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Chapter 15 - Capítulo 15

Al terminar de decir eso, coloque mi artefacto al suelo, mire a los hombres de mi padre, a sus hijos y claramente a él. Los hombres del pelinegro empezaron a salir de "las sombras", no estaban escondidos detrás, ni arriba de los árboles, ni siquiera entre la maleza, literalmente estaban unidos a las sombras, se movilizaban de esa manera e incluso manipulaban lo que fuera para crearla. El don del superior número doce "Jan" estaba en este distrito y peor aún, no sabía que tanto modificó en ellos, tal vez los otros dos clanes posean la misma habilidad, pero ¿si eso no es así?, ¿si otro de los mejores concedió entre esta otra habilidad?

—Dasarha... —Le observé a lo que luego le mencione— No dudo de tu fuerza, ni en la de Arha y Harad...

Analice la situación y esto para mí podría ser una forma de mostrar mis capacidades, sin embargo, para eso no quería que ninguno de los semi-monstruos de mi gente interfiriera.

—Pero, quiero hacerte una petición. —Divise a treinta de los hombres; quienes estaban a nada de atacar— Jamás te he pedido nada, así que concédeme este favor.

—Habla.

—Quiero hacer esto solo, sin ayuda de tus semi-hombres, ni hijos, e incluso de ti... No quiero nada que no sea el consentimiento que te pido. Permíteme probar mis habilidades aquí, sin ustedes.

—Eres demasiado confiado, ¿qué pasa si mueres?, ¿qué le diré a tu madre? Que deje a nuestro hijo a su suerte en el distrito de las sombras con el clan Borghild.

—No tienen nada que perder de todos modos, y si así fuese, se desharían de un problema ¿no lo crees?

— ¿Es enserio? —Dasarha frunció el ceño esperando que esto solo fuera un disparate de mi parte.

—Tendrás que irte con tus hombres e hijos de nuevo a Blackwell sin mí para que pueda efectuarse este desafío —Di paso certero hacía mi padre— Si confías en que puedo, lo lograré, solo tienes que decir que sí.

—Si voy a dejarte a morir o a ganar, tengo que asegurarme de que algo bueno saldrá de esto.

—Si no regresó y muero aquí, haz que estas palabras lleguen a mi madre; "sana a Darha y adóptalo como tu hijo, no es un desperdicio que pueda desecharse sin reutilizarlo sabiamente". Sé que no habrá problema con ello, ya que este líder tuyo fracaso por débil y arrogante.

—¿Y si vives? ¿qué te llevaras de todo esto?

—Mata a mi progenitora. —Su semblante se endureció y me miró con pudor, como si yo hubiera perdido la razón a lo que explique— Ella está cometiendo traición a su esposo, a su hijo y a nuestra gente.

—Moira juro que estaría-

—El juramento expiró, Dasarha. Me sorprende que "tú" el amo y señor de estas tierras no te dieras cuenta; Así como expiro el trato, era obvio que su lealtad también terminaría con ello.

—¡Ella es tu madre! —Puso su mano sobre mi cuello y apretó levemente—No es tan tonta como para traicionarme.

—Tienes que escucharme, —Respondí con molestia— Sirvió a mi padre sanándolo, te ha concebido a este hijo, es actualmente la primera esposa con autoridad sobre Blackwell y por el momento esta alentado tu ideal, o eso es lo que quiere mostrar, pero ¿qué sucede si te ha traicionado antes de lograr tu objetivo?, se supone que debe morir alentando tu causa ¿no? Entonces explícame ¿cómo es que sé que te ha traicionado y tu no? ¿Es que el gran amo y señor de estas tierras a sido cegado por ella? ¿Has caído en sus encantos, Dasarha? ¿ella nos ganará?

—…

—Sé que me dio la vida, pero también se cuál es mi deber en esta misma. Tengo las pruebas suficientes para mostrarte que indican que ha cometido traición, tengo lo suficiente para mostrar que yo, no miento de más, así que déjame matarla, ahora que te has enterado de que es una traidora, mejor aún, si llegó con vida de esto, acabaré con esa amenaza que vive bajo tu techo.

—Si es cierto lo que dices…, —Por un segundo le tembló la voz al grandote, sin embargo, por fin soltó de mi cuello— Vivirás para cobrarte la muerte de tu madre.

El grandote dio la señal de retirada, subieron a sus caballos y cabalgaron en dirección a Blackwell. El desafío se había pactado y si esto sale como lo he planeado, erradicaré a algunos del clan Borghild y mataré a Moira, Moira Khalid.

—¿Quién deja a un infante a morir? —Cuestiono el hombre del colgante.

—¿Lo mismo digo?, —Sonreí con deleite, a lo que solté— ¿dónde está él?

