"Hermano, nuestro padre te busca, te esperare afuera a que termines" dijo con una pequeña risa mientras salía de la habitación.
Solo pude sentir mi rostro caliente de la vergüenza antes de recibir una serie de golpes débiles en mi pecho, al girar vi a Colette con una cara sonrojada y molesta golpeando mi pecho.
"Todo esto es tu culpa sinvergüenza, ahora vas a cumplir tu parte del trato sin importar nada" dijo Colette.
Yo estaba a punto de tranquilizar a Colette hasta que ella dejo de golpearme, agarro su vestido lo levanto y salió a paso rápido de la habitación, por un lado, me sentía avergonzado y culpable por otro lado me sentía feliz de avergonzar a Colette frente a mi hermana, sin contar la sensación de sus labios, finalmente dejé de pensar y salí de la habitación.
"Ay hermanito, primero Ana y ahora Colette pobres damiselas, yo que creía que el mujeriego era Mateo" dijo Elena riendo con un tono de falsa desaprobación.
"¿Cómo sabes lo de Ana?" pregunté sorprendido.
"yo lo sé todo, ahora vamos padre te busca"
Seguí a mi hermana hasta donde estaba mi padre, él hablaba con otros hombres, pero al vernos los despidió a todos y se acercó a nosotros.
"Leonardo ya cumplimos el primer propósito de venir a esta fiesta, ahora solo falta el segundo prop..." dijo mi padre.
"Padre, cuando conocimos a Colette dijiste que era la última opción, ¿eso significa que para ti hay una primera opción?" interrumpí a mi padre.
Después de mi ingreso al ejército y el dolor de cabeza de Colette ya no quería perder más tiempo y simplemente me gustaría que todo acabara ya, aunque al recordar que Colette no quería casarse conmigo me causo dolor en el pecho y una ligera tristeza.
"¿Colette?" mi padre levanto una ceja cuando mencione casualmente el nombre de Colette, pero él continuo "Así es Leonardo yo las clasifique de la mejor opción para nuestra familia hasta la última, pero no dije nada porque quiero que tu elijas sin influencias"
"No será necesario, me comprometeré con la mejor opción que tu hayas elegido padre" dije seriamente.
"Seguro Leonardo, esta es una decisión muy importante para tu futuro"
"¿Es fea la primera opción a prometida?" pregunte con miedo.
"No Leonardo, de hecho, es una chica muy linda, alegre y buena" dijo mi padre con una risa, fue la primera vez en años que vi a mi padre reír.
"Entonces no veo nada malo, me casare con ella"
"Mujeriego" escuché un susurro proveniente de mi hermana a mi lado, pero decidí ignorarlo.
"Bien, entonces vamos, la conocerás y arreglaremos todo de una vez, para ser sincero ya quiero retirarme de este baile, Elena ve a traer a la familia de la Huerta, estaremos en aquella habitación" dijo mi padre.
Después de eso mi padre y yo fuimos a la habitación que había apuntado, mientras Elena iba a buscar a la familia de la Huerta, pero podía escuchar su leve risa mientras se iba, porque la habitación que apunto mi padre era donde estábamos Colette y yo donde mi hermana nos encontró.
Aun así, me quedé callado y seguí a mi padre, al entrar en la habitación él se sentó en un sillón y yo a su lado, por lo que tuvimos que esperar a que llegara la familia de la Huerta.
"Leonardo, ¿Estas bien con tu entrada inmediata al ejército mañana? si no estás de acuerdo siempre podemos esperar unos años para que entres" dijo mi padre en un tono solemne, pero pude notar la preocupación en su voz.
"No te preocupes padre, es algo que debo hacer y es mejor si inicio lo más pronto posible, ambos debemos hacer lo posible para proteger a nuestra familia" dije con voz seria.
En ese momento mi hermana Elena entro a la habitación, abrió la puerta y se hizo a un lado.
"La familia de la Huerta está aquí padre" anuncio Elena.
El señor y la señora de la huerta entraron en la habitación seguidos de su hija, el señor y la señora de la Huerta tenían aproximadamente 40 a 50 años, ambos eran altos, con cabello castaño, vestidos elegantemente, y su hija detrás de ellos era una joven alta y elegante, con cabello castaño oscuro y rizado que caía en suaves ondas sobre sus hombros.
Sus ojos marrones brillaban con inteligencia y curiosidad, su rostro ovalado estaba iluminado por una sonrisa educada, pero lo que más me llamo la atención fue su piel que era tan blanca y suave como la leche.
