Adentrándose más aún por aquel amplio pasadizo rocoso, un grupo de jóvenes parecía estar algo exhausto de tanto caminar. Afortunadamente ya no se escuchaban gritos ni el sonido de alguien persiguiéndolos, parecían estar solos en aquel lugar desconocido.
- Hahh … hahh … ¿Q-Qué hacemos ahora? - preguntó Daniel.
- Por ahora ocultémonos de ellos … además, cuando se enteren de lo que le sucedió a Marcus, pueden que nos culpen. - afirmó Liam.
- ¿Qué hay de lo que decía ese papel que encontramos? ¿Si nos adentramos más, volveremos a encontrar esa niebla? - preguntó Glen.
El grupo quedó en silencio pensando en qué hacer.
- Por el momento, avancemos lentamente, estemos atento si vemos algo o alguien … Por otro lado, al ver el cuerpo de Marcus, me pareció que la apuñalada fue reciente. - comentó, Aren.
- ¿Cómo sabes eso? - preguntó Daniel.
- Si vieron su cuerpo, solo había un par de moscas a su alrededor; eso indica que no pasó mucho desde que lo asesinaron … caso contrario, estaría lleno de insectos.
Esto dejó pensando al resto quienes, ciertamente, se dieron cuenta que toda la zona era hábitat de insectos voladores y terrestres lo cual apoyaban la hipótesis del joven.
- Por último, de ser verdad, debemos tener cuidado de aquellos 'pasajeros' que dijo Marcus … probablemente ellos lo asesinaron. - comentó Aren - Por eso mismo, no debemos regresar.
- Pero, no podremos sobrevivir por mucho más … no tenemos alimentos y ni siquiera sabremos si vendrá algún tipo de rescate en las próximas horas. - argumentó Liam.
Con aquellas cuestiones, el grupo decidió adentrarse un poco más lo suficiente como para poder regresar rápidamente al percibir sonidos de motores o algo que indicara la llegada de un equipo de rescate.
Sin tener qué comer ni beber, aquellos jóvenes se quedaron a acampar en medio del frio de la noche durante todo el tercer día que había pasado desde el accidente.
Durante el transcurso de aquel día, el sonido de peleas y grito de niños comenzaba a llenar los alrededores del destruido tren. Los hombres quienes se habían ido en búsqueda de alimentos el día anterior se enteraron de que las mujeres y ancianos habían robado raciones de comida.
Las discusiones no se hicieron esperar y más aún cuando encontraron a aquel grupo que gestionaba el lugar junto con Marcus ocultando otra ración de víveres que estos habían robado de algunas mujeres que estaban tiradas muertas debajo del tren.
Esto hizo enervar a todo el resto de pasajeros quienes no dudaron en golpearlos y apedrearlos hasta que muriesen.
Después de esto, tomaron sus cuerpos y los llevaron juntamente con el resto de fallecidos en aquellos días quienes todos estaban siendo puestos al extremo posterior del tren, lado contrario a donde Aren y los demás habían huido.
Algunos de los sobrevivientes se juntaron y comenzaron a marchar en dirección a la cabina de Marcus, teniendo en mente exigir los resultados del equipo de hombres que enviaron en busca de ayuda.
- ¡Ya nos fue difícil ayudarlos a que escalaran hasta la superficie para que al final sea todo en vano! - exclamaban entre los hombres de aquel grupo.
Y era cierto, pues hicieron grandes esfuerzos para ayudar a aquel grupo a salir del cañón para que empezaran su travesía hasta la estación de Rivas.
Todos aquellos ingresaron al vagón donde estaba la cabina de Marcus; todos enfurecidos, pero unánimes en el pensamiento, abrieron la entrada a la cabina dándose cuenta, desalentadoramente, de un cadáver sentado al fondo rodeado de algunas moscas y otros insectos que se alimentaban de él.
- ¡Maldición! - gritaron algunos de los presentes.
Otros quedaron atónitos, pero todos llegaron a desesperarse aún más por aquel suceso.
Al salir del tren, los hombres que aún seguían peleando entre sí y las mujeres y ancianos quienes trataban de ocultarse pudieron ver a aquel grupo de hombres con un semblante decaído.
Todos se preguntaban la razón, ¿En donde se había ido su resolución de antes? Hasta que los rumores se esparcieron de lo que había sucedido con Marcus.
El lugar se calmó o mejor dicho se unieron en desesperación y tristeza, pues todos quedaron con la idea de que nadie vendría a salvarlos.
Inesperadamente, nadie pregunto quien o quienes habían asesinado a quien era su líder, nadie decía nada solamente se hundían en dolor.
