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Chapter 31 - Capítulo 12 Los verdaderos demonios

Raiza y yo fuimos corriendo al centro de la ciudad, pero lo que vi en el camino me llenó de una mezcla de miedo y asco: robos, secuestros, peleas entre civiles…

Incluso la policía militar, en un absurdo intento de detener estos altercados, estaba atacando a matar a los ciudadanos bajo el efecto del orbe de la lujuria, como si esto fuera un campo de batalla.

 

Los militares cometían asesinatos como si fuera lo más normal del mundo; la gente también se defendía de ellos, por lo que también recurrían a la violencia, resultando en la muerte de algunos policías.

 

Pero la escena que me hizo vomitar… por la diosa… vi a un hombre adulto intentando violar a una niña pequeña, y antes de poder intervenir, un niño muy parecido a la niña comenzó a apuñalar al hombre en la espalda hasta matarlo.

 

Aunque el hombre estaba muerto, el niño seguía apuñalándolo, y la niña decía:

"Hermano, deja de hacerle daño a papá".

 

No pude soportar las ganas de vomitar. Raiza me limpió la cara, me llevó en su espalda y nos alejamos de esa horrorosa escena sin mirar atrás.

 

 

Apenas tuve tiempo de quitarme el mal sabor de la boca cuando llegamos al centro de la ciudad.

 

Allí vimos a dos enormes soldados comiendo un banquete rodeado de cuerpos de otros policías militares.

 

Detrás de ellos estaba el orbe de la lujuria flotando sobre la fuente de agua en el centro de la ciudad, como si fuera una simple decoración.

 Era obvio que esos gigantes estaban protegiendo el orbe de cualquiera que se acercara.

 

"Hermano menor, hay una chica cargando un niño" dijo uno de los soldados.

 

"Sí, hermano mayor, es una mujer muy fea con ese casco, pero parece fuerte. Eso me excita, hermano, ¿y a ti?" respondió el otro soldado.

 

"A mí ella no me excita, hermano menor, pero el chico en su espalda me llama la atención. Quiero destrozarlo, hermano" dijo el primero.

 

Escupí para quitar el sabor del vómito de mi boca y me preparé para la pelea.

 

El hermano mayor sacó un escudo y el hermano menor sacó dos espadas cortas.

 

Raiza lanzó un ataque directo al escudo del hermano mayor.

 

Aunque no rompió el escudo, lo tumbó al suelo.

 

El hermano menor atacó directamente a Raiza; fue muy rápido y casi la parte por la mitad.

 

Pero ella llevaba la armadura de Ellen, que era más dura que las espadas del hermano menor, rompiéndolas.

 

Entonces, desde detrás de Raiza, hice el mismo movimiento que tantas veces practiqué con Chizze.

 

Usé la espalda de Raiza como trampolín y salté encima de la cabeza del hermano menor. Me paré con las manos sobre su cabeza y recité:

 

"Magia Degenerativa: DESTRUCCIÓN CELULAR".

 

La cabeza del hermano menor comenzó a pudrirse, ya que este conjuro en la cabeza destruye el cerebro, generando un gran colapso en el cuerpo.

 

El hombre cayó muerto.

 

El hermano mayor, al ver esto, gritó:

"¡Hermano! ¿Qué le hicieron a mi hermano? ¡Hijos de puta, los mataré!"

 

El hombre se abalanzó sobre mí y me agarró entre sus gigantescas manos.

 

"Magia Degenerativa: Paralizar SISTEMA NERVIOSO."

 

El hombre se retorció en el suelo mientras lloraba al ver el cuerpo inerte de su hermano.

 

Grité: "¡Raiza, toma el orbe!"

 

En silencio, Raiza tomó el orbe con su mano izquierda.

 

El orbe tenía tanto poder que quemó la mano de Raiza, pero ella logró tomarlo, y a su vez lo desactivo.

 

La barrera que rodeaba la ciudad desapareció y por ende también desapareció el efecto que el orbe de la lujuria tenía en los ciudadanos de Nessy.

 

Me acerqué a Raiza, tomé su mano junto al orbe y curé su cuerpo con mi magia. Pero extrañamente no me sentí desgastado.

 

"Ester, notaste eso: el orbe reaccionó a tu curación. A diferencia de mí, el orbe no te rechaza" dijo Raiza.

 

Tomé el orbe y noté que era verdad: el orbe no quemaba mi cuerpo. Así que lo guardé en mi traje.

 

Me acerqué al hermano mayor.