Una risilla tenebrosa salió naturalmente, sabía que aquí estaba ese niño débil, podía distinguirlo con facilidad; el color de su alma lo recuerdo y su aspecto también; aquel rostro, esos ojos grises y cabellos oscuros, sin duda era él, solo que ahora es un adolescente con más agilidad y musculo, además de que su sombra era diferente. Lo que no puedo entender aún es el motivo de estar en Borghild, pudiendo ocultarlo en el clan más peligroso, Nyx; Tal vez es el plan, crear dos clanes más poderosos, pensando en la posibilidad de que creyera que el chico podría estar en cualquiera de ambos y no en el clan de más bajo nivel.

—¿él? —Su rostro reflejo la incertidumbre de todos los presentes, inclusive del chico, estás personas sí que saben actuar.

—¡Se que lo tienes!, —Alce la voz mirándolo fijamente— Te daré la oportunidad de huir, si te atrapo antes de que llegues al clan Nyx, "el juego de los orbes termina".

El chico palideció, como todos los demás. Ellos saben de mi existencia, solo que no han tenido la oportunidad de mirar por completo mi faceta. Revente la esfera con ayuda de mi pie derecho y el humo empezó a esparcirse, mi piel empezó a cambiar ante sus ojos, no existía escapatoria, morirán tan rápido que ni un milagro los salvará.

Emane mi putrefacción en el humo y este empezó a propagarse sobre el suelo, llegando hasta el punto de una neblina densa, cualquiera que se vea atrapado en ella, se pudrirá aceleradamente, con un respiro que den dentro u con el más mínimo contacto del humo, los hará querer matarse sin ser consumidos por él, llegando a su momento, lo sé, porque lo vi, ni siquiera el más fuerte se resistió a morir.

—¿No es así "deidades"?, —Musite en un susurro.

Ya no tenía necesidad de tocar a alguien para poder lograr este resultado, solo tenía que esperar a que ellos mismos cayeran. El chico corrió rápido, mientras los otros trataban de atacarme y protegerlo, pero mientras lo hacían era inevitable ser tocados por esa neblina. Era tan hermosa y perfecta que ahora podía sentir porque Azaruth se empoderaba con solo tener el don de la putrefacción en su cuerpo. Esto era poder absoluto, un auténtico y único poder gobernante.

El hombre del colgante me miro con tanta furia en su mirar mientras lo veía retorciéndose en el suelo, yo me le acerqué y me senté a su lado.

—Perdona a este infante, no es personal.

El hombre trato de decirme algo, no obstante, su legua ya estaba en las últimas y eso le impedía comunicarse.

—No debiste arriesgar a tu gente de esa manera —Musite— Ahora no puedes mirarlos bien a tu alrededor, eso es bueno, porque no es para nada bonito el panorama.

La neblina se los estaba tragando; adultos, jóvenes y adolescentes en el suelo retorciéndose de un dolor indescriptible, pudriéndose a una aceleración inimaginable. Hasta que solo quedaran sus restos óseos.

Al ver que el supuesto cabecilla del grupo término por pudrirse, tome de su collar, alguna significancia me dará por ser quien lo reclamo; fui en dirección a la del chico que salió huyendo sin ser tocado por mi arma letal, dejando por completo a la neblina atrás.

—Si que eres veloz, —Sonreí expectante— pero no llegaste a Nyx, así que acabemos con esto.

Miré a los alrededores y podía sentir a lo lejos comunes divisándome, ya mi neblina se había quedado corta en esta área y no quería ya más bajas, así que alce el collar que le había quitado al cabecilla con anterioridad y me limite a observar.

— ¿Hay algún líder? O ¿es que acaso he matado ya al líder de Borghild? —Mencione, provocando su ira— Salga. Aza Beckham desea conversar con usted.

El líder salió de entre los árboles y con sigilo se fue acercando, detrás de él venían dos jóvenes de aproximadamente veinticinco años, ambos tenían cierto parecido al líder, suponiendo que eran sus hijos.

— ¿Por qué has venido a matar a mi gente sin piedad?

— ¿Por qué han decidido proteger a ese joven del orbe aquí?, si no estaban dispuestos a perder más gente de la que se estimaba. Esa es aquí la verdadera pregunta.

— ¿Cómo es que tú el hijo de una descendiente de Nature puede traicionar a su propio pueblo?

—Como usted lo ha dicho, ¿cómo yo puedo traicionar a mi gente?, Blackwell se está viendo amenazado por esos artefactos que justo mi propia gente también posee. No olvide que soy hijo de progenitores de distintos distritos y justo el distrito más fuerte se está viendo amenazado por los distritos más bajos.

