Punto de vista: Don Pedro Leonez
28 de septiembre de 1801
Hace mucho que no revisaba personalmente como van los cultivos de la hacienda, solo me informaba acerca de los cultivos en los informes que me presentaban mi esposa.
Al inicio no le creí y pensé que debería empezar a preparar a Gabriel para ser mi heredero al ver que Leonardo ya no estaba en condiciones mentales adecuadas para manejar la hacienda.
Pero entonces me di cuenta de que mi hijo empezó a cambiar, antes del accidente a pesar de sus responsabilidades, seguía comportándose como un niño ingenuo y disfrutando su infancia.
Y entonces note como cada vez actuaba menos como un niño y cada vez actuaba con más madures, seguía jugando con sus amigos y divirtiéndose como un niño, pero podía ver una gran resolución en sus ojos cuando estudiaba o empezó a hacer más ejercicio.
También me percate de como inmediatamente después de su accidente, cuando aún estaba en cama como su rostro se ponía rojo cuando estaba con la hija de James, o como cuando otras sirvientas de la casa estaban cerca Leonardo desviaba la vista, pero daba miradas furtivas.
Entiendo que en algún punto mi hijo se interesaría en las chicas, pero no debería ser de un para otro y a una edad tan temprana ¿no? al menos yo empecé a los 11 años.
Y después del extraño comportamiento de mi hijo un pensamiento que me asusto me invadió, su perseverancia y resolución pareciera que se prepara para el futuro que me describió, y si lo que Leonardo dice es cierto y ¿realmente tuvo visiones del futuro?
Entonces decidí volver a hablar con él y pedirle más pruebas decisivas de que lo que dice es cierto, y la manera que Leonardo uso para comprobarlo fue irrefutable.
El me describió con precisión la campaña del cónsul de Francia Napoleón Bonaparte en Italia de hace unos meses antes de su accidente, primero era imposible que alguien le hubiera dicho a Leonardo acerca de esa campaña, ni siquiera yo estaba al tanto de todo y solo tenía conocimiento superficial.
Después de nuestra charla con Leonardo fui con un amigo en la capital que conocía todos los detalles de esa campaña, él había llegado recientemente al virreinato después de estar en Francia y lo que me dijo fue casi lo mismo que dijo Leonardo.
Al regresar a la hacienda llame a Leonardo a mi oficina para hablar, después de meditar todo el camino sobre lo que dijo, finalmente tome la decisión de confiar en mi hijo.
Ese día pase todo el día en mi oficina junto a mi hijo planificando nuestros futuros pasos para prepararnos, yo sin duda quería apoyar a los realistas y al Imperio Español, pero Leonardo me aseguro de que sería en vano, el gran Imperio Español estaba destinado a caer y fragmentarse.
Después de nuestra platina en la oficina hicimos varios planes, me comprometí a ser yo quien los llevara a cabo, Leonardo debería centrarse en sus estudios de momento.
Así que una vez que le conté a mi esposa nuestros planes ella lloró de preocupación y angustia, pero ella entendió que necesitaba ser fuerte por nuestra familia, entonces a mi esposa le di la misión de encargarse de la administración de la hacienda en lo que iniciaba los primeros pasos de nuestros planes.
Nuestro primer plan que me encomendó Leonardo fue conseguir fondos para nuestras futuras operaciones, Leonardo me dio la ubicación de dos minas de oro que aún no había sido descubierta en Caborca, en las provincias de Sonora y Sinaloa, además de minas desconocidas en las montañas nevadas del norte.
Sería difícil comprar tierra en las provincias de Sonora-Sinaloa ya que todo el mundo sabe que esa zona es rica en minerales, aunque aún no hayan descubierto la mina que describió Leonardo.
Entonces invertí mucho dinero en la búsqueda de las minas en las montañas nevadas del norte, y envié a hombres confiables mientras cuidaba de sus familias para que nadie hablara.
Leonardo me dio una ubicación aproximada de los yacimientos de oro por lo que no fue difícil encontrarlos, pero ahora venía la parte difícil la extracción y el transporte sin que el gobierno virreinal se enterara.
Mi hijo nuevamente me dio la solución, el me explicó que deberíamos poner una fábrica de herramientas, muebles, herrerías y cultivos en la zona para crear una tapadera y decir que un porcentaje del oro extraído eran los resultados esos negocios, en nuestra platica me pareció que susurro "igual que lavar dinero" pero lo ignore.
Aun así, compramos almacenes y barcos en California para traer el resto del oro que traeríamos en secreto, ya que era mucho oro y no podíamos decir que todo eran ganancias de nuestros negocios en el norte.
Los cargamentos de oro llegarían a Acapulco donde ya tengo varios almacenes y casas, todo sonaba relativamente fácil pero la parte de ocultar todo este negocio a la corona era la parte difícil.
El solo hecho de ocultar la mina ya era motivo de traición a la corona, por eso me asegure de que todo estuviera estrictamente controlado, había guardias que cuidaban que nadie nos traicionara y hombres que cuidaban que ninguno de esos guardias nos traicionara.
