El cuerpo de Victor, sin vida, yacía en la morgue de la Academia Historia. Su cerebro había sido removido para un propósito oscuro e inexplicable. Sin embargo, su conciencia, atrapada en un limbo entre la vida y la muerte, había sido absorbida por una entidad divina de inimaginable poder: Xal'Azar, una entidad superior a cualquier dios conocido. Xal'Azar no solo había consumido la esencia de Victor, sino también la del arcángel Miguel, convirtiéndose en un ser que trascendía los límites de la existencia misma.
La Academia Historia, aún en pie tras los recientes conflictos, se convirtió en el escenario de una batalla titánica. Rigor, el director de la academia, enfrentaba a Xal'Azar. Este combate no era solo un enfrentamiento físico, sino también una lucha de voluntades y poderes que desafiaban la realidad misma. La figura imponente de Xal'Azar brillaba con una luz cegadora y oscura al mismo tiempo, un reflejo de las almas que había devorado, incluidas las de Victor y Miguel.
Rigor, decidido a proteger la academia y a sus estudiantes, adoptó una postura de combate cargada de energía pura. Su técnica insignia, el "Energy Cosmic Purple", se desplegó en un intento por contener a Xal'Azar. Sin embargo, el poder combinado de Victor y Miguel dentro de la entidad hacía de este un enemigo prácticamente invencible. Cada golpe que Rigor lanzaba parecía desatar una reacción que fracturaba el espacio a su alrededor, pero Xal'Azar apenas retrocedía, como si absorbiera cada impacto para fortalecerse aún más.
En medio de la lucha, Rigor intentó apelar al residuo de humanidad que aún quedaba en Victor dentro de Xal'Azar. "¡Victor, sé que estás ahí! ¡Recuerda a tu hijo, a tus amigos, todo lo que te importaba!" gritó, pero la voz de Xal'Azar respondió con un tono inhumano y resonante.
—"Victor ya no existe. Ahora solo soy yo, el absoluto."
La batalla estaba lejos de terminar, y el destino de la Academia Historia, así como del universo entero, dependía de si Rigor podría encontrar una manera de liberar a Victor y Miguel del control de Xal'Azar.
En medio de la batalla, Rigor, con el rostro tenso y su energía fluctuando intensamente, escuchó la voz imponente y burlona de Xal'Azar, resonando como si proviniera de todas partes y ninguna al mismo tiempo.
—"¿Rigor, no? Director de la renombrada Academia Historia... Qué título tan insignificante frente a lo que represento."
La figura de Xal'Azar, envuelta en una mezcla de luz divina y sombras insondables, comenzó a reír con un eco perturbador.
—"¿Esperabas salvar algo, pelear con honor? Oh, qué encantadoramente ingenuo. Pero permíteme aclarar algo... Todo esto es una broma."
Rigor entrecerró los ojos, sus manos listas para desatar el Energy Cosmic Purple en cualquier momento, pero esperó, cauteloso.
—"¿Una broma?" preguntó con frialdad, tratando de mantener la compostura.
Xal'Azar inclinó ligeramente su cabeza, como un depredador jugando con su presa, y agregó con un tono casi divertido:
—"Sí, una broma. Esa pelea contra Victor... ¿Sabías que ni siquiera fue un desafío para mí? Lo maté. De hecho, fue casi decepcionante. Aunque debo admitir que su cuerpo es fascinante. ¿No está en la morgue de tu preciosa academia? ¿Qué haces con él, director? ¿Lo admiras como un trofeo?"
Rigor apretó los puños al escuchar esas palabras. Su expresión pasó del enojo al dolor, y luego al furioso enfoque de un guerrero que no se rendiría.
—"¡No me provoques, Xal'Azar! No eres más que un parásito que se esconde detrás del poder que roba. Victor pudo haber caído, pero no será en vano. Te detendré aquí, sin importar el costo."
Xal'Azar rió nuevamente, pero esta vez su tono era más bajo, casi como si disfrutara del sufrimiento de Rigor.
—"Oh, por favor. Aún no entiendes nada, ¿verdad? Victor fue solo el principio. Tú también caerás... y esta academia, junto con todo lo que amas, será mío."
La tensión en el aire se intensificó. Rigor sabía que no podía confiar en nada de lo que Xal'Azar decía, pero también entendía que estaba frente a un enemigo que jugaba tanto con la mente como con la fuerza. La verdadera batalla apenas comenzaba.
En la fría morgue de la Academia Historia, el ambiente era tenso y cargado de incertidumbre. El cuerpo de Victor, aunque sin vida, parecía irradiar una presencia que ninguno de los presentes podía ignorar. Frente a él, una doctora ajustaba sus guantes quirúrgicos mientras observaba con determinación a los reunidos.