—Tu madre y tu tío tienen un plan para cambiar eso, no es posible que no estés enterado de ello.

—No estoy de acuerdo, es por lo que estoy aquí. Usted pasará la voz de distrito a distrito y dirá que hoy Aza el hijo de Dasarha vino en busca del orbe que posee el distrito de las Sombras y lo seguirá buscando hasta erradicarlo.

—Eso…

—También —Interrumpí—, avisé que hoy, en la tarde, Moira Khalid será acusada de traición y despojada de su título de esposa y señora del amo de este territorio. Castigada con la muerte. ¿Le quedo claro? ¿o se lo repito?

Sus ojos irradiaron furia. Además, más personas empezaron a salir entre las sombras y árboles, todos me miraban con odio y desprecio, es verdad, no estoy en mi mejor apariencia. En cuestión de minutos volví a mi forma más común, hasta que repentinamente una daga atravesó mi hombro por la mitad.

El chico del orbe no aprovecho la oportunidad de irse más lejos, se quedó aquí y me desafiaba ante los demás. Una parte de mí no culpaba al chico por ser el portador, pero por otra, no tenía más opción que eliminarlo, estaba ahí, el hecho de tener ese artefacto dentro de él.

—¿Por qué no escapaste?

—No quiero ser un cobarde que huye sin pelear —Se acerco a unos metros de mí y continúo parloteando—, sabía que en algún momento serías una amenaza, sin embargo, nuestra pelea no es contigo, ni con la gente que dices proteger.

—¡Ja!, ¿enserio?, —Solté sarcásticamente—Hay algo que sigue molestándome, crees que la muerte de su enemigo ¿solucionara el problema?

Todos callan, nadie comenta absolutamente nada, es como si ya tuvieran la respuesta de que no solucionaran nada cuando existen más como mi padre, con la misma fuerza y una mejor magnitud de ella y la mía es la peor de todas.

Soy un Dios en estas tierras, no hay por el momento alguien que me frene, no hasta que venga uno o todos los superiores a detenerme, no obstante, sé que eso no pasara, ya que fue difícil para ellos eliminar al grandote hace años, sin embargo, no lo lograron porque interferí de algún modo, entonces ¿cómo podrán frenarme a mí?, el hijo del monstruo que pudo haber sido uno de los veinticuatro como el veinticinco en mi antes mundo y a un ente distinto e impredecible de esta tierra; infiltrado en ella como uno de ellos. No existe freno alguno, por tanto, un poco de veneno en sus cabezas no dañara a un ser humano lleno de esperanzas.

—Lo peor es que ustedes ya lo saben. —Saque la daga de mi hombro con fuerza dejando ver un poco de mi sangre derramada, una tan común y difícil de odiarla.

Todos me miraron incrédulos del color de ella, ¿era de sorprender tenerla roja y viva como ellos?, o solo querían confirmar que soy un monstruo en todo el esplendor de la palabra. Supongo que no importa el color de mi sangre a estas alturas, en cuestión de tiempo planearan matarme, pero no sin explicar antes, su desafortunada posición.

—Darha puede recuperarse, Arha no es alguien que se deje vencer y Harad puede fortalecerse, —Mire a ese chico de ojos grises con burla— Aunque hayan visto la muerte de mi padre a través de un común, aún inexistente, quedan ellos y para su desgracia estoy yo, Aza, la amenaza predicha en tus palabras ¿no es así?

—¿Cómo sabes eso?, —Cuestiono preocupado—¿Quién te advirtió su muerte y de tu existencia?

Sonreí y señalé con la daga al cielo, la cual deslizaba mis gotas de sangre y caían al suelo. Entonces de mi boca una mentira salió, ya estaba lista para ser musitada a sus oídos. No podía comentar la verdad ni mucho menos mis planes, tampoco mi proveniencia ni la información que poseo en mi mente. Solo queda alimentar su terror.

—Soy un "Destiny", por mi sangre corre la sangre de la hija del líder del clan Nature, el clan que fue poderoso alguna vez, aquel don que podía ver más allá de las vidas, esos ojos sagrados que conceden mostrarte lo necesario para ayudar, han decidido manifestarse por breves momentos…

Sus caras palidecieron, sus cuerpos temblaron y sus corazones palpitaron tan aceleradamente por el horror y el terror que llegaría a sus lamentables vidas si deseaban continuar con esta actuación en marcha.

—Hace tiempo fui destinado a decirles esto, decirles que Dasarha no es su amenaza, si no yo, el gobernante de ahora sus pesadillas, si no quieren morir tendrán que llegar conmigo a un acuerdo, un acuerdo tan bueno para dejarnos vivir en paz un tiempo más o por lo menos hasta su inexistencia total ¿ustedes deciden?