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Chapter 18 - Ova 14: El encuentro de dos

El aire en la habitación se volvió denso de repente, y una luz azulada comenzó a brillar en el centro del cuarto. Gabriel y Joela se miraron con sorpresa y miedo, apenas cubiertos por las sábanas, mientras la energía crepitante del portal crecía en intensidad.

"¿Qué... qué está pasando?" susurró Joela, aferrándose al brazo de Gabriel.

"No lo sé, pero quédate cerca," respondió Gabriel, sus ojos fijos en el fenómeno que se abría ante ellos. El portal rugió con fuerza, y en un destello cegador, ambos fueron absorbidos por completo.

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Cuando el brillo desapareció, se encontraron en un lugar completamente diferente. Era una habitación similar, pero todo parecía ligeramente fuera de lugar, como si estuvieran en un reflejo distorsionado de la realidad. Antes de que pudieran procesar lo que sucedía, dos figuras aparecieron frente a ellos.

Gabriel parpadeó, atónito al ver a una mujer idéntica a él, con el mismo cabello y ojos, pero con un aura distinta. La mujer llevaba una expresión de sorpresa similar, mirándolo fijamente. A su lado, un hombre alto y fuerte, que se parecía demasiado a Joela, observaba la escena con el ceño fruncido.

"¿Qué... quiénes son ustedes?" preguntó Gabriel, su voz temblando.

La mujer, Gaby, dio un paso adelante, todavía procesando lo que veía. "Soy... tú. Bueno, una versión diferente de ti."

Joela miró al hombre, Joel, con incredulidad. "Y tú... ¿eres una versión mía?"

Joel asintió lentamente. "Parece que sí. Esto es... extraño, incluso para mí."

Los cuatro se quedaron en silencio, intentando comprender la situación. La tensión en el aire era palpable, pero también había una curiosidad compartida.

"¿Cómo es posible esto?" preguntó Joela, rompiendo el silencio.

Gaby cruzó los brazos, todavía estudiando a Gabriel. "Debe ser un fallo en el tiempo o algo relacionado con el portal. No es la primera vez que algo así sucede en esta línea."

"¿Esta línea?" repitió Gabriel, confundido.

Joel asintió. "Sí. Ustedes están en otra versión de su realidad. Aquí, tú eres Gaby, y tú, Joela, eres Joel. Pero parece que hay algo más en juego."

Gaby y Joel intercambiaron una mirada, como si estuvieran evaluando qué hacer a continuación.

"Lo importante ahora es averiguar cómo devolverlos a su mundo," dijo Gaby finalmente. "Pero mientras tanto... será mejor que se queden con nosotros."

Gabriel y Joela se miraron, todavía procesando todo, pero sabiendo que no tenían otra opción. "De acuerdo. Pero... esto es demasiado extraño," murmuró Gabriel.

Joel sonrió levemente. "Bienvenidos a nuestra realidad. Aquí, todo puede pasar."

Gaby, aún confundida, dio un paso hacia Gabriel. Sus ojos se entrecerraron mientras alzaba una mano temblorosa y tocaba suavemente el brazo de él. El contacto fue real, la piel cálida bajo sus dedos.

"¿No es una broma?" susurró Gaby, claramente atónita. Recorrió con la mirada el rostro de Gabriel, buscando alguna señal de ilusión o truco, pero todo parecía auténtico.

Gabriel, incómodo pero también curioso, se quedó quieto. "No... esto es tan real para mí como para ti."

Joel, observando la interacción, se giró hacia Joela. Frunció el ceño, evaluándola con una mezcla de escepticismo y curiosidad. Sin pensarlo demasiado, extendió una mano y tocó los pechos de Joela, apretando suavemente.

"Si eres yo... pareces no tan real," comentó Joel, su tono serio pero lleno de confusión.

Joela se sonrojó al instante, sus ojos abriéndose de par en par mientras retrocedía rápidamente, cubriéndose el pecho con los brazos. "¡¿Qué demonios estás haciendo?! ¡No puedes simplemente tocarme así!"

Joel levantó las manos en señal de paz, claramente sorprendido por la reacción. "Lo siento. Solo estaba comprobando. No pensé que..."

"¡Pues no vuelvas a pensarlo!" exclamó Joela, aún ruborizada y visiblemente molesta.

Gaby, avergonzada por la situación, golpeó el brazo de Joel. "¡Joel! ¿En serio? No puedes hacer eso."

Joel se encogió de hombros, todavía confundido pero arrepentido. "Lo siento, fue instintivo. Esto es... raro para mí también."

Gabriel suspiró, mirando a Joela con una mezcla de preocupación y solidaridad. "¿Estás bien?"

Joela asintió lentamente, aún recuperándose del momento. "Sí, solo... necesito un minuto para procesar esto."

El ambiente quedó en silencio, lleno de tensión y extrañeza, mientras todos intentaban asimilar lo que acababa de suceder.

Gaby frunció el ceño, observando a Gabriel mientras procesaba lo que acababa de ver entre Joel y Joela. Con una mezcla de escepticismo y desafío, dio un paso adelante, cruzándose de brazos.

"¿Entonces crees que esto es un juego también, no?" dijo con tono sarcástico. Antes de que Gabriel pudiera responder, Gaby estiró la mano y, sin previo aviso, le tocó el pecho.

Gabriel parpadeó, atónito. "¡Oye, espera! ¿Qué estás—?"

No terminó la frase. Gaby retrocedió un paso y, sin dudarlo, le dio un fuerte puñetazo en el pecho, con suficiente fuerza para mandarlo a volar contra la pared.

"¡Idiota!" exclamó, sacudiendo la mano después del golpe, pero sin perder la compostura. "¿Qué clase de lógica tienes para pensar que eso estaría bien?"

Gabriel se levantó con dificultad, tosiendo mientras se sobaba el lugar del impacto. "¡¿Qué te pasa?! Solo estaba viendo si... ya sabes, si era real también."

