Este capítulo es largo, es lo de dos capítulos, pero ya quería terminar este arco de presentación de personajes para iniciar con el siguiente.
Así que disfruten.
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Punto de Vista: Colette Dupont
Estaba sentada en mi carruaje, mirando por la ventana mientras el paisaje pasaba rápidamente, acabábamos de dejar atrás a la ciudad de México, cuando de repente, escuché un golpe en la puerta del carruaje, pero estaba sorprendida porque el carruaje no se había detenido, Aun así, abrí la puerta y me encontré con Leonardo montando a lado del carruaje.
"Espere a que detenga el carruaje y lo dejaré subir" le dije, intentando mantener la calma al verlo a los ojos.
"No se preocupe, hágase a un lado" Leonardo me sonrió y dijo.
Y entonces, salto de su caballo al carruaje, aterrizando con gracia en el asiento frente a mí.
Observé como otro joven jinete sostenía las riendas del caballo en el que había estado Leonardo y seguía trotando a lado del carruaje, estaba sorprendida por la maniobra de Leonardo, pero decidí olvidarlo y cerrar la puerta.
"¡Señorita Colette!"
Pero entonces escuché que alguien me llamaba desde afuera, Al observar, vi al joven Alejandro Velasco, un molesto chico que siempre me miraba con codicia y lujuria, tal vez no sea tan distinto a Leonardo, pero cuando los compare note la diferencia, Alejandro me miraba con Lujuria y obsesión pero Leonardo me miraba cautivado y admirándome.
Pero al final fue Leonardo quien se aprovecho de mi, tal vez era todo al revés y Alejandro era el buen chico, pero al verlo venir montando hacia mi carruaje con esa mirada sabía que no era así, tal vez el sería peor, a Alejandro lo había conocido en una fiesta en Veracruz, donde no dejo de seguirme y pedirme que bailáramos.
No quería hablar con Alejandro en este momento pero mi etiqueta no me permitía ser grosera, estaba a punto de hablar cuando Leonardo intervino, "Necesitamos hablar a solas" y entonces él cerró la puerta del carruaje, dejando a Alejandro Velasco fuera.
Me sentí un poco incómoda por la intervención de Leonardo, pero también me sentí un poco agradecida de no tener que tratar con Alejandro Velasco en ese momento, miré a Leonardo con curiosidad, preguntándome como iniciar la conversación.
Cuando lo mire sentado frente a mí, mi vista se fue a sus labios y mi mente me recordó nuestra ultima interacción, intente comportarme enojada y altiva con Leonardo, cruzando los brazos y frunciendo el ceño.
"¿Qué haces aquí, Monsieur Leonardo?" pregunté intentando mantener una voz firme.
Leonardo se rio y me miro con una sonrisa divertida.
"Tu me llamaste" dijo, inclinando su cuerpo al frente "¿estas avergonzada? estas sonrojada"
"Es sobre el trato entre los dos, No te olvides de lo que prometiste" fingí molestia y dije ignorando su pregunta.
Leonardo se tocó los labios burlonamente.
"Lo recuerdo" dijo sonriendo "No te preocupes, cumpliré mi parte del trato"
Me sentí avergonzada cuando toco sus labios, pero intenté fingir que no me importaba.
"Más vale que lo hagas" le dije intentando sonar amenazadoramente.
"No te preocupes, trabajaré contigo. Pero creo que merezco saber el porqué hacemos esto y en qué me estoy metiendo" Leonardo se rio al inicio, pero luego hablo seriamente.
Dude por un momento, pero finalmente suspiré y le conté un poco de mi historia.
"Mi padre es un mal hombre, y no le importara mi bienestar o el de mi hermano siempre que pueda sacar ganancias" dije mirando melancólicamente por la ventana recordando a mi madre "Pero yo no puedo permitir esto, Quiero escapar y empezar una nueva vida junto a mi hermano"
Sabia que no debería contarle más y eso seria suficiente para que él me ayudara, pero no pude evitar sentirme triste y contarle mi historia desde que deje Francia, Leonardo me miró con una mirada seria, pero no dijo nada por un tiempo, simplemente me escuchó, mirándome con una expresión pensativa, me sentí un poco incómoda, pero también me sentí un poco aliviada de haber podido compartir mi secreto con alguien.
"Prometo que te ayudare Colette" después de que termine él hablo.
Me sorprendí cuando dijo mi nombre con tanta naturalidad, también me sacudí cuando vi su mirada decidida dirigida a mí, sentí mi rostro caliente y tal vez estaba sonrojada por lo que decidí cambiar de tema.
