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Chapter 11 - Capítulo 11: Ana García - Mi historia

Punto de vista: de Ana García

Soy la primera de dos hijas de una familia humilde, mi padre es un trabajador de la hacienda de Don Pedro, y mi madre fábrica vasijas de barro en casa para venderlas en el mercado.

Desde pequeña mi madre me ha educado para dos cosas, una es ser una digna señorita para poder conseguir un buen compromiso y la otra era cuidar de mi hermanita.

Y sinceramente estoy de acuerdo, en que cuidar de mi hermana sea mi principal responsabilidad, no quiero que nada malo le pase a mi hermana como le paso a mi hermano.

No quiero volver a perder a un hermano por lo que me comprometí a cuidar minuciosamente de mi hermana, nuestros días eran normales en la hacienda.

Ayudaba a mi madre con sus vasijas y cuidaba de mi hermana cuando salíamos a jugar, desde pequeños jugábamos con todos los niños de la hacienda incluidos los hijos del dueño de la hacienda.

Solíamos jugar mucho con los hijos mayores de Don Pedro, hasta que ellos crecieron y empezaron a tener más responsabilidades, por lo que jugamos con ellos menos frecuentemente.

Pero a mi hermana siempre le gustaba más jugar con el hijo menor de los Leonez que tenía su edad, como responsable de mi hermana yo me unía a ellos y ocasionalmente se unían a nosotros el hijo mayor Leonardo.

Era una vida simple pero satisfactoria, pero un día el hijo mayor de Don Pedro sufrió un accidente a caballo, Todos en la hacienda nos enteramos y rezamos por él, sin embargo, al final resultó ileso.

Aunque jugábamos de vez en cuando no era exactamente cercana a él, pero como Sofía jugaba con el hermano de Leonardo, me enteraba de todo y mi hermana compartía el sentimiento de preocupación de Gabriel Leonez.

Mi hermana menor es una niña dulce, curiosa y empática, por lo que también se preocupó por el niño Leonardo.

Poco tiempo después de su recuperación todos notamos que el comportamiento de Leonardo cambió, según decían las personas que se esforzaba más, era menos travieso y más maduro, además de que salía a correr todas las mañanas.

No era nada que me afectara ni a mi hermana por lo que no le tome importancia, hasta que me vi envuelta en algo que jamás pensé que sería posible.

Un día el hijo del cuidador de caballos Mateo Reyes se acercó a mí para invitarme a una fiesta que habría, estos últimos días Mateo había estado intentando hablar más conmigo y comportándose extraño.

Una vez cuando acompañaba a mi hermana pasamos cerca del establo, Mateo estaba acostado encima de las pacas de paja hasta que me vio y se levantó de un salto e intento cargar la enorme paca, pero no la pudo y la paja le cayó encima, rápidamente varios trabajadores vinieron a ayudarlo, y cuando le quitaron la paja de encima me volteo a ver y luego salió corriendo.

Fue muy divertido por lo que Sofía y yo le contamos a nuestra madre, a lo que ella me dijo "parece que tienes un pretendiente" y entonces entendí el comportamiento de Mateo.

No sabía que hacer, nunca me había pasado esto así que le pedí consejo a mi madre sobre qué hacer, ella me sugirió que no lo rechazara pero que tampoco lo aceptara en caso de que se presentara un mejor pretendiente.

Entonces no sabía si aceptar ir a la fiesta con Mateo, pero mi hermana que estaba escuchando insistió en que fuéramos pero que invitáramos a Gabriel, Mateo que escucho esto dijo que él podía invitarlo si aceptábamos ir.

Entonces acepte si traía a Gabriel, por lo que al final mi hermana y yo fuimos a la fiesta, al llegar nos encontramos con Mateo y Gabriel, mi hermana empezó a platicar con Gabriel, mientras Mateo solo me daba miradas furtivas.

Me dijeron que debíamos esperar a Leonardo que también vendría, cuando llegó venía con la hija del capataz, después de un tiempo de estar con el note más detalladamente como había cambiado se comportaba más maduro y menos infantil.

