El libro negro de historia decía en su portada: "El Gran Impero Sutra".
De un vistazo rápido se podía ver lo desgastado que estaba y no parecía ser por malos cuidados o por la antigüedad, más bien por el uso, cosa que tenia sentido recordando lo afines que eran los padres de Kayn a leer, aunque una ligera incomodidad flotaba en su mente y no le permitía tomarlo como la razón correcta.
Sin expresar sus pensamientos a Abel ambos comenzaron a leerlo y pese a la información valiosa y las respuestas que traían algo de paz a su interés en el mundo, poco a poco el contenido les empezaba a dejar un mal sabor de boca.
El nuevo mundo, donde ahora vivirán hasta el día de su muerte, era enorme, al menos dos veces mas grande que el planeta tierra. El mundo era ocupado por cuatro mega continentes los cuales eran gobernados por nueve familias reales que tenían bajo sus dominios una gran cantidad de tierras. Todas estas familias tenían algo en común, eran los mejores en un tema especifico, todas salvo una "El Gran Impero Sutra", el reino donde ellos vivían actualmente.
El gran imperio era una amenaza total en cuanto a poderío militar, ya que aunque no especificaban las áreas dejaban muy en claro que, a pesar de no ser tan excelentes como las otras familias, no tenían carencia en ninguna de estas pero … ¿Cómo era esto posible? La información es un recurso muy valioso, por eso mismo los grandes avances en las distintas áreas es de sumo secreto y "El Imperio" no debería poder poseer estos al punto de ser el segundo en todas las áreas, pero esta era la realidad y así como el escritor parecía jactarse de esto explicaba el proceso por el cual se logró y la respuesta fue muy sencilla, guerra.
El Gran Impero Sutra no siempre fue independiente y magnánimo, no, por el contrario, este era un estado neutral situado en el centro del continente que poseía grandes riquezas e influencia ya que era una ciudad comercial con conexiones en todos los reino, pero eso no era mas que una cortina, la verdad es que era un punto de encuentro para las otras ocho familias reales y mas que un estado neutral era un estado vasallo de las ocho familias.
Todo empezó con un golpe de estado en el cual las fuerzas de todas las familias apostadas en el lugar se unieron para alzarse en contra de sus propios parientes. Este suceso no fue bien tomado por ninguno de los reyes pero tampoco le tomaron la importancia debido a otros accidentes más importantes y, aunque dieron la orden de retomar la ciudad, las fuerzas fueron fácilmente superadas.
El tiempo paso y, saliendo victoriosos en cada guerra por la libertad, el ahora nombrado "Imperio Zutra" había reclamado extensas cantidades de tierra y así había crecido hasta el punto donde se considero una nueva potencia, añadiendo su nombre y convirtiendo las ocho familias en nueve. La historia no se detiene ahí, pues con algunos años de diferencia las guerras volvieron a empezar y el Imperio salió victorioso una vez mas, añadiendo tierras y dominios a su poder, llegando el momento donde "el Imperio Zutra" cambio su nombre una vez mas a "El Gran Impero Sutra".
Las estrategias militares usadas, así como algunas características del entorno y las rutas usadas estaban escritas en las desgastadas paginas del libro, tal vez por confianza o quizás por alguna razón que desconocían, pero sin importa eso el pensamiento de Kayn y Abel era uno. Este libro mas que ser un libro que podían usar para educar, este libro era usado para lavar el cerebro de las personas. No solo como estaba escrito, sino el contenido mismo trataba o conseguía justificar e incluso hacer ver como victimas a los gobernantes de ese entonces, personas que no tuvieron otra opción que tener que levantar las armas ante una amenaza inminente, todo por el bienestar de su pueblo.
Kayn y Abel estaban sorprendidos y desagradados, chistando sus dientes ante el pintado "sacrificio" sabiendo que todo fue codicia, codicia pura, pero aunque esto no les gustara y quizás aunque todavía no se hacían a la idea, así era la vida en este mundo. Su nuevo hogar.
- ¡Kayn! ¡Abel! ya llegamos.