"Monsieur Leonardo, ¿hasta cuándo cree que pue..."
Pero Leonardo me interrumpió, sonriendo.
"Por favor dejemos la etiqueta, ya Los dos mostramos nuestro verdadero rostro, no quiero cansarme actuando cortes, además me agradas, deseo hablar libremente, llámame Leonardo"
"Leonardo, ¿hasta cuándo crees que podremos mantener esta actuación para mi padre?" Dudé un momento, pero finalmente acepté.
"Siempre que tu padre sea paciente y no presione para que avance nuestra actuación, debería durar 4 o 3 años a lo mucho" Leonardo se encogió de hombros.
Me alegré de poder tener tanto tiempo, a pesar de que veía a Leonardo como un sinvergüenza que se había aprovechado de mí, no podía negar que me sentía agradecida por su ayuda.
"Gracias, Leonardo" le dije intentando sonar sincera.
"tengo una pregunta ¿Qué haces aquí en este viaje?" Leonardo me sonrió y me preguntó.
"Agrádesele a tu hermana que le avisó a mi padre de tu partida, y mi padre me envió a hacerte compañía y seguir seduciéndote" Me encogí de hombros con una pequeña sonrisa, creo que después de sincerarme con Leonardo estaba más relajada y tranquila.
Leonardo se rio a carcajadas.
"Eres una verdadera actriz, Colette" me dijo sonriendo "pero lamento informarte que no hubiera caído en tu seducción tan fácilmente, solo te veo como una chica molesta"
"¡Oye!" lo mire con una cara ofendida pero con una sonrisa "si lo hubiera intentado estarías en mi mano en una semana"
"Si, claro ¿Cómo me hubieras seducido? ¿con tu mirada fría y respuestas cortas?"
Me sentí un poco ofendida, pero sabía que estábamos bromeando y Leonardo se estaba burlando de mi, por lo que decidí burlarme yo de él.
"Si lo hubiera intentado te habría mirado con mis ojos coquetos" dije mientras lo miraba a los ojos y le sonreía "luego te hubiera sonreído y te hubiera dicho algo encantador como... Leonardo me gustas"
Cuando termine de hablar el carruaje se quedo en un silencio sepulcral y mi mente reacciono ¿Qué le acabo de decir? estaba a punto de hablar cuando Leonardo dijo.
"En efecto, estaría en tus manos en una semana, eres encantadora"
Mi mente nuevamente se apago cuando Leonardo termino de hablar, pero el continuo hablando desviando el tema.
"Pero dime, peguntaste si me gustaba la música ¿a ti te gusta?"
Después de eso Leonardo y yo pasamos un buen tiempo hablando de música, parece que los dos tenemos en común que nos gusta la música, y después de que hablamos con más sinceridad fue fácil conversar con Leonardo, hacia mucho que no platicaba con alguien tan tranquilamente que el tiempo se fue volando, Leonardo era un sinvergüenza, pero un sinvergüenza agradable.
Un tiempo después, Leonardo y yo estábamos platicando tranquilamente, sin la etiqueta que nos había mantenido a distancia, me sentía feliz porque hacía mucho tiempo que no hablaba así con alguien, la conversación fluía fácilmente y me sentía cómoda en su presencia.
Pero después de un gran tiempo hablando, Leonardo dijo que ya era tiempo de que se retirara, sinceramente me sentí un poco infeliz porque deseaba seguir platicando, pero entonces, cuando Leonardo estaba a punto de abrir la puerta y salir, se detuvo con su mano en la perilla.
Luego, regresó al asiento, pero esta vez se sentó junto a mí, no enfrente, me sentí un poco incómoda por su proximidad, pero intenté mantener la calma.
Leonardo mencionó en un tono juguetón con la misma sonrisa que tenia cuando me llevo a esa habitación y me beso.
"Sabes Colette, yo ya estoy cumpliendo mi parte del trato, y creo que lo justo es que tu también cumplas tu parte del trato" dijo con una sonrisa.
"¿A qué te refieres?", le pregunté confundida.
"En nuestro trato, habíamos dicho que me darías un beso por cada día que fingiéramos para tu padre" dijo en un tono juguetón.
"Ese no era el trato" le dije avergonzada, intentando mantener la calma "Ya hice mi parte, habíamos acordado que solo sería una vez"
"Vamos Colette, ya lo hicimos una vez, ¿Qué es una vez más?" dijo en un tono coqueto.
