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Chapter 16 - Un Caso Inconcluso

La tarde se establecía sobre el cielo, aunque la ciudad fuese remodelada, aún quedaban varios lugares antiguos y poco concurridos en Luesia. Justamente, pasando un rio, estaba un puente que conectaba el lugar. No había nadie, más aún no había edificaciones, todo era rodeado de vegetación. Sin embargo, el puente parecía estar en óptimas condiciones como para que transiten los vehículos sin problema.

Aunque pareciera que el lugar estuviera desolado, el sonido de choques repentinos dejó en claro que había personas presentes. Se podían escuchar varios pasos sobre aquel puente y, después de eso, un gritó de un hombre que parecía arremeter contra algo o alguien.

- Así que … Tú eres el que nos causó tantos problemas, ¿eh? - se escuchó la voz de un hombre quien tenía un saco largo de color negro.

- Tú … eres uno de ellos, ¿verdad? - respondió con cierto cansancio un joven de pelo gris quien sostenía una especie de lanza antigua hecha de metal.

El viento soplaba en aquel puente dejando ver como aquel joven de cabello gris parecía estar herido.

- ¿Cómo pudiste encontrarme? - preguntó desconcertado.

El varón de saco y cabello negro sacó su teléfono mostrando como una especie de mapa.

- Calle Las Cordiales, ¿era así? - respondió.

El joven de la lanza quedó pasmada al decir aquella ubicación.

- ¡¿Cómo sabes eso?!

- No fue nada difícil la verdad; si fueras un poco más precavido, te habrías dado cuenta del rastreador que se te puso hace un tiempo. - respondió el joven de negro con un tono algo altanero y seguro.

Mientras que este observaba la condición de aquel joven de la lanza, pudo notar que estaba herido y exhausto. Además, también observó que llevaba una maleta pequeña en su espalada que parecía que de su interior goteaba.

- ¿Cuándo … ? - preguntó algo el joven con cierta perturbación.

- Déjame iluminarte. Fue en el momento cuando fuiste atacado por uno de nosotros.

El joven de pelo gris recordó la vez en que aquel hombre de vestimenta japonesa había lanzado el Pbook como una finta para que él se descuidara; sin embargo, entendió que hubo un momento en que al ser golpeado por la espalda de aquel guardaespalda tuvo la oportunidad de colocar el dispositivo rastreador.

- Ya veo … pero ¿no crees que tuviste que mantener eso en secreto? - preguntó el joven con una sonrisa provocadora.

El joven de saco negro suspiró.

- No, para nada. Después de todo … hoy morirás.

El joven de la lanza no lo vio venir, pero aquel enemigo desapareció de su vista apareciendo detrás de él. Al poder darse cuenta, volteó rápidamente para esquivar cualquier ataque.

La mano desnuda del joven de negro tomó la cabeza del muchacho de la lanza para tumbarlo al suelo; no obstante, pudo notar como la afilada lanza se dirigía hacia el con gran velocidad.

Desafortunadamente para él tuvo que soltarlo para retroceder, pero no solo de eso se tenía que preocupar.

«¡¿Qué es eso?!»

Al retroceder cerca de medio metro, pudo ver que aquel joven de cabello gris con ojeras lanzó algo que tenía dentro de su mochila.

El joven de negro pensó que era alguna especie de bomba o algo parecido; sin embargo, era algo peor cuando eso cayó al piso.

«Eso es … ¿una cabeza?»

Sí, la cabeza cercenada de un hombre que parecía tener el cabello medianamente largo era lo que rodaba por el piso.

- No deberías quitarle la vista encima a tu enemigo. - fue lo que escuchó el varón de negro detrás de él.

- ¡Maldición!

Gotas de sangre caían al piso después de aquel breve intercambio de golpes. El brazo izquierdo del varón de saco largo tenía un corte de casi unos veinte centímetros.