—"Escuchen con atención," comenzó la doctora, con voz firme. "Si queremos detener a esa entidad, alguien debe ocupar este cuerpo. No hay otra opción. Todas las técnicas de Victor están grabadas en su cerebro, y este deberá ser trasplantado nuevamente a su cráneo para activar su potencial."
Joel, el yerno de Victor, apretó los puños mientras su rostro mostraba una mezcla de resolución y angustia. A su lado, Gaby, su pareja, lo sostenía del brazo, tratando de brindarle apoyo. Joel rompió el silencio con voz grave:
—"Si eso es lo que hace falta para proteger a nuestra familia y detener a esa cosa, lo haré. No importa lo que cueste."
Cerca de ellos estaba José, el hijo de Victor, quien miraba el cuerpo de su padre con una expresión indescifrable. En sus ojos brillaba una mezcla de dolor y rabia contenida.
—"No puedo creer que hayamos llegado a esto..." murmuró José. "Pero si esto significa que puedo honrar a mi padre y salvar a los nuestros, no voy a retroceder."
Luci, la esposa de Victor, observaba la escena con un nudo en el estómago. El asco y el rechazo eran evidentes en su rostro. Dio un paso adelante, su voz temblorosa pero firme.
—"Están hablando de usar el cuerpo de mi esposo... como un arma," dijo, mirando a la doctora directamente. "¿No hay otra forma? Esto... esto no está bien."
La doctora suspiró, con empatía pero también con firmeza.
—"Entiendo tu preocupación, Luci, pero este no es un asunto de elección. Xal'Azar es una amenaza que no podemos subestimar. Con las técnicas de Victor, aún hay esperanza. Sin ellas, estaremos perdidos."
Luci apretó los labios, su mirada pasando de Joel a José, y luego al cuerpo de su esposo. Finalmente, dejó caer los hombros, como si toda su resistencia hubiera sido arrancada.
—"Si no queda de otra... entonces háganlo. Pero les advierto: no olviden que están usando a Victor, no solo una herramienta. Su legado debe respetarse."
Mientras tanto, Gaby se acercó a Joel, colocando una mano en su rostro para calmarlo.
—"Joel, no estás solo en esto. Si decides hacerlo, estaré contigo. Pero no olvides que esto no se trata solo de poder... se trata de proteger lo que Victor siempre quiso: a su familia y amigos."
El ambiente en la morgue se volvió aún más tenso. La decisión había sido tomada, pero el proceso apenas estaba por comenzar. La doctora se preparó para el procedimiento mientras Joel y José intercambiaban miradas, sabiendo que lo que estaba por ocurrir marcaría un antes y un después en sus vidas y en la batalla contra Xal'Azar.
Joel dio un paso adelante, dejando atrás cualquier sombra de duda. Su voz resonó en la morgue con una firmeza inquebrantable.
—"Yo lo haré," dijo, mirando directamente a la doctora. "Si alguien debe ocupar el cuerpo de Victor, seré yo. Él era más que mi suegro... era un héroe, y no permitiré que su sacrificio sea en vano. Haré esto por él, por José, por Luci, y por todos los que dependen de que detengamos a esa cosa."
José, quien había estado en silencio, apretó los puños. Aunque el dolor se reflejaba en su rostro, asintió lentamente.
—"Si alguien puede hacerlo, eres tú, Joel. Papá confiaba en ti. Yo... yo también lo haré."
Gaby, a la par de Joel, lo miró con ojos llenos de preocupación, pero también de orgullo.
—"Joel..." susurró, tomando su mano. "Sé que esto es peligroso, pero confío en ti. Haz lo que tengas que hacer. Solo recuerda que tienes algo por lo que volver."
Luci, aunque visiblemente afectada, respiró hondo. Finalmente, habló con voz serena pero cargada de emociones.
—"Si esta es tu decisión, Joel, entonces hazlo. Pero te pido algo... no olvides quién era Victor. Honra su memoria, no solo con fuerza, sino con el corazón."
La doctora asintió, moviéndose rápidamente para preparar el procedimiento.
—"Muy bien," dijo, ajustando sus instrumentos quirúrgicos. "Esto no será fácil ni rápido, pero si todo sale como planeo, Joel podrá manejar las técnicas de Victor y quizás algo más. Pero una cosa está clara: esto cambiará todo, Joel. Prepárate para lo que venga."
Joel asintió con determinación, quitándose su chaqueta mientras se preparaba para lo que estaba por venir. Miró a Gaby una última vez antes de recostarse en la camilla preparada para él.
—"Volveré," dijo con una leve sonrisa. "Esto no termina aquí."
Mientras los preparativos comenzaban, la morgue se llenó de un silencio tenso, roto solo por el sonido de los instrumentos y los suspiros profundos de los presentes. La transferencia estaba por comenzar, y con ella, una nueva esperanza se alzaba en la lucha contra Xal'Azar.
