Punto de vista: Leonardo Leonez
El cielo se estaba empezando a poner naranja en clara señal del atardecer, por lo que nuestro tiempo en el arroyo se acababa, pero a nosotros no nos importaba y seguíamos juagando en el agua.
"Una carrera para ver quien llaga más rápido al otro lado, ¿vamos?" nos preguntó Mateo.
"Claro, apuesto a que te ganare" respondió Gabriel.
"No me interesa chicos, vayan ustedes" respondí mientras les desestimaba.
Ellos se quejaron, pero los ignore y les me retire a nadar cerca de una enorme roca y volteé a ver a las chicas que estaban platicando, sin embargo, cuando mis ojos se encontraron con los de Ana ella sonrió y hablo con las chicas antes de ponerse de pie.
Estaba curioso acerca de su comportamiento, pero mi atención se dirigió a los chicos que comenzaron su carrera para ver quien llegaba antes a la otra orilla, ellos empezaron a nadar hombro a hombro, pero poco a poco mi hermano se quedaba atrás.
Pero nuevamente mi atención fue atraída por un movimiento en mi espalda, dándome la vuelta rápidamente, solo pude ver a Ana corriendo arriba de las rocas antes de llegar a la más grande junto a mí.
Entonces ella sin aviso salto de la enorme roca, con un enorme splash en el agua cayó a un metro de mí salpicándome algo de agua en la cara que rápidamente seque, Ana se levantó sonriendo y parecía que tenía la intensión de salpicarme.
Pero creó que ella notó mi mirada sorprendida dirigida a su pecho, siguió la trayectoria de mi mirada y su sonrisa se congelo cuando se dio cuenta de que su camisa blanca se había vuelto trasparente.
Ana se sonrojo intensamente y se cubrió el pecho con las manos, mi rostro se sentía muy caliente por lo que creo que tengo el rostro sonrojado también, rápidamente di un vistazo a mi espalda para encontrar que Mateo y Gabriel aun continuaban su carrera y no habían visto a Ana.
Sin pensarlo me acerqué a Ana y la cubrí con mi cuerpo para que Mateo y Gabriel no la vieran, luego rápidamente me quite mi chaleco.
"Ten Ana, toma mi chaleco, póntelo por favor" le dije.
Ana aun sonrojada, se puso el chaleco y se cubrió el pecho.
"Gracias, Leonardo" murmuro evitando mi mirada, pero luego se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla y volvió a susurrar "Gracias, Leo"
"¡Ey, Ana! ¡Ven a jugar!" se escuchó el grito de Mateo.
Todavía estaba sorprendido por el beso, pero luego sonreí y la miré mientras se alejaba para ir con Mato y Gabriel, pero entonces escuché un "Oh, hermana..." lo que me hizo dar la vuelta y ver a Sofía y María viendo en mi dirección, sin duda vieron todo lo que me hizo avergonzarme aún más.
Decidí mejor ignorarlo, pero entonces algo llamo mi atención, desde donde estaba pude ver como una bandada de pájaros salieron volando de los árboles más adelante, y por un momento tuve un mal presentimiento.
"¡Oigan chicos!, creó que será mejor que regresemos a la hacienda, esta apunto de anochecer" les dije a todos en voz alta.
"¡Oye no es justo!, Ana acaba de meterse al agua a jugar con nosotros" protesto Mateo.
"He dicho vámonos, tengo un mal presentimiento" dije con una voz seria.
Los demás se sorprendieron por mi tono de voz, pero entendieron y empezamos a nadar a la orilla, como yo estaba más cerca de la orilla donde estaban María y Sofia llegue primero.
Crack
Cuando llegue a la orilla, escuche como algo piso una rama y la rompió, entonces mi mente actuó inconscientemente.
"María, Sofia vayan con Gabriel, ahora" les susurré cuando estaba cerca de ellas.
