Nuevamente es viernes y ya ha pasado otra semana llena de trabajo. Lo bueno, es que ya desde hace un par de semanas atrás, no tengo la rodillera en mi pierna, por lo que ya puedo hacer lo que yo quiera, como seguirme preocupando por Christofer.
Durante toda esta semana, lo he visto un poco retraído, como ausente. Porque muchas veces le hablamos y no responde de inmediato, sino, que hay que repetirle varias veces las cosas hasta que finalmente se enfoca en la conversación que estás teniendo con él.
- Muy bien, todo quedó listo y nosotros podemos irnos hoy a cenar y a tomarnos unos tragos como quedamos para el día de hoy, bueno... yo voy a beber y tú sigues bebiendo tus cocteles sin alcohol. - Me dice Gregor al entrar a mi oficina sin tocar y sacándome de mis pensamientos y preocupaciones por Christofer.
- Stef... Stefania... tierra llamando a Stefania. - Escucho que alguien me llama, volteo a mirar a Gregor y luego le sonrío.
- Discúlpame. - Le digo algo apenada.
- Tu también estás como tú querido amado, en otro planeta. - Me dice serio y al cruzarse de brazos.
- mmm... presiento que no vamos a salir hoy. - Me dice al sentarse y suspirar.
- Claro que sí, yo te lo prometí y así va a ser. Además, yo también lo necesito, necesito salir y distraerme. - Le respondo con una sonrisa.
- Perfecto, entonces vámonos ya para ir a organizarnos y quedar listos para esta noche. - Me responde muy contento.
- Ok, vamos entonces. - Le digo al apagar mi laptop y coger mi bolso con mis cosas para salir.
Salimos de la empresa en horas de la tarde, cada uno se va a su departamento para arreglarse y vernos a las siete de la noche en punto, que es la hora en que acordamos en que Gregor pasará por mí.
Llego al pent-house, tomo una ducha y al salir del baño en bata, me dirijo hacia el armario para sacar un vestido de lino de color verde oliva de tirantes algo gruesos, con un escote en "v" un poco pronunciado, con una falda que llega arriba de las rodillas, pero solo un poco. Es un vestido sencillo pero muy bonito, adecuado para la salida de hoy.
Luego saco unos tacones negros altos con listones de gamuza, me hago un maquillaje dorado con visos verdes para que mis ojos resalten un poco, usando también delineador y mascara, un poco de rubor e iluminador y un labial color palo de rosa muy tenue. Me recojo el cabello en el lado izquierdo y el otro lado lo dejo suelto para hacerme finalmente unas ondas.
Al terminar de arreglarme, escucho el timbre de la puerta, veo la hora y son las siete de la noche en punto y de inmediato pienso que Gregor como siempre, es demasiado puntual. Cojo mi bolso, salgo de mi habitación y luego bajo las escaleras.
- Guau, te ves espectacular. - Me dice Gregor en cuanto me ve.
- Hija, te ves hermosa. - Me dice mi papá, quien se encuentra con Gregor en la entrada. Al parecer, fue él quien le abrió la puerta.
- Gracias, todo es para que después Gregor no diga que lo hice quedar mal y dañe su reputación.
- Pues qué bueno que te acordaste porque tengo una reputación que cuidar, mejor vámonos que ya tengo mucha hambre. - Me dice Gregor muy divertido.
- Vamos, adiós papá.
- Que se diviertan. - Nos dice mi padre como despedida.
Gregor conduce alrededor de unos quince minutos, llevándome a un restaurante muy bonito y elegante. Comemos y conversamos como hace mucho tiempo no lo hacemos, relajándonos completamente sin ninguna presión y sin pensar en problemas ni en nada más.
Después de cenar muy amenamente, nos dirigimos hacia una especie de bar o de discoteca. La verdad es que no sé, son lugares que no frecuento, que si he ido tres veces, son muchas y no les veo mucho la gracia. Pero desde hace varios días, le había prometido a Gregor que lo acompañaría porque desde que llegó a Londres, no había podido visitar alguno y casi se me arrodilla al pedirme que viniera con él.
Al llegar, nos sentamos en la barra y pedimos un par de tragos, el mío lógicamente no tiene alcohol. Observo el lugar y está completamente lleno, personas bailando, bebiendo, conversando y besándose, y de qué manera.
- El lugar está bastante agradable, me gusta. - Me dice Gregor mientras bebe un poco de su whiskey.
- Es un lugar bastante animado. - Le respondo mientras sostengo mi coctel en la mano.