Gaby lo miró con los ojos entrecerrados. "¿En serio? ¿Esa es tu excusa? ¿Quieres otro golpe para asegurarte de que también es real?"

Joel soltó una carcajada nerviosa, mirando a Gabriel. "Hermano, creo que deberías aprender a leer la situación."

Joela cruzó los brazos, aún molesta, pero claramente disfrutando el pequeño ajuste de cuentas. "Bien merecido."

Gabriel levantó las manos en señal de paz, aún dolido. "Está bien, está bien. Ya entendí el mensaje."

Gaby bufó, dándole una última mirada de advertencia antes de cruzarse de brazos nuevamente. "Más te vale."

Victor abrió la puerta de la casa de Gaby con una sonrisa en los ojos, el aire cálido del hogar envolviéndolo. Su mirada se iluminó al ver a su hija y a su yerno, Joel, pero pronto se detuvo en seco al notar a Gabriel y Joela, aún desconcertados por el portal y la situación.

Con una ceja levantada y una expresión burlona, Victor cruzó los brazos, observando detenidamente a los recién llegados. Sus ojos, afilados y llenos de experiencia, los escanearon de pies a cabeza.

"¿Y estos chicos?" preguntó, su tono ligero pero con un toque de ironía. Sonrió, aunque había un brillo desafiante en su mirada. "Se ven muy débiles."

Gaby puso los ojos en blanco y suspiró. "Papá, siempre tienes que hacer esos comentarios, ¿verdad?"

Joel sonrió, acostumbrado a las bromas de su suegro. "Dales un respiro, Victor. No todos tienen tus estándares imposibles."

Gabriel frunció el ceño, cruzando los brazos. "¿Débiles? Mira, no sé quién eres, pero no soy alguien que se deje intimidar fácilmente."

Joela, aunque todavía incómoda por todo lo que estaba pasando, se acercó a Gabriel y susurró: "Tal vez no deberías provocarlo..."

Victor rió, un sonido profundo y lleno de confianza. Dio un paso adelante, deteniéndose frente a Gabriel. "¿Ah, sí? Tienes agallas. Eso es un buen comienzo. Pero la fuerza... se demuestra, no se dice."

Gaby se interpuso entre ambos, poniendo una mano en el pecho de Victor. "Papá, basta. No estamos aquí para pelear. Ellos están atrapados en esta línea de tiempo, y necesitamos encontrar una forma de ayudarlos."

Victor la miró durante un momento, luego dio un paso atrás, relajándose un poco. Su sonrisa se suavizó. "Está bien, está bien. Pero no me culpen si esperaba algo más... impresionante."

Gabriel y Joela intercambiaron una mirada, todavía tratando de procesar todo lo que estaba ocurriendo.

"Bienvenidos a la familia, supongo," dijo Victor con un encogimiento de hombros, aún con ese brillo desafiante en los ojos.

Gabriel, sin poder evitarlo, dio un paso adelante y abrazó a Victor con fuerza. Había algo en él, en su presencia imponente y su energía, que le recordaba a alguien importante: Victoria, la versión femenina de Victor en su línea de tiempo. El abrazo fue cálido, cargado de una nostalgia inexplicable.

Victor, claramente sorprendido por el gesto, se quedó inmóvil por un momento, su expresión transformándose en una mezcla de confusión y leve incomodidad. Finalmente, levantó una ceja y miró a Gabriel con una sonrisa burlona.

"Chico," dijo con su voz profunda y firme, dando unas palmadas en la espalda de Gabriel para separarlo suavemente, "no soy un peluche."

Gaby y Joela no pudieron contener la risa. Gaby se llevó una mano a la boca, tratando de disimular mientras Joela soltaba una carcajada.

Gabriel, algo avergonzado, se apartó y se rascó la nuca. "Lo siento... es que... me recuerdas a alguien."

Victor lo miró por un momento, su expresión suavizándose apenas. "¿Ah, sí? Espero que esa persona fuera tan genial como yo."

Gabriel sonrió tímidamente. "Definitivamente lo era."

Victor asintió, satisfecho con la respuesta. Dio un paso atrás y cruzó los brazos. "Bueno, chico, si vas a estar por aquí, más vale que estés preparado. Esta familia no es para los débiles."

Gaby sonrió, orgullosa de su padre pero también divertida por la situación. "Papá, siempre haciendo que todos se sientan bienvenidos, ¿verdad?"

Victor sonrió de lado. "Es mi encanto natural."

Victor cruzó los brazos, una sonrisa cargada de superioridad iluminando su rostro mientras miraba a Gaby. Sus ojos brillaban con esa confianza inquebrantable que siempre lo caracterizaba.

"Nah," dijo con una voz relajada pero firme, encogiéndose de hombros. "Yo gano siempre, hija."

Gaby soltó un suspiro, rodando los ojos. "Claro, papá. Como siempre."

Victor mantuvo su sonrisa, satisfecho con su pequeña victoria verbal.

Mientras tanto, Gabriel observaba la escena en silencio, sintiendo una extraña mezcla de emociones. Ver a Victor era como ver a su madre, Victoria, en todo su esplendor. La misma actitud confiada, la misma sonrisa triunfante... todo encajaba. Era como si estuviera viendo una versión masculina de ella.

Joela, notando la expresión pensativa de Gabriel, le dio un ligero codazo. "¿Todo bien?"

Gabriel asintió lentamente, aún perdido en sus pensamientos. "Sí... es solo que... es como ver a mi madre. Pero, ya sabes, él es..."

Joela asintió, comprendiéndolo al instante. "Sí, entiendo. Es raro, pero supongo que tiene sentido."

Victor los observó, arqueando una ceja. "¿De qué hablan ustedes dos? ¿Algo que debería preocuparme?"

Gaby sonrió, divertida. "Nada, papá. Solo están sorprendidos por lo increíble que eres."

