de Rockson. Solo espero que esté bien y tenga una vida plena.

 

 

"Les dije… que se detengan." Rockson lanza un orbe explosivo a nuestro carruaje.

 

Chizze, gracias a sus instintos de mujer bestia, se da cuenta del peligro y, con una patada, le regresa el orbe a Rockson.

 

"Oye, hermano, espera…"

 

BOOM

 

Fue una explosión muy poderosa. Si nos hubiera alcanzado la explosión de ese orbe, alguien podría haber muerto. Detuvimos el carruaje a consecuencia de las ráfagas de aire de la explosión.

 

"Ese idiota no parecía ser muy fuerte, pero si tiene más trucos como este será un peligro", exclamé.

 

"No se preocupe, amo. Creo que Chizze lo mató", me respondió Chizze, pero yo tenía un mal presentimiento.

 

"Jajaja, ¿en serio creen que eso mataría a Rockson, el heraldo inmortal?" Literalmente, ese tipo estaba en medio del cráter de la explosión sin ningún rasguño.

 

Digo, "Chizze, intenta matarlo." Sin mediar palabra, Chizze usa sus garras y abre el abdomen de Rockson.

 

"Hermano, eso duele."

 

En el siguiente segundo, su abdomen estaba curado.

 

"Rockson se curó muy rápido. ¿No crees que es algo raro? Será un mago experto en magia curativa."

 

Me dice Raiza. Sin perder tiempo, me acerqué a Rockson y puse mis manos en su pecho.

 

"Hermano, para eso son, pero se pide permiso."

 

Pongo una cara seria y digo, "Magia Degenerativa: DESTRUCCIÓN CELULAR."

 

Uso casi toda mi fuerza en destruir el cuerpo de Rockson desde dentro, dejando su cuerpo como una momia. Noto que los ojos en su sombrero brillan.

 

"Hermano, eso duele, aléjate de mí."

 

Rockson volvió a la normalidad en un segundo. Su cuerpo estaba como nuevo, pero Rockson se alejó corriendo de mí con lágrimas en su cara, aunque no podía ver sus ojos.

 

"Ya lo entendí, hermano. No los molestaré más. Por favor, déjame irme."

 

Yo grito, "Kharla, dime cuál crees que es el poder de este sujeto."

 

 Kharla ha estado observando la pelea con su Percepción Sagrada.

 

"Es solo una teoría, pero creo que Rockson viaja en el tiempo, pero solo su cuerpo. Todos sus accesorios y ropa no lo hacen, ya que noto que su ropa tiene las consecuencias de la explosión, pero su cuerpo no. Y creo que la fuente de ese poder debe ser ese ridículo sombrero."

 

Después de escuchar a Kharla, miro a Rockson con una mirada digna de un villano. Intento arrancarle el ridículo sombrero, pero creo que está pegado a su cráneo, así que intento otra cosa…

 

Toco la mejilla de Rockson y digo, "DESTRUCCIÓN CELULAR."

 

Quería probar mi teoría de que podría usar a este sujeto como un reemplazo de Raiza para recuperar vitalidad, y resulta que si podía usarlo para recuperar mi vitalidad, aunque se recuperaba menos vitalidad en comparación con Raiza…

 

"Ya, detente, por favor, duele mucho." Miro a Rockson con una sonrisa.

 

"Tú nos atacaste, esa explosión nos pudo haber dolido mucho y tú mismo dijiste que eras un heraldo del Rey Celestial Ámbar."

 

"Mentí, no soy uno de sus cuatro heraldos. Soy solo un experimento fallido, pero pensé que si podía capturar a la Dríade ganaría el respeto de Ámbar. Pero…"

El hombre llamado Rockson lloraba, un espectáculo tan patético que no era divertido, era triste…

 

"Chizze, trae una cuerda del carruaje." Amarré a Rockson de pies y manos.

 

"Mira, nos iremos en paz, pero si te vuelvo a ver, pasaré todo un día destruyendo tu cuerpo hasta que desees estar muerto." Rockson asintió con la cabeza y lo dejamos solo en medio de la nada mientras continuamos nuestro viaje como si nunca hubiéramos visto a ese payaso.

 

 

 

 

En otro lugar de Dredprism, Eurisia corría a toda velocidad intentando buscar el rastro del grupo de Ester, quienes estaban protegiendo a la Dríade que era su objetivo. Ella llegó a un pequeño pueblo que tenía un circo en las afueras de la ciudad.