Y también la forma tan natural en como saco a bailar a la hija del capataz fue increíble, volteé a ver a Mateo y el desvió la mirada, parece que no me invitara por lo que yo le pregunté si quería bailar, pero el solo respondió un seco "no".

Estaba avergonzada pensando que mi madre se había equivocado por lo que cuando regresó Leonardo me lo llevé rápidamente a bailar para escapar de ahí, no me arrepentí de ello ya que fue fantástico, hasta pensé que no sería malo si Leonardo fuera quien me pretendiera.

Cuando regresamos Mateo se ofreció a sacarme a bailar, pero ahora no quería, pero pensé que quizá se vería mal que acepte ir con Leonardo y con Mateo no, por lo que termine aceptando.

El resto de la fiesta fue divertido, pero decidimos retirarnos a descansar y tomar un poco de aire debajo de un árbol, pasábamos el tiempo platicando y simplemente nos divertíamos, hasta que Leonardo dijo algo que nos puso nerviosos.

Él nos advirtió que algo muy malo pasaría en el futuro y que por ese motivo ayudaba a Mateo, Gabriel y María para prepararse para afrontar el futuro, para que estuvieran a salvo.

Al escucharlo me sentí nerviosa de que algo malo pudiera pasar y no pueda proteger a mi hermana, María y Mateo tenían suerte por recibir la ayuda de Leonardo para prepararse.

Después de pensarlo le pedí a Leonardo que también me ayudara para prepararme, no me gustaba la idea de que algo malo pasara y no pudiera defender a mi hermana.

Leonardo acepto ayudarme, por lo que estaba dispuesto a hacer lo que sea necesario, Leonardo se negó a decirnos para que nos preparábamos, pero al ver lo serio que era él sabía que no podía mentir acerca de este tema y que debía poner la misma intensidad.

Mi hermana pequeña también se unió para estudiar, pensé que era algo bueno para cuidar de ella mientras estuviéramos juntas, sin duda no dejaría que ella se pusiera en peligro cuando todo comenzara, pero era bueno que ella aprendiera con nosotros

Al inicio las materias que me enseñaba eran complicadas, pero después de un tiempo y con mucho esfuerzo logré aprenderlas con facilidad, lo que aprendí más rápido además de leer y escribir fueron las matemáticas, eran complicadas en un principio, pero rápidamente las domine.

En cuanto al ejercicio fue lo mismo, el inicio era complicado pero mi meta de proteger a mi hermana me mantuvo motivada, sin duda me sentía incomoda por usar pantalones más cuando sentía la mirada de Mateo, pero eso no me distraería de mi meta.

Con todo lo que aprendíamos, no sabíamos para que nos preparábamos, pero creo que nos empezamos a dar una idea cuando Leonardo nos empezó a enseñar a luchar, esgrima, historias de guerra y batallas.

Después de un tiempo ya podía hacer todo de manera más natural, aprendía de manera más rápida y hacia ejercicio de manera natural, luego llego Carlos quien nos enseñó de manera más eficiente el arte de la espada.

Durante todo este tiempo Mateo se comportó de un modo más natural conmigo, pero se hizo evidente que le atraía a Mateo, así que hice lo que me dijo mi madre y no lo rechace, pero tampoco lo acepte.

Además, durante este tiempo una vez vi a Mateo presumiendo de sus músculos frente a dos chicas, por lo que me hizo pensar que no era la mejor opción y que podía ser un potencial donjuán.

Y en este tiempo, aunque no quiero aceptarlo le he estado prestando más atención a Leonardo, él es simplemente genial como se esfuerza tanto y su comportamiento maduro.

Aunque sé que el cómo futuro dueño de la hacienda se casara con alguien de una alta posición, por eso de momento no me interesa aceptar pretendientes, mi concentración está en seguir preparándome para el futuro y aprovechar todo lo que me enseñaban.