Joel abrió los ojos lentamente, ahora dentro del cuerpo de Victor. Su respiración era pesada, y su mente se ajustaba al poder abrumador que corría por sus venas. Se incorporó con esfuerzo, llevando una mano a su frente, donde sentía una profunda cicatriz que palpitaba como si ardiera. La energía que ahora poseía era intensa, casi insoportable, pero también intoxicante, como un torrente que amenazaba con consumirlo.
La doctora se acercó rápidamente, observando los monitores y las lecturas de energía. Su rostro reflejaba tanto éxito como preocupación.
—"Joel, lo logramos. Estás en el cuerpo de Victor, y su poder ahora es tuyo," dijo, pero su tono cambió de inmediato. "Pero escucha con atención: esto no es permanente. Tienes un límite de cinco minutos. Después de ese tiempo, la conexión entre tu conciencia y este cuerpo se romperá, y lo más probable es que mueras."
Joel asintió, con una mirada seria.
—"Cinco minutos son suficientes," dijo con voz grave, ajustando su postura mientras sentía el flujo de energía en su interior. "No puedo fallar. Si este cuerpo tiene el potencial de Victor, entonces lo usaré para hacer lo que él habría hecho... proteger a los que amo y detener a Xal'Azar."
Gaby, temblando, se acercó a él, sus ojos llenos de preocupación.
—"Joel... por favor, ten cuidado," dijo, su voz quebrándose. "Prometiste volver."
Joel giró hacia ella, colocando una mano en su rostro, ahora con una expresión tranquila pero determinada.
—"Gaby, no me importa si solo tengo cinco minutos o cinco segundos. Haré que cuenten. Confía en mí."
José se adelantó, colocándose al lado de Gaby. Aunque el dolor de ver el cuerpo de su padre usado de esta manera lo atormentaba, sabía que no había otra opción.
—"Joel, tienes que terminar esto. Xal'Azar no puede seguir jugando con nuestras vidas. Hazlo por mi padre... por todos nosotros."
Joel respiró hondo, cerrando los ojos por un momento. Cuando los abrió, sus iris brillaban con un resplandor intenso, y su energía comenzó a fluir, envolviendo su cuerpo en un aura que superaba incluso a la de Victor. Era un poder nuevo, algo nunca antes visto, nacido de la unión entre la voluntad de Joel y el legado de Victor.
La doctora dio un paso atrás, impresionada pero también consciente del peligro.
—"Recuerda, Joel: cada segundo cuenta. No pierdas tiempo."
Joel asintió, dando un paso hacia la salida de la morgue. Al girar la cabeza hacia ellos por última vez, dijo con una sonrisa confiada:
—"Esto es por Victor. Esto es por todos. Regresaré."
Con eso, Joel salió decidido, el tiempo corriendo en su contra, pero con la determinación de un hombre que estaba dispuesto a sacrificarlo todo para salvar el futuro. La batalla final contra Xal'Azar estaba a punto de comenzar.
El campo de batalla estaba en caos. Rigor, exhausto, se tambaleaba mientras su energía apenas lograba mantenerse estable tras haber provocado una enorme explosión en un último intento por detener a Xal'Azar. Sin embargo, el ser divino apenas estaba afectado. Su mirada se mantenía fija en el debilitado director, con una sonrisa de desprecio mientras levantaba su mano para dar el golpe final.
Cuando el puño de Xal'Azar descendió, un destello de energía surgió entre el polvo y el humo. El impacto nunca llegó. Xal'Azar se detuvo de repente, su atención capturada por una figura que avanzaba lentamente hacia ellos.
Entre las nubes de polvo y los escombros, Joel, en el cuerpo de Victor, emergió con una presencia que hacía temblar el aire a su alrededor. Su aura brillaba intensamente, una mezcla del poder inconfundible de Victor con algo nuevo, algo más peligroso.
Xal'Azar, sorprendido al principio, entrecerró los ojos y luego rió burlonamente.
—"Esto no puede ser..." dijo con incredulidad. "Yo te maté. Te vi morir. ¿Cómo es que estás aquí?"
Por un instante, Xal'Azar dudó, pero al observar con más detalle, sus labios se curvaron en una sonrisa sardónica.
—"Ah, ya entiendo... ¡Así que eres Joel, el yerno de Victor!" exclamó, claramente divertido. "No sabía que harías algo tan desesperado. Qué... interesante."
Joel no dijo nada al principio. Su mirada era fría, fija en Xal'Azar, mientras su energía crepitaba con intensidad. El fantasma del más fuerte había regresado, aunque solo por un breve momento.
Xal'Azar dejó de reír, su expresión cambiando a una de ligera molestia mientras observaba la determinación en los ojos de Joel.