 

"Dime cuáles son tus últimas palabras".

 

Aún aturdido, el hombre me escupió y gritó:

 

"Tú morirás en dolor por matar a mi hermano. El señor Blodsai es mucho más fuerte que ustedes dos…"

 

La cabeza del hermano mayor salió volando por los aires y comenzó a arder en llamas.

 

 

"Siempre pensé que ustedes dos eran un par de idiotas. No pudieron cuidar ese orbe ni siquiera por una hora. Fue mi error confiar en ustedes…" dijo una voz, revelando a un soldado de baja estatura con piel pálida.

 

Su cabello era largo en la parte superior y sin cabello en el resto de su cabeza, un corte de pelo militar que destacaba por su armadura de caballero sagrado.

 

Pero lo que me llamó la atención era la espada en su mano, que, entre la hoja y el mango, era un poco más grande que la estatura del mismo soldado.

El mango de esa espada era muy largo y se dividía en tres partes.

 

"Esa es la espada de la dama del lago" grité, sorprendido al ver esa arma.

 

"Oh, tenemos un sacerdote aquí. Te equivocas. La dama del lago nunca otorgó su espada a los humanos, pero un humano hizo su propia espada copiando la espada real.

¡Qué sacrilegio tomar algo sagrado y hacer una vil copia!" dijo el hombre que sostenía la espada, un humano que claramente odiaba a su propia raza.

 

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El caballero sagrado Blodsai era un fiel creyente de la palabra sagrada, proveniente de una familia acomodada.

Sus hermanos murieron en la guerra contra el rey demonio en Amster, salvándose él solo por servir a la iglesia y quedándose a vivir en la ciudad de Nessy.

 

Blodsai desarrolló un odio hacia la gente de esta ciudad. Ellos vivían bien, no sufrían los estragos de la guerra, y además eran muy desagradecidos con el Rey y con la Diosa.

 

Así lo veía Blodsai. Para él, lo único sagrado era la Diosa, y al ver que la Diosa no destruía al rey demonio, llegó a pensar que tal vez los humanos merecían morir a manos de los demonios.

 

Blodsai estaba haciendo guardia nocturna en los patios de la iglesia de su ciudad, mientras su corazón, lleno de rencor, se desbordaba por cumplir esa tarea tan repetitiva...

 

"Oye, ¿quieres hacer un contrato conmigo?" dijo una pequeña niña de pelo negro con un vestido y guantes blancos.

 

Ella estaba sola en medio del patio. Blodsai era tan insensible a su entorno que no le importó ver a una niña deambulando a esas horas en los patios de la iglesia.

 

"No deberías molestar a los mayores, niña" dijo el caballero sagrado, procediendo a retirarse.

 

"Odias a los humanos, quieres demostrarte a ti mismo que ellos son peores que los demonios. Puedo darte ese poder, pero tienes que hacer un contrato conmigo…" la niña hablo, y Blodsai se detuvo y miró en dirección a esa tenebrosa niña...

 

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Ahora estoy frente al caballero sagrado que sostiene la espada sagrada. Siempre quise ver esa espada en acción, pero ahora estoy del lado equivocado de la punta de esa espada.

 

Blodsai sostiene la espada por el primer mango y, con un solo movimiento de esa espada, corta mi cuerpo por la mitad.

 

El corte fue tan perfecto que mi cuerpo seguía unido; solo cayó mi brazo izquierdo al piso. Vomito sangre, pero sin perder tiempo uso mi…

 

"CURACIÓN ACELERADA"

 

…antes de que mi cuerpo se separe por el corte de su espada, aunque sigo vomitando sangre. Pero lo que más miedo me dio es que mi magia curativa no fue perfecta como en otras ocasiones, aun sigo gravemente herido, mi magia casi fue como un pegamento barato que solo me mantuvo unido de milagro.

 

"Vaya, qué buena es tu magia curativa. Cualquier otro sacerdote hubiera muerto" comentó Blodsai, notando que su piel se volvió más pálida después de usar la espada.

 

Supongo que ese era el precio de usar su poder.

 

Raiza inmediatamente sacó su estoque y atacó al caballero sagrado.

 

"¿En serio crees que podrás ganarme con una simple espada, mujer vulgar?"

 

Blodsai colocó su mano izquierda en el segundo mango y la derecha en el tercer mango, comenzando a usar la espada como una lanza.

 

Usaba la espada a una gran velocidad y, manteniendo una distancia segura, golpeaba con múltiples ataques a Raiza.