- Parece que ya se dieron cuenta, ¿eh? - habló un hombre de traje negro quien estaba acompañado de uno con traje blanco.
Sí, eran los mismos quienes se habían apartado del resto de la gente observando todo desde las sombras.
- Bueno, tarde o temprano tendría que pasar; ahora solo debemos esperar a que ellos también mueran de inanición o de hipotermia pronto … Por otro lado, parece que un grupo de jóvenes huyeron del lugar hace poco. - comentó aquel sujeto que acompañaba al varón de negro.
- ¿Cuántos eran?
- Unos cuatro, creo. - respondió aquel hombre con una sonrisa imperturbable en su rostro.
El hombre de traje negro se quedó pensando mientras tranquilamente bebía agua de una botella.
- Si son jóvenes, puede que nos sirvan … dile a Renato que los siga también … pero su prioridad será encontrar el paradero de Vil. - ordenó aquel hombre.
- Entendido.
Aquel hombre de cabello liso quien vestía el terno blanco, sacó un celular de uno de sus bolsillos preparado para realizar una llamada.
«Las cosas se han demorado un poco más de lo pensado … si no fuese por Marcus, todo ya estaría terminado … pero ya no importa, lo único que me molesta es la desaparición de Vil … ¿Qué habrá sucedido?» pensaba aquel varón de negro.
El hombre de blanco, quien había terminado rápidamente de comunicarse por el teléfono, sonrió.
«Bien … con esto me aseguraré una posición dentro de … ¡!»
Aquellos pensamientos de quien parecía ser el líder fueron perturbados.
- ¿Q-Qué significa esto, Gajel? - habló sorprendido mientras escupió al momento sangre.
- Bueno … tus servicios ya no son necesarios. - respondió el hombre de blanco quien era referido como Gajel con su imperturbable sonrisa.
- ¿Q-Qué quieres … decir? - preguntó el varón de negro mientras que una navaja lo suficiente mente larga para atravesar la zona del estómago se hundía más en él.
- Oh vamos … no tienes porqué saberlo … no es algo personal, ¿sabes?
- ¿Fue Krat? - preguntaba aquel moribundo hombre.
- Nop. - como si se tratara de un juego para Gajel, hablaba infantilmente.
- Entonces … ¿Quién …?
Antes de poder terminar de hablar, otra navaja se encontró clavada en la cabeza de aquel hombre de negro, pero ¿Cómo era la fuerza ejercida para poder realizar esta terrible hazaña? ¿Acaso era la fuerza de un humano lo que podía hacer algo así?
El cuerpo de aquel desconocido hombre cayó al suelo ensangrentado. Mientras tanto, el varón de blando, Gajel, sacó un pañuelo para limpiarse la sangre que lo había salpicado dejando, luego, caer aquel pañuelo sobre el cuerpo apuñalado.
- Bueno … ahora sí podré divertirme … creo que tuve que hacer esto desde hace mucho. - decía con un tono algo cansado mientras se volteaba a caminar y se estiraba aquel hombre.
«Ahora bien … ya que no está ese tipo llamado Marcus ni Robert, puedo encargarme de mis asuntos … ¡!» pensaba Gajel cuando repentinamente presintió algo a sus espaldas.
Inmediatamente volteó a ver el cuerpo de quien en vida fue llamado Robert; sin embargo, este no se movía. La muerte fue instantánea.
«No … él ya está muerto … pero ¿de dónde vino esa presión?» pensó con una mirada seria, sin sonrisa alguna mientras que veía por la ventana aquel hombre de blanco en dirección hacia donde parecía manifestarse una extraña niebla.
Pasó aquel día, siendo nuevamente de mañana, el grupo de jóvenes se despertó con cierta hambre y sed; sin embargo, su determinación por sobrevivir seguía inamovible.
Al darse cuenta que no venía ninguna ayuda, pues no notaron la presencia de alarmas de buses de ambulancia o algo similar, entendieron que posiblemente, el grupo que salió en busca de ayuda, había fracasado.
- Ahora ¿Qué hacemos? - preguntó Glen.
- Se suponía que ese grupo debería ya de haber llegado a Rivas … ¿acaso tuvieron algún obstáculo en el camino? - meditaba Daniel.
- No sabría decirlo … puede que haya animales salvajes en la superficie … aunque no hayamos encontrado ninguno. - comentó Liam.
Mientras traban de entender la situación de aquel grupo, Aren se levantó observando el extremo lejano de donde ellos estaban.
- ¿? ¿Qué sucede, Aren? - preguntó Glen.
- Se … está acercando … - respondió con seriedad.