Victor soltó una carcajada. "Por supuesto que lo están."

Victor, con los brazos aún cruzados y esa sonrisa llena de superioridad y calma, dio un paso hacia Gabriel y Joela. Sus ojos brillaban con una mezcla de curiosidad y autoconfianza, como si ya supiera que estaba a punto de escuchar algo interesante.

"De hecho," comenzó, con voz suave pero firme, su sonrisa ampliándose apenas. "Dijeron algo sobre una madre…"

Hizo una pausa, disfrutando del momento antes de continuar. "Se podría saber quién es?" preguntó, manteniendo esa sonrisa amable pero con un toque de desafío.

Gabriel y Joela se tensaron al instante, intercambiando una mirada rápida. Gabriel tragó saliva, incómodo, mientras Joela se frotaba las manos, tratando de encontrar las palabras correctas.

Gaby notó la incomodidad de ambos y entrecerró los ojos, curiosa. "¿Qué pasa? ¿Por qué tanto misterio?"

Gabriel finalmente suspiró, decidiendo hablar. "Es complicado… pero, básicamente, en nuestra línea de tiempo, tú… bueno, eres mujer."

Victor arqueó una ceja, claramente intrigado, pero manteniendo su sonrisa. "¿Yo? ¿Mujer?" Se rió suavemente. "Vaya, eso sí que es interesante."

Joela asintió rápidamente. "Sí, y… te llamabas Victoria. Y eras… igual de impresionante."

Victor se llevó una mano al mentón, fingiendo pensar. "Victoria, ¿eh? Suena como alguien a quien me gustaría conocer."

Gaby rió, cruzándose de brazos. "Papá, por favor. No necesitas más razones para inflar tu ego."

Victor sonrió ampliamente, mirando a Gabriel y Joela con ese aire confiado que nunca lo abandonaba. "Bueno, parece que incluso en otros mundos, sigo siendo el mejor."

Victor suspiró profundamente, su expresión cambiando por un momento a algo más serio, aunque sin perder del todo su característico aire de confianza.

"Solo tengan cuidado," dijo, mirando a Gabriel y Joela con firmeza pero también con un atisbo de preocupación en sus ojos. "No queremos que esto termine mal."

Gabriel y Joela asintieron lentamente, entendiendo el peso de sus palabras. Joela bajó la mirada por un instante, mientras Gabriel, más decidido, sostuvo la mirada de Victor.

"Lo sabemos," respondió Gabriel con voz tranquila pero firme. "Prometemos ser cuidadosos."

Victor inclinó la cabeza ligeramente, evaluándolos por un momento antes de relajarse. "Bien. Porque aquí, no hay margen para errores."

Gaby sonrió de lado, dándole un suave golpe en el brazo a su padre. "Siempre tan dramático, ¿eh, papá?"

Victor rió entre dientes. "Es parte del paquete, hija." Miró a los demás una vez más antes de girarse. "Ahora, vámonos. El peligro no espera, y nosotros tampoco deberíamos."

Victor suspiró profundamente, mirando una última vez a Gabriel y Joela. Con una ligera sonrisa en sus labios y ese aire de superioridad que siempre lo acompañaba, levantó una mano en señal de despedida.

"Adiós," dijo simplemente, dándose la vuelta con pasos firmes y seguros.

Gaby observó a su padre marcharse, mientras Gabriel y Joela intercambiaban miradas confusas.

"¿Siempre es así de intenso?" preguntó Gabriel, todavía algo impresionado.

Gaby sonrió, cruzándose de brazos. "Oh, no tienes idea."

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Victor llegó a su casa poco después, una imponente residencia que reflejaba su carácter y gusto por lo grandioso. Al cruzar la puerta, fue recibido por el cálido ambiente del lugar. En el salón, Luci leía un libro, Bianca estaba en la cocina preparando algo, mientras María y Karen charlaban animadamente en el sofá.

Luci levantó la mirada y sonrió. "¿Todo bien?"

Victor asintió, dejando su abrigo en el perchero. "Sí, solo un pequeño encuentro interesante."

Karen rió suavemente. "¿Interesante? Eso siempre significa problemas contigo."

Victor se encogió de hombros. "Nada que no pueda manejar."

Bianca apareció con una taza de café y se la ofreció. "Claro que no. Pero aun así, cuídate."

Victor sonrió, tomando la taza. "Siempre lo hago."

María se acercó, abrazándolo por detrás. "Bienvenido a casa."

Victor cerró los ojos por un momento, disfrutando de la paz que encontraba aquí, en su hogar. "Es bueno estar de vuelta."

Un resplandor azul iluminó el cielo nocturno, y un portal se abrió en medio del parque. De él emergieron dos figuras imponentes: Nike y Nicole, ambos con expresiones frías y decididas. Sus ojos, llenos de ambición, recorrieron el lugar hasta detenerse en Gabriel, Joela, Gaby y Joel.

Nike sonrió con arrogancia, ajustándose los guantes. "Ahí están. Justo lo que buscábamos."

Nicole, con una sonrisa igualmente desafiante, dio un paso al frente. "Dos cuerpos fuertes, perfectos para nuestros planes."

Joela y Joel se tensaron al instante, adoptando posturas defensivas. Gaby miró a Nike y Nicole con desconfianza, mientras Gabriel fruncía el ceño.

"¿Quiénes son ustedes?" preguntó Joela, su voz firme pero alerta.

Nike rió suavemente. "Alguien que necesita tus cuerpos, nada personal."

Nicole chasqueó los dedos, creando una onda de energía que hizo vibrar el suelo. "Pero no nos iremos sin ellos."

Joel dio un paso adelante, colocando un brazo protector frente a Joela. "Tendrán que pasar por nosotros primero."

Gabriel asintió, ya en guardia. "Si creen que esto será fácil, están muy equivocados."

Gaby apretó los puños, lista para el combate. "Vamos a ver si son tan fuertes como creen."