 

Raiza era un héroe, pero su rango de ataque es muy corto, por lo que esta forma de pelear es la correcta si quieres derrotarla.

 

Blodsai hizo un corte vertical en la armadura de Raiza.

 

"¡Mierda! Si esta pelea continúa así, moriremos sin siquiera llegar a la capital" dijo Raiza, recibiendo una patada y cayendo al piso.

 

Con una postura y mirada de superioridad Blodsai hablo:

"No me importa quién seas, mujer. Este era tu destino, y también será el mío. Desde que apareció el rey demonio, nuestro destino era este… ¡MORIR!"

 

...

 

Cerré los ojos del miedo; nuevamente fui inútil, otra vez estaré solo…

Ja, ja, ja, aun en estos momentos tengo pensamientos egoístas.

Tal vez tenga algo de razón ese caballero sagrado...

 

 

"No dejaré que mates a la jefa" era una mujer bestia, dándole un golpe en toda la cara a Blodsai.

 

"Señor Ester, ¿estás bien?" dijo una mujer de cabello blanco…

 

Pensé que nunca las volvería a ver. Eran Chizze y Kharla, quienes llegaron justo a tiempo para evitar que nos mataran.

 

"Me falta el brazo izquierdo, pero pueden pegármelo más tarde. Ahora escucha:

Ese sujeto casi me mata. La elfa y tú deben usar la Conexión Sagrada. Esa espada que tiene en sus manos es una espada sagrada con muchos trucos para usarla. Imagina que pelearás con un ejército entero y ten mucho cuidado."

 

 

Mientras hablaba con Kharla, Chizze mantenía entretenido a Blodsai. Gracias a que Chizze estaba bajo los efectos de la Conexión Sagrada, pudo darle pelea al caballero sagrado, pero no duraría mucho tiempo contra ese hombre en una pelea de desgaste…

 

Kharla me escuchó atentamente mientras le explicaba la forma de pelear de Blodsai. Creo que ella ya había pensado en un plan.

Gracias a su conexión con Chizze, Kharla también entendía la forma de pelear de Blodsai.

 

"Kharla, rompe la conexión con Chizze a las tres" dijo Chizze mientras contaba con Kharla

 

"Tres... dos... uno..."

 

Kharla rompió la conexión con Chizze y se conectó a Raiza.

 

Chizze retrocedió para que Raiza tomara su lugar.

 

"Por el poder de la diosa, bendice a esta persona con valentía, fuerza y coraje. Dale el poder que todos tenemos en nuestras almas y nuestros corazones. ¡Conexión Sagrada!"

 

Raiza repelió los ataques de Blodsai, haciendo que el caballero sagrado retrocediera.

 

"Te volviste mucho más molesta de repente" comentó Blodsai.

Para este punto, había usado tanto poder de la espada sagrada que su rostro se había deformado y parecía un verdadero demonio… la espada había corrompido bastante su cuerpo.

 

Mientras tanto, yo estaba junto a Kharla y noté que mantener la Conexión Sagrada con Raiza estaba afectando su cuerpo.

 

Puse mi única mano en su espalda y usé mi poca vitalidad para curar su cuerpo y ganar todo el tiempo posible.

 

"No te rindas, Kharla. Si caes ahora, todos moriremos junto con esta ciudad."

 

Raiza logró hacer un movimiento con la espada y golpeó la mano derecha de Blodsai con el mango de su espada, haciendo que la espada sagrada cayera al suelo.

 

En ese momento, la Conexión Sagrada con Kharla se rompió...

 

Raiza, esta vez, no perdió el tiempo y sostuvo las manos de Blodsai. Chizze apareció detrás de Blodsai y comenzó a agarrar su cabeza y a jalarla.

 

"¿Qué mierda estás haciendo, sucia mujer bestia?"

 

Parecía que el cuerpo de Blodsai aún tenía algo de poder de la espada sagrada, ya que estaba soportando el agarre de Chizze y Raiza.

 

Kharla vomitó algo de sangre y, entre sollozos, dijo:

 

"Por el poder de la diosa…

Bendice a esta persona con valentía...

Fuerza...

Coraje...

Dale el poder que todos tenemos en nuestras almas y nuestros corazones...

¡CONEXIÓN SAGRADA!"

 

Usó la Conexión Sagrada en Chizze, dándole la fuerza para finalmente arrancarle la cabeza a Blodsai.