—"No importa quién seas o qué truco hayas usado," dijo Xal'Azar con desdén. "Esto no cambiará nada."
Sin previo aviso, Xal'Azar lanzó un golpe masivo hacia Rigor, aún tambaleante y sin defensa. El impacto fue devastador, enviando a Rigor volando por los aires, estrellándose contra un edificio en ruinas.
Joel no reaccionó ante el ataque, permaneciendo en su lugar mientras ajustaba su postura. Su tiempo era limitado, y no podía permitirse distracciones.
—"Xal'Azar," dijo finalmente, su voz resonando con una autoridad que parecía no ser completamente suya. "Cinco minutos... son más que suficientes para acabar contigo."
La sonrisa de Xal'Azar se desvaneció por un momento, solo para ser reemplazada por una expresión de puro desafío.
—"Veamos si puedes, Joel," dijo mientras una energía divina comenzaba a acumularse en su cuerpo. "Veamos si puedes siquiera sobrevivir al verdadero poder de un ser superior a Dios."
La batalla final estaba a punto de comenzar, con Joel enfrentándose al terror divino, cargando el legado de Victor en una lucha desesperada contra el tiempo y un enemigo aparentemente invencible.
Joel no esperó más. En un instante, desapareció de su lugar, reapareciendo frente a Xal'Azar con una velocidad que desafiaba la vista. Su primer golpe impactó como un trueno en el torso de la entidad, empujándolo hacia atrás varios metros.
Xal'Azar, sorprendido por la fuerza, apenas tuvo tiempo de estabilizarse cuando Joel apareció nuevamente, conectando un golpe directo al rostro del ser divino, seguido de una lluvia de ataques rápidos y precisos que resonaban como explosiones en el campo de batalla.
—"¡Esto es por Victor, por mi familia y por todos a quienes has destruido!" rugió Joel, con su energía elevándose a cada segundo.
Xal'Azar, aunque inicialmente sorprendido, comenzó a adaptarse. Con una sonrisa macabra, detuvo uno de los puños de Joel con su mano.
—"Eres fuerte, Joel," dijo, mientras lanzaba un rodillazo directo al abdomen del cuerpo de Victor. "Pero no lo suficiente."
El impacto hizo que Joel se tambaleara por un momento, pero rápidamente respondió con un cabezazo que rompió el aire, haciendo retroceder a Xal'Azar. Ambos comenzaron a moverse a velocidades tan rápidas que el suelo bajo ellos se fracturaba con cada choque.
Golpes rápidos y devastadores sacudían el área, creando ondas de choque que se extendían por kilómetros. Joel utilizaba las técnicas de Victor con una precisión y un poder mejorados, pero sabía que el reloj seguía corriendo. Cinco minutos era todo lo que tenía.
En un movimiento desesperado, Joel acumuló energía en sus manos, formando una esfera de energía púrpura y negra, un ataque que resonaba con la esencia de Victor.
—"¡Energy Cosmic Purple!" gritó, lanzándola directamente hacia Xal'Azar.
La explosión resultante fue colosal, envolviendo a Xal'Azar en una ráfaga de energía destructiva que destrozó el paisaje a su alrededor. El tiempo parecía detenerse por un instante, mientras el polvo y los escombros se asentaban.
Pero cuando la nube se disipó, Xal'Azar emergió, con una sonrisa sádica y su cuerpo apenas dañado.
—"¿Eso es todo lo que tienes?" dijo con una carcajada. "¿Es este el poder del legendario Victor? ¡Patético!"
Joel, jadeando, sintió el peso del cansancio acumulado. El cuerpo de Victor empezaba a mostrar signos de desgaste. La cicatriz en su frente ardía como si fuera un recordatorio de su límite.
—"No he terminado contigo," murmuró Joel, con determinación inquebrantable. Sus cinco minutos estaban casi agotados, pero estaba dispuesto a usar hasta su último segundo para detener a Xal'Azar.
Ambos se lanzaron nuevamente, chocando con una fuerza que hacía temblar el mundo. El destino de todo estaba en juego, y Joel sabía que no podía permitirse fallar.
Joel, sabiendo que el tiempo corría en su contra, retrocedió unos pasos mientras tomaba aire, su cuerpo herido pero su espíritu intacto. Levantó dos dedos de cada mano, cruzándolos frente a él, mientras una energía oscura y abrasadora se manifestaba a su alrededor.
—"Infernal Eternal," declaró con una voz resonante, como si el mismísimo Victor hablara a través de él.
Xal'Azar, intrigado y sin querer ser superado, sonrió con desdén. Levantó tres dedos de cada mano y los cruzó de manera ritual, generando una energía caótica que desgarraba la misma realidad.
—"Creación Caótica," dijo con un tono lleno de supremacía.