Era casi obvio reconocer que el tipo de la lanza era alguien experimentado en combate, pero algunos que estaban ocultos viendo la batalla quedaron perplejos por la velocidad y ataques de aquel par.

- Entonces … ¿Dejarán de meterse en mi camino? - preguntó el joven de pelo gris confiadamente.

- ¿De qué hablas? … esto recién está comenzando. - contestó el hombre de negro con un gesto de superioridad.

Detrás de ello, había un joven más quien estaba viendo el desarrollo de la pelea que se daba en aquel puente en silencio.

«Wow … sí … creo que servirán.» pensó aquel joven de cabello semi ondulados que vestía una chaqueta blanca.

- ¡Que así sea entonces!

Los dos jóvenes volvieron a posicionarse para pelear; sin embargo, fueron detenidos.

- Bien, eso es suficiente. - fue lo que ambos varones escucharon de uno de los extremos del puente.

Un grupo de hombre vestidos de traje negro con gafas oscuras aparecieron y, en medio de ellos, un joven de más de 23 años quien mantenía una sonrisa amable.

- Lorenz … ¿Qué haces aquí? - preguntó algo consternado el joven de saco negro.

- Hola Eric … me da gusto ver que tienes compañía.

El muchacho quien al ver su rostro tenía algunas cicatrices de heridas en su mejilla quedó sorprendido de ver al hombre quien había llegado recién.

«¡Esto no es bueno! ¡Debo de irme ahora mismo!»

Sin embargo, las heridas y el cansancio que no dejaba de incrementar le cobraron factura.

Aquel joven de pelo gris comenzó a desmayarse hasta quedar inconsciente en pocos segundos.

Era una habitación lo suficientemente grande y amoblada donde se encontraba la alcaldesa Victoria reunida con su asistente Lorenz y un par más.

- Bueno, mientras esperamos que despierte, hay que avanzar con el asunto. - comentó Victoria.

Tomando una Tablet puesta en la mesa de estar, la alcaldesa de Luesia comenzó a dar una especie de informe.

- Como sabrán, en estos días no se han registrado sucesos de secuestros o asesinatos … con la desaparición de Vicent y el arresto de este tipo, refiriéndose al joven de cabello gris, puede que pronto todo volverá a la calma … por otro lado, no hemos podido encontrar las verdaderas identidades de los dos cuerpos de las mujeres encontradas muertas, no hay registros sobre ellas en el pasado tampoco … es como si nunca hubieran estado en esta ciudad.

- Y para eso lo necesitan a él, ¿verdad? - comentó Eric algo molesto.

- Exactamente.

- Entiendo eso, pero ¿Por qué yo estoy aquí?

- Eric, sabes bien, que eres el único ejecutivo del grupo Valdelomar en la ciudad … Al parecer tu jefa tuvo que irse de inmediato por asuntos 'urgentes' ¿no es así? - comentó Lorenz.

Las miradas de estos dos jóvenes eran desafiantes.

- Sí, es como dices.

- Entiendes que la alcaldía y el grupo Valdelomar tenían un acuerdo, pero como su representante se ha retirado por el momento, solo quedas tú como responsable. - agregó Victoria.

Eric suspiró.

- Siguiendo entonces … debemos confirmar todas nuestras sospechas y pistas, sobre todo acerca del contenido del Pbook, pera eso le pediremos a este muchacho que nos diga todo lo que sabe 'amablemente'; para ello, necesitaré de tus servicios si es que nuestro 'invitado' se pone algo terco. - indicó Victoria.

- Después de todo, tienes la capacidad de hacerlo, ¿no es así, Eric? - habló Lorenz.

- ¿Acaso no vieron la pelea? Se podría decir que estamos igualados en fuerza.

- Deja de bromear, Eric … sé bien que estabas jugando con él desde el principio. - afirmó Lorenz.

Eric sonrió levemente.

- Creemos que existe una relación entre los dos cadáveres de la mujeres con este tipo … puede que en conjunto sean los secuestradores o parte de ellos. - dijo Lorenz.