 

"Espera, detente, tú sucia..." esas fueron las últimas palabras de Blodsai…

 

Lo siguiente que se escuchó fue la sangre salpicando el suelo…

 

Qué asco… fue una victoria de mierda…

 

Todos estábamos destrozados, la ciudad también estaba en un estado lamentable… Aunque desactivamos el orbe rápidamente, sus ciudadanos sufrieron daños irreparables, y todo por los conflictos filosóficos del sujeto decapitado a mis pies.

 

Kharla recogió mi brazo cercenado y se acercó para entregármelo, a su vez Kharla me pregunto por los detalles de esta pelea y como la ciudad entro en caos, le di un breve resumen de todo lo que pude recordar…

 

Kharla me escucho y luego dijo estas palabras:

"Señora Raiza, tome esa espada y al señor Ester, y llévelo a la cabaña. La Dríade podrá ayudarlos. La señorita Chizze y yo nos quedaremos a explicar la situación a los militares."

 

Aún estábamos preocupados por Kharla. Aunque ella no peleó, fue una de las más afectadas por esta pelea. Aunque yo estaba mucho peor...

 

Apenas pude salvarme de morir solo porque el corte de Blodsai fue tan limpio que no terminé muerto…

 

Por eso, tanto Chizze como Kharla quisieron priorizar mi recuperación, por lo cual, a regañadientes, Raiza aceptó llevarme a nuestra cabaña.

 

"Gracias, Kharla. Sin tú y Chizze, nosotros dos estaríamos… muertos" dijo Raiza mientras me tomaba en sus brazos y nos retirábamos a nuestra cabaña.

 

De camino a casa, pasamos por la ciudad.

Las consecuencias de los más oscuros deseos de las personas eran palpables en el caos de la ciudad.

 

Solo pensé que, aunque salimos ganando, la semilla del rencor entre los humanos ya fue sembrada, por lo que no sentimos esto como una victoria.

 

La verdad, fue una total derrota

 

Seguimos a la princesa de Rusthia, Kharla Dante Rusthia…

 

Una vez terminó la pelea, vimos a la señora Raiza y al señor Ester marcharse del centro de la ciudad.

Me quedé sola con Chizze para explicar lo que pasó a los militares.

 

Menos mal que la Dríade nos puso al día de la situación apenas se desactivó el orbe de la lujuria, pero todavía conservo los recuerdos de lo que le dije a la señora Raiza.

 

Me da tanta vergüenza pensar en eso.

 

"Buen trabajo, princesita." Dijo la mujer bestia.

 

"Maldito perro, no me llames princesa. ¿No quieres ir a tener los cachorros del sacerdote cuatro ojos?"

 

Le respondo a Chizze, sonrojada y enfadada.

 

"A Chizze no le importa que sepas eso, la verdad. Nunca fue un secreto, pero admito que se sintió bien ver al amo tan indefenso en ese momento. Creo que Chizze hará eso otro día en privado."

 

"Maldita perra desvergonzada."

 

 

Después de un tiempo, llegaron soldados de la ciudad vecina.

 

Les entregamos el cuerpo de Blodsai, les contamos sobre sus conexiones con los demonios y su plan para que los humanos pelearan entre ellos mismos, el orbe de la lujuria, cómo hizo que la ciudad entrara en caos, y finalmente que robó y destruyó una espada sagrada de las tumbas de la iglesia, más específicamente, la espada de la dama del lago.

 

 

Juntas, fuimos escoltadas por oficiales militares de Dredprism.

Les contamos el resumen de todo el conflicto, omitiendo los detalles que nos comprometen.

 

Después de contarle nuestro relato a un oficial militar que parecía tener un alto rango, nos dijo estas palabras:

"Entiendo su historia, jovencita. Tú y tu amiga mujer bestia deben ser muy fuertes si derrotaron a Blodsai.

Era uno de los mejores caballeros sagrados. Aunque desde que perdió a sus hermanos y la reciente muerte de sus padres, se puso más loco de lo normal.

En fin, les pedimos que no salgan de la ciudad mientras investigamos más sobre este desastre. Sé que alquilaron una cabaña en los bordes de la ciudad.

No se muevan de ahí y, si lo hacen, avísennos a dónde van. Si huyen sin avisar, los buscaremos como criminales."

 

Cuando salimos del cuartel ya eran las 3 de la mañana…

 

La ciudad seguía en caos, aun sin el orbe de la lujuria activo el daño que se hizo en ese corto tiempo fue irreparable…

 

Aunque llegó ayuda de otras partes del país para socorrer a la población, el trauma de lo que vieron esta noche seguro los acompañará hasta sus tumbas.