De repente, ambos fueron envueltos en una dimensión alterna, un campo de batalla diseñado por la voluntad de Xal'Azar. El entorno era un caos absoluto: cortes invisibles flotaban en el aire, surcando la carne sin aviso, y la atmósfera estaba impregnada de una sangre corrosiva que caía como lluvia. Cada gota era un desafío a la resistencia humana, quemando cualquier superficie que tocara.
Joel sintió el ardor de la sangre corrosiva al tocar su piel, pero no se detuvo. Su mirada estaba fija en Xal'Azar. Aunque los cortes invisibles surcaban su cuerpo, su determinación era mayor que el dolor.
Xal'Azar, sonriendo con arrogancia, lanzó un ataque rápido y mortal. Su energía caótica se materializó en una serie de espinas que surgieron del suelo, buscando atravesar a Joel.
Joel las esquivó como pudo, aunque algunas rozaron su costado, dejando heridas profundas. Con un grito cargado de furia y voluntad, Joel corrió hacia él, soportando el entorno infernal que lo rodeaba. Con toda su fuerza, lanzó un puño directo al pecho de Xal'Azar, concentrando la energía restante de Victor en un solo golpe.
El impacto fue monumental. Xal'Azar retrocedió unos pasos, sorprendido por la fuerza del ataque. Por primera vez, su expresión se torció en una mezcla de dolor y sorpresa.
Joel, jadeando y con su cuerpo cubierto de heridas, se puso en pose de combate, con los puños al frente y las piernas firmes.
—"No me importa cuántas dimensiones o trucos uses, Xal'Azar. Mientras tenga un segundo de vida, seguiré luchando. ¡Esto no ha terminado!"
Xal'Azar, recuperándose lentamente, se tocó el pecho donde el golpe de Joel había dejado una marca profunda. Su sonrisa volvió, pero ahora era diferente, menos confiada y más seria.
—"Joel... tal vez te he subestimado," dijo, con una mezcla de respeto y desprecio. "Pero esto no cambia nada. Este será tu final."
Ambos estaban al límite, y el tiempo de Joel estaba a punto de agotarse. El enfrentamiento definitivo continuaba, con cada golpe resonando como el eco de una batalla entre titanes.
Joel, con su determinación implacable, acumuló toda su energía restante mientras soportaba las heridas que lo laceraban. En un acto que solo alguien con un vínculo profundo con el cuerpo y legado de Victor podría lograr, rompió la dimensión creada por Xal'Azar.
La realidad misma se rasgó y el caos de la dimensión infernal se disipó, devolviéndolos al mundo real. Los cielos se aclararon, aunque aún quedaban destellos de energía en el aire, prueba del colosal enfrentamiento que había ocurrido.
Joel, jadeando y con el cuerpo agotado, dio un paso hacia adelante para atacar a Xal'Azar. Pero entonces sintió un dolor agudo en el pecho, una punzada que lo hizo arrodillarse. Los cinco minutos habían terminado.
—"N-no... aún no..." murmuró Joel, mientras su cuerpo comenzaba a temblar y su voz se desvanecía. Con un último suspiro, su conciencia desapareció, dejando el cuerpo de Victor parado en silencio.
Xal'Azar, observando la escena con atención, cruzó los brazos y sonrió ligeramente.
—"Estoy orgulloso," dijo en voz baja. "Ese chico... tuvo agallas."
De repente, el cuerpo de Victor se enderezó. Una nueva energía, familiar y abrumadora, llenó el ambiente. La cicatriz en su frente brilló por un momento antes de apagarse.
Los ojos de Victor se abrieron lentamente, y una voz firme y poderosa resonó.
—"Así que eres tú de nuevo," dijo, reconociendo su propio regreso.
Xal'Azar, quien había permanecido calmado, estalló en una carcajada que sacudió el suelo.
—"Jajajaja... ¡Bienvenido de nuevo, Victor!" exclamó con entusiasmo. "Sabía que no te quedarías fuera de esto por mucho tiempo."
Victor comenzó a estirarse, girando sus brazos y flexionando su cuello, como si estuviera calentando antes de un combate. Su energía creció exponencialmente, superando incluso lo que había mostrado en el pasado.
—"Joel hizo un buen trabajo," dijo Victor con una ligera sonrisa, mirando a Xal'Azar. "Pero ahora es mi turno."
Victor levantó dos dedos de cada mano, cruzándolos frente a él, recreando su pose característica mientras una energía púrpura y negra comenzaba a envolverlo.
—"Terminemos con esto de una vez por todas," dijo, con una mirada llena de determinación y furia.
Xal'Azar, aún riendo, ajustó su postura y levantó sus manos en preparación para el próximo enfrentamiento.
—"Sí... acabemos con esto, Victor," respondió, mientras su energía caótica comenzaba a desbordarse.
La batalla definitiva estaba a punto de comenzar, con dos titanes enfrentándose en un duelo que decidiría el destino de todo.