Nike y Nicole intercambiaron miradas y sonrieron, claramente disfrutando del desafío. La tensión en el aire era palpable, y ambos bandos sabían que una batalla épica estaba a punto de comenzar.

La explosión devastadora había destruido por completo la casa de Joel, derrumbando paredes, techos y esparciendo escombros por todo el terreno. El sonido ensordecedor de la detonación dejó una estela de polvo y escombros en el aire. Gabriel y Gaby, tras ser lanzados hacia los árboles por la fuerza del impacto, se tambalearon antes de caer al suelo. Ambos se levantaron rápidamente, adoloridos pero con la mirada llena de furia.

Joel y Joela, quienes se habían refugiado parcialmente detrás de los escombros, se levantaron de entre los restos de la casa, cubiertos de polvo y con heridas superficiales, pero dispuestos a seguir luchando. Joela miró hacia la distancia, viendo a Nike y Nicole acercarse, con la misma actitud arrogante.

"¡Nosotros no vamos a dejar que se salgan con la suya!" gritó Joela, apretando los puños.

Joel asintió, su mirada intensa. "¡Este es mi hogar, y no permitiré que lo destruyan tan fácilmente!"

Nike y Nicole, caminando lentamente, observaban el caos que habían causado, disfrutando del espectáculo.

Nicole levantó una mano, generando una esfera de energía resplandeciente. "¿Así que aún están de pie? Qué curioso. Pensé que seríamos nosotros los que caeríamos."

Nike se rió con arrogancia. "Nos divertiremos con ustedes aún más. No tenemos prisa."

Gabriel y Gaby se recuperaron rápidamente, enfocándose en la batalla que estaba por continuar. Ambos se miraron, asentando sin necesidad de palabras. Estaban listos para defender a sus amigos y su hogar, aunque eso significara enfrentar una fuerza mucho mayor que la suya.

Joel dio un paso adelante, mirando a sus dos agresores. "Si quieren la pelea, la tendrán. Pero no esperen que sea fácil."

Joela, enérgica y sin mostrar signos de miedo, se unió a él. "Vamos a defender lo que es nuestro."

Con determinación, todos se posicionaron, listos para enfrentarse a Nike y Nicole en una batalla que prometía ser feroz. Las sombras se alargaban mientras las dos partes se preparaban para lo inevitable.

Nike y Nicole se posicionaron con rapidez, como dos sombras en movimiento, sus cuerpos prácticamente desapareciendo en la velocidad con la que se movían. Con una sincronización perfecta, comenzaron a golpear el pecho de Joel y Joela con una rapidez sorprendente, sus puños chocando contra el torso de ambos héroes antes de que pudieran reaccionar completamente. Los golpes fueron certeros, desgarradores, y tanto Joel como Joela sintieron el impacto atravesar sus cuerpos, cada golpe dejándolos atónitos y desorientados.

Joel, tambaleándose, intentó mantenerse en pie, pero la presión de los ataques lo hizo vacilar. De la misma forma, Joela se dejó llevar por la rapidez de los golpes, luchando por mantener el equilibrio, sus piernas temblando.

Ambos agresores se separaron en un abrir y cerrar de ojos, y en un reflejo casi instantáneo, comenzaron a realizar un movimiento de enderezamiento, sus cuerpos inclinándose hacia adelante con una velocidad impresionante. No fue un enderezamiento completo, pero aún así, el impulso generado les permitió colocar los brazos en el suelo, tomando impulso con las piernas y haciendo una maniobra acrobática, como si se lanzaran en el aire. La rapidez del movimiento dejó a Joel y Joela apenas con tiempo para reaccionar.

En un instante, Nike y Nicole realizaron un giro mortal en el aire, enviando un golpe combinado hacia adelante. El impacto fue directo en los pechos de Joel y Joela, los cuales fueron lanzados hacia el suelo con una fuerza inhumana, el impacto retumbando por toda la zona.

Antes de que pudieran levantarse, Nike y Nicole se separaron, ambos tomando una distancia estratégica mientras se preparaban para su siguiente ataque. Con un gesto sincronizado, lanzaron una enorme esfera de energía combinada, una esfera que se expandió rápidamente antes de ser disparada con una velocidad letal.

Joel y Joela, aún levantándose del suelo, intentaron esquivar, pero la explosión de la bola de energía impactó directamente sobre ellos. La explosión dejó un rastro de fuego y destrucción, enviando a ambos héroes a volar nuevamente por el aire, cayendo al suelo con fuerza. El polvo y los escombros llenaron el aire, ocultando momentáneamente la visión de los combatientes.

Ambos Joel y Joela permanecieron en el suelo, el dolor y la fatiga comenzando a acumularse. Sus cuerpos estaban maltratados, pero sus corazones seguían latiendo con determinación, aún dispuestos a continuar luchando.

Nike y Nicole, observando la caída de sus oponentes, intercambiaron una mirada. Nicole sonrió con malicia. "Esto solo fue un calentamiento," dijo, su tono frío y calculador. Nike asintió, sus ojos brillando con satisfacción. "Sí, la diversión acaba de comenzar."

Gabriel y Gaby, a pesar de la fatiga y el dolor, se lanzaron al ataque, dispuestos a darlo todo en su lucha contra Nike y Nicole. Con una furia renovada, Gabriel saltó hacia adelante con la intención de golpear a Nike, mientras que Gaby apuntaba a Nicole, ambos aprovechando la brecha en la defensa de sus oponentes.

Pero Nike y Nicole, con una rapidez sobrehumana, anticiparon sus movimientos. En un parpadeo, Nike y Nicole se movieron al mismo tiempo, golpeando a Gabriel y Gaby con una precisión mortal. Primero, Nike asestó un golpe bajo directo en las partes íntimas de Gabriel, y al mismo tiempo, Nicole hizo lo mismo con Gaby. El dolor fue instantáneo y feroz, los dos cayeron al suelo, incapaces de soportar el impacto.

