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Chapter 10 - La guadaña

Estaba oscuro, era una noche sin luna, apenas se veía el camino, y lo poco que se veía era gracias a las antorchas de los caballeros, pese a que me dejaron mantener mi abrigo, tenia un frio de mierda, sentía que poco a poco me congelaba, además que tenia hambre, no me habían dado comida desde que partimos hace unas... creo que una 9 horas no tengo como medir el tiempo.

Los caballos por alguna razón estaban nerviosos, y yo compartía su nerviosismo debido a la densa niebla que adornaba nuestro camino.

Pasábamos por un pasillo de arboles en medio de un bosque, probablemente un camino que habían hecho alguna vez, para ir de un lugar a otro.

-¿Esta cómodo en su habitación de lujo?

-Eres tu Roy, digamos que he estado en mejores, te diría que tiene buena vista, pero no veo nada.

-Al menos el señorito tiene sentido del humor, tienes mejor aspecto que antes, ¿Qué te paso?

-No me mal entiendas, pero es gracias a tu hermana, ella logro subirme la moral.

Metió su mano entre los barrotes y me agarro por el cuello muy bruscamente

-¿Qué mierda dices?

-Tranquilízate, te digo que ella me consoló, eso fue peor.

Apretó con mucha más fuerza mi cuellos.

-Digo... que... ella hablo... conmigo y me... ayudo a no pensar... en el asunto...

Le toque la mano porque ya no podía respirar, me soltó inmediatamente, y empecé a respirar con un poco de dificultad al inicio.

-Hombre, te dije desde el inicio que no me mal interpretaras.

-Gran, cuando me hables dímelo sin rodeos de la manera mas fácil posible y de la que no pueda pensar en una segunda intención, soy algo tonto, no se me dan las conversaciones, pese a que me gusta hablar.

-Entiendo, pero no era necesario tanta brusquedad, me han mantenido cautivo todo el rato, en que momento pensaste que podía hacer algo con Lay además de hablar, no de hecho viste como estaba de perdido, una cosa es ser tonto, y la otra es no pensar.

-Te quieres meter conmigo idiota... espera, tienes razón, no había pensado en nada, entonces una disculpa.

Pero que pasa con este sujeto, que acaso se les cayo al nacer.

-¿Qué quieres Roy?

Me seguía sobando el cuello, podrá ser un idiota, pero de que tiene fuerza lo tiene.

-Como dije, disfruto hablar, además estoy aburrido, mi padr... digo Sir Willfest esta a cargo de todo, no tengo mucho que hacer.

-Pese al chiste de antes no se que tan bueno este para una charla, aun me pesa el pecho... me refiero que aun tengo el miedo de ver a alguien morir.

-Sospeche que nunca habías visto morir a alguien, pero si me dejas decir algo, estuviste fantástico en la pelea con Jhon, si hubiera sido una pelea justa estoy seguro que hubieras ganado.

-Ni si quiera se como sentir al respecto con lo que me dices, pero gracias supongo.

-Ves, no soy tan malo después de todo.

-Supongo que no Roy, supongo que no.

-A todo esto me sorprende que mi hermana te hablara, ella no es muy conversadora, en lo general, de hecho casi no habla.

-Al inicio me dio esa impresión también, pero conocí a alguien como ella, su mirada de poco amigos no es de odio, es de tristeza, no se por lo que a pasado tu hermana, pero estoy seguro que tuvo que pasar un infierno.

Roy quedo sorprendido con lo que le dije, se rasco la cabeza mientras pensaba o eso creía.

-Te diste cuenta de eso con solo verla, eres bueno analizando, algo le paso cuando consiguió que el príncipe le permitiera entrenar para caballero, desde esa época dejo de ser la misma.

-¿El príncipe Eduardo segundo?

-Si el mismo.

El debería ser el futuro rey, puedo imaginarme mas menos que le pudo haber pasado a Ley entonces... pobrecita. Eduardo segundo siempre fue maquiavélico en su juventud, ahora debería tener entre 10 a 11 años, me imagino.

-¿Nunca le han preguntado que le sucedió?

-Tanto mi padre como yo, se lo hemos preguntado miles de veces, pero siempre cambia el tema.

-Supongo que... oye la niebla no se a hecho mas densa mientras andamos.

-Si tienes razón.

Mis nervios empezaron a ganar terreno nuevamente, al menos espero que si es la misma niebla me lleve de vuelta a mi época.

Un cuervo interrumpió mis pensamientos, se había colado entre los barrotes de la celda, me miraba fijamente al igual que el cuervo que nos observo ese día en el que fui transportado, su graznido por alguna razón me atemorizaba.

Esto me da mala espina.

De un segundo a otro aparecieron otros 3 cuervos mas que comenzaron a picotear la cerradura, obviamente sin tener éxito en abrirla.

-¿Gran acaso te persiguen los cuervos o qué?

Iba a responder pero la firme voz de Willfes evito que lo hiciera, al fina al cabo tampoco sabia que decir realmente.

-Preparen sus armas, alguien nos esta acechando entre la bruma.

Todos sin excepción sacaron sus armas los 15 personas que me escolaban sacaban sus espadas o ballestas dependiendo del caso.

