Punto de vista: Leonardo Leonez
Estaba sentado en mi sillón jugando videojuegos y disfrutando de mi día libre del ejercito, por mi ventana podía ver los otros rascacielos en la ciudad junto al sol que había salido hace unas pocas horas.
De repente escuché el sonido de la puerta de mi habitación abriéndose, yo me gire para ver a una chica, una azafata, salió de la habitación abrochándose la camisa, tenía el cabello en un moño, con solo sus bragas, su camisa y sostén que se oculto cuando termino de abrocharse la camisa, ella se acerco al sillón donde estaba recogió sus medias y su falda antes de sentarse a mi lado.
Yo regresé mi mirada a mi partida en el televisor, pero de vez en cuando miraba de reojo como se ponía sus medias seguidas de su falda, cuando termino se puso de pie se aliso la falda antes de regresar a mi habitación, después de un tiempo regreso perfectamente vestida con su bolso, me di la vuelta para mirarla y ella me dio un beso en la mejilla.
"Hasta luego, Dante" dijo sonriendo "te veré cuando vuelva a pasar por aquí"
Me encogí de hombros y le di un rápido beso en los labios.
"Seguro, buen viaje, llámame cuando vengas a mi apartamiento"
Ella asintió y se dirigió hacia la puerta, la mire mientras se iba sintiendo nuevamente lujuria por esta chica, me gustaba mirarla y disfrutar del espectáculo de su cuerpo mientras se alejaba meneando su redondo trasero que hace unas horas estaba en mis manos, pero no me importaba demasiado, era solo una diversión, algo para pasar el tiempo.
La vi yendo a la puerta para irse, abrió la puerta y cuando estaba saliendo se encontró con Iván, un amigo mío y compañero militar, parece que estaba a punto de tocar la puerta, ella lo saludo antes de marcharse.
Iván la miro mientras se iba, y luego se volvió hacía mi, sonreí y lo invite a entrar.
"Iván ven pasa, juega una partida conmigo" dije.
Iván entro en el departamento y se paro junto a mi, me miro antes de hablar.
"Oye, Dante quiero invitarte a algo, mi hijo cumple años la próxima semana y me gustaría que vineras"
"Claro, me encantaría ir"
Iván suspiro antes de hablar de nuevo.
"Dante, deberías buscar a una chica y formar una familia, ya no puedes ir de chica en chica todo el tiempo" dijo.
"No, gracias" me reí y desestime la idea.
"Si cambias de opinión puedo presentarte una amiga de mi esposa, es una chica linda y simpática" Iván sonrió y dijo después de un suspiro.
"Mejor juega una partida conmigo" dije.
Iván se río y sentó en el sillón junto a mí, así pasamos todo ese día hasta que se fue, cuando Iván se fue apague la consola y me paré frente a la ventana de mi apartamento mirando a la ciudad, los rascacielos se alzaban hacia el cielo y las luces de la ciudad brillaban iluminando la noche, me sumergí en mis pensamientos sobre lo que dijo Iván.
Desde la preparatoria no había tenido una relación estable con una chica, solo había estado con varias chicas sin compromiso ni responsabilidad, ya casi dos décadas sin una relación seria, ya ni siquiera recuerdo porque empecé a salir con varias chicas en un principio, creo que inicio por una infidelidad que no recuerdo.
Me había divertido mucho sin duda, había vivido momentos increíbles conociendo a mujeres increíbles, pero no podía negar la soledad que empezaba a sentir, recordé como mis amigos se empezaron a casar y tener hijos, me sentía feliz pero también más solo, estaba perdido y solo en este departamento.
Mi teléfono sonó, conteste y escuche una voz alegre y animada.
"Dante, mi novio se fue de fiesta con sus amigos ¿quieres divertirte?" dijo la voz en el teléfono tentadoramente.
Pensé que quizá había tocado fondo y era hora de cambiar, tal vez debería decirle a Iván que si me presente a esa chica y buscar sentar cabeza, empezar algo serio, pero antes de eso.
"Seguro, pasare a tu casa en una hora" conteste y colgué
Seguro puedo divertirme una ultima vez.