"¡No!" conteste mientas giraba mi rostro y lo ignoraba.
"Piensa en lo que te pido" dijo, aún sin rendirse "Mientras fingimos con tu padre, no podré conocer a ninguna chica, me voy a esforzar por varios años para asegurar que tú plan tenga éxito, y al final no te casaras conmigo, solo hasta que tu plan termine podre conocer a alguien, concédemelo esto Colette"
Con honestidad me sentí tentada por sus palabras, además reflexioné que tal vez Leonardo tenga razón, y aunque odiaba admitirlo, me gustó cuando nos besamos aquella vez, gire ligeramente para verlo de reojo, aun estaba ahí esperando junto a mi, pe... pero no podía acceder tan fácilmente.
"Lo siento" le dije intentando sonar firme, pero hasta yo escuche mi indecisión "No sé si puedo hacerlo"
"Puedes hacerlo, lo intentaremos solo hasta Jalapa"
Dijo con una sonrisa antes de tomar mi barbilla y girarme, quería resistirme pero sus ojos verdes me hipnotizaron, me sentí un poco mareada por su proximidad, y yo no pude evitar sentirme tentada, finalmente, después de lo que pareció una eternidad, tomé una decisión, esto era lo que debía hacer.
"Solo hasta Jalapa" fue lo ultimo que pude decir antes de que me besara suavemente, y yo me sentí derretir en sus brazos, nos besamos por un tiempo, perdidos en el momento, antes de separarnos.
Leonardo me sonrió y se despidió diciendo "hasta mañana" y salió del carruaje, dejándome sola con mis pensamientos, me senté en silencio por un momento, procesando lo que había pasado "¿Mañana?" me pregunté a mí misma ¿Qué había significado eso?
Pero no tuve tiempo de pensar en eso durante mucho tiempo y durante los siguientes días del viaje, Leonardo venía una vez al día a platicar conmigo, nos sentábamos juntos en el carruaje hablando de todo y nada, riendo juntos, me sentía cómoda con él y disfrutaba de su compañía.
Y después de platicar nos... nos besábamos, era como si fuera una parte natural de nuestro ritual diario, me sentía un poco incómoda al principio, pero con el tiempo me fui acostumbrando a la sensación de sus labios en los míos.
Además gracias a Leonardo, Alejandro no me molestó mucho durante el viaje, Cada vez que se acercaba a mí Leonardo lo interceptaba y lo despedía, o me llevaba a mí a otro lado haciendo que Alejandro hablara lo menos posible conmigo, me sentía agradecida por la protección de Leonardo y me di cuenta de que su presencia me hacía sentir más segura.
Así pasamos los días, hasta que nos acercamos al final del viaje juntos, me sentía como si hubiera conocido a Leonardo durante mucho tiempo y no solo durante unos pocos días, Y aunque todavía no estaba segura de lo que sentía por él, sabía que disfrutaba de su compañía.
Un día el convoy de carruajes y caballos llegó a un pequeño pueblo a dos días de Jalapa, donde acamparíamos para pasar la noche, me sentí un poco complicada al pensar en mi relación con Leonardo y nuestra próxima separación, él se quedaría en el cantón de Jalapa convirtiéndose en oficial del ejercito, mientras que yo iría a mi casa en Veracruz donde viviría con mi padre y hermano.
Ese día, Leonardo no vino a visitarme en el carruaje temprano, él dijo que iría en la tarde cuando pusieran el campamento, entonces yo me senté en el carruaje mirando por la ventana mientras los guardias preparaban su campamento.
Después de un tiempo, escuché una voz llamándome desde afuera del carruaje.
"Colette" dijo la voz de Leonardo.
Me levanté y abrí la puerta del carruaje, sonriendo para darle la bienvenida, Pero antes de que pudiera decir nada, un grito nos detuvo.
Era Alejandro, quien se acercaba a Leonardo con la cara roja de furia, ya había visto que entre ellos crecía una rivalidad y enemistad, pero no sabía qué había desencadenado esta explosión de ira por parte de Alejandro.
"¿Qué pasa, Alejandro?" pregunté intentando mantener la calma.
Pero Alejandro no me dedico ni una mirada, en su lugar se dirigió a Leonardo con una voz llena de odio.
