Al salir del hospital, Christofer toma la decisión de que no irá a dormir a su casa, sino, que se quedará en un hotel hasta que se sienta mucho mejor, por lo que Max y yo nos ofrecemos a llevarlo porque tampoco quiso ir a mi departamento para quedarse, ya que según él, ya me ha molestado bastante y tampoco quiere importunar o incomodar a mi padre con la situación porque aún quiere mantenerlo en secreto hasta que estén listas todas las pruebas y así poder denunciar a Virginia.
Llegamos al hotel y mientras Max le consigue una habitación después de que Christofer le entregara su billetera con todos sus documentos, dinero y tarjetas, lo ayudo a sentarse en uno de los sofás de la recepción porque aún se encuentra algo mareado mientras seguimos esperando a que Max termine con el papeleo del hotel.
Lo veo tan incomodo, que me acerco al sofá en el que se encuentra sentado y no puedo evitar colocar mi mano derecha en su frente, cuando de pronto, él me jala de nuevo y hace que me sienta en el reposabrazos del mueble. Christofer no dice nada, pero coge mi mano con los ojos cerrados y la besa, haciéndome sonrojar porque al sentir nuevamente sus labios sobre mi piel, me transporta de inmediato a la sensación que sentí al tener sus labios sobre los míos tocándolos sin parar.
- Ya tienes una habitación, ven y te acompañamos. - Comenta Max al llegar con una tarjeta en la mano.
Rápidamente ayudamos a Christofer a levantarse y luego caminamos lentamente hacia los elevadores del hotel. Al llegar al piso correspondiente, Max se adelante un poco para abrir la puerta de la habitación con la tarjeta que le habían dado en la recepción y una vez que estamos adentro, ayudamos a Christofer a acostarse en la cama.
- Max, no puedo irme y dejarlo así, no quiero que este solo. - Le digo al alejarnos un poco para no molestar a Christofer y para dejarlo descansar también.
- Imaginé que me iba a decir eso, así que vendré más tarde y no se preocupe por su padre que yo me encargo de él y hablare con Gregor para que guarde silencio.
- Gracias Max y asegúrate de agradecerle a las personas que contrataste por su gran trabajo el día de hoy.
- Lo haré, cuídese por favor y si surge algo, me avisa de inmediato. - Me dice Max antes de salir de la habitación y dejarme sola con Christofer.
Una vez que me quedo sola con Christofer totalmente inconsciente en la cama, me quito los tacones y decido caminar descalza por la habitación, ya que esta tiene alfombra y la sensación de la alfombra en la planta de los pies descalza, es agradable. Coloco los tacones al lado de uno de los sofás de la habitación y luego me dedico a observar la vista de la ciudad, hasta que finalmente salgo a la terraza para que el viento frio de las primeras horas de la mañana me pegue en el rostro.
Mientras estoy afuera en la terraza y mi cabello baila con el viento, no puedo evitar pasar mis dedos por mis labios al recordar que Christofer me había besado de forma dulce, apasionada y con mucho deseo, por lo que ya a estas alturas, no puedo seguir haciéndome la tonta y continuar evadiendo lo que por años he intentado olvidar y enterrar en lo más profundo de mi ser y es el amor que siempre he sentido por Christofer. Ya no puedo seguir ocultando y negándome a mí misma, que estoy completamente enamorada de Christofer Hoffman, que lo he estado, estoy y estaré hasta el día en que me muera.
Christofer.
Al despertarme, abro y cierro mis ojos varias veces, tratando de ubicarme porque a primera vista no reconozco el lugar en el que me encuentro. Cuando me acuerdo de todo lo sucedido en la noche anterior y en parte de la madrugada, me siento en la cama frotando un poco mis ojos con las manos, luego hago un giro de ciento ochenta grados con mi cabeza para inspeccionar la habitación del hotel, cuando me quedo completamente sorprendido mirando hacia un solo lugar.
Me levanto muy lentamente de la cama para caminar hacia el sofá grande de la pequeña sala que hay en la habitación muy sorprendido, por ver a Stefania acostada en el sofá durmiendo muy plácidamente.
A medida que me acerco a ella, no puedo evitar pensar que ella se ha quedado para cuidarme porque le preocupo, pero más preguntas comienzan a surgir en mi mente y una de ellas es porque se quedó?. Tal vez si le importo, tengo que importarle porque con el beso que le di, estoy más que seguro que ella siente cosas por mí y que no le soy indiferente como hombre. Lo que yo sentí con ese beso y es evidente que ella también sintió lo mismo que yo, porque es algo que no se puede fingir, fue algo mágico y tampoco puedo seguir negando lo que ahora es más que evidente que pasa dentro de mí y eso es que estoy completamente enamorado de Stefania Hayden y que todas mis dudas se han disipado con el beso que le robé anoche.
Al llegar al lado del sillón, tomo asiento en el borde y me quedo embobado mirando dormir a Stefania, sin poder controlarme para quitarle un mechón de cabello del rostro y luego comenzar a acariciarle el cabello. Llegando de nuevo el momento, en que me quedo totalmente hipnotizado mirando sus labios sin poder creerme que ya los he probado y que fueron míos por unos minutos. Al mirarlos, no puedo evitar tragar grueso y luego pasar mi lengua por mi labio inferior, porque comienza a darme ganas de volver a reclamar esos labios como míos y calmar de nuevo esta sed que estoy sintiendo porque me he vuelto adicto a ellos con solo haberlos probado una sola vez.