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Entonces abrí los ojos mirando el techo, me senté para ver que aun estaba en cama en la casa de mi padre en la ciudad de México, nuevamente había tenido un sueño muy vivido sobre mi vida como Dante, esto había pasado tantas veces que ya me había acostumbrado.
Ya había soñado viviendo varias experiencias como Dante del año 2023, pensaba que no me quedaba nada más por ver del futuro, pero estaba vez es la primera vez que repito un sueño.
Sabía del sueño, que después de que Dante reflexiono ese día intentaría conocer a una chica para sentar cabeza, pero parece que solo unos días después él y su amigo Iván murieron antes del cumpleaños del hijo de Iván.
Después de dos años de haber vivido las experiencias de Dante, empecé a tener problemas sobre quien era Dante y quien Leonardo ¿somos la misma persona? el hecho de revivir sus experiencias me hacia imposible no pensar en Dante como si no fuera yo o ¿realmente era yo? por lo que finalmente decidí separar a Leonardo de Dante, solo son dos personas distintas, y me refiero a Dante como "él" en lugar de "yo"
Todo era complicado pero sentí que era la mejor forma de mantener mi cordura, y ya era algo normal soñar con Dante, pero esta vez si paso algo extraño por segunda vez tuve el mismo sueño.
Antes ya había soñado el mismo sueño de esta noche, era la primera vez que vivía un sueño por segunda vez y me preguntaba ¿por que? ¿era por que apenas el día anterior había besado a dos chicas? ¿o era casualidad? ¿volverá a pasar? tenia muchas preguntas y ninguna respuesta
Mire por la ventana y vi que las primeras señales del sol ya estaban apareciendo, decidí que podría pensar sobre mi sueño más tarde, pues hoy al medio día Mateo y yo nos encontraríamos con una compañía que se dirigía al cantón de Jalapa para iniciar nuestra carrera militar.
Salí de la cama y me vestí, le pedí a un sirviente que pasaba por el pasillo que preparara el baño para mí y el desayuno, por lo general María es quien hace todo eso empezando por despertarme pero no parece venir el día de hoy, después de bañarme baje al primer piso a desayunar, allí me esperaban ya mi padre y Elena.
A pesar de solo estamos la mitad de la familia la comida fue cálida y alegre, pero gracias a eso no pude evitar sentirme muy triste al pensar que sería la ultima comida que tendríamos juntos, Elena pareció pensar lo mismo porque aunque sonreía cálidamente podía notar sus ojos llorosos.
Un sirviente entro cuando terminamos de comer, traía consigo dos uniformes de soldados virreinales con él, dijo que un soldado había venido a traerlos en la mañana y ya los habían arreglado para Mateo y para mi, parece que de momento me darían un uniforme de soldado y solo hasta que acabe mi entrenamiento me darían mi uniforme de alférez.
Rápidamente subí a vestirme, le pedí al sirviente que le llevara el otro uniforme a Mateo para que también se vista, entre en mi habitación y me desvestí antes de ponerme el uniforme, mientras me miraba en el espejo ya tenia puestas las botas, pantalones y la camisa, estaba ajustándome la camisa cuando de repente María entro en la habitación.
"¿Puedo ayudarte Leonardo?" pregunto.
Me gire y la vi con su pelo naranja suelto en rizos, vestimenta un poco descuidada y grandes ojeras debajo de sus ojos.
"Claro, ayúdame por favor, te ves cansada ¿todo está bien?" pregunte.
María se acerco a mi y comenzó a ayudarme a ponerme el chaleco blanco, después me ayudo con la chaqueta azul oscuro, me ajusto los hombros y me abrocho los botones.
"En realidad no, no pude dormir después de que me besaste anoche"
Dijo María con una sonrisa mientras me colocaba el sombrero de tres picos en la cabeza, y abrocharme el cinturón, finalmente se acerco a un mueble donde descansaban las cosas que preparó mi padre, María tomo mi espada y dos pistolas y se acerco a mi.
Yo tome la espada y la colgué en mi cinturón a mi izquierda, pues mi mano dominante era la mano derecha, después tome las pistolas y las colgué en mi cinturón a mi derecha, María dio un paso atrás para admirarme.