Tal vez fue mi tono, o el cómo me estaba comportando, pero ellas inmediatamente hicieron lo que les dije sin protestar entrando en el agua agarrando sus vestidos.
Seguí caminando saliendo del agua en dirección a mi espada que estaba en el suelo oculta bajo mi saco, cuando estaba a cuatro metros de mi espada, de los árboles y arbustos salieron seis hombres.
Los seis hombres que salieron de los arbustos vestían ropa andrajosa, con barbas largas y estaban armados, tres tenían machetes, dos tenían rastrillos de granja y el ultimo tenía un garrote.
"¡Alto niño, no te muevas!" grito el hombre que tenía un tricornio, parecía el líder.
El apunto su machete en mi dirección, todos los hombres se detuvieron, pero ellos levantaron sus armas apuntándonos, estaban a unos seis metros de mí y mi espada estaba a solo tres, pero no podría con todos.
Rápidamente di una mirada a Mateo y Ana, ambos estaban cerca de mí, y a aproximadamente a cinco metros de sus espadas, intenté pensar en cómo salir de esta situación, pero mi concentración se vio distraída.
"Mira nada más que tenemos aquí"
"Oye jefe, ¿puedo quedarme con la chica pelirroja? me gusta"
"Yo quiero a la pequeña, de cabello café"
Nuevamente giré mi rostro para ver a María y a Sofia detrás de Gabriel, además vi el rostro contorsionado de ira de Ana mirando al hombre que codiciaba su hermana, volví a mirar al líder de estos hombres.
También me sentía furiosos con estos hombres con sus miradas lujuriosas, pero sabía que debía mantener la calma y pensar con claridad para salir de esta situación.
"¡Cállense! primero nos encargaremos de los chicos y después iremos por las chicas" grito el líder, pero decidí intervenir.
"¡Estimados caballeros!" dije mientras daba dos pasos al frente buscando acercarme a mi espada.
"Alto no te muevas más" dijo el líder apuntándome con su machete.
"No será necesario que se encarguen de nosotros, de hecho, nos gustaría ofrecerles a las chicas a cambio que nos dejen retirarnos a nosotros" dije mirando a los hombres sorprendidos, antes de mirar a Ana que me miraba con una mirada confundida "No seas tímida, acércate para que puedan verte mejor, ven súbete a esa roca para que puedan verte mejor"
Cuando Ana escucho que mencione la roca, ella dirige la mirada a la roca mencionada donde descansa su espada oculta a la vista de los hombres y parece entender mi intención, pero sabe que no puede simplemente ir allí, por lo que empieza a actuar siguiendo mi pista.
"¡Maldito no puedes simplemente regalarnos a estos hombres!" Exclama furiosa Ana.
"¡Silencio! será mejor que cooperes y tal vez te vaya mejor, ahora acércate a los hombres para que puedan apreciarte mejor" dije.
Cuando termine, Ana empezó a caminar a su espada con el rostro agachado mirando el suelo, para que los hombres creyeran nuestra actuación, pero cuando apenas Ana había dado tres pasos una fuerte voz vino de mi derecha.
"¡Leonardo que chingados haces, eres un cabrón Ana ven acá no le hagas caso a Leonardo, saldremos de esta!" grito Mateo furioso.
- Oh dios, este imbécil - fue lo que pensé antes de que lo mirara con incredulidad en mi rostro.
"Parece que tu amigo no está de acuerdo, entonces tal vez lo mejor sería que los mataremos a ambos" Dijo burlonamente el líder.
"¡Espera, Mateo cállate!, nosotros encontraremos nuestra manera de seguir adelante en esto" dije
Hice todo lo posible por insinuar o apuntar con mis gestos a su espada al frente de Mateo sin alertar a los hombres al frente, sin embargo, lo único que recibí fue la mirada de enojo y disgusto de Mateo.
"No lo puedo creer, ¡eres un hijo de la chingada! no te importamos siempre y cuando puedas salir de aquí! ¿Eso es lo que significamos para ti?" exclamo Mateo.
