Dentro de una sala de un edificio que era resguardado por hombres de traje en la puerta principal, se encontraba Alicia, Lois y un invitado indeseado.
Para ese entonces, Lois había hablado todo lo que sabía de aquel visitante según lo que le había informado Eric antes. Alicia, quien parecía ya tener suficientes problemas, tuvo que sobrellevar lo que a continuación sucedería.
- Vamos, no me miren así … dejemos lo pasado en el pasado. - dijo Vicent junto con aquella característica sonrisa.
- …
- Les agradezco que me hayan dejado entrar, pero su actitud es como si gritaran que me largara.
- … ¿Para que has venido hasta aquí? - preguntó Alicia.
- Mnm … bueno, realmente vine con el propósito de darte algo que de seguro te gustará. - respondió Vicent.
Las dos jóvenes se preguntaban que se traía encima aquel hombre de cabellos largos plateados, pero, al ver lo que éste varón había puesto sobre la mesa, las dudas incrementaron.
- ¿Qué son esas cosas? - preguntó Lois.
- Aquí está toda la información sobre tu historial delictivo, en especial, sobre lo último que sucedió con tu pequeño amigo.
Alicia quedó pasmada por aquel micro USB que el hombre había puesto frente a ella y, a su lado, un celular con los archivos digitales de su expediente mostrados en la pantalla.
- Sé que colocar información en esta cosa es algo obsoleto ahora, pero, sin duda, es más seguro … ¡Es verdad! Aún no te explicado lo que hay en el smarthphone …
- ¿Pretendes extorsionarme con esto? - preguntó Alicia con gran seriedad.
- Por supuesto que no … ¿Acaso no te dije que te iba a gustar lo que te iba a dar? - respondió Vicent con una gran sonrisa y una mirada sincera.
- ¿Qué … quieres decir con eso?
- Pediré un rato tu atención … Frente a ti tienes todos los registros de tu vida criminal. El USB es el único dispositivo externo que registra todo tu historial y, a su lado, la pagina web del departamento de Información y Seguridad de los registros criminales de España. Como podrás ver, la pantalla muestra tu historial en particular y una opción para borrar todo su contenido.
La explicación era obvia, solo con presionar un botón, Alicia podía reiniciar su vida y contando con aquel USB podía usarlo como bien le pareciera. Sin embargo, ¿Por qué le daba esta solución aquel hombre?
- … ¿Cómo sé que es verdad lo que dices?
- Vamos, yo fui el jefe del DIS en Luesia, pero tengo algunos 'amigos' que manejan la data en la capital … hacer cosas como estas no es del todo inusual en este negocio. - respondió Vicent convincentemente.
- … ¿Qué es lo que quieres por esto?
- Directo al punto, ¿eh? … Me gustaría charlar más, pero por hoy creo que está bien … Entonces, Alicia Enid ¿Qué te parece? Todo esto será tuyo dándote la oportunidad de empezar de nuevo, pero quisiera que me hagas un favor.
Tanto Alicia como Lois estaban expectante a la exigencia de Vicent.
- Un momento, antes quisiera saber ¿Por qué ahora me ayudas?
- Ya sabes lo que dicen, tu enemigo de ayer puede ser tu aliado de hoy, ¿no es así?
Habiendo quedándose en silencio todos por unos cuantos segundos, aquel hombre siguió hablando.
- Mira, lo que te pido no es mucho … solo quiero que me hables sobre aquel amigo tuyo con el que llegaste a Luesia.
La petición desconcertó a las dos jóvenes, pero más a Alicia quien no deseaba involucrar a Aren en sus problemas.
- ¿Q-Qué has dicho?
- Cuéntame todo lo que sabes de él, no importa si no sabes mucho. Por ejemplo ¿Dónde lo conociste?
La petición no era difícil de realizar e incluso aquel varón inducía la conversación para que la joven hablará fácilmente; sin embargo, Alicia parecía reacia a hacerlo.