"Estas muy guapo Leonardo, no crees que merezco una recompensa" preguntó con una sonrisa.
Esta chica se esta volviendo descarada, sé que no debería hacerlo pero recordé a Colette como se avergonzaba cada vez que la intimidaba, pensé que debería darle un poco de la misma cucharada a María para ver su cara tímida.
Así que me acerque a ella tome sus mejillas en mis manos y la besé apasionadamente, pero en lugar de avergonzarse María ataco con mas furia envolviendo sus manos en mi cintura y abrazándome, respondiendo a mi beso.
"¿Es en serio?"
Escuche la voz de Elena en mi espalda y intenté separarme de María pero ella no me soltaba, después de un tiempo de forcejeo logre separarme de ella.
"María ve a prepararme un café antes de que me vaya" le ordene.
Ella rápidamente miro a Elena con una mirada fría antes de salir por la puerta, una vez que María se fue Elena soltó un suspiro cansado.
"Hermanito, se que estas entrando en una nueva etapa de tu vida donde te atraen las chicas, pero trata de controlarte ¿quieres? o al menos debes poner el seguro a la puerta cuando hagas esas cosas" dijo mi hermana con falsa decepción.
Decidí ignorarla y verme en el espejo, me ajuste la chaqueta azul oscuro, era ajustada y me destacaba la figura con los botones dorados y cuello alto, el chaleco blanco en el interior, mientras que los pantalones azules oscuro con la franja roja en el lado exterior de cada pierna me deba un toque de elegancia y autoridad, me mire las botas negras bien pulidas hasta casi llegar a la rodilla, la hebilla dorada en mi cinturón, mi sombrero de tres puntas y finalmente mi espada y las pistolas.
"Pero debo decir que María esta muy enamorada de ti, al punto de ser casi una obsesión, sinceramente espere que te atacara antes" volvió a mencionar Elena.
"¿Cómo que antes?" pregunte intrigado.
"Acaso olvidaste las veces que se durmió contigo porque te quedaste dormido en tu cuarto, todas esas veces que te ayudaba a cambiarte con solo los calzones y pantalones puestos, sin olvidar cuando te observaba mientras te bañabas en el arroyo" dijo Elena en un tono decepcionado.
"¿¡Cuándo paso todo eso!?" pregunté sorprendido.
"¿Qué? ¿no lo sabias? pensé que lo hacías a propósito, varias veces cuando pase por tu cuarto en la noche, maría dormía junto a ti en el escritorio o te llevaba a la cama antes de dormir, o una vez que te tardaste mucho en el arroyo y fui por ti, vi a María detrás de un árbol vigilándote o como siempre te ayuda a vestirte a partir de los pantalones, pensé que lo hacias a proposito" dijo Elena confundida.
"olvídalo, tengo mucho en mente como para que me moleste" aunque me sorprendió, no tenia mente para resolver esto ahora, dentro de poco me iría a Jalapa.
"No te preocupes este tiempo separados será bueno, me asegurare de entrenarla bien para que no te ataque" dijo Elena orgullosa.
"¿Entrenarla? ¿Qué es? ¿un perro? solo... solo vamos ya es tarde" dije antes de salir de la habitación resignado con Elena siguiéndome.
Al llegar abajo María vino hacía mí con un café que me tome de un trago, después seguí a mi padre a la calle afuera de la casa con Elena, afuera Mateo ya estaba vestido con su uniforme militar y sostenía las riendas de dos caballos y dos mochilas con provisiones.
Me gire para encarar a mi padre y mi hermana en mi ultima despedida, mi padre tenia aun su rostro serio como si nada lo perturbara, pero mi hermana usaba su habitual mascara social con una sonrisa, sin embargo aún con su sonrisa no podía ocultar de mi esa tristeza que se reflejaba en su rostro.
Me ajuste el uniforme una ultima vez sintiendo el peso de mi espada y mis pistolas en mi cinturón, estaba a punto de hablar cuando mi padre se acerco a mi y me puso su mano en mi hombro.
"Estoy orgulloso de ti, Leonardo" dijo mi padre.