"¿Eres tan idiota? si no te calmas, lo único que lograremos será morir todos juntos" le grite a Mateo.
Demonios, está muy enojado por lo que le hace pensar con menos claridad, y no se da cuenta de nuestro plan, esto es malo, giré completamente para encararlo, pero pude notar por el rabillo del ojo que Ana avanzaba lentamente, parece que mi pelea con Mateo atrajo la total atracción de los hombres por lo que no notan a Ana que se mueve lentamente.
Con eso en mente decidí seguir adelante con este curso de acción.
"¡Solo eres un tonto que no entiende nada y solo persigue chicas, deja que yo hable o te matare!" nuevamente le grité a Mateo.
"Oiga, jefe qué tal si dejamos que se maten para entretenernos" hablo uno de los hombres.
"Que excelente idea porque no pelean entre ustedes, solo dejaremos unirse a nosotros al ganador" intervino el hombre líder.
Claramente mataría al ganador una vez que acabara con el otro, y solo buscaba ahorrarse el problema de matar a los dos dejando que uno de nosotros acabara con el otro, pero no tenía intención de desaprovechar esta oportunidad.
"¿Si lo mato me dejaras unirme a mí a tu grupo?" me gire y di un paso al frente preguntándole al líder, y esté asintió.
"Bien, vamos acércate te matare"
Le dije a Mateo mientras, giraba hacia él me ponía en posición de defensa dándole la espalda a los hombres, pude ver que Ana ya estaba lo suficientemente cerca de su espada lista para saltar sobre ella, Mateo parecía confundido, pero se puso en posición de combate y avanzo tres pasos.
Conforme él avanzo los tres pasos yo retrocedí tres pasos, hasta que escuché un "No te acerques más, enfréntalo y mátalo" a mi espalda, fue arriesgado exponer mi espalda, pero decidí jugármela, nuevamente volteé a ver a Ana y nuestros ojos se encontraron, entonces sentí como mi cuerpo se tensaba antes de asentir en dirección de Ana.
Rápidamente gire y corrí lo poco que me quedaba para llegar a mi espada ignorando el rugido del líder "¡A ellos, mátenlos!" cuando llegue a mi espada rápidamente agarre mi espada con mi mano derecha y mi saco con mi mano izquierda, al levantar la mirada rápidamente evalué la situación.
El líder y un hombre más se acercaban a mí, ambos con machetes, otro con machete iba en dirección de Mateo quien le arrojaba piedras mientras se acercaba a su espada, finalmente dos equipados con rastrillos se acercaban a Ana mientras ella ya había tomado su espada haciendo que los hombres dudaran en acercarse.
El hombre que tenía un garrote parecía ir en dirección de Gabriel y las chicas, quienes empezaron a nadar a la otra orilla, después de contemplar esto mi atención se dirigió a mis dos contrincantes al frente, todo esto sucedió en menos de tres segundos.
Solo tuve tiempo de dar una mirada superficial a los demás comprobando que estuvieran bien o pudieran resistir hasta que me desocupe, después con mi mirada enfocada al frente arroje mi saco a la cara del hombre con machete antes de avanzar y enfrentarme al líder.
No podía darme el lujo de estar a la defensiva por lo que después de ganar unos segundos cegando a uno con mi saco, ataque al líder que estaba a mi izquierda, levanté mi sable listo para dar un tajo desde arriba, pero fue desviado por el machete del líder, rápidamente me recompuse y di varios tajos desde la izquierda, derecha y abajo, pero todos mis golpes eran desviados por su machete.
Parecía que este hombre tenía algún entrenamiento militar, además tenía la ventaja de ser más fuerte que yo por ser un adulto, mientras estaba presionando al líder sentí otra presencia y rápidamente retrocedí para encarar al otro hombre que había cegado, un hombre barbudo con cabello largo.