La familia de la Huerta se sentó en el sillón frente a nosotros y mi padre se inclinó hacia adelante para iniciar la conversación.
"Don Manuel, Doña de la Huerta, es un placer que podamos reunirnos en esta noche" Dijo mi padre con seriedad.
"El placer es todo nuestro Don Pedro, me gustaría que discutiéramos de negocios, estamos ansiosos de discutir los detalles del compromiso su hijo y nuestra hija" hablo Don Manuel.
"Bien, vayamos al grano entonces, para empezar, hablemos de cuando se casarán, ¿están de acuerdo en que se casen cuando Leonardo cumpla los 18 años? para entonces la señorita Catalina tendrá 19" preguntó mi padre, y los señores de la Huerta asintieron.
¿Así que mi futura esposa se llama Catalina? la mire a tiempo para encontrarme con su mirada por lo que le sonreí, ella se sonrojo y me sonrió también, estaba pensando en mi futuro matrimonio cuando recordé la promesa con Colette para fingir que mes está cortejando para que su padre no la case con alguien más.
Si anunciaran nuestro compromiso ¿el señor Dupont no buscaría inmediatamente a otro pretendiente para Colette? debía decir algo para cumplir mi parte del trato, después de todo ya cobré mi recompensa.
"Disculpen señores" dije "me gustaría pedir algo ¿sería posible mantener el compromiso en secreto hasta que yo cumpla 17? me gustaría evitar cualquier rumor o especulación sobre mi futuro matrimonio, en mi estadía en el ejército" pregunté.
Todos me miraron sorprendidos y confundidos, pero entonces el señor Manuel rápidamente asintió con la cabeza.
"Si, eso es razonable mantendremos el compromiso en secreto hasta que cumplas 17" dijo Don Manuel.
No me agrado que Don Manuel no se negara o me cuestionara y fuera el primero en aceptar, me hizo pensar que algo tramaba, pero al final esto me convenia, estaba a punto de agradecer cuando se escuchó una risita, era en un volumen muy bajo y no hubiera sido posible escucharla si no estuviéramos en silencio, todos giramos a ver a Elena quien dejo de reírse al ser el centro de atención.
"Señores que tal si en lo que ustedes arreglan lo demás del compromiso, los futuros prometidos salen y se conocen" dijo Elena en un tono serio y educado, pero yo sabía que estaba avergonzada.
"Es una buena idea para que se conozcan mejor, ¿Por qué no llevas a mi hija de regreso al salón?" me pregunto Don Manuel.
Asentí y me levante del sillón y me acerque a Catalina y le ofrecí mi brazo y sonreí.
"¿Me daría el placer de acompañarme señorita Catalina?" pregunté.
Catalina sonrió y acepto mi brazo, salimos de la habitación y fuimos al salón de baile directamente al centro para bailar, Ella y yo nos movíamos al ritmo de la música, la orquesta tocaba un vals elegante y las parejas bailaban con gracia y elegancia.
Mientras bailábamos miraba a Catalina que me sonreía con sus brillantes ojos marrones.
"Me alegra que nos hayamos conocido señor Leonardo, he escuchado mucho de ti"
"A mí también me alegra señorita Catalina, es usted una verdadera belleza, en unos años seré el hombre más feliz de todo el virreinato" dije.
No planeaba ser coqueto, pero lo hice inconscientemente, creo que después de Colette algo se rompió dentro de mí, Catalina se sonrojo y miro hacia otro lado intentando ocultar su sonrisa.
"Señor Leonardo aún faltan muchos años para eso" respondió intentando sonar altiva.
"Los años se pasan rápido, solo estoy impaciente para que la llamen señorita Leonez" me reí de su falsa valentía, pero recordé a Colette que no quería casarse conmigo "¿No es feliz con nuestro compromiso?"
Ella me miro con sus brillantes ojos marrones con un sonrojo antes de hablar
"Estoy feliz señor Leonardo" dijo altivamente como si no estuviera nerviosa, pero su sonrojo la delataba "Y es lo único que necesita saber"
"Llámeme Leonardo nada más señorita" dije con voz coqueta "y se equivoca, no es lo único que necesito saber, quiero saber más sobre usted, quiero saber que la hace reír, que la hace llorar y que la hace soñar, quiero saberlo todo de usted"
Cuando termine de hablar, sus ojos me miraban con sorpresa y el sonrojo en su rostro aún persistía, ella intento hablar, pero solo podía ver como sus labios temblaban antes de girarse para que no la viera, me sentí feliz y exitoso cuando logre avergonzarla y ver su hermoso rostro en pánico.