Después mi hermana se acerco a mi y me abrazo muy fuerte como si no quisiera que me fuera.
"Cuídate hermanito, te quiero, yo cuidare de nuestros hermanos" dijo ella mientras empezaba a sollozar en mis brazos "además limita el numero de chicas con las que te involucras, mama no estará contenta cuando le cuente"
Sentí un escalofrió en la columna al pensar en la reacción de mi madre, cuando Elena me soltó ahora me abrazo María y enterró su rostro en mi pecho.
"Por favor regrese, recuerde que prometió que cuando regresará nunca me apartaría de su lado" dijo María sin quitar su rostro de mi pecho.
"Lo prometí, siempre y cuando sigas estudiando"
María me soltó finalmente no sin antes darme un casto beso en los labios, solo duro un segundo antes de que regresará y se parará a lado de mi hermana, mi padre y Elena se le quedaron viendo pero María los ignoró, finalmente me di la vuelta para irme con Mateo, tome una mochila de Mateo, me subí a mi caballo y Mateo también monto.
Mire hacia atrás y vi a mi familia una ultima vez, mi padre y Elena estaban sonriendo y María estaba llorando.
"Adiós, los quiero mucho, abracen a los demás por mi"
Me di la vuelta y empecé a partir a lo lejos por la calle, después de unos metros volví a girar para verlos ahí viéndome alejándome.
"Vamos Mateo, hay mucho por hacer" dije mirando al frente y acelerar el trote.
Mato y yo trotábamos por las calles de la ciudad de México, un tiempo después Mateo y yo llegamos a la plaza mayor, ahora con el sol podía apreciar mejor la plaza, la plaza estaba rodeada de edificios majestuosos, en el centro de la plaza se encontraba el palacio virreinal, a su lado estaba la iglesia metropolitana y finalmente en el lado opuesto se encontraba el Parián, un mercado cubierto donde se vendían todo tipo de productos de toda América, Europa o las filipinas.
Pero lo que nos llamo la atención a Mateo y a mi fue el contingente de militares, varias carretas y carruajes en el centro de la plaza, parece que estaban terminando de preparar todo y estaban listos para partir, no sabíamos a quien buscar o donde presentarnos por lo que nos acercamos al grupo de militares, entonces un oficial se acerco a nosotros.
"!Ey¡ ustedes dos, ¿de donde son? ¿Cuál es su compañía?" pregunto el oficial.
"Señor, somos reclutas que vamos al catón de Jalapa, mi nombre es Leonardo Leonez" conteste cuando nos acercamos.
"¿Eres el señor Leonardo?" preguntó, a lo que yo asentí "Bien, ustedes estarán en el viaje junto a los otros cadetes, síganme"
El oficial nos guío hacia un grupo de jóvenes vestidos con uniforme militar, pero a diferencia de los soldados al rededor se podía notar que estos eran reclutas, apenas cadetes, no había organización y todos platicaban alegres conociéndose entre si, aparte de Mateo y yo había otros dos jóvenes que tenían caballos.
Ellos estaban de pie conversando mientras sostenían las riendas de sus caballos, a diferencia de todos los demás cadetes con piel morena o ligeramente bronceada, los dos cadetes con caballos tenían la piel clara y estaban bien arreglados, era claro que ellos eran de familias criollas distinguidas, mientras los demás eran de familias mestizas o criollos trabajadores.
Como mi educación de etiqueta me dictaba me acerque a saludar primero a estos dos jóvenes, desmontando de mi caballo y tomándolo de las riendas me acerque a ellos con Mateo siguiéndome.
"Buenas tarde caballeros, soy Leonardo Leonez de la familia Leonez de Guadalajara" me acerque y incline ligeramente la cabeza antes de ofrecerle la mano al joven de la derecha.
"Un gusto conocerlo" el muchacho de cabello negro me estrecho la mano " soy Nicanor Villareal de la familia de Zacatecas"
Entonces me gire y le ofrecí la mano hacia el otro muchacho, era un joven alto de cabello rubio oscuro con ojos verdes y una mirada despectiva hacia mí.