Victor levantó sus manos con los dedos cruzados, y una energía densa y abrasadora envolvió su cuerpo, resonando en cada rincón del lugar.
—"Infernal Eternal," pronunció con una voz grave, cargada de determinación.
Xal'Azar, sin perder tiempo, respondió con su pose característica, alzando tres dedos y acumulando energía caótica que retorcía la realidad misma a su alrededor.
—"Creación Caótica," declaró con confianza, sonriendo como si la victoria ya fuera suya.
Ambas energías chocaron, desgarrando la tela del espacio y el tiempo. Esta vez, la dimensión no era el mismo caos sin forma que Xal'Azar había creado antes. Un vasto espacio infinito se desplegó ante ellos, en cuyo centro orbitaba un agujero blanco, irradiando una luz divina y pura.
Victor, sintiendo el cambio en la dimensión, sonrió.
—"Esta vez es diferente, Xal'Azar. Este espacio no es tuyo... es mío."
El agujero blanco giraba lentamente, liberando una energía que parecía purificar todo lo que tocaba. Xal'Azar, por primera vez, mostró una leve expresión de incomodidad.
—"¿Qué clase de truco es este?" preguntó, mientras miraba el espacio divino que ahora lo envolvía.
Victor avanzó rápidamente, impulsado por la fuerza del espacio infinito. Su velocidad era tal que Xal'Azar apenas tuvo tiempo de reaccionar.
—"Esto no es un truco," dijo Victor, mientras cargaba un golpe directo. "Es el poder que surge cuando luchas por algo más grande que tú mismo."
El puño de Victor impactó directamente en la cabeza de Xal'Azar, con una fuerza tan descomunal que la misma dimensión tembló. Xal'Azar fue lanzado hacia atrás, girando en el aire mientras intentaba recomponerse.
Victor, sin darle tiempo a recuperarse, se mantuvo en posición, preparado para el siguiente ataque.
—"No importa cuántas veces crees que has ganado, Xal'Azar. Mientras esté aquí, seguiré luchando. Y esta vez... es el fin para ti."
Xal'Azar, levantándose con lentitud, tocó la herida en su cabeza, sorprendido por el daño real que había recibido.
—"Victor..." dijo, con una mezcla de furia y respeto. "Tal vez esta vez... sí sea interesante."
El agujero blanco en el fondo del espacio comenzó a brillar aún más intensamente, preparando el escenario para la última etapa de su épico enfrentamiento.
Victor, con una confianza abrumadora, se cruzó de brazos mientras observaba a Xal'Azar levantarse con dificultad. Una sonrisa burlona se dibujó en su rostro, seguida de una risa despreocupada que resonó en toda la dimensión.
—"¿Interesante? Nah," dijo Victor, soltando una carcajada. "No hay espacio para dudas aquí, Xal'Azar. Yo ganaré. Es así de simple."
Su risa era potente, cargada de seguridad y un toque de arrogancia, como si ya supiera el resultado del enfrentamiento.
Xal'Azar, por un momento, se quedó en silencio, observándolo con atención. Luego, su sonrisa se ensanchó, casi contagiado por la actitud de Victor.
—"Jajaja... Sigues siendo el mismo," respondió Xal'Azar, limpiándose la sangre que corría por su cabeza. "Esa arrogancia tuya siempre me ha sacado de quicio... y me encanta."
Victor empezó a caminar lentamente hacia él, girando los hombros como si estuviera calentando. El agujero blanco detrás de ellos brillaba intensamente, proyectando su luz divina sobre ambos combatientes.
—"Entonces vamos a terminar esto, ¿no?" dijo Victor, todavía sonriendo. "Ya me aburrí de tanta charla. Hora de aplastar ese ego tuyo una vez más."
La atmósfera del combate cambió por completo. La confianza inquebrantable de Victor se enfrentaba al caos impredecible de Xal'Azar, mientras la dimensión se preparaba para el ataque final que decidiría todo.
Victor, con una sonrisa confiada aún dibujada en su rostro, extendió su mano hacia el imponente agujero blanco que orbitaba en el espacio infinito. La energía divina que emanaba de él era abrumadora, pero no para Victor.
—"Creo que ya tuve suficiente de este espectáculo," dijo mientras cerraba su puño lentamente, comenzando a comprimir el agujero blanco.
La colosal estructura de luz y energía divina comenzó a encogerse, retorciéndose mientras Victor la moldeaba con facilidad. La dimensión misma temblaba ante su poder, pero Victor se mantuvo sereno, como si todo esto fuera solo un calentamiento para él.
Xal'Azar, al observar lo que estaba sucediendo, dio un paso hacia atrás, por primera vez mostrando verdadera preocupación.
—"¿Qué demonios estás haciendo?" preguntó, su tono cargado de incredulidad.