Antes de que pudieran siquiera reaccionar, Nike y Nicole no perdieron el ritmo. Nike aprovechó el momento, elevando su rodilla hacia el plexo solar de Gabriel, enviando una onda de dolor a través de su torso, mientras que Nicole hizo lo mismo con Gaby. Los dos héroes fueron lanzados hacia atrás por la fuerza del golpe, volando por el aire y cayendo pesadamente al suelo, incapaces de frenar su impulso.

Gabriel y Gaby cayeron con estrépito, sus cuerpos temblando por el dolor, pero aún intentando levantarse, luchando contra la intensidad de la batalla. Nike y Nicole se quedaron observando, casi sin esfuerzo, mientras los dos intentaban ponerse de pie, la desesperación comenzando a hacerse presente.

"¿Eso es todo?", preguntó Nike, su tono burlón resonando en el aire, mientras Nicole sonreía con una expresión de superioridad. "Creí que serían más de lo que esperábamos."

Gaby y Gabriel, a pesar de la evidente debilidad, no se rendirían tan fácilmente. Aunque el dolor nublaba sus sentidos, el instinto de lucha seguía vivo en ellos. Ambos, con dificultad, intentaron levantarse, sabiendo que no podían darse por vencidos, aunque cada movimiento les costara un esfuerzo titánico.

Nike y Nicole observaban a Joel y Joela, quienes aún intentaban levantarse después del violento intercambio, pero no tenían fuerzas suficientes para resistir lo que estaba por venir.

En un abrir y cerrar de ojos, Nike y Nicole atacaron con rapidez y precisión. Nike se lanzó sobre Joel, perforando su pecho con una fuerza devastadora. El sonido del impacto fue brutal, y el cuerpo de Joel cayó al suelo, desmayado, pero aún con vida, aunque al borde del colapso.

Al mismo tiempo, Nicole se dirigió a Joela, haciendo lo mismo. Con un rápido movimiento, perforó su pecho con un golpe mortal. La fuerza del ataque dejó a Joela desmayada instantáneamente, su cuerpo colapsando sin ningún intento de resistencia.

Gaby y Gabriel, quienes se habían desmayado debido al dolor y los golpes recibidos, seguían en el suelo, completamente incapacitados para defenderse o reaccionar ante el ataque. Nike y Nicole no los tocaron de inmediato, centrándose en Joel y Joela, asegurándose de que estuvieran fuera de combate.

Ambos cuerpos de Joel y Joela cayeron pesadamente al suelo, y Nike y Nicole comenzaron a arrastrarlos sin ningún remordimiento. Sin mirar atrás ni perder tiempo, Nike tomó a Joel por la camisa, mientras Nicole hacía lo mismo con Joela, arrastrándolos sin piedad, como si fueran simples trozos de tela. El combate había terminado, y con ello, una sensación de derrota abrumó a los pocos que quedaban en pie.

Nike y Nicole viajaron por el vasto vacío del espacio, con el destino claro: el planeta 44-BK, un lugar alejado de la Tierra. Un planeta donde, según sus cálculos, encontrarían la tecnología avanzada que necesitaban para transferir sus cerebros a los cuerpos de Joel y Joela. Mientras cruzaban el espacio, sus mentes se llenaban de anticipación, sabían que una vez completado el procedimiento, su poder sería incomparable, controlando los cuerpos de dos de los más fuertes guerreros.

Al llegar a 44-BK, descendieron en una zona apartada, en el corazón de un planeta lleno de vida y vegetación. Las criaturas que habitaban este lugar no eran conscientes de la amenaza que se cernía sobre ellos, ya que Nike y Nicole se habían asegurado de mantener su presencia en secreto. Las vastas junglas de 44-BK ofrecían el escondite perfecto para lo que estaba por suceder.

La nave aterrizó en una plataforma secreta, oculta bajo una capa de vegetación. Allí, esperaban la doctora y el doctor, dos científicos interdimensionales con conocimientos avanzados en biotecnología y transferencias de conciencia. Habían estado esperando este momento con ansiedad, sabiendo que lo que estaba a punto de ocurrir cambiaría el curso de la historia.

Al bajar de la nave, Nike y Nicole fueron recibidas por los dos científicos. La doctora, con sus gafas de protección y su bata blanca, les dirigió una sonrisa fría, mientras el doctor, un hombre alto con una expresión calculadora, les indicó que todo estaba preparado.

"La transferencia será limpia", dijo el doctor, con una voz tranquila pero llena de autoridad. "Los cuerpos de Joel y Joela están completamente listos para alojar sus conciencias. Todo está en su lugar."

Nike y Nicole asintieron, confiadas en que nada podía fallar. Entraron en una instalación subterránea, donde los cuerpos de Joel y Joela ya estaban preparados sobre mesas de operación. Con la precisión de expertos, los científicos comenzaron a preparar los equipos necesarios para la transferencia.

Mientras tanto, Nike y Nicole se sentaron en una sala contigua, esperando el inicio del proceso. El ambiente estaba cargado de tensión, pero ambas sabían que este era el siguiente paso en su misión. Se miraron entre sí, una sonrisa de satisfacción se asomó en sus rostros, sabiendo que, una vez realizados los procedimientos, serían casi invencibles.

"¿Estás lista?" preguntó Nike, mirando a Nicole, cuya sonrisa mostraba un aire de seguridad.

"Siempre lo estuve", respondió Nicole, su voz llena de determinación.

Finalmente, los científicos iniciaron el proceso. Las máquinas comenzaron a zumbir y a emitir luces extrañas mientras las transferencias cerebrales se ponían en marcha. El líquido biotecnológico comenzó a fluir por los tubos que conectaban a Joel y Joela con los sistemas que permitirían la transferencia de las mentes de Nike y Nicole a sus cuerpos.

