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Chapter 41 - CAPÍTULO 41: GRABACIONES.

Stefania.

 

Como me lo imaginé, Christofer no vino a trabajar en todo el día después de semejante fin de semana y aunque estuve algo ansiosa la gran parte de la mañana, logro calmarme cuando Max me llama a darme un pequeño informe sobre lo sucedido con la denuncia hacia Virginia y más cuando me dice que él está en su casa con su familia sano y salvo.

 

Sigo trabajando con total normalidad, cuando ya en las horas de la tarde, Max llega a mi oficina.

 

- Hola Max, cómo les terminó de ir?. - Pregunto al verlo en la puerta.

 

- Bien, hoy se ha dado un paso importante contra los Hazzard y más contra Virginia. - Me responde muy serio.

 

- Pasa algo?. - Le pregunto al levantar mi mirada para observarlo.

 

- Si, y necesito que me acompañe a un lugar.

 

- De acuerdo. - Es lo único que le respondo para luego recoger mis cosas.

 

En los siguientes minutos, nos vamos de la empresa y él se hace cargo del auto para conducir hasta el lugar al que tenemos que ir. Yo sigo en completo silencio y muy nerviosa por lo que vaya a pasar, ya que cuando Max esta así de serio, es porque pasa algo delicado.

 

Max conduce por alrededor de una hora hasta llegar a una cabaña en las afueras de la ciudad, él parquea el automóvil en toda la entrada del lugar para luego dirigirnos hacia la entrada de la edificación.

 

Avanzamos en silencio hasta pararnos en toda la entrada y Max toca la puerta con un par de golpes, luego de esperar algunos segundos, alguien nos abre la puerta y puedo observar que es un hombre de unos cuarenta años más o menos.

 

- Buenas tardes, pasen por favor. - Nos dice el hombre al hacerse a un lado para que nosotros podamos ingresar a la cabaña.

 

Al llegar a la sala, Max me indica que tome asiento y así lo hago sin decir aún nada.

 

- Señorita Stefania, le presento al señor Rob Wilder quien es investigador privado y trabaja para mí.

 

- Es un gusto conocerla, señorita Hayden. - Me dice el señor que acabo de conocer al estrecharme la mano.

 

- Igualmente. - Le respondo.

 

- El señor Wilder me ha estado ayudando a investigar a los Hazzard y hace poco encontramos más información que es muy importante que usted conozca, pero he de confesarle que la información es delicada. - Me comenta Max.

 

- Es mejor que comiencen a hablar de una vez porque ya me tienen preocupada. - Contesto muy seria y acomodándome en mi asiento.

 

- Después de investigar lo que usted ya sabe sobre el pasado de Mark, Mirta y Levine. Recuerde que yo tenía ciertas sospechas sobre algunos temas con ellos y al parecer mis sospechas son completamente ciertas y sobre eso fue que encontramos pruebas. - Me dice Max de nuevo.

 

- Wilder... - Max le dice y el hombre de inmediato saca una grabadora de un maletín que tiene cerca de su posición sobre una mesa y la coloca encima de otra mesa cercana a mí, presiona un botón y esta comienza a funcionar.

 

De inmediato se empiezan a escuchar voces y una de ellas me resulta algo familiar y luego de algunos segundos más tarde, me doy cuenta de que es la voz de Levine, quien está teniendo una conversación con alguien a quien definitivamente no reconozco.

 

Los dos hombres se encuentran hablando sobre varios temas, hasta que Levine comienza a hablar sobre un secuestro que arreglo hace algunos años atrás y salió mal porque según él, había contratado a unos ineptos que habían dañado todo el plan tan solo con emborracharse y manejar el auto en ese estado cuando estaban transportando la codiciada carga, matándolos a todos al perder el control del auto y volcarse al caer por un abismo, explotando al final. Por eso ahora, se fijaba muy bien en quien contrataba porque eso le había traído muchos problemas con su amante y también por eso, estuvo a punto de perder a sus hijos.

 

Hay una pausa en la grabación y yo aprovecho para mirar a los dos hombres que están conmigo.

 

- Eso quiere decir... - Intento hablar, pero Max me interrumpe.

 

- Espere que aún no hemos terminado. - Luego la grabación continua.

 

Al parecer, la conversación continua otro día por que los hombres se vuelven a saludar y después de unos tragos, el hombre le pregunta a Levine nuevamente sobre el secuestro del que le había comentado días anteriores, aprovechando que este ya está completamente ebrio, a lo que Levine finalmente le cuenta el nombre de la persona a la que mando a secuestrar y cuando se escucha el nombre de Mariana Carroll, siento que un escalofrío me recorre la espina dorsal, pero cuando el hombre le pregunta a Levine como se llaman sus hijos y este dice sus nombres, me quedo en shock.

 

- No, esto no puede ser... - Digo en voz baja, sintiendo sobre mí la mirada de los dos hombres que me acompañan.

 

- Wilder... pon la otra grabación... - Escucho que Max habla.

 

Wilder de inmediato quita la grabación y coloca otra. En esta también es Levine quien habla muy enojado porque al parecer tuvo una pelea con Mirta Hazzard, su amante. Quejándose de la forma como ella lo estaba tratando últimamente, se puede escuchar lo enojado que esta, no solo por su tono de voz, sino porque también se puede escuchar que le está pegando a algo por la rabia que tiene.

 

En medio de su molestia, Levine comienza a hablar al parecer, más de la cuenta cuando empieza a decir que ella sin él no sería nada ni nadie y mucho menos tendría las cosas y la posición social que tiene ella ahora. Si no es porque él le consigue el veneno para asesinar a la verdadera esposa de Mark Hazzard, ella nunca hubiera dejado de ser la otra.