El intento un tajo desde arriba el cual logré esquivar, y nuevamente intento asestar con un golpe de izquierda a derecha, con esto pude notar que este hombre no tenía entrenamiento por sus golpes y el posicionamiento de sus pies, estaba a punto de contratacar cuando tuve que esquivar un golpe a mi izquierda del líder.
Fue un poco sorpresivo por lo que sentí que su machete paso demasiado cerca a centímetros de cortarme, entendí que él no me dejaría acabar con mi otro contrincante, entonces desvíe un ataque del hombre barbudo antes de rápidamente atacar al líder con un golpe desde arriba, el fácilmente desvió mi ataque, pero cuando desvió mi ataque me acerque para darle una patada baja.
El retrocedió inclinándose hacia adelante con su espada en alto listo para defenderse aun con su dolor, pero lo por otro lado encare al hombre barbudo, nuestras armas chocaron en rápida sucesión, pero finalmente después de uno de sus ataques logre golpearlo en la mano con mi sable, cortándole algunos dedos.
El hombre soltó su machete y gritó empezando a retroceder, estaba a punto de perseguirlo para acabar con el, pero escuche pasos en mi espalda y gire a tiempo para bloquear un ataque del líder, pero su fuerza era mayor por lo que aun logro mover mi espada y enterrar su machete unos centímetros en mi brazo izquierdo antes de retroceder.
"Maldito niño, lo pagaras" dijo el líder.
Pero no había tiempo que perder por lo que me lance al frente y nuestras armas nuevamente chocaron parecíamos atrapados en un bucle, yo atacaba y el desviaba, hasta que, en un punto, ataque desde la derecha y él no lo desvió, sino que bloqueo mi ataque, pero en eso mi empuñadura quedo frente a su rostro por lo que rápidamente avance golpeando su rostro, lo que lo aturdió un momento, lo que aproveche para darle un golpe con mi puño izquierdo a su estómago.
Él cayo de rodillas y se dobló sin aliento, lo que aproveche para dar un tajo horizontal desprendiendo su cabeza de su cuerpo, después rápidamente mire a mi alrededor buscando al hombre barbudo, pero no lo encontré, solo vi el machete en el suelo junto a varios dedos, parece que huyo hacia los árboles, entonces gire evaluando la situación de los demás.
Mateo parecía envuelto en su combate con el otro hombre con machete en un punto muerto, por otro lado, Ana estaba presionando ferozmente a un hombre que se defendía con su azada y en el suelo estaba el cadáver del otro hombre con sangre en su cuello.
Finalmente, el hombre que había perseguido a mi hermano nadaba de regreso a este lado de la orilla, parece que mi hermano y las chicas lograron llegar al otro lado del arroyo y empezaron a arrojarles piedras impidiéndole cruzar el arroyo al hombre.
Aunque todo fue caótico todo esto ocurrió en cerca de dos o máximo tres minutos, estaba a punto de ir a ayudar a Ana, pero entonces vi como Ana atraveso al hombre con su espada antes de patearlo y esté cayo al suelo.
Ella volteo a ver a su hermana antes de voltear a verme.
"Yo me encargo del bastardo que fue por mi hermana, tu ayuda a Mateo" me gritó Ana.
Entonces gire en dirección de Mateo y empeze a correr, cuando estaba cerca vi como Mateo logro herir al hombre que cayo de rodillas, pensé que todo había terminado y Mateo lo remataria.
Pero entonces vi la vacilación en el rostro de Mateo, y el hombre herido también lo notó, por lo que le aventó tierra en los ojos y levanto su machete listo para dejarlo caer en Mateo, pero llegué a tiempo para atravesarle el cuello con mi espada salvando a Mateo.
"Me debes una, bastardo" le dije antes de girar y ver que Ana había matado al último y ahora nadaba al otro lado del arroyo para ver a su hermana.
Entonces me senté en el suelo sosteniendo mi brazo que sangraba, menos mal que vinimos a relajarnos, bueno al menos, es menos interesante que mi próximo baile.