Mientras la miro, comienzo a recordar que en el transcurso de la semana, estuve muy ausente y desconcentrado de todo lo que pasaba a mi alrededor, hasta que supe que ella y el tal Gregor estaban planeando una salida para el viernes y eso me saco de un golpe de mi estado, produciéndome unos celos incontrolables y más cuando Terry comenzó a decirme que tenía que reaccionar de una vez si no quería perder también a Stefania por andar en otro planeta, ya que por Mariana ya no puedo hacer mucho, solo tratar de averiguar quién le hizo tanto daño y tratar de que pague por el sufrimiento hecho, comprendiendo ahora que él tiene toda la razón y más ahora que ya no tengo dudas sobre mis sentimientos.
Como los celos me invadieron por completo, logré averiguar a que bar o discoteca iría ella con él para espiarlos, así que llegué al lugar algo temprano y como ya había reservado el privado que usualmente uso y que gracias a dios me da una gran vista de la pista de baile y de la barra ubicados en el primer piso, me organizo para esperar a que ellos lleguen y averiguar de una vez y por todas que hay entre ellos.
La espera se me hizo eterna y cuando por fin los veo entrar desde el privado, no puedo dejar de mirarlos, sobre todo a ella que se ve extremadamente hermosa con ese vestido verde, produciéndome a la vez que la sangre me hierva porque él es el que está disfrutando de su compañía y de semejante vista que es toda ella. Por eso y por mi desconcentración y total frustración, fue que me convertí para Virginia una presa fácil al principio de su plan, pero finalmente las palabras de Stefania me salvaron, ella sin proponérselo, me volvió a salvar.
Cuando la seguridad del bar ingresa al privado, decido acostarme un momento en el sofá porque necesito recuperar un poco el aliento y sin creerme al mismo tiempo lo que me acababa de pasar y hasta donde había llegado la obsesión de Virginia por mí. El hecho de querer drogarme para que este con ella, ya era demasiado, ya es pasarse de toda lógica y control, y me encontraba pensando en esto cuando la escucho a ella, su hermosa voz acercándose a mí y luego hacerme sentir en el paraíso cuando utiliza sus hermosas piernas para que sean una almohada para mi cabeza.
Mientras que escucho que hablan entre ellos sobre lo que Virginia acaba de intentar hacerme, pienso que puedo usar esto a mi favor para dañarle su cita con el Gregor ese y tenerla a mi lado, así que solo me concentro en sentirla cerca y en llenar mis pulmones con su aroma. Cuando estoy concentrado en eso, escucho un silencio mientras siento como ella me acaricia el cabello con sus dedos, por lo que decido abrir mis ojos y cuando me topo con los suyos, entro como en un trance en el que no me puedo controlar y la beso hasta cansarme, hasta estudiar cada parte interna de su boca con mi lengua, hasta tratar de saciar mi sed en su boca y ahí es como si mi mente por fin se aclarara por completo, mostrándome el camino que debo seguir para estar con la persona que amo porque ya no hay más incertidumbre en mí.
He de confesar que, en el transcurso de toda la noche, me daba un poco de pena por hacerme mostrar más enfermo de lo que realmente estaba. Es cierto que la droga que intento darme Virginia me dio un pequeño dolor de cabeza por lo poco que entro en mi cuerpo, pero nada más. Pero como dicen por ahí, en la guerra y en el amor se vale todo y yo ahora más que nunca estoy decidido hacer mi lucha para estar con Stefania Hayden, porque ya no quiero seguir siendo infeliz por no estar con la mujer que amo y ahora que ha vuelto a suceder después de tanto tiempo, cuando pensaba que eso jamás me iba a volver a pasar, no voy a renunciar.
En este momento que la veo dormida sobre el sofá, tomo la decisión de que la voy a conquistar y que por Mariana voy a tratar de hacer justicia para que pueda descansar en paz, para que así no piense que la he traicionado y la he olvidado porque eso nunca pasará. Ella fue mi primer amor y lo fue por muchísimo tiempo, así que vivirá en una parte de mi corazón hasta el día de mi muerte, pero ahora esta Stefania y no pienso dejarla ir, no sin antes pelear.
Mientras sigo pensando y viéndola dormir al acariciarle el cabello, veo como ella comienza a abrir los ojos.
- Hola, buenos días, cómo amaneciste?. - Le pregunto con una sonrisa.
- Ya estás despierto, perdón por quedarme dormida. Se supone que me quedé para cuidarte. - Me responde mientras se levanta un poco para quedar sentada en el sofá.
- No te preocupes por eso, estabas agotada y es normal.
- Quieres comer algo para pedir que suban el desayuno?. - Me pregunta mientras se estira.
- Por supuesto, pero si desayunas conmigo.
- Claro. - Me responde y de inmediato se levanta hacia el teléfono de la habitación para pedir servicio al cuarto y yo solo la observo.
- Qué quieres comer?. - Me pregunta mientras marca el número.
- Lo que quieras, confío en tu buen gusto. - Le respondo y mientras veo que ella me mira y se sonríe, yo me pierdo en su sonrisa como si fuera un adolescente enamorado.