Vicent lo notó, pero increíblemente dio otra ayuda.
- Antes de que decidas qué hacer, como un acuerdo de buena fe, puede tomar esto contigo y borrar todo tu historial ahora mismo, además de quedarte con el USB.
La convicción de la joven dudaba; pero, a pesor de todo, tomó aquellos dispositivos.
- No necesitas estar tan desconfianza, vamos, hazlo … tengo tiempo.
Alicia hizo tal como sugirió el varón de cabellos plateados y ciertamente vio que estaban sus datos; los detalles, así como las fechas, estaba registrados.
Presionó el botón y, de forma inmediata, todos los archivos fueron borrados en aproximadamente 30 segundos. Su historial estaba vació; la expresión de aquella joven parecía llenarse de alivio.
- Entonces … es tu turno, ¿no crees? … como era que se llamaba tu amigo, ¿Allen?
- Se llama Aren. - respondió Alicia quien parecía que comenzaba a hablar sobre su antiguo compañero.
- Oh, es verdad …
- Y … no te diré nada sobre él. - afirmó Alicia de forma contundente.
La determinación de ella no había sido sacudida al final, por ende, Alicia se preparaba para una confrontación inminente, No obstante, a los segundos notó algo extraño, el hombre frente a ella seguía estando tranquilo y sonriente, como si ya hubiera previsto esta situación.
- Hahh … que mal … Bueno, me voy. - dijo Vicent en un tono infantil.
- ¿Eso es todo? ¿Te irás sin más? - preguntó la joven confrontativamente - ¡¿A qué estás jugando?!
El varón rio.
- No te equivoques, uno de mis objetivos era disculparme por lo de la vez pasada, por lo que sucedió en Luesia, espero que lo aceptes. Además, no es que pueda hacer algo.
Alicia se preguntaba de lo que hablaba, pero Lois sabía bien a lo que se refería.
- Oh, ¿no le has dicho? Estamos siendo monitoreados por las cámaras de seguridad, aunque debo decir que si las escondieron bien. ¿Crees que dejarían desprotegidas a la heredera de la familia Valdelomar y a su invitada? - explicó Vicent mientras se levantaba.
- …
- Bueno, tengo que irme … hay otros asuntos que debo atender … Cuídate, Alicia. - se despidió aquel hombre saliendo de la sala.
Sin que nadie se interpusiera en su camino, el antiguo jefe del DIS se retiró del establecimiento con total tranquilidad.
Siendo ya cerca de las tres de la tarde, dentro de una gran residencia donde su puerta principal ostentaba la letra B al igual que la puerta de rejillas en el exterior, estaba en la mesa una familia reunida quienes conversaban durante su tardío almuerzo.
Las sirvientas y los mayordomos alistaban y llevaban los platillos; sin embargo, nadie comía aún, pues parecían esperar a que viniera alguien más.
Un sentimiento de emotividad se sentía en el aire.
- En serio que esto es increíble … no creí que realmente fueras tu la de la llamada. - dijo un hombre corpulento, de cabello rubio, ojos azules y con un peinado y barba bien tratadas.
- Sí, usualmente llamadas así no son de confiar, pero que bueno que Alberto pudo confirmarlo con sus propios ojos. - dijo una mujer de cierta edad similar a la cabeza de familia.
- Bueno, conversémoslo mientras comamos, pero antes, ¿Dónde está tu amigo? - preguntó el cabeza del hogar.
Cinco minutos antes de que todos estuvieran en la mesa, en una habitación algo espaciosa, se encontraba un par de mochilas de equipaje abiertas encima de la cama de la habitación y a su lado estaba un joven de cabellos largos quien terminaba de cambiarse de ropa.
Pronto, el sonido de la puerta siendo tocada levemente y el aviso de un sirviente avisó al joven que debería pronto bajar al comedor.
El joven suspiró.
- No pensé que esto saliera tan bien. - murmuró.