- ¿Parte de ellos?

- Sí … tanto el mapa que encontraron como un texto de este libro hacen referencia a algo llamado Le Front.

Eric reconoció el termino, pues, antes de que su grupo partiera, habían investigado en la Deep web sobre aquel nombre.

- No sabemos si es un grupo clandestino o una organización terrorista organizada … por eso quisiéramos preguntarte si es que sabes algo de esto. - preguntó Victoria.

Eric pensó por un instante que se referían a él hasta que vio un mueble cerca de él y entendió a quien se referían.

- ¿Por qué … debería decirles eso? - preguntó algo convaleciente el joven misterioso quien se encontraba echado en el mueble y vendado sus heridas.

- ¿No crees que es un pago justo por tratar tus heridas? - comentó Lorenz.

- … Si creen que yo soy el culpable, entonces están equivocados.

- No hemos te hemos enjaulado aún, así que queremos ver como te defiendes. Y qué mejor forma que ayudarnos, ¿no crees? - argumentó Lorenz.

El joven se levantó lentamente hasta sentarse en aquel mueble sin decir nada aún, después quedó en silencio como si estuviera pensando en sus probabilidades.

- Sí les soy de ayuda … ¿prometen liberarme sin cargo alguno?

- Si demuestras que no eres uno de los culpables, tal como dijiste esa noche en el malecón, entonces te dejaremos en libertad sin dañar tu imagen. - declaró Victoria.

- … … Está bien. - contestó el joven resignado - Primero que nada, me llamo Alexander Lein y … yo fui contratado por quienes ustedes conocen como Vicent Veramente para encontrar a quienes fueron los responsables de estos crímenes hace más de ocho meses.

 Realmente era sorpréndete saber lo que en tan pocas palabras había descubierto aquel joven llamado Alexander.

- ¿Contratado? ¿Por ocho meses?

- Sí … ya que realmente estos sucesos no empezaron en Luesia … tan solo este es un punto más donde ellos operan.

- ¿Ellos?

Ciertamente el misterio rodeaba a aquel joven cada vez que hablaba más.

- Sí, lo que ustedes conocen sobre Le Front es insignificante … aunque tampoco no es que yo lo sepa todo.

- Entonces ¿Qué cosa es Le Front? - preguntó Victoria con intriga.

- Es …

Antes de poder responder, el sonido de vidrio quebrado sonó alrededor de la habitación dejando ingresar una especie de esfera con varias partes superpuestas.

Inmediatamente un par de hombres de la alcaldía ingresaron para ver qué era lo que pasaba; sin embargo, ingresaron muy tarde.

Aquel dispositivo soltó un gas de las aberturas en su superficie, pero lo más preocupante era aquel pitido que sonaba constantemente acelerándose en cada segundo.

- ¡Eso es! - exclamó Lorenz.

Desde las afueras de la casa propia de Victoria los transeúntes solo pudieron observar una repentina explosión que destruyó la primera planta quedándose viendo varios objetos quemados saliendo del lugar.

Pasaron casi dos horas y el sonido de alarmas de ambulancias y policías se encontraban en aquella destruida casa siendo rodeados por los vecinos y toda persona que se encontraba pasando por el lugar.

Los oficiales comenzaron a realizar los respectivos análisis del área con equipo de seguridad, pues se habían encontrado con una espesa niebla que en realidad determinaron que era un gas somnífero.

Mientras tanto un equipo de bomberos comenzó a sacar a todos los que estaban dentro de la casa rápidamente; por otro lado, uno de los oficiales se acercó a dar un reporte oral al jefe de policía.

- No hemos encontrado rastros de la alcaldesa ni de su gente … no estaban tampoco entre los heridos.

- ¡¿Cómo es posible?! ¡¿Buscaron bien?!