"Te retó a un duelo" gritó "Quiero que te mantengas alejado de Colette y no interfieras más entre nosotros dos"
Yo me quede estupefacta, primero por el reto a un duelo y luego por su motivo, ¿Cómo que interferir entre nosotros dos? apenas si interactuó con Alejandro, estaba a punto de cuestionar a Alejandro pero Leonardo se rio de Alejandro con su sonrisa burlona y desafiante.
"Un duelo ¿eh?" dijo Leonardo "¿Crees que puedes vencerme, Alejandro? ¿Crees que eres mejor que yo? bien, acepto el duelo, ya me estaba cansando de tus estupideces y esta es la oportunidad de cerrarte la boca"
Alejandro se enfureció aún más, su rostro rojo de ira.
"Será al amanecer" gritó y se dio la vuelta para irse.
Tan pronto como Alejandro se fue, metí rápidamente a Leonardo al carruaje, me sentí horrorizada cuando Leonardo aceptó el duelo con Alejandro.
"¿Qué estás haciendo?" lo regañe, mi voz llena de preocupación "¿Por qué aceptaste el duelo? ¿No sabes que Alejandro es de una familia militar? ¿no sabes que el es un excelente espadachín?"
"No te preocupes Colette, puedo defenderme" dijo encogiéndose de hombros tranquilamente.
"No es solo eso" dije con mi voz llena de emoción, pero no quería aceptar que me preocupaba "Es que... te preocupas por mí y yo me preocupo por ti, no quiero que te lastimen y no puedas cumplir mi plan"
Leonardo me miró, su expresión suavizándose un poco, me sentí un poco mejor al ver que parecía entender mi preocupación, pero todavía me sentía ansiosa por el duelo que se avecinaba.
"No puedes hacer esto Leonardo" le dije, mi voz llena de preocupación "piénsalo, Alejandro es de una familia militar, es un experto en esgrima ¡Te ganará!".
Leonardo se rio con su sonrisa confiada.
"Ya te lo dije Colette" me dijo "Puedo defenderme, y no puedo permitir que Alejandro se acerque a ti tan libremente... y debo defender mi honor"
"Está bien" le dije, mi voz resignada, me sentí frustrada por su terquedad "Pero prométeme que tendrás cuidado, no quiero que te lastimen"
"Te prometo que tendré cuidado Colette" me dijo, Leonardo sonrió, su sonrisa triunfante "Y te prometo que ganaré".
Después de nuestra discusión, Leonardo logró aliviar el ambiente con su sonrisa y su charla amable, me sentí un poco más relajada en su presencia y pronto nos encontramos riendo y hablando como siempre.
Cuando se acercó la hora de su partida, Leonardo se inclinó hacia mí y me besó suavemente, pero esta vez yo no me contenté con un beso suave, lo besé con más pasión, mi corazón latiendo con una mezcla de emociones.
No sabía porque mi beso era más apasionado que de costumbre, creo que fue la idea de que lo lastimaran, pero Leonardo pareció notarlo, me miró con una expresión sorprendida y luego sonrió, con su sonrisa cálida y sensual.
"¿Qué pasa Colette?" me preguntó, su voz baja y suave.
"Nada, Solo... solo quería besarte" Me encogí de hombros, intentando parecer tranquila.
Leonardo sonrió de nuevo y me besó suavemente en la frente.
"Te veré mañana, y no te preocupes, estaré bien" dijo.
Leonardo se fue y yo me quede confundida por mi comportamiento, pero finalmente decidí irme a dormir temprano para ir a ver el duelo.
Me levanté temprano y me dirigí al punto de encuentro del duelo, no me acerqué demasiado porque no quería poner nervioso a Leonardo, en su lugar me subí a una colina un poco lejana desde donde podía ver con claridad.
Había mucha gente presente para ver el duelo, todos reunidos alrededor de los dos contendientes, Leonardo estaba en un extremo vestido con pantalón, botas y una camisa blanca, Alejandro estaba en el otro lado, vestido de manera similar, ambos parecían tranquilos y concentrados.
Un hombre se acercó a ellos y les entregó una espada a cada uno, Luego se puso en el medio y gritó:
"¡Inicien!"
Los dos contendientes se acercaron y empezaron a luchar.
Mi corazón latía cada vez que las espadas chocaban, me sentía ansiosa y preocupada por Leonardo, pero también estaba fascinada por la habilidad y la destreza de los dos duelistas, prestaba atención a cada movimiento, cada golpe y cada parada, la tensión era palpable y yo estaba completamente absorta en la escena que se desarrollaba ante mis ojos.