La sala se llenó de una sensación de inevitabilidad. La conciencia de Nike comenzó a fluir hacia el cuerpo de Joel, y la de Nicole hacia el cuerpo de Joela. Las mentes se fusionaron con las nuevas formas, y las emociones que antes dominaban a cada una se transformaron en una nueva identidad, una mezcla de la fuerza de Nike y Nicole con la agilidad y habilidades de Joel y Joela.

Tras unos minutos de tensión, las máquinas se apagaron, y el proceso estuvo completo. Las dos guerreras se levantaron de las mesas, ahora en los cuerpos que deseaban. Sus nuevos cuerpos eran más poderosos que nunca, con una mezcla de sus propias habilidades y las características de Joel y Joela.

"Es perfecto", murmuró Nicole, mirando sus manos con una expresión de poder recién adquirido.

Nike, también admirando su nuevo cuerpo, sonrió con confianza. "Ahora, el mundo no tiene idea de lo que les espera."

Y con eso, la nueva era de dominación comenzaba.

Nike observó detenidamente su nuevo cuerpo, ahora el de Joel. Los rastros de las suturas en su cráneo eran evidencia del proceso quirúrgico que había ocurrido, pero no le importaba. La sensación de poder que emanaba de su nuevo cuerpo era suficiente para satisfacer cualquier duda que pudiera tener. Una sonrisa llena de satisfacción se dibujó en su rostro.

"Si saben cómo hacer algo bien, estos doctores", dijo Nike, su voz cargada de confianza. La sensación de control era palpable en su tono, su mirada penetrante llena de triunfo. Sus manos recorrían su nuevo cuerpo con una mezcla de curiosidad y placer, disfrutando cada nuevo movimiento con la agilidad que Joel poseía.

Nicole, ahora en el cuerpo de Joela, tocó suavemente la sutura en su frente, aún sintiendo el frescor de la cirugía reciente. Su sonrisa, igualmente satisfecha, mostró que también estaba disfrutando del cambio.

"Vamos, que sí, supongo que el cerebro de esos dos estará aguardado aquí, por ende no hay problema", dijo Nicole mientras recorría su nuevo cuerpo con los dedos, evaluando cada sensación. Su tono era claro, frío y calculador, mientras pensaba en cómo podría aprovechar al máximo esta nueva oportunidad.

Ambas estaban en el mismo lugar ahora: poseían cuerpos que no solo eran más fuertes, sino que también les ofrecían nuevas habilidades que no tenían antes. El proceso era exitoso, y todo estaba conforme a lo planeado. No había más dudas, solo la sensación de que habían ganado el juego.

El laboratorio estaba ahora en silencio, con las máquinas apagadas, y las paredes de acero que antes guardaban las mentes de Joel y Joela ahora solo albergaban a Nike y Nicole, que ya no eran las mismas. Con estos nuevos cuerpos, sentían que podrían dominar todo lo que desearan. La idea de controlar a los anteriores propietarios de los cuerpos ahora parecía una simple anécdota. Era hora de seguir adelante, de planear el siguiente paso.

"Ahora, vamos a ver qué podemos hacer con estos nuevos cuerpos", dijo Nike, su voz llena de malicia y emoción al mismo tiempo. Nicole asintió con una sonrisa que no dejaba lugar a dudas: estaban listas para lo que viniera.

Las posibilidades eran infinitas, y ellas sabían que este era solo el principio de un dominio absoluto.

Con el cuerpo de Joel ahora bajo su control, Nike caminó con una nueva confianza hacia la nave, sus pasos firmes y decididos. Sus ojos, de un profundo color café, reflejaban una mezcla de satisfacción y poder, mientras su cabello negro caía con gracia sobre su rostro. Cada movimiento que hacía era una confirmación de que ahora todo estaba bajo su control.

Jajaja, pensó mientras una sonrisa maliciosa se dibujaba en sus labios. Bueno, por lo menos podremos manipular a nuestro antojo.

Era una sensación placentera. Ahora, con este cuerpo, podía moverse por el mundo sin restricciones, sin ser limitada por la fragilidad que alguna vez conoció. La habilidad de manipular a los demás, de crear caos y controlar situaciones a su favor, le parecía más atractiva que nunca. Los planes que había tenido antes ahora parecían insignificantes en comparación con lo que podría lograr.

Al acercarse a la nave, Nike notó cómo la forma de caminar de Joel comenzaba a adaptarse completamente a su control. El cuerpo de Joel ya no era una carcasa ajena, era suyo, y el mundo entero parecía estar a sus pies. La risa que escapó de sus labios era pura satisfacción.

Nicole, también transformada en Joela, se acercó a la nave detrás de Nike, con una expresión similar de deleite. Ambas sabían lo que podían hacer con estos cuerpos. La experiencia, el control mental, y la astucia de sus mentes en estos nuevos cuerpos las convertían en una fuerza imparable.

Nike giró su cabeza ligeramente hacia Nicole, sus ojos brillando con una chispa de malicia.

"Ahora... ¿qué hacemos con toda esta libertad, Nicole?", preguntó, la sonrisa en su rostro creciendo aún más al imaginar las posibilidades.

Nicole se acercó un paso más, su mirada llena de determinación. "Lo que queramos. El mundo es nuestro para tomarlo."

Con esa afirmación, ambas se subieron a la nave, preparándose para la siguiente fase de su plan. El universo entero parecía estar a su alcance, y sabían que no había nada que pudiera detenerlas ahora.

Victor llegó a la casa de Joel con una expresión grave. Al ver el caos, la destrucción que envolvía el lugar y los cuerpos de Gaby y Gabriel tendidos entre los escombros, su corazón se tensó. Aunque los dos se veían gravemente heridos, todavía mostraban signos de vida. La furia y el dolor inundaron su pecho al ver el estado en el que habían quedado.

—No… No lo permitiré —murmuró Victor consigo mismo mientras se agachaba junto a ellos.