 

Eurisia no quiso acercarse al circo, ya que ella también tiene miedo a los payasos. Fue directamente a la calle comercial en busca de información sobre un grupo de cinco personas: un sacerdote de cuatro ojos, una mujer alta con un casco, una mujer bestia, una niña de cabello blanco con un gran busto y otra chica albina con flores en su cabeza…

 

Eurisia se encontró con un comerciante que hizo una mala inversión. Recientemente ganó buen dinero vendiendo su carreta comercial, pero lo perdió invirtiendo el dinero en oro falso u oro de los tontos, ya que su precio estaba subiendo en el mercado.

 

En su punto más alto, el hombre invirtió todo su dinero en ese oro y lo perdió todo. Lo que le llamó la atención a Eurisia es que el hombre vendió su carreta a un joven sacerdote que estaba acompañado por una mujer de pelo blanco con un gran busto. Además, dijo que creía haber visto al sacerdote con una mujer bestia en el circo, y que la misma noche en que compró su carreta se marchó de este pueblo con rumbo a Nessy.

 

Eurisia salió corriendo del pueblo de inmediato, después de comprar un poco del oro de tontos del comerciante como recompensa por la información, y se fue muy rápido por miedo a encontrarse con un payaso.

 

Fue corriendo a toda velocidad rumbo a Nessy.

 

Días después llegó a Nessy y, fuera de la ciudad, se encontró con un campamento de refugiados y algunos carruajes comerciales.

 

Era todo un caos.

 

Se acercó a un refugiado y le ofreció una moneda de oro por la información de todo lo que pasó.

 

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"Señorita, no sé qué pasó exactamente, pero recuerdo que, apenas cayó la noche, un aura extraña cubrió la ciudad. Estaba solo en casa y tuve mucho deseo de comer; tenía una gran despensa de alimentos, la devoré. Aunque escuchaba los gritos de mis vecinos, solo me concentré en satisfacer mi hambre…

 

Hasta que de pronto todo se detuvo. Con el estómago lleno, salí a ver qué pasó. Vi incendios y mucha gente herida…

 

No entendí qué pasó.

 

Esa misma noche llegó la policía militar a la ciudad por un pedido de ayuda. Nos dijeron que los demonios atacaron la ciudad poseyendo a las personas para causar caos.

 

Ahora los oficiales están matando demonios dentro de la ciudad, pero mi mejor amigo, a quien vi vivo después del desastre, fue ejecutado, ya que determinaron que estaba poseído por un demonio.

 

Sé que era verdad… él mató a su esposa esa noche.

 

Pensé que la guerra con el rey demonio no nos alcanzaría… yo estaba equivocado."

 

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Eurisia, con la nueva información, dedujo que fue obra del orbe de la lujuria; o sea, que si fue un ataque de los demonios, pero quienes causaron el caos fueron los mismos humanos.

 

Eurisia saltándose la seguridad de la ciudad, entró a la ciudad de Nessy.

 

Lo que vio fue un espectáculo impresionante…

 

Muchos cuerpos estaban reunidos en el centro de la ciudad con una gran fogata para quemar los cuerpos que ya se estaban descomponiendo, y soldados preparando una fosa común para los cadáveres. También estaban preparando un monumento a las víctimas.

 

"Vaya, que la policía militar trabaja muy rápido; es como si ya estuvieran acostumbrados a ocultar la basura debajo de la alfombra." Dijo Eurisia para si misma.

 

Eurisia no tenía interés en este desastre, solo buscaba a su objetivo y a las personas que lo protegían. Desde la distancia, ella notó que había un soldado que dirigía al resto de los caballeros. Era justo el tipo de hombre que más le gustaba a Eurisia…

 

Tenía una perfecta cara cuadrada, un pelo un poco largo pero elegante, la mirada fría de un guerrero y parecía ser muy fuerte. Desde que Eurisia recibió el regaño de Ámbar, ha estado bajo mucho estrés, y cuando vio al soldado, supo cómo liberar ese estrés…

 

 

El teniente militar Brikrats estaba haciendo control de daños en la ciudad de Nessy. Mientras estaba trabajando, los soldados a su alrededor cayeron al piso. El no entendió si se desmayaron o pasó algo más… Brikrats aún tenía la cara llena de sorpresa cuando sintió un abrazo en su espalda.

 

"Oye, me gustas mucho, por eso no te maté", Brikrats buscó su espada con su mano derecha e intentó atacar a Eurisia.

 

"Oye, no te enojes, en realidad no los maté, solo los puse a dormir o eso creo, no lo sé." Brikrats no quiso entablar conversación con Eurisia, ya que era un hombre que confiaba en su instinto y podía sentir que esa mujer era fuerte.

 

"Oye, guapo, es de mala educación dejar a una mujer hablando sola. Dime tu nombre." Brikrats pensó en sacarle algo de información.