El duelo fue reñido desde el principio con ambos contendientes intercambiando golpes y paradas con una velocidad y habilidad impresionantes, Alejandro parecía tener la ventaja al principio, su espada moviéndose con una precisión y fuerza que hizo que mi corazón se acelerara de preocupación por Leonardo.
Pero con el tiempo, la balanza comenzó a inclinarse a favor de Leonardo, su espada se movía con una gracia y elegancia que parecía hipnotizar a todos, y sus golpes se volvieron más precisos y fuertes.
En un momento, Leonardo recibió un ligero corte debajo de su hombro, mi corazón sufrió de preocupación al ver la sangre manando de la herida, pero Leonardo no pareció afectado, continuó luchando con la misma intensidad y habilidad, como si nada hubiera pasado.
Alejandro por otro lado, comenzó a mostrar signos de fatiga y frustración, su espada se movía con menos precisión y fuerza, sus golpes se volvieron más desesperados y erráticos.
Finalmente, Leonardo logró darle un rasguño en la mejilla derecha de Alejandro, y luego lo acorraló contra un árbol, Alejandro intentó defenderse, pero Leonardo era demasiado hábil, Con un golpe final y preciso, Leonardo hizo que Alejandro cayera al suelo, derrotado.
La multitud que había venido a ver el duelo estalló en aplausos y gritos de admiración, y yo me sentí un poco mareada de alivio y orgullo, Leonardo había ganado y había demostrado ser un espadachín verdaderamente formidable.
La escena del duelo se desvaneció rápidamente cuando un oficial del ejército virreinal llegó y se llevó a los dos contendientes, me quedé allí confundida y preocupada por Leonardo, pero no supe más de él
El día siguió y el convoy continuó su camino, yo no había vuelto a ver a Leonardo desde su duelo y solo habían pasado dos días desde entonces, Pero ya habíamos llegado a Jalapa y Leonardo se quedaría aquí, el convoy continuaría mañana hasta que llegara a Veracruz.
Quería ver a Leonardo antes de irme, pero no sabía nada de él, me sentía ansiosa y preocupada por su bienestar ¿Qué había pasado con él después del duelo? ¿Estaba bien?
Justo cuando estaba empezando a perder la esperanza, un chico llamado Mateo se acercó a mí, era amigo de Leonardo y me trajo un mensaje de él.
"Colette, Leonardo me pidió que te dijera que llegaría esta noche a la posada en la que te quedas" me dijo Mateo con una sonrisa "Te pide que lo esperes allí".
Me sentí aliviada y emocionada al mismo tiempo ¡Leonardo vendría a verme esta noche! me sentía ansiosa por verlo y saber qué había pasado con él después del duelo.
La noche había caído sobre la posada y yo estaba en mi cuarto, vistiendo mi ropa de noche, me había puesto un camisón de seda blanca, con un cinturón de encaje que ceñía mi cintura, mi cabello estaba suelto y lo estaba cepillando con un peine.
El sol ya se había ocultado y yo estaba empezando a sentirme triste, pensaba que Leonardo no llegaría y que se había olvidado de mí, pero entonces escuché un ruido en la ventana, me asusté y pensé en llamar al guardia de mi padre que estaba en la puerta de mi cuarto.
Pero entonces, vi la cara de Leonardo asomándose por la ventana, suspiré de alivio y corrí a abrir la ventana que no tenía defensa porque estaba en el segundo piso.
"¿Por qué llegas tan tarde?" le pregunté intentando sonar tranquila "¿Qué te ha pasado?"
Pero Leonardo solo me miró sin decir nada, me sentí confundida, de repente me sentí sonrojada al recordar que estaba llevando mi ropa de noche, corrí a ocultarme en mi cama, cubriéndome con la sábana hasta que solo mi rostro quedó visible.
"¿Qué pasa?" pregunté intentando sonar tranquila, aunque mi corazón estaba latiendo con fuerza.
Me quedé bajo las sábanas de la cama intentando actuar normal a pesar de que sentía las mejillas calientes y estaba muy avergonzada, me había dado cuenta de que cuando me avergonzaba por Leonardo, él se volvía más atrevido como si le gustara avergonzarme, así que intenté mantener la calma y no darle la satisfacción de verme nerviosa.
"¿Dónde estabas?" pregunté de nuevo, intentando sonar tranquila "No habías venido a verme"
Leonardo se río suavemente y se sentó en el borde de la cama.