Con un gesto decidido, comenzó a utilizar su energía curativa. Las manos de Victor brillaron con un resplandor suave mientras comenzaba a sanar las heridas de ambos, una tras otra. Gaby y Gabriel comenzaron a respirar con mayor facilidad, sus cuerpos volviendo lentamente a la normalidad gracias a la habilidad de Victor.

Gaby, aún aturdida, intentó abrir los ojos y observó a Victor.

—Papá… —dijo con voz débil, un atisbo de sorpresa y gratitud en su mirada. Aunque no podía recordar todos los detalles, sabía que Victor había estado ahí para salvarla una vez más.

Gabriel, que había estado en un estado más grave, empezó a recobrar la conciencia. Miró a Victor y, aunque sentía algo de confusión por todo lo que había sucedido, reconoció en Victor una figura de autoridad y una conexión profunda.

—Gracias, Victor… —dijo Gabriel con la voz algo rasposa.

Victor, observando a ambos con una mezcla de amor paternal y un dolor oculto, asintió mientras les daba un pequeño descanso. Sabía lo que había sucedido, y las consecuencias de la batalla eran claras. Las cicatrices emocionales y físicas que los dos cargaban eran testigos de lo que Nike y Nicole eran capaces de hacer.

Victor se apartó un poco y miró a las ruinas de la casa. Su rostro, generalmente imperturbable, ahora mostraba la preocupación. Gaby y Gabriel se pusieron de pie, todavía algo inestables pero claramente en mejor forma gracias a las habilidades curativas de Victor.

—Nike y Nicole… —dijo Victor, mirando hacia el horizonte. Su tono era serio y grave. —Se los llevaron. Están planeando algo aún peor. Y ahora tenemos que detenerlos antes de que sea demasiado tarde.

Gaby, todavía un poco aturdida pero con una determinación que reflejaba la influencia de su padre, asintió. —No podemos dejar que hagan lo que quieran. Debemos ir tras ellos.

Gabriel, un tanto confundido pero igualmente decidido, miró a Victor. —No hay tiempo que perder. Sabemos lo que son capaces de hacer. No podemos permitir que usen a Joel y Joela como piezas más en su juego.

Victor miró a los dos, los hijos que tenía, aunque uno de ellos, Gabriel, provenía de una línea de tiempo diferente. Sin embargo, el vínculo de sangre, el amor que sentía por él y por Gaby, era el mismo. Eran su familia, y lo que le ocurriese a uno, le ocurriría a todos.

—Tienen razón. No perderemos a nadie más. Vamos por ellos.

Con determinación, Victor guió a Gaby y Gabriel fuera de los escombros, sabiendo que debían actuar rápido. La amenaza de Nike y Nicole era real, y si no los detenían a tiempo, las consecuencias podrían ser devastadoras no solo para su mundo, sino también para todas las líneas de tiempo que habían quedado atrapadas en este caos.

La nave de Nike y Nicole aterrizó con un estruendo en el planeta Tierra, el sonido resonando a través de la desolación que habían dejado a su paso. A medida que descendían, el aire alrededor se tensaba, y la atmósfera parecía cargada de una amenaza inminente. Victor, Gaby, y Gabriel estaban preparados para lo que fuera, sabían que la batalla no había terminado, pero también sabían que los enemigos que se habían enfrentado eran peligrosos y astutos.

La puerta de la nave se abrió con un chirrido metálico y de ella emergieron Nike y Nicole, ambos con los cuerpos de Joel y Joela respectivamente. Aunque sus cuerpos habían sido alterados, las miradas y las sonrisas en sus rostros no dejaban lugar a dudas de que el peligro estaba lejos de haber desaparecido.

Nike, ahora en el cuerpo de Joel, adoptó una postura desafiante y cruzó los brazos, mirando a Victor y los demás con una sonrisa burlona.

—Ya los derrotamos, no se preocupen —dijo Nike con tono de superioridad, simulando una sonrisa confiada, como si realmente estuviera disfrutando el poder que ahora poseía.

A su lado, Nicole, en el cuerpo de Joela, también adoptó una postura similar. Su sonrisa era fría y calculadora, pero no podía ocultar su satisfacción por el éxito de su plan.

—Sí, lo hemos hecho. Ahora, ustedes no tienen ninguna oportunidad —dijo Nicole, sus ojos brillando con una malicia sutil. Como Joela, la nueva apariencia de Nicole parecía ser la de una mujer fuerte, pero había una energía peligrosa en su mirada.

Victor, al ver a los dos en los cuerpos de sus seres queridos, sintió un estremecimiento de rabia y tristeza. Era una batalla que no solo involucraba la fuerza, sino también la mente y el alma. Nike y Nicole estaban usando los cuerpos de Joel y Joela para manipular a aquellos que los amaban.

Gaby, viendo a Joel, quien ahora era Nike, no pudo evitar apretar los puños, sus ojos llenos de furia. La situación era más grave de lo que imaginaba.

Gabriel, al ver a Joela en el cuerpo de Nicole, sentía una mezcla de desconcierto y desesperación. Sabía que el peligro era mayor de lo que había anticipado.

—No les vamos a dejar salir con esto —dijo Victor con voz firme, el tono de su voz cargado de la autoridad y el poder que solo él podía mostrar en momentos como ese.

Nike y Nicole intercambiaron una mirada llena de confianza, disfrutando la situación. Sabían que tenían la ventaja ahora, pero eso no significaba que la batalla ya hubiera terminado. Había algo en el aire, algo que les decía que Victor y los demás no se rendirían tan fácilmente.

—Crees que podemos ser detenidos ahora, ¿Victor? —rió Nike con un tono burlón. —Estos cuerpos, estas formas… Nos pertenecen ahora. ¿Qué vas a hacer al respecto?

Nicole asintió con una sonrisa malévola.

—Exacto. Ahora todo depende de nosotros. No pueden hacernos nada.