Victor finalmente comprimió el agujero blanco hasta que no era más grande que una canica, sujetándola con dos dedos y el pulgar. El brillo del orbe parecía contener toda la fuerza de una estrella, lista para ser desatada.
—"Esto, Xal'Azar, es lo que pasa cuando te metes con alguien que ya está harto de tus juegos," dijo Victor, apuntando el orbe directamente hacia él.
Con un movimiento rápido y certero, Victor lanzó el agujero blanco comprimido como si fuera una bala, dirigiéndolo directamente al pecho de Xal'Azar.
El orbe atravesó el espacio en un instante, su velocidad creando ondas de choque a su paso. Cuando impactó a Xal'Azar, el estallido fue tan inmenso que la dimensión entera comenzó a colapsar sobre sí misma.
Xal'Azar, envuelto en la luz divina, gritó mientras su cuerpo era empujado hacia atrás por la fuerza incontenible del ataque. La energía del agujero blanco empezó a desgarrar su forma, haciendo que la esencia caótica que lo componía se disipara poco a poco.
Victor, con los brazos cruzados, observó el resultado de su ataque sin moverse, confiado en que este era el golpe decisivo.
—"Te lo dije, Xal'Azar," dijo mientras la luz del agujero blanco consumía el caos restante. "Yo siempre gano."
Xal'Azar emergió lentamente de la devastación, su figura apenas reconocible. La mitad de su cuerpo estaba partida, retorcida en formas imposibles, con energía caótica escapando de sus heridas abiertas como humo negro. Su rostro, usualmente arrogante y burlón, ahora estaba lleno de cansancio, pero sus ojos todavía brillaban con una furia inextinguible.
—"¿Crees que esto es suficiente para acabar conmigo?" dijo Xal'Azar, su voz áspera pero cargada de determinación. Dio un paso tambaleante hacia adelante, sujetando los restos de su torso con una de sus manos.
Victor, con los brazos aún cruzados, lo observó con una mezcla de respeto y desdén.
—"Tienes que admitirlo," respondió Victor, dando un paso hacia él. "Estás más acabado de lo que aparentas. Apenas puedes mantenerte de pie, Xal'Azar. ¿Por qué no aceptas que esto ya terminó?"
Xal'Azar, aunque claramente debilitado, soltó una risa baja y entrecortada.
—"¿Terminado? Victor, apenas estamos calentando."
Con un esfuerzo monumental, Xal'Azar alzó su mano restante y comenzó a reunir energía caótica una vez más, pero esta vez era diferente. La energía ya no era estable; chisporroteaba y se retorcía, como si estuviera al borde del colapso.
Victor, notando el estado inestable de su enemigo, frunció el ceño.
—"¿De verdad vas a intentarlo? Esa energía podría matarte tanto a ti como a mí."
Xal'Azar sonrió débilmente.
—"Si voy a caer, me aseguraré de llevarte conmigo."
El ambiente se cargó de tensión mientras Xal'Azar preparaba su ataque final, y Victor, con calma, adoptó una posición de combate.
—"Muy bien," dijo Victor, con una leve sonrisa. "Si eso es lo que quieres, acabemos con esto de una vez."
Ambos combatientes estaban al límite de sus fuerzas, pero la batalla aún no había terminado. El destino de la realidad pendía de un hilo, mientras el choque final entre Victor y Xal'Azar se hacía inevitable.
Victor y Xal'Azar chocaron en un enfrentamiento feroz. Sus golpes eran rápidos, devastadores y cargados de energía cósmica y caótica. A pesar de la pérdida de la mitad de su cuerpo, Xal'Azar seguía siendo un rival temible, esquivando y devolviendo ataques con precisión letal.
Victor, sin embargo, estaba completamente concentrado, sus movimientos eran fluidos y calculados. Cada golpe suyo resonaba como un trueno, desgarrando lo poco que quedaba de la dimensión a su alrededor.
Finalmente, Victor vio una apertura. Con su puño derecho cargado de energía solar, gritó:
—"¡DESTELLO SOLAR!"
El golpe impactó directamente en lo que quedaba del pecho de Xal'Azar. La explosión fue cegadora, una ráfaga de luz pura que atravesó a su enemigo, dejando un agujero en su cuerpo debilitado. Xal'Azar jadeó, tambaleándose hacia atrás, pero no cayó.
Victor no perdió tiempo. Extendió ambas manos hacia adelante, concentrando toda su energía en un ataque final.
—"¡BLASTER SOLAR!"
Una columna de energía solar descomunal emergió de sus palmas, envolviendo completamente a Xal'Azar. La luz era tan intensa que parecía convertir la dimensión misma en un vacío blanco.