"Lo siento Colette" dijo "Los oficiales nos llevaron a Alejandro y a mí después del duelo, no nos quitaban los ojos de encima para que no hiciéramos nada, no me permitieron irme hasta esta noche cuando finalmente me establecí en el cantón de Jalapa y Pude fugarme un rato para verte"
Me sentí un poco mejor al saber que Leonardo había estado ocupado y no había podido venir a verme antes, pero todavía me sentía un poco nerviosa y avergonzada por la forma en que me había visto antes, intenté mantener la conversación ligera y no darle importancia a lo que había pasado.
"¿Cómo está tu herida?" le pregunté a Leonardo intentando cambiar de tema.
"Un médico me la curó" me respondió "No era profunda, solo dejará una cicatriz".
Me miró con una sonrisa pícara y me preguntó
"¿Quieres verla?" Me miró con una sonrisa pícara y me preguntó.
"Si te desnudas en mi cuarto, gritaré para que entren los guardias" me reí y le advertí.
Pero entonces me di cuenta de que Leonardo estaba sentado en mi cama, en mi cuarto, de noche ¡Había invitado al lobo a comer! me sentí un poco nerviosa y apreté las sábanas más fuertemente.
Leonardo me miró confundido y me preguntó.
"¿Estás bien?"
Intenté actuar normal y le respondí.
"Sí, estoy bien".
Pero entonces Leonardo me dijo algo que me hizo olvidar mi nerviosismo "Mañana será el último día que nos veremos en un tiempo"
Me sentí triste al escuchar eso, pero intenté no mostrarlo en su lugar, le sonreí y le dije.
"Ni lo creas, aún me ayudaras en la actuación, tendré que venir a visitarte para que mi padre no sospeche".
Leonardo me regresó la sonrisa y por un momento, nos quedamos allí, sonriendo el uno al otro.
Leonardo me miró con una expresión melancólica y me dijo
"Extrañaré nuestras conversaciones, Colette".
Me sentí un poco triste al escuchar eso, pero intenté sonreír
"Yo también" le dije
Pero sabía que no podíamos evitarlo, en algún punto teníamos que decirnos adiós, Leonardo suspiró antes de mirarme
"Me tengo que ir, Antes de que descubran que no estoy en mi tienda"
Nuevamente apreté las sábanas, tenía tanto para decir pero a la vez no podía decir nada, Entonces, Leonardo se acercó y me besó., por poco suelto las sábanas, pero logré sostenerlas mientras compartíamos un beso.
Antes de retirarse, murmuró
"Me debes tres días" Solo pude decir "adelante" antes de que volviéramos a besarnos, sabía que era la última vez en mucho tiempo que nos besaríamos, por lo que aumente la intensidad del beso.
Lo abracé del cuello, pero sin soltar la sábana, Ambos terminamos bajo la sábana, seguro que parecíamos un capullo, los dos arrodillados en la cama, besándonos con la sábana a nuestro alrededor.
Después de mucho tiempo de besarnos, tanto que me dolían los labios, nos separamos y nos miramos a los ojos, seguíamos abrazados y pude sentir como algo duro presionaba en mi abdomen bajo, pero no podía concentrarme en eso, solo podía contemplar sus ojos verdes, que parecían brillar en la oscuridad.
Sabía que, si Leonardo quería aprovecharse de mí, sería tan fácil, pero Leonardo no lo hizo, me soltó antes de sentarse junto a la cama, dándome la espalda, Solo se quedó ahí pensando, mirando al suelo.
No sabía qué pensaba, solo me quedé en la cama, arrodillada, observándolo, después de un tiempo, se levantó y me miró.
"Más te vale que me visites" me dijo con una sonrisa.
Solo pude asentir, me levanté de la cama, ya no tenía la sábana, pero no me importaba, me acerqué a Leonardo y le di un suave y casto beso en los labios, no era un beso apasionado como los de antes, pero esperaba que le dijera todo lo que no podía.
Leonardo me miró tiernamente, pero podía ver que algo lo atormentaba, me dio un beso en la frente antes de acercarse a la ventana y empezar a bajar.
No dijimos más, y yo me quedé ahí, en la ventana, viéndolo como se retiraba de la posada. Antes de desaparecer en la oscuridad de la noche, se volvió a mirarme una última vez, yo solo lo despedí con un gesto antes de que desapareciera en la noche.
Me quedé parada en la ventana, pensativa. "¿Es esto lo que me decías que buscará, madre? ¿Amor?" Me pregunté a mí misma, aún parada en la ventana, con la noche oscura y silenciosa a mi alrededor.