Victor no se dejó influenciar por sus palabras. La preocupación en su rostro desapareció, reemplazada por una determinación inquebrantable. Sabía que tenía que actuar rápido antes de que Nike y Nicole tuvieran la oportunidad de hacer más daño.

—No nos subestimen —dijo Victor, su voz grave y autoritaria. —Lo único que han hecho es enfurecerme más. Y cuando estoy furioso, no hay quien me detenga.

Gaby y Gabriel, con una fuerza renovada, comenzaron a prepararse para la batalla. Sabían que tenían que luchar por aquellos a quienes amaban, por sus vidas y por la justicia. La pelea estaba lejos de terminar.

La tensión en el aire creció. El destino de todos estaba en juego, y el enfrentamiento entre ellos, ahora más personal que nunca, estaba por comenzar.

Victor, con una sonrisa fría y una furia controlada, dio un paso al frente, mirando a Nike y Nicole con una determinación feroz en sus ojos. Su presencia emanaba una fuerza imponente, y aunque la situación parecía desesperada, su confianza era inquebrantable.

—Esta vez yo me encargo —dijo Victor con voz grave, las palabras llenas de autoridad. Dio un rápido vistazo a Gaby y Gabriel, quienes estaban listos para unirse a la lucha, pero levantó una mano, deteniéndolos en seco. —Recuerden, yo soy el más fuerte.

Gaby y Gabriel intercambiaron una mirada. Ambos sabían lo poderoso que era Victor, pero la urgencia de la situación los impulsaba a querer ayudar. Sin embargo, en ese momento, comprendieron que Victor quería enfrentar la batalla por sí mismo, que él creía tener la fuerza suficiente para acabar con sus enemigos sin su intervención.

Nike, al ver la confianza en los ojos de Victor, soltó una risa burlona. Aunque estaba en el cuerpo de Joel, las miradas que intercambiaba con Nicole dejaban claro que no subestimaban en absoluto a Victor.

—¿De verdad crees que puedes con nosotros, viejo? —dijo Nike, desafiándolo con una sonrisa arrogante. —Este cuerpo es mucho más fuerte de lo que crees. Ya no eres el hombre que solías ser.

Nicole, en el cuerpo de Joela, adoptó una postura similar, sus ojos centelleando con malicia. —No subestimes el poder que ahora tenemos, Victor. Hemos tomado lo mejor de ambos mundos. Lo que solías ser ya no es suficiente para enfrentarnos.

Victor mantuvo su mirada fija en ellos, sin dejarse llevar por las provocaciones. Sabía que las palabras de Nike y Nicole eran solo una táctica para desestabilizarlo, pero no caerá en sus juegos.

—Lo veremos pronto, Nike... Nicole —respondió Victor, su tono implacable. Con un movimiento rápido, sus manos brillaron con una energía pura, su poder crecía a cada segundo, envolviéndolo en una aura imponente. —Ustedes no entienden con quién se están metiendo.

Gaby y Gabriel, aunque se quedaron al margen, sabían que Victor tenía la capacidad de enfrentar a Nike y Nicole. No podían permitir que sus enemigos se salieran con la suya, y confiaban en que Victor tendría lo necesario para revertir la situación.

La batalla estaba a punto de comenzar, y el resultado de esta confrontación definiría el futuro de todos. Victor, como siempre, estaba dispuesto a sacrificar todo para proteger a los suyos, y en ese momento, se preparó para demostrar por qué era considerado el más fuerte.

Victor, con su fuerza imparable y concentración absoluta, no dio tiempo para respuestas o movimientos. En un abrir y cerrar de ojos, se lanzó hacia Nike y Nicole, sus puños llenos de energía pura y poderosos reflejos.

Con una rapidez que desbordaba cualquier expectativa, Victor dio un golpe directo al pecho de Nike y otro a Nicole, un impacto tan fuerte que les quitó el aliento al instante. Los dos enemigos se quedaron inmóviles, sintiendo la presión en sus pulmones y el dolor penetrante que les dejaba sin fuerzas. El golpe había sido tan certero que el aire les escapó de los pulmones, dejándolos incapaces de reaccionar de inmediato.

Nike intentó mantenerse en pie, pero el impacto fue brutal. Su cuerpo, aunque poseyendo el poder de Joel, se tambaleó hacia atrás, incapaz de evitar el dolor que le había atravesado el torso.

Nicole, en el cuerpo de Joela, no fue diferente. Ella también se dobló por el impacto, cayendo de rodillas mientras trataba de recuperar la respiración, sus ojos reflejando sorpresa por lo inesperado de la potencia del ataque de Victor.

Victor, sin darles tregua, observó con calma cómo sus enemigos luchaban por recuperar el aliento. No había ira en su mirada, solo determinación. Sabía que el golpe había sido suficiente para desestabilizarlos, pero no se confiaba. Aun así, sentía la satisfacción de ver que su poder había dejado claro quién era el verdadero líder en esa pelea.

—No subestimen la fuerza de la experiencia —dijo Victor, su voz profunda y controlada. —Este cuerpo es solo un instrumento. La verdadera fuerza proviene de la voluntad.

Nike y Nicole, aunque derrotados por el golpe, no se dieron por vencidos. Sus cuerpos temblaban, pero su determinación seguía viva. Sabían que esto no había terminado.

Nike, con una sonrisa forzada, se levantó lentamente, su respiración pesada, pero su mirada aún desafiante. —Esto no se acaba aquí, viejo —dijo con voz ronca, intentando estabilizarse.

Nicole, aún luchando por recuperar el aire, no pudo evitar soltar una risa amarga. —Tienes razón… Pero aún no hemos terminado.

El combate había comenzado, y aunque Victor había dado un golpe decisivo, sabía que la batalla estaba lejos de terminar. Nike y Nicole no eran fáciles de derrotar, pero Victor tenía la fuerza y la voluntad para enfrentarlos. La guerra por el control del destino estaba en su apogeo, y Victor estaba preparado para todo lo que viniera.

Fin.