-Roy te quiero a mi lado, Lay y Wallet ustedes vigilen a nuestro prisionero.

-Una voz como un eco que recorría la densa niebla nos amenazo, la voz era femenina, incluso se podría decir que sonaba hasta sensual su tono.

-¿Veo que tienen a mi cuervo enjaulado?, y están dispuesto a mantenerlo así.

-¿De que cojones hablas, muéstrate, si te rindes ahora te aseguro que no te haremos daño?

La voz se rio de una manera muy coqueta.

-Padre, un cuervo se metió en la jaula de Gran, creo que puede referirse a eso.

-Tanto escandalo por eso, sáquenlo de ahí, para que podamos irnos sin problemas, Roy.

Roy asintió.

-Liberaremos a su ave señora, con eso haremos como si nada estuviera pasando.

¿Por que siento que mi padre tiene miedo, no es solo eso, yo también tengo miedo?

-Tan cordial Willfest, antes eran un hombre que no tenia miedo a atacar, ahora mírate lo que a hecho el tiempo, viejo y débil, que decepción.

-¿Quien eres?

Toda la atmosfera cambio de golpe, se sentía un aura asesina que demolía el espíritu.

-¿Lay por favor sáqueme de aquí?, ¿Lay?

Por primera vez había terror en el rostro de Lay.

Sabia que si le hablaba no me iba a tomar atención estaba aterrorizada.

-Wallet ayúdame

Wallet tenia la misma expresión que Lay, incluso podía ver como le tiritaba su espada.

-Mierda

Me siento como un ratón frente a una anaconda.

No paso mucho hasta que se sintió el primer grito.

Los caballos empezaron a descontrolarse, los guardias no sabían que hacer, un segundo segundo grito se escucho en la retaguardia acompañado de un tercero, pero en este ultimo fui capaz de ver algo, que revivió mi reciente trauma, la mitad del cuerpo de uno de los guardias había caído muerto frente a la carreta, tanto Wallet como Lay vieron la misma escena horrible que teníamos frente a nuestro ojos.

El caballo se paro en sus piernas traseras y voto a Wallet al piso, desde ahí mismo comenzó a gritar y a atacar al aire con su espada, mientras intenta pararse, por el otro lado Lay había recuperado de alguna forma la compostura, manteniendo una pose defensiva mientras se iba girando por donde provenía los gritos.

Ahora adelante se escuchaban el golpe metálico de dos aceros chocando.

Una antorcha que voto uno de los guardias, me permitió ver un poco la escena, Tanto Willfest como Roy estaban luchando con una sombra que se movía a una velocidad vertiginosa, apenas lograban bloquear sus ataques, la sombra iba con tal rapidez que cambiaba de lugar un segundo a otro, en uno de los ataques de la sombra pillo desprevenido a Roy por su espalda.

-Roy muévete, estorbas.

Sir Willfest le pego una patada en el pecho a Roy botándolo y salvándole la vida a su hijo, acto seguido la sombra volvió atacar a Willfest mientras le propinaba un corte superficial en el hombro, probablemente si no hubiera tenido la armadura puesta hubiera perdido el brazo, pese a eso, Willfest lograba bloquear los ataques siempre al ultimo segundo.

-Sea quien seas, te ordeno que te detengas.

-Al menos veo que la vejez no a deteriorado mucho tu arte con el tiempo perro fiel del rey, pero detenerme ahora que estoy completamente excitada seria un crimen-dijo esto ultimo mientras gime de placer.

La sombra dejo de atacar a Willfest, ahora había degollado a otro guardia más nuevamente ahora los gritos provenían de la derecha.

Unos de los guardias disparo su ballesta a ciegas, provocando que casi me matara a mí.

Inmediatamente la sombra se dirigió al hombre que disparo, dividiéndole en dos de arriba abajo, pero esta vez vi con el arma que atacaba, una guadaña.

El ataque ahora se dirigió a la carreta, corto los barrotes y parte del techo como si se tratara de mantequilla dejándome la posibilidad de escapar, escuche el grito desesperado de Wallet, el ataque había sido dirigido hacia él, pero no lo mato, sino que le desmembró el brazo, nuevamente la sombra se movió, esta vez fui capaz de seguir sus movimientos, el ataque ahora iba dirigido a Lay.

-Muevete.

No se cual fue el impulso que me llevo a hacer lo siguiente, pero salte de la carreta y embestí a Lay, dejándome al descubierto al ataque de la sombra.

Cuando pensé que iba morir, cerré los ojos esperando mi trágico final, pero no paso nada, abrí los ojos, lo primero que vi fue la guadaña a centímetros de haberme degollado, moví mis ojos a la presencia que tenia frente a mi cara, me tope con un rostro de una mujer en sus 30 que tenia una belleza siniestra, sus ojos profundo como la noche me miraban con un deseo que me hacían sentir completamente incomodo, su cabello largo era tan negro como el firmamento de esta noche.

-Aun estas muy verde...

Se acerco un poco más a mi y me lamio la mejilla con su larga lengua, era algo desagradable.

-Crece rápido, lo más rápido que puedas, cuervito.

Después de eso ella desapareció junto con la niebla frente a mis ojos., dejando un rastro importante de cadáveres a mi alrededor.