Intenso pero solo habían leído las primeras quince o veinte paginas y aunque su plan era al menos leer unas cien, antes de poder seguir, sus padres, quienes habían salido, volvieron.
La casa de Kayn consta de dos plantas, estando los cuartos y el estudio de sus padres en la planta alta, la escalera que unía ambos espacios estaba opuesta a la puerta principal, pero ni con todo el tiempo, que les tomaría a ambos padres subir, les alcanzaría para devolver el libro a su lugar. Los nervios se podían ver en sus caras y la tensión podía ser cortada.
- ¿Qué hacemos...?
- No me preguntes a mi, tu fuiste el de la idea.
- ¿Yo? Fuiste tu el que insistió en que te cargue para llegar.
- Mientes, fuiste tu el que no paraba de insistir en que querías ver que escondía ese libro, no debí contarte nada.
- ¡Ese fuiste tu!
- ¡Kayn, Abel! ¿están en los cuartos?
Ambos susurraban mientras le echaban la culpa al otro, pero esta silenciosa charla solo dejaba escuchar los pasos de ambos padres avanzando para posteriormente subir las escaleras y sus voces preguntando por ellos, volvía la situación como si de una película de terror se tratase y con el monstruo cada vez mas cerca de encontrarlos, ambos no sabían que hacer.
- ¡Escóndelo bajo la biblioteca!
- No seas tonto, si hacemos eso y luego no podemos devolverlo a su lugar antes de que se den cuenta entonces es lo mismo que nada.
- ¿Entones? Alguna otra idea, señor inteligente.
- Ahh, Abel, este no es momento de resentirse, piensa.
- ¿Quién se resiente?
- ¿Kayn? ¿Abel?
Sus padres habían entrado a la habitación de Kayn, pero al no verlos ahí sonaron algo nerviosos llamando a sus nombres. Ahora estaban obligados a responder, pero de tanto dudar porque aun tenían la evidencia frente a ellos, mantuvieron el silencio. Ambos estaban quietos y tan nerviosos que no sintieron como el ambiente cambio por un segundo, como si algo hubiera cubierto sus cuerpos en un instante y entonces como para rematarlos - "¿Hmm? ¿Qué hacen en el estudio?" - su escondite fue descubierto.
- ¡....!
Ambos se miraron alarmados y voltearon con lagrimas en los ojos a ver la puerta una vez más, el sonido de los pasos al otro lado les helo la sangre.
- ¡Kayn...! ya nos descubrieron, no importa, si explicamos que tenemos curiosidad a lo mejor no nos castiguen... un momento... ¿Nos castigarían por leer un libro?... no tiene sentido, ¿no es cierto?... ¿Kayn?
Abel tenia razón ¿Quién castigaría a su hijo por leer? y mas si es en iniciativa propia. Con eso en mente y habiéndose decidido, Abel, volteó para ver y recibir la confirmación de su cómplice, pero no lo encontró.
Abel giro la cabeza aún mas para buscarlo, no podía ir muy lejos, después de todo estaban encerrados en un cuarto, entonces solo podía estar a sus espaldas y como lo pensó, ahí lo encontró... pero después de eso solo pudo respirar.
- ¡Jamás! ¡Nunca me atraparan! Si soy culpable tendrán que probarlo entonces solo debo deshacerme de las evidencias- ¡AHHHHHH!
Su mejor amigo si estaba a sus espaldas, habiendo cargado el pesado libro sobre la silla para luego subir sobre el escritorio en la habitación, ignorando sus palabras.
Kayn estaba murmurando para si mismo algo que Abel no escucho, pero aunque lo hubiera gritado el resultado hubiera sido el mismo. Con gran esfuerzo abrió la ventana que había frente a él y al mismo tiempo que los padres de ambos abrieron la puerta y Abel volteaba a verlo, Kayn trato de lanzar el libro, pero este era pesado, y cayó detrás de el con un grito.
- ¡KAYNNNNNNNN!
Todos gritaron y si no fuera por la situación, entonces todos se hubieran asustado de aquel grito que lanzo Abel, aquel grito que sonaba como si su garganta se estuviera desgarrando.