 

Al escuchar nuevamente las palabras de Levine, me quedo en shock sin poder creer lo que estoy escuchando. Él y Mirta, asesinaron a mi madre... Al pensarlo y decírmelo en mi mente una y otra vez, no puedo evitar comenzar a llorar.

 

Ellos no solo me habían secuestrado y torturado, ellos me habían quitado a la única persona que me había querido en la vida antes de conocer a Jhonatan Hayden, a mi madre.

 

- Wilder, para por favor. - Dice Max al ver mi llanto.

 

Max se acerca a mí y se arrodilla para poder obsérvame.

 

- Discúlpeme por causarle semejante dolor, pero usted tenía todo el derecho a saberlo...

 

- Y te lo agradezco. - Le contesto entre sollozos.

 

- No se preocupe que ellos van a pagar, estamos recopilando más pruebas para que no se puedan zafar de nada. - Me dice Max como para que me consuele un poco.

 

- Por el momento quiero que ellos paguen con lo que más les duele, sus hijos. Ya empezamos a hundir a Virginia ahora quiero que sigamos con Joey, tienes todo lo de Joey listo?. - Le pregunto.

 

- Si.

 

- Bueno, pues que reviente el escándalo y miren como van a ayudar a sus dos hijitos.

 

- Delo por hecho. - Me responde y luego lo abrazo para llorar amargamente.

 

- Hay más que debe escuchar. - Me dice Wilder.

 

- Es mejor dejarlo de momento así, ella ya no está en condiciones para hacerlo. - Responde Max por mí.

 

- Qué más debo escuchar?, aparte de que ellos me secuestraron y me dejaron recuperándome de ese accidente por cinco años en un hospital en el que casi muero y quedo cuadripléjica, que envenenaron a mi madre y que los hijos que Mark Hazzard cree que son suyos, son biológicamente del amante de su esposa. - Digo muy seria y muy enojada.

 

- Pues por ahora lo que le falta saber es que Mirta junto con Levine, le hicieron creer a Mark con pruebas falsas de ADN que usted no es su hija. - Me dice Max con mucha pena reflejada en su rostro.

 

- Claro, ahora entiendo porque me torturaba y me maltrataba tanto. Al final lo hacía para desquitarse conmigo por que pensó que mi madre lo había engañado quien sabe con quién y me veía como el recordatorio de su traición todo el tiempo... - Lo digo en voz baja, pero Max me escucha.

 

- Por la razón que sea señorita Stefania, él no tenía por qué hacerle todo lo que le hizo. Eso no lo hace un hombre de verdad, aunque fuera verdad que usted no fuera su hija biológica, usted no tenía la culpa de nada, por lo tanto, él no tenía por qué hacer lo que hizo con usted. - Me dice Max muy serio.

 

- Piensas que puede ser verdad que no soy su hija biológica tampoco?. - Le pregunto con sorpresa en mi voz.

 

- No porque según mi investigación, hay un noventa por ciento de probabilidad de que ellos hayan pagado para que alteraran el resultado, solo me falta un par de datos para decirle con total seguridad que ellos mintieron.

 

- Sabes... que ironía tiene la vida a veces. Todo lo que ha hecho él por los que cree que son sus hijos bilógicos de verdad y todo el maltrato que le dio a su verdadera hija al pensar que era un fruto de una traición cuando los demás si lo son. - Digo y comienzo a reírme como si hubiera perdido la razón por completo, hasta que finalmente lloro sin poder controlarme.

 

- Tranquila que yo estoy con usted y yo la voy a proteger de todos ellos, eso se lo juro.

 

Wilder después de unos minutos, me ofrece una taza de té para tratar de que me tranquilice con ella, pero una vez que me la bebo, le pido a Max salir de ese lugar. Él de inmediato me saca de la cabaña cargada porque no puedo caminar y al dejarme en el auto, él se devuelve y habla con Wilder de algunas cosas que no tengo ni idea de que se trata, pero después de unos minutos de intercambiar algunas palabras, los dos se despiden y Max regresa al automóvil.

 

Max enciende el auto y comienza a conducir, mientras yo me encierro en mis pensamientos y vuelvo a empezar a llorar con todo el dolor que embarga mi alma. Después del accidente que sufrí en mi secuestro, no solo mi cuerpo sufrió daños que fueron casi irreparables, sino también mi mente. La cual, me sumerge en unos ataques de pánico cuando estoy muy presionada o cuando tengo estrés o cuando tengo un miedo terrible o algo parecido.

 

Mientras Max sigue conduciendo, me acuerdo de que durante muchos años, tuve que dormir con la luz encendida por que le había cogido un terror a la oscuridad por causa de mi secuestro. En el cual, me mantuvieron con los ojos vendados y en total oscuridad por días y solo después del tratamiento, había podido hacerle frente a ese problema, pero mi cuerpo tiene memoria propia y por causa de las situaciones que ya mencioné, este se paraliza, incluso por días. El ataque más crónico por el que he pasado, me dejó toda una semana sin poder moverme y desde que volví a Londres, he sufrido pequeños ataques. Los cuales, llevaba un par de años sin sufrirlos, pero ninguno como ese, pero ahora que siento como mi cuerpo se va paralizando poco a poco porque no me puedo controlar por la rabia, el dolor y la frustración que siento, no sé esta vez hasta donde va a llegar mi ataque de pánico porque siento que no va a ser una parálisis de unas simples horas y ya.