"Me gusta leer y pintar, además de que tengo un jardín con mi madre afuera de mi casa... Leonardo" dijo aun sin mirarme.
Quizá ya me burle demasiado de ella.
"Me gustaría verlo algún día" dije suavemente.
"Eres bienvenido a mi casa cuando gustes"
La música termino y lleve a Catalina de la mano fuera del centro, mientras caminábamos vi en la multitud a Colette que me miraba con una cara enojada, solamente le guiñe un ojo y ella me ignoro aún más enojada.
Estuve con Catalina en un punto cerca de la habitación donde conversaban nuestros padres, mientras esperábamos Catalina me hablo de su pasión por pintar, lectura y la jardinería, yo admití desconocer del tema y ella paso un tiempo explicándome de la pintura, además de las pinturas que ella ha hecho.
"Entonces me gustaría que en algún momento me retrataras" dije.
"Lo hare Leonardo, pero tendrás que ir a mi casa en Guanajuato" dijo con un tono feliz.
Entonces los padres de Catalina salieron de la habitación junto a mi padre y hermana, el señor de la Huerta le estrecho la mano a mi padre antes de llamar a su hija parece que ya se van a retirar de la fiesta.
"Me tengo que despedir por hoy, Leonardo por favor escríbeme y visítame" dijo Catalina.
Yo extendí la mano y ella me ofreció la suya, entonces le besé la mano antes de hablar.
"Le escribiré lo más pronto posible y rezo a dios tener la oportunidad de volver a verla cuanto antes" dije soltando su mano.
Ella se fue junto a sus padres con una sonrisa, me incliné a modo de despedida ante los padres de Catalina antes de que se retirarán del salón, mi padre se acercó y puso su mano en mi hombro, parece que iba a hablar, pero lo interrumpí.
"Padre, ella menciono que su casa está en Guanajuato, ¿podrías decirme si es verdad y a que se dedican sus padres?" pregunté.
"La familia de la Huerta es propietaria de una de las minas más grandes de Guanajuato, y es cierto que su casa principal está en Guanajuato" menciono mi padre.
Sentí un escalofrió recorrer mi columna pensando en el destino original de Catalina, lo más probable es que ella haya sido una de las muchas personas criollas que fueron asaltadas, violadas y asesinadas en la Alhóndiga de Granaditas en la ciudad de Guanajuato cuando el ejercito independentista del cura Miguel Hidalgo atacó la ciudad.
Sentí miedo, pero también una resolución más fuerte de cambiar la historia y no permitir este tipo de crímenes cuando llegué la guerra de independencia.
"Leonardo, nuestro propósito en este baile se ha cumplido, creo que es tiempo de regresar" dijo mi padre que me saco de mis pensamientos.
"Si, estoy cansado lo mejor será irnos a descansar" respondí.
Estábamos por retirarnos cuando Elena nos pidió unos minutos para despedirse de sus amigas, pero vimos cómo se dirigía hacia el señor François Dupont y le decía unas palabras antes de regresar con una sonrisa.
"¿Qué le dijiste Elena?" pregunto mi padre.
"Nada importante, solo preparé una sorpresa para Leonardo, si no recuerdo mal ¿tenemos una pequeña casa en la ciudad de Jalapa padre?" pregunto Elena a lo que mi padre asintió.
"No le ocasiones muchos problemas a tu hermano" reprendió mi padre.
"Espera ¿Qué hiciste Elena?" pregunte con miedo de lo que Elena haya hecho.
"Nada, vámonos" dijo antes de salir del salón con mi padre detrás.
Todo el camino de regreso a la casa en la ciudad le pregunté a mi hermana que hizo, pero ella se negó a decirme y que no fuera impaciente por mi sorpresa, al llegar quería ir directamente a la cama, pero mi padre me dijo que le avisara a Mateo que mañana partiríamos al cantón de Jalapa, y cuando se lo mencione él se emocionó tanto, cuando pregunte el motivo me quede estupefacto.
"Carlos dice que es la forma más fácil de conseguir chicas, uniéndose al ejército" dijo Mateo.
Me reí del motivo de Mateo y me fui a mi habitación, estaba por dormir cuando escuche que tocaban a mi puerta, ya estaba cambiado con mi ropa interior por lo que solo me cubrí con mi sabana mientras seguía sentado en la cama.
"Adelante"
María entro con su cabello pelirrojo suelto y se acercó a mi cama, podía ver sus ojos brillosos como si hubiera estado llorando.
"¿Leonardo es cierto que te iras y me separaré de ti?" pregunto María con sollozos.
"¿Quién te dijo eso?"