Saliendo de la habitación hasta bajar por las escaleras, el joven notó a toda aquella familia quienes parecían esperarlo.
El joven pronto se sentó a la mesa y todos comenzaron a almorzar.
En el comedor estaban aquella pareja que parecían estar cerca de sus 50 años, dos jóvenes mujeres, una de cabello rubio y la otra de cabello castaño quien parecía indiferente a todo, un niño de tal vez unos 12 años y el joven varón que recién se les había unido.
- Como decía, realmente me sorprendió esa llamada, pero desde el principio pude reconocer tu voz, Emily. - comentó el hombre de edad.
- Sí, yo también tenía dudas si es que creerías que fuera yo … pero fue la única idea que se me ocurrió. - contestó Emily.
- Pero, no solo fue tu voz, también la estrategia que para que nos encontremos fue lo bastante inteligente. Aunque tenía mis dudas si enviar alguien al hotel donde estabas, cuando Alberto escuchó la grabación de la llamada, se propuso a ir.
- Sí … estoy bastante agradecida. - dijo la joven con una leve sonrisa.
Un mayordomo con una edad lo suficiente a la de su señor sonrió con alegría.
Recordando aquel día, en la mañana, una pareja de jóvenes esperaba en el lobby del hotel Mesón mientras veían los noticieros. De repente, con gran discreción, ingresó a la recepción un grupo de hombres vestidos de negro con sacos largos.
Rápidamente se pusieron a ver todo el lugar con cuidado.
- Señor, ¿está seguro de esto? Puede que sea una trampa. - dijo uno de los hombres.
- Puede que así sea, pero, si en verdad es ella, vale la pena el riesgo. - comentó un hombre de mediana edad quien parecía ser el jefe del grupo.
De repente, unos niños que estaban jugando se toparon con aquel grupo y con cierto temor se fueron rápidamente.
Las personas del lugar comenzaron a ver con extrañeza a aquellos hombres. A los segundos, uno de los recepcionistas se acercó al grupo junto con dos asistentes quienes comenzaron a interrogarlos.
- Disculpen, ¿buscan habitaciones? O ¿Han hecho alguna reserva?
- No … en realidad estamos esperando a alguien. - respondió uno de aquellos hombres quien trataba de desviar su atención.
- ¿Alguien? …
Mientras que el recepcionista con los ayudantes se hacían obstáculos en la misión de aquel grupo, el jefe de los hombres de traje seguía viendo por los alrededores, pero no veía silueta alguna de la persona que buscaba.
- ¿Será realmente una trampa? Supongo que debemos irnos rápid-…
Antes de poder terminar sus murmuraciones, aquel viejo hombre vio como un joven de largos cabellos se había levantado de uno de los asientos dejando la visión libre a una joven hermosa mujer de cabellos rubios.
Los ojos de aquel varón se abrieron de forma que se humedecieron dejando caer lágrimas en su rostro.
El resto del grupo se percataron de esto y quedaron sorprendidos de ver la reacción de su jefe.
Sin preguntar, el hombre se dirigió hacia aquella joven pareja sin atender a las advertencias del recepcionista. Al llegar a ellos, el varón le dio un gran abrazo a aquella joven rubia como si de un padre se tratare.
La mujer se sorprendió, mientras tanto el muchacho se había ido a los servicios y no se dio cuenta de esto.
Habiendo pasado unos minutos, el joven de cabellos largo y hermoso semblante salió del baño y pudo ver a un grupo de hombres extraños alrededor de Emily.
El pensamiento fue obvio.
«¿Qué? Tan rápido nos hallaron.» Aren pensó haciendo referencia a los hombres que habían secuestrado a Emily.
Sin embargo, luego de ver como la joven mujer comenzó a lagrimear, pero de felicidad al estar con ellos, ya que parecía conocerlos, el joven entendió lo que sucedía.
Aren sonrió y asintió con su cabeza.