Lo más difícil fue silenciar a los mineros, pero llegamos a la conclusión de contratar hombres desesperados, la paga era buena, la comida era buena y los dormitorios eran buenos por recomendación de mi hijo.
Pero la paga la recibirían los familiares de los mineros, ya que una vez dentro de la mina y la fábrica de coartada, nadie podría salir hasta dentro de quince años una vez finalizada la independencia.
Era algo extremista pero no podíamos tomar riesgos, estaba la opción de contratar esclavos, pero ni a Leonardo ni a mi nos agrada la idea de los esclavos.
Así finalmente nuestro capital para prepararnos había aumentado a pasos agigantados, todo este proceso llevó cerca de cuatro meses y aún faltaba, estimábamos recibir el primer cargamento de oro en diciembre.
La familia Leonez aún tenía mucho dinero sin las minas, pero no lo suficiente como para financiar una guerra de independencia y continuar teniendo poder, además ya habíamos iniciados los siguientes pasos en nuestros planes lo que consumió aún más la riqueza de la familia.
Además de contratar a Carlos como instructor, otros de nuestros planes era ganar la buena opinión del pueblo, por eso compramos el periódico, dos panaderías y una taberna en la ciudad de Guadalajara.
Según Leonardo la taberna era para adquirir y distribuir información, el periódico era vital para manejar la opinión pública y asegurarnos que sean nuestras noticias las que los pobladores crean.
Y finalmente con las panaderías tendríamos una buena reputación vendiendo el pan a precio bajo y regalándolo a personas de bajos recursos, después de sacar los cálculos me negué a adquirir las panaderías, ya que solamente sacaríamos ganancias hasta casi un siglo después si vendemos el pan al mínimo.
Pero Leonardo logró convencerme argumentando que era un precio válido dinero a cambio de reputación, además me recordó que si no logramos nuestra conspiración aun así lo perderíamos todo, así que finalmente accedí a comprar las panaderías.
¿Cuándo mi hijo se volvió tan carismático y convincente? la parte buena es que aún no me ha convencido a que lo deje volver a montar, y me hace sentir que es una victoria para mí.
Además de que también comenzamos la construcción de una fábrica de sastrería, bajo la primicia de Leonardo de que la necesitaríamos para la futura guerra, y de dos escuelas cerca de Guadalajara, para ganar más opinión pública y poner de nuestro lado a las siguientes generaciones.
Aunque esas construcciones no se terminaran si no llega el oro para diciembre, ya que la riqueza de la familia Leonez ya está alcanzando el mínimo histórico.
Si mi padre, abuelo y todos mis ancestros se enteraran que gaste toda la riqueza acumulada durante generaciones en menos de un año, sin duda me maldecirían y me iría al infierno, ¿no sería mejor huir a Londres de una vez?
Con un largo suspiro termine mis divagaciones mientras montaba de regreso a la hacienda después de haber revisado el campo de cultivo de maíz de este otoño, al menos será una buena cosecha.
Una vez que llegué a la hacienda mi amada, Teresa salió a recibirme con una sonrisa "Entra querido, ya preparé un baño para ti", dijo Teresa con un tono cálido.
Cuando me baje del caballo, José Reyes se acercó y lo agarró para llevarlo a los establos, mientras entraba en la casa junto a Teresa en dirección del baño.
Mientras caminábamos por el pasillo en dirección al baño pude escuchar el inconfundible sonido de metales chocando, ya me había acostumbrado a este sonido que escuchaba todas las mañanas.
Pero hoy me sentía curioso asique tomamos un desvió y nos acercamos a la habitación que le había cedido a Leonardo para que practicara con sus amigos, al llegar directamente abrí la puerta y me quedé en el marco apreciando la vista.
Al frente del salón se encontraban en varios pupitres sentadas tres chicas estudiando libros conversando entre ellas, eran mi hija Elena acompañada de la hija de James "María" y la otra niña llamada Sofia.
Entonces mi atención se fue a la parte de atrás donde había un espacio libre donde cuatro jóvenes peleaban entre sí con espadas de acero sin filo.
Primero mi atención se fue al primer par que peleaban entres si, un niño y una niña, parecía un combate igualado, pero alguien con conocimientos sabría que la niña estaba presionando al niño, eran mi hijo Gabriel y la niña Ana.
Cuando mi hijo me dijo que quiera enseñarle a usar la espada a una chica pensé que solamente quería acercarse a la niña, pero ahora al ver como la niña usaba con precisión la espada no pude evitar quedar sorprendido.
Entonces mi mirada paso al otro par de espadachines que estaban en un feroz duelo, ellos eran Leonardo y Mateo, uno podía apreciar que eran los mejores alumnos de Carlos.
Uno podía apreciar que los dos niños eran genios en el uso de la espada, a pesar de su poco tiempo usando la espada ya tenían las habilidades de un soldado entrenado virreinal.
Al ver que no era el único que se esforzaba me motivé a seguir trabajando duro, sabía que una vez que llegara el oro sería el momento de empezar a organizar los siguientes pasos de nuestros planes.