"Fue Elena, ella dijo que te irías mañana a Jalapa y que yo regresaría con ella a la hacienda ¿Es verdad? ¿No nos volveremos a ver? ¿Me vas a dejar?"
Cuando vi que empezó a llorar y su cuerpo a temblar me sentí mal y la acerqué para abrazarla y acariciarle el cabello.
"No te preocupes solo nos separaremos unos meses y después nos volveremos a ver" trate de tranquilizarla.
"No sé qué haré sin ti, ¿Qué hare sin ti? soy tu doncella, no quiero separarme de ti, ¡solo puedo ser tu doncella, te seguiré a donde vayas!" ella me abrazo más fuerte.
En ese momento con María llorando desconsoladamente, temblando en mis brazos la miré a los ojos y vi en ellos una desesperación que me conmovió, nunca vi a María como mi doncella sino como mi amiga, pero para ella parecía que yo era todo lo que tenía en su vida, que yo tenía un gran peso emocional para ella ¿Tanto dependía de mi emocionalmente?
Pero luego recordé todo lo que María ha hecho por mí, ella ha sido mi sombra desde el accidente a caballo, siempre me ayudado con todo lo que necesitara, me ayudaba a cambiarme, me preparaba el baño, me cuidaba cuando me lastimaba y me llevaba la comida a mi habitación cuando estudiaba hasta tarde, María siempre se ha preocupado por mí y ha estado pendiente de mi bienestar.
María se ha vuelto una parte integral de mi vida, su presencia ya es natural para mí, pero a pesar de eso sabía que no podía llevarla, y lo mejor sería si pudiera alejarse de mi por un tiempo, para que no se vuelva más dependiente de mi hasta el punto de obsesión.
"¡Y seguirás siendo mi doncella siempre!, ¿te preguntas que harás? pues seguir estudiando y aprendiendo en la hacienda junto a Ana y Sofia, para que cuando regreses a mi lado me seas de mucha ayuda y seas mi doncella perfecta,
a donde voy no te puedo llevar, si no fuera así vendrías conmigo, pero recuerda que tenemos un motivo, y te necesitare a mi lado cuando llegue el momento ¿seguirás estudiando para cuando nos rencontremos puedas seguir a mi lado?" le dije con seriedad viéndola a los ojos.
"¿Prometes que regresaras y estaré a tu lado? ¿Si estudio y soy la mejor nunca me alejaras de nuevo?" pregunto María después de un tiempo.
Cuando la vi a los ojos deslumbre un poco de obsesión en ella, lo que me asusto un poco, pero decidí tragarme la bala, me acerque a ella y le di un suave beso en sus labios, estaban salados por sus lágrimas, pero aun así no me aleje de ella.
"Esa es mi promesa, cuando regrese estarás a mi lado, lo prometo" le dije, pero no sabía si me escucho ella estaba aturdida.
Entonces ella se acercó a mí y me beso de nuevo, igualmente era un casto y suave beso, después de unos segundos ella se separó de mí, estaba a punto de hablar cuando se volvió a acercar a mí para besarme de nuevo pero esta vez se separó de mí rápidamente y salió de la habitación.
"¡Seré la mejor y no me alejaras nunca!" la escuche decir antes de cerrar la puerta.
Estaba aturdido, pero también cansado por lo que me acosté para dormirme, mientras estaba acostado no pude evitar tocar mis labios y pensar que acababa de besar a María, en solo un día besé a dos chicas ¿era realmente Mateo el mujeriego? lo he visto presumir con chicas, pero nunca a besado a ninguna.
"No Mateo es definitivamente más mujeriego que yo, debería dormirme ya" dije antes de quedarme dormir después de todo mañana partiríamos al cantón de Jalapa a unirnos a una compañía de fusileros.
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Glosario - Datos
Miguel Hidalgo: Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811) fue un sacerdote católico y líder independentista mexicano, en 1810 llamo al pueblo a levantarse en armas contra el gobierno Español.
Batalla de Guanajuato: el 28 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo y su ejército de insurgentes tomaron la ciudad de Guanajuato después de un asedio de varios días.
La toma de la Alhóndiga de Granaditas: el 28 de septiembre de 1810 un grupo de insurgentes liderados por Miguel Hidalgo asaltaron la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, donde se habían refugiado muchos civiles, incluyendo mujeres y niños.
Se estima un total de 400 a 600 civiles murieron, muchos quemados vivos o asesinados a golpes, además de varios casos de violaciones y abusos sexuales contra mujeres y niñas que se habían refugiado en el edificio, se considera un trágico y lamentable episodio en la historia de México.