 

"Eres humana; he visto los demonios y sé que no eres uno, pero tu aura tampoco es de un humano… eres un heraldo." Eurisia rápidamente robó un beso de Brikrats y le dijo al oído…

 

"Soy un heraldo de Ámbar, Eurisia el Escorpión. Ahora dime tu nombre…" Brikrats sintió que iba a morir y lentamente dijo que se llamaba Brikrats. "Qué lindo nombre", dijo Eurisia mientras le quitaba su espada a Brikrats.

 

Eurisia chasqueó sus dedos y conjuró un cuadrado de tono oscuro y morado donde solo estaban ellos dos. Brikrats estaba paralizado del miedo y solo pudo quedarse quieto mientras Eurisia lo desvestía lentamente…

 

Como soldado, Brikrats fue entrenado para soportar las peores torturas. Podrías cortarle todos sus dedos y Brikrats no te diría ni la hora, aunque nunca pensó que el Heraldo Eurisia el Escorpión solo tendría interés en su cuerpo y no en él como soldado.

 

 

Una vez que Eurisia pudo liberar su estrés, se estaba vistiendo. Cuando terminó, liberó el conjuro que los mantenía encerrados.

 

"Casi se me olvida, antes de irme, ¿viste a un sacerdote con lentes junto a una mujer con pelo blanco y una mujer bestia?" Brikrats seguía desnudo en el piso mirando al cielo sin decir una palabra y sin mover un músculo…

 

Eurisia lo miró con una sonrisa. "Te ves tan lindo manteniendo tu entrenamiento militar, pero eso indica que sabes algo. Y, viendo que el desastre aquí se controló tan rápido, esos sujetos debieron ser quienes destruyeron el orbe de la lujuria…

 

Me siento triste, corazón; pero es hora de despedirnos. Sé que apenas nos conocemos, pero creo que te amo. Una vez mate a esos idiotas y a esa Dríade, volveré por ti."

 

Eurisia se despidió con un beso en los labios, dejando al teniente desnudo en medio de sus soldados fuera de combate.

 

 

Después de pasar por Nessy y con un mejor humor, Eurisia siguió por el camino más cercano a la capital, ya que hasta para ella sería imposible entrar a la capital sin ser descubierta. Así que esta era una carrera contra el tiempo…

 

Entonces Eurisia escuchó a un hombre cantando junto a un cráter.

 

Vio a un tonto hombre con un sombrero ridículo, cantando la canción más penosa sobre lo genial que era él mismo. Eurisia fue corriendo a toda velocidad y lo pateó, rompiéndole la columna.

 

"Maldito idiota, ¿qué estás haciendo aquí?"

 

"Puto escorpión, eso dolió." Eurisia comenzó a patearlo más fuerte repetidamente.

 

"Me llamo Eurisia, que no se te olvide."

 

"Ya entendí, es Eurisia, no escorpión. Perdón, ya no me pegues, soy inmortal, pero siento dolor, ya detente."

 

Eurisia rompió las cuerdas que ataban a Rockson y, con una mirada enojada, dijo:

 

"¿Quién te dejó así y por qué estabas justo en este lugar?" Eurisia sospechaba de cómo Rockson estaba justo en donde seguramente pasó la Dríade.

 

"Eurisia, hagamos un trato. Tengo información que nos ayudará a satisfacer las expectativas de Ámbar. Solo pido que le digas al maestro que te ayude."

 

Eurisia puso una cara de molestia y, sin ganas de perder más tiempo, le dijo: "No prometo nada, pero si lo que me dices es útil, le contaré todo esto a Ámbar en mi reporte."

 

Rockson se levantó del piso con energía renovada y dijo:

 

"Es una promesa. Escucha, me encontré con el equipo que protegía a la Dríade. La mujer del casco parecía ser la líder. Había una poderosa mujer bestia, una mujer de pelo blanco con gran busto, pero el sacerdote de su grupo era muy aterrador. Su magia destruye el cuerpo desde dentro; casi me mata varias veces. Ten cuidado con que te toque, te matará y robará tu energía."

 

Eurisia sonrió y le ordenó a Rockson que dijera en qué dirección se fueron. Rockson señaló el último lugar donde nos vio, e inmediatamente Eurisia fue corriendo a toda velocidad frente a Rockson.

 

"Oye, no me dejes solo… bueno ella ya se fue, no puede oírme… en fin… supongo que cuando maten a Eurisia habrá un puesto entre los cuatro heraldos de Ámbar… esa será una buena oportunidad para mí…" dijo Rockson para si mismo mientras miraba alejarse a Eurisia…