En un segundo algo paso a su costado a una velocidad imperceptible a los ojos de Abel y saltó por la ventana. Entonces, cuando el sonido del vidrio cayendo al suelo llego a los oídos de Abel, este se dio la vuelta y corrió con todas sus fuerzas, bajando y saltando las escaleras.
No era lo mismo, pero Abel recordaba este sentimiento. El sonido de los latidos de su corazón parecían hacer temblar el mundo y aunque sabia que estaba corriendo con todas sus fuerzas cada paso se sentía tan pesado y lento que sus ojos se llenaron de lagrimas y sudor por la impotencia y esfuerzo. El mundo empezaba a perder su color y lo único visible era lo que estaba a un paso de distancia y de no ser porque había crecido en este lugar se habría perdido sin llegar a su destino.
Abel llegó y abrió la puerta principal con todas sus fuerzas y salió sin espera, su cuerpo temblaba y parecía que podría desmayarse en cualquier momento mientras recordaba los sucesos de su vida anterior, mientras recordaba como perdió a su mejor amigo - "NO... NO... POR FAVOR... NO UNA VEZ MAS... NO QUIERO PERDERLO OTRA VEZ..." - rodeó la fachada de la casa y a un lado, justo bajo la ventana rota, el deseo y añoro de Abel fueron escuchados, tranquilizando su corazón, al ver a su mejor amigo ser dejado cuidadosamente en el suelo, después de ser cargado y abrazado por el padre de Abel, Dars, durante la caída. Fragmentos de vidrio aun habían alrededor pero a Abel no le importo y se acerco exprimiendo sus ultimas fuerzas en sus temblorosas piernas.
- ¡Kayn!
- Abel ten cuidado, no te acerques.
Dars le advirtió a su hijo pero fue ignorado, Abel daba paso tras paso acercándose cada vez más.
- ufff, casi no la cuento jejeje
- Kayn...
- Tranquilo Abel, estoy bien ¿ves?
Kayn, con actitud relajada, posaba mostrando que estaba perfectamente bien, pero Abel se acercaba sin descanso con la cabeza gacha.
Roland, el padre de Kayn, había bajado detrás de Abel por si este tropezaba y ahora se encontraba observando la escena algo conmovido. Se notaba la preocupación de Abel por Kayn, aunque eso era obvio sabiendo lo bien que se llevaban y todo el tiempo que pasaban juntos. Con esto en mente levantó la vista hacia Dars y ambos padres decidieron de un vistazo no decir una palabra más mientras los dejaban estar... pero...
- Jejeje, se que no es momento de decir esto, pero ¿Lo viste? ¡Tu papá me agarro en el aire! ¿Cómo es eso posible? Además caímos suavemente y ningún vidrio toco su ropa o la mía, eso debió ser imposib-
Pero el momento fue interrumpido cuando Abel, que llegó frente a Kayn, detuvo su interminable parloteo con un golpe en la cara, mandándolo al suelo. El golpe fue limpio y se detuvo en la mandíbula, quizás Kayn estaba desmayado y - "¡Abel! ¡Kayn!" - Ambos padres gritaron al mismo tiempo, aunque por razones distintas.
Ambos dieron un paso adelante, pero se tuvieron al ver como Abel se acercaba al tumbado Kayn y le decía - "idiota... casi te pierdo... otra vez" - no entendieron muy bien la ultima parte ya que su voz estaba siendo ahogada por sus lagrimas, pero con lo primero no pudieron decir nada más sobre el golpe ya que incluso ellos intercambiaron golpes un par de veces.
- ¿Eh? ¿Qué pasó? Por que hay una ventana rota y ¡Kayn, qué paso!
- ¿Una ventana rota...? ¡Abel!
- Ugh.....
Pensando que todo se había solucionado un nuevo problema empezaba, y este solo se haría más grande cuando tuvieran que contarles lo ocurrido a las dos madres que acababan de regresar. El solo pensarlo hizo que ambos padres pusieran una cara de preocupación y dolor.... después de todo, ellos eran responsables de cuidarlos hoy.