- Sí, señor … solo vimos, a través de las cámaras de seguridad, momentos antes, la aparición de un niño quien lanzó posiblemente la bomba … pero no hay ningún rastro del infante ni de la salida de la alcaldesa.

El jefe de policía del área parecía bastante preocupado y solo ordenó tratar a los heridos mientras seguían buscando el paradero de la alcaldesa.

Alejado del bullicio, en una especie de resto bar con un pequeño patio exterior ubicado a una cuadra y media del lugar de los hechos, se encontraba una mujer joven de pelo negro, largo con coletas que vestía un abrigo rojo y ropa similar a un escolar quien veía aquel lugar rodeado de un tumulto de gente mientras estaba en una llamada telefónica.

- ¡¿De verdad lo hizo?! ¡¿Le dije que yo daría la señal?! - se quejaba aquella mujer que portaba lentes oscuros en voz baja.

Ahora está la policía involucrada y aún no sabemos si se cumplió la misión.

Del otro lado de la llamada se escuchaba la voz gruesa de un hombre.

- Lirio, hemos enviado a un segundo grupo a 'limpiar' la escena … tú tan solo encárgate de ver si ves rastros del objetivo aún con vida.

Mientras hablaba por teléfono, un mesero trajo un platillo con una bebida a la mesa donde estaba sentada la joven y luego pasó a retirarse.

Está bien, pero no me haré responsable de lo que hizo ese mocoso … ¿Cómo pensaron en traerlo sin supervisión?

- Tú eres la que supervisa. - contestó la voz en el teléfono.

- Se requiere todo un equipo para que puedan vigilarlo … ni siquiera sé dónde está ahora.

- Eso no importa … lo prioridad es el objetivo … comunícame si vez algo, ¿entendido?

- Sí sí …

La llamada terminó dejando a aquella joven llamada Lirio con un gran cansancio mental.

La mujer comenzó a comer mientras escuchaba los comentarios de los demás comensales de aquel resto bar.

- Oye … primero los secuestros y luego esto.

- Aunque no ha habido más crímenes desde hace más de tres semanas.

- ¿Crees que sean otro grupo criminal?

- No lo sé … pero no ha habido crímenes por esta zona … todo el lugar tiene seguridad, ¿no es así?

- A la verdad, ya no queda lugar seguro en esta ciudad.

La joven sonrió al escuchar todo esto.

Nuevamente una llamada fue recibida en el teléfono de Lirio, el nombre del contacto decía 'Jefe'.

¿Pasó algo? - contestó la mujer.

Hemos encontrado el paradero de Mort; cuando el segundo equipo llegue, ve a buscarlo … te pasaré las coordenadas. - era la misma voz gruesa anterior la que daba las indicaciones.

- Deberían ponerle una correa a ese mocoso … bueno como sea, iré después de cenar. - respondió la mujer deliberadamente.

No te demores … ah … una cosa más … escucha bien, Lirio … en caso de que uno de los objetivos secundarios esté vivo, ten en consideración no ser descubierta por ellos … en especial por aquel tipo llamado Eric Masías ¿entendido?

Antes de poder responder, el teléfono de la joven fue tomado por alguien detrás de ella.

- ¡Oye! ¡¿Qué te pasa?! - exclamó Lirio enojadamente mientras volteaba.

Sin embargo, al ver quien estaba frente suyo quedó pasmada.

- ¿Lirio? ¿Qué sucede? - decía la voz al otro lado de la llamada.

- Por el momento, ella estará ocupada, pero puede dejar su mensaje en la casilla de voz. Dentro de unos minutos, se le devolverá la llamada … si es que sigue viva.

El sonido de la llamada finalizada era lo que se oía, mientras que una persona con saco negro algo sucio guardó aquel celular de la joven mujer en uno de sus bolsillos.

- ¿D-Desea … sentarse conmigo? - ofreció la mujer con un tono bastante amedrentado.

- Será un placer. - contestó Eric desafiantemente.

- Sé gentil conmigo, por favor. - habló Lirio temerosa.