«Bueno, ya que todo se solucionó, yo me voy.» pensó el joven mientras se retiraba sigilosamente; sin embargo, una voz lo detuvo.
- ¡Aren! ¡Es hora de irnos! - exclamó Emily.
El joven suspiró.
Una gran risa se escuchó dentro del comedor al haber recordado aquel suceso.
- ¡Realmente me hubiera gustado haber visto la cara llorona de Alberto! Sí que te pusiste muy sentimental, ¿eh? - exclamaba el jefe de la familia con gran contentamiento.
El mayordomo que se encontraba en el comedor tosió un poco por la vergüenza.
- Vamos, querido. No tienes derecho de decir eso … ¿acaso no recuerdas que casi te pusiste a llorar cuando llegaron? - dijo su esposa.
Las mejillas un poco sonrojadas de aquel hombre hicieron que se calmara después de aquel comentario.
- Oye, Gladis. No tienes porqué decirlo así. - comentó el hombre con cierta vergüenza.
Mientras que Emily y la pareja de esposos seguían conversando, Aren quien estaba comiendo pudo sentir algo extraño. Las miradas de los dos hijos de aquella pareja estaban puestas sobre él.
«¿Uno no puede comer tranquilo? Por otro lado, ¿hasta cuándo me quedaré aquí?» pensó el joven.
- Papa, creo que deberíamos preguntar quién es el novio que trajo Emi. - dijo el niño inocentemente.
- ¿N-Novio? - dijo Gladis preocupadamente.
La hija mayor miró de reojo nuevamente a aquel joven de hermoso aspecto con cierto interés.
- Te equivocas, John. Él no es mi novio … él es …
Como si recién se hubiera puesto a reflexionar aquella joven, las respuestas que venían a su mente llegaban a un punto muerto.
«¿Q-Quién … es él? ¿Por qué ahora pienso eso? … ¿Por qué me salvó? ¿Cómo lo hizo? ¿Por qué le pedí que me acompañara todo este tiempo?» Esas y más preguntas que aún no se las había llegado a cuestionar inundaban la mente de Emily.
- ¡John ¿De dónde aprendiste eso?! - exclamó la madre.
- De la escuela. - respondió el pequeño.
Mientras que estos hablaban, el tío de Emily le preguntó si estaba bien, pues parecía algo aturdida.
- ¿Eh? Sí … no es nada … Él es solo un amigo que conocí hace un tiempo y me ha ayudado bastante hasta el día de hoy. A la verdad, estoy en deuda con él.
- Ya veo … bueno, si es amigo tuyo, entonces es más que bienvenido a nuestra casa. - dijo el hombre que trataba de amenizar la conversación.
A todo esto, la hija mayor quedó en silencio en todo momento como si estuviera siempre atenta analizando la situación desde que Aren se sentó a la mesa con ellos.
«Desapareció por más de cinco meses, de repente aparece nuevamente … trayendo consigo un extraño hombre … pero sobre todo, parece que nada bueno le sucedió … está temblando, aunque trate de esconderlo … esto se pone interesante … » pensó la hija mayor de aquella casa.
«Parece que Melissa también se ha percatado … qué es lo que le habrá ocurrido a Emily … por el momento no preguntaré lo que le sucedió, pero parece que ha sufrido mucho … además, ¿Quién es este joven?» pensaba el varón de la casa mientras recordaba cuando Emily le presentó a Aren al momento de su reencuentro.
La apariencia de Aren era, en ese entonces, mostraba a un joven atractivo, pero que daba una vibra como de elegancia lo que podría llevar a pensar en que aquel joven era de alguna familia de alto estatus. Pero nunca habían escuchado o visto a una persona como él hasta el día de hoy.
Incluso hasta el momento, los mayordomos y sirvientas quedaban cautivados y extrañados de la apariencia de aquel joven.
«Hahh … siento que me están mirando feo … ni siquiera yo quiero estar aquí» pensó el joven.