Xal'Azar gritó, su voz ahogada mientras su cuerpo empezaba a desintegrarse. La energía del blaster solar no solo destruía su forma física, sino que consumía también su esencia caótica, desintegrándola hasta que no quedó nada más que polvo brillante flotando en el aire.
Victor bajó las manos, respirando profundamente, el sudor corría por su frente mientras miraba el lugar donde Xal'Azar había estado.
—"Te dije que iba a ganar," murmuró, una leve sonrisa asomando en su rostro.
La dimensión comenzó a estabilizarse, y el agujero blanco que había orbitado en el fondo desapareció lentamente, llevándose consigo los últimos vestigios del caos de Xal'Azar. Victor, ahora de pie en el vacío restaurado, cerró los ojos por un momento, disfrutando de su victoria.
Victor apareció en la Academia Historia, su figura imponente emergiendo de un portal luminoso. Al instante, todas las miradas se volvieron hacia él. Joel había estado dentro de su cuerpo apenas unos minutos antes, y muchos asumieron que seguía siendo él.
Gaby, con lágrimas en los ojos, corrió hacia él.
—"¡Joel! Lo lograste, estás vivo," dijo con una mezcla de alivio y confusión.
Victor levantó una ceja y dio un paso adelante, dejando que una ligera sonrisa sarcástica cruzara su rostro.
—"He," dijo con su característica voz profunda y segura, mientras cruzaba los brazos. "No exactamente como querían, ¿verdad?"
El ambiente se llenó de un silencio impactante. Todos se quedaron mirando, procesando lo que acababan de escuchar.
José, el hijo de Victor, dio un paso al frente.
—"¿Papá? ¿De verdad eres tú?"
Victor asintió lentamente, su mirada seria, pero con un destello de orgullo.
—"Así es. Joel me dio el tiempo que necesitaba para regresar... y aunque lo que hizo fue increíble, ahora estoy aquí para terminar lo que empezó."
Gaby dio un paso atrás, asombrada, mientras Luci, quien había permanecido en silencio, dejó escapar un suspiro de alivio.
—"Sabía que solo tú podrías salir adelante de algo así," dijo Luci, tratando de mantener la compostura.
Victor miró a todos los presentes, notando las cicatrices emocionales que esta batalla había dejado en ellos.
—"No fue fácil, ni para mí, ni para Joel. Pero lo importante es que Xal'Azar ya no representa una amenaza," dijo mientras estiraba sus brazos, todavía sintiendo los restos de poder acumulados en su cuerpo.
El grupo quedó en silencio, procesando la magnitud del sacrificio de Joel y el retorno de Victor. Ahora, con su líder de regreso, sabían que aún quedaba mucho por hacer, pero también sabían que tenían una oportunidad real con Victor al frente.
Gaby se quedó inmóvil frente a Victor, sus ojos llenos de lágrimas a punto de caer. Había corrido hacia él creyendo que era Joel, pero ahora se enfrentaba a la realidad: su pareja ya no estaba allí.
—"No... no puede ser," murmuró, dando un paso atrás mientras su voz temblaba. "¿Qué le pasó a Joel? ¿Por qué tú... estás aquí?"
Victor la miró con seriedad, aunque con un toque de comprensión en su rostro. Dio un paso hacia ella, pero se detuvo antes de acercarse demasiado.
—"Gaby, Joel sabía lo que hacía. Dio todo lo que tenía para traerme de vuelta," dijo con voz firme. "Se sacrificó porque sabía que era la única forma de vencer a Xal'Azar y protegerlos a todos."
Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Gaby.
—"¡Pero no es justo!" exclamó, su voz quebrándose. "Él no debía cargar con esto solo. ¡Él tenía una vida, una familia! ¿Por qué él...?"
Victor suspiró profundamente, bajando la mirada por un momento antes de responder.
—"Joel hizo lo que cualquier héroe haría: proteger a los que ama, sin importar el costo. Créeme, su fuerza y valentía salvaron más vidas de las que imaginas."
Gaby sollozó, llevándose las manos al rostro. José, que estaba cerca, la sostuvo suavemente por los hombros, aunque él mismo parecía luchar por contener sus emociones.
—"Papá tiene razón, hermana," dijo José en voz baja. "Joel sabía lo que hacía... pero eso no hace que sea menos difícil."
Victor observó la escena en silencio, dándoles espacio para procesar la pérdida. Aunque estaba acostumbrado a sacrificios y batallas, ver el impacto emocional de la decisión de Joel lo hizo reflexionar profundamente.
Finalmente, Victor habló una vez más:
—"Joel no está realmente perdido. Todo lo que hizo, todo lo que sacrificó, vive en cada uno de ustedes. Y no dejaré que su sacrificio sea en vano."
Gaby, aunque todavía destrozada, asintió lentamente. Su dolor era evidente, pero también lo era su determinación de honrar el sacrificio de Joel.
Fin.