"Yo soy Alejandro Velasco Gutiérrez" cuando me estrecho la mano la apretó con fuerza, a lo que yo hice lo mismo "De los Velasco de San Luis Potosí, una familia de militares prestigiosos, no como la familia Leonez"
Cualquiera a nuestro alrededor podía sentir la atmosfera fría a nuestro alrededor mientras seguíamos estrechando nuestras manos, sabía que lo mejor era evitar problemas con otras familias influyentes, pero no pude evitarlo.
"¿Velasco de San Luis Potosí? no he escuchado de ella" dije finalmente soltando su mano.
"Si no has escuchado de mi padre, José Antonio Velasco coronel del ejercito virreinal entonces imagino que tu familia no es tan influyente como pensaba" contesto Alejandro con una risa.
"oh, ¿es solo un coronel? eso lo explica" respondí.
Todos estaban tensos, Alejandro estaba a punto de hablar cuando escuchamos a un oficial acercarse.
"¡Atención reclutas! empezaremos a movernos, ustedes irán detrás de los carruajes y carretas asegúrense de no retrasarnos"
Los cuatro montamos a caballo y nos pusimos detrás de la ultima carreta que era una de provisiones, cuando le pregunte a Nicanor porque tantos carruajes me explico que al parecer varias personas influyentes o comerciantes nos acompañaran para que les proporcionemos una escolta, el camino no era tan peligroso, pero aun seria mejor moverse en un gran grupo y escoltado por militares.
Una vez que avanzamos, empezamos un trote lento para primero salir de la ciudad, entonces fue todo un espectáculo nuevamente pasar por las calles de la ciudad para dirigirnos a Jalapa, cuando salimos de la ciudad pude ver que nuestro grupo era bastante numeroso había casi cien soldados y reclutas, cuatro carruajes y tres carretas, parecía que el viaje sería largo con tantas personas.
Todo era tranquilo hasta que un hombre vestido de negro pasó desde el frente del convoy, gritando.
"¡Leonardo!¡Leonardo Leonez!¡Leonardo!" gritó mientras avanzaba en sentido contrario al convoy.
"¡Yo soy Leonardo!" llame su atención, y al verme el hombre se acercó.
"Señor Leonardo, mi señorita lo invita a su carruaje al frente" dijo el hombre en un tono respetuoso.
"¿Quién es tu señorita?" pregunté.
"La señorita Colette Dupont"
"¡Colette Dupont!" antes de que pudiera responder, Alejandro levanto la voz sorprendida y se acercó al hombre "¿Dónde está ella? me gustaría saludarla"
"Lo siento señor, pero tendrá que conocerla en otro momento, solo me mando a buscar a Leonardo" contesto el hombre.
Parecía que Alejandro estaba a punto de arremeter contra el hombre por lo que rápidamente intervine para molestar a Alejandro.
"Guía el camino señor, ya que yo sí estoy invitado me gustaría conocerla cuanto antes, Mateo acompáñanos para que cuides mi caballo" dije antes de trotar más rápido para no darle tiempo a Alejandro de reaccionar.
Mateo y el señor rápidamente me alcanzaron después de su sorpresa inicial a mi partida, después pasar las carretas de suministros y de comerciantes nos acercamos a los carruajes.
"Es el carruaje blanco señor ahí está la señorita Colette" dijo el hombre.
Cuando me acerque vi a un carruaje blanco con tres guardias vestidos de negro, no sabía de qué quería hablar Colette, pero seguro que podría entretenerme con ella en este viaje, además aun recordaba el sabor de sus labios y su belleza, tenía que subir al carruaje, pero sabía que si detenían el carruaje el convoy se atrasaría y los oficiales me darían una bronca.
Por eso pensé en una forma rápida de subir al carruaje sin detener el convoy.
"Mateo acércate y cuida de mi caballo"
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Glosario - Datos
Mestizo: Se refería a las personas de ascendencia mixta, es decir de padre español y madre indígena o viceversa. Los mestizos ocupaban una posición intermedia en la sociedad virreinal, ya que no eran ni españoles ni indígenas.
Criollo: se utilizaba para describir a las personas nacidas en América, eran considerados parte de la elite social y económica en el virreinato.