Todos los presentes notaron que pequeños rastros de niebla estaba en medio de ellos; no era muy denso, pero, al ver en la dirección de Aren, pudieron notar que ciertamente la niebla se estaba acercando.
- Bien … debemos decidir ahora … ¿volvemos con los demás o seguimos adentrándonos en esta zona? - propuso Glen seriamente.
Los presentes estaban pensando detenidamente en lo que sería su mejor opción; sin embargo, escucharon el sonido de una pisada proviniendo desde el campamento de los sobrevivientes.
- ¡¿Lo escucharon?! - murmuró Liam.
- Sí … ¿acaso nos siguieron? - preguntó Daniel preocupadamente.
- Si es así … debemos irnos ahora … - respondió Glen.
Los jóvenes se miraron entre sí, y al escuchar nuevamente otra pisada, no dudaron y se adentraron apresuradamente donde estaba la niebla.
Mientras estos escapaban, una sombra se posicionaba detrás de ellos viéndolos huir.
Aquel grupo había trotado rápidamente hasta llegar a una especie de pasaje que cada vez era más angosto como si se tratare de un cuello de botella.
El sentimiento de ser arrinconados comenzó a surgir en alguno de ellos añadiendo el hambre y sed que sentían. Sin embargo, no se detuvieron.
Poco a poco pudieron notar algo de vegetación a sus alrededores, lamentablemente no fue nada del agrado para ellos, pues solo eran espinas que surgieron al lado de las rocas.
El lugar era inexplorado para ellos y no sabían lo que podía haber dentro, pero no tenían más opción.
Estando caminando por cerca de media hora, los jóvenes se sintieron agobiados. Parecía que sus sentidos se apagaban lentamente.
- ¿Hasta dónde iremos? Descansemos un poco … - preguntó Glen.
Esto no lo decía por si mismo, sino que, al ver la condición de Liam, este era el que más sufría por las secuelas de su anterior accidente.
El resto asintió y trataron de apoyarse en los muros de piedra; pero, fue algo instantáneo, la visión que tuvo Liam; la imagen de él siendo cortado en dos. La sensación de peligro se esparció sobre todo los presentes quienes no entendían lo que sucedía.
El único que reaccionó a todo esto fue Glen quien agarró del brazo de Liam con rapidez tumbándolo hacia atrás y, teniendo una larga espina en forma de espada que la había tomado del lugar, realizó como una especie de ataque frente suyo.
- ¡Atrás! - exclamó Glen.
Daniel tomo el cuerpo de Liam quien estaba apunto de tropezarse.
En medio del lugar, solo Aren pudo notar que el movimiento de Glen no era un ataque, sino una defensa.
La silueta de una persona de casi la misma estatura de Glen se mostraba quien tenía una especie de espada de madera.
Una breve serie de choque de espadas comenzó.
La habilidad de atacar y evadir de ambas personas era sorpréndete, como si ambos fueran diestros en este arte. Sin embargo, fue más evidente que Glen iba superando con gran destreza a su rival haciéndolo retroceder hasta que en un movimiento puso la punta afilada de la espina frente al cuello de su enemigo sin que este pudiera contratacar.
- Hahh … hahh … ¡¿Tú … quién eres?! - exclamó Glen agotado.
Dejando caer su espada de madera al piso que en realidad era solo un palo destrozado con forma similar, el contrincante se rindió.
- Vamos … no era en serio … - respondió la voz de aquel sujeto algo vacilante.
Al verlo detenidamente, el primero en reconocerlo fue Liam.
- Tú eres … Renato …
El resto se sorprendieron al escuchar el nombre, pues recordaron al tipo quien había compartido habitación con Liam.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó Liam seriamente.
Poniendo sus manos en alto como señal de rendición, aquel joven hablo.
- Déjenme explicarlo, pero primero podrías bajar eso.
Glen dudó de sus palabras y tan solo retrocedió un poco.
- Será mejor que nos des buenas razones de tus acciones. - comentó Glen.
Habían pasado unos segundos y la escena era algo confusa, pues como un solo hombre trataría de acabar con cuatro.
Fue entonces que Renato se tiró sentado en el suelo como otra señal de que no deseaba pelear más.
- Miren … solo estaba buscando a un amigo.
Nadie del grupo creyó lo que dijo.
- Explícate … - dijo Glen.
Renato sonrió levemente.
- Bueno … ya saben del grupo de exploración que desapareció hace un par de días, ¿verdad? … uno de ellos era amigo mío, y mi grupo y yo estuvimos buscándolo.
- ¿Tu grupo? - preguntó Daniel.
- Sí … ellos ahora están con ciertos problemas y solo yo fui mandado a buscarlo.
Nadie seguía sin creer en lo que decía.
- Entiendo … - comentó Liam mientras entrecerraba sus ojos como si comprendiera algo - … ahora dinos realmente por qué estás aquí.
Renato pudo sentir como si aquel muchacho con un parche en su ojo izquierdo podía ver a través de sus intenciones, lo que hizo que su falsa sonrisa se desvaneciera.
- Está bien … solo los estaba siguiendo cuando vi que escaparon de la multitud de antes … tenía dudas de lo que harían luego de ver a Marcus.
Todos quedaron algo incrédulos de la confesión.
- ¿Tu sabes sobre eso? - preguntó Daniel.
- Claro … yo los vi cuando ingresaron a ver a Marcus ayer … y ahora como todos sabemos que está muerto, pues ustedes sería los principales sospechosos, ¿no creen?
Todos quedaron consternados por lo que sabía aquel joven.
- ¿El resto nos esta buscando también? - preguntó Aren.
- … No … en realidad nadie está buscando quien o quienes hayan asesinado a Marcus … después de todo ellos también asesinaron a lo médicos, técnicos quienes habían ayudado antes … aunque por justas razones …
- ¿Los doctores y técnicos? - preguntó Glen extrañado.
Todos comenzaron a creer en lo que decía el joven después de haber escuchado lo que pasó el día anterior cuando los descubrieron.
- Ya veo. - comentó Liam.
- Bueno ¿Qué harán ahora? - preguntó Renato.
Como si el grupo hubiera olvidado brevemente la razón del ataque de aquel joven, comenzaron a pensar cual sería su siguiente paso.
Sin embargo, el sonido como de tallos crujiendo se escuchó alrededor de ellos.
- ¡¿Ahora qué es?! - exclamó Glen.
Todos comenzaron a ver a sus alrededores buscando qué o quién hizo aquel sonido, pero no podían ver por aquella espesa niebla.
Los cuatro jóvenes miraron por un breve momento a Renato recordando lo escrito por Marcus acerca de algunos 'pasajeros' que estaban infiltrados, mas este comentó que no era culpa de él, entonces fue que se acordaron de haber sido atacados por aquel joven.
- ¡¿Es verdad?! ¡¿Por qué nos atacaste?! … ¡¿Acaso no han venido ahora tus 'amigos' para matarnos?! - exclamó Glen enojadamente.
- No, de verdad … nadie más vino conmigo.
La desconfianza volvió a aparecer.
Entonces, rápidamente, Glen tomó a Renato desprevenido como si se tratase de un rehén.
- Si realmente son tus amigos … no creo que te quieran ver morir, ¿verdad? - comentó Glen como si estuviera determinado a hacer lo necesario para sobrevivir.
- No creo que ellos … se preocupen tanto por mí.
- ¿Qué?
Antes de poder seguir hablando, se escuchó el sonido de pisadas acercándose hacia ellos; todos los jóvenes voltearon a la dirección donde estaba el campamento pensando que aparecerían por allí, hasta que, la siguiente pisada se escuchó detrás de ellos.
Todos quedaron confusos pensando cuando los rodearon como para estar detrás de ellos.
Los cinco jóvenes voltearon de inmediato para preparase por el inminente ataque. No obstante, no fue lo que creyeron aquella vista que estaba frente a ellos.
Sí, ninguno de sus pensamientos pudo predecir lo que venía hacia ellos; fue entonces que Aren se acordó de las últimas palabras escritas por Marcus.
Cuidado con la niebla.
Todos fueron testigos de la presencia de un ser grotesco, difícil de describir, pues nunca hubieron visto algo similar antes. Su forma era humanoide, pero en vez de piel parecía estar llenos de articulaciones que en algunas partes dejaba solo ver parte de huesos.
Parecía de unos dos metros de altura con extremidades largas, sobre todo su extremidad superior izquierda que parecía tener gran musculatura y en la parte del hombro estaba lleno de úlceras y tumores.
En la parte donde debía estar el rostro, parecía estar una especie de remolino de articulaciones siendo algo ocultadas por una especie de cáscara exterior.
Sin embargo, lo preocupante era lo que sostenía su extremidad superior derecha.
- Saben … no les mentía cuando dije que venía a buscar a alguien. - comentó Renato conmocionado al igual que el resto mientras veía aquel monstro.
- ¿Qué … quieres … decir? - preguntó Glen quien estaba perturbado.
- Bueno … ahora ya sé dónde o mejor dicho … lo que le pasó a Vil … - respondió Renato.
La cabeza decapitada de un hombre de cabellos rubios se podía ver siendo sostenida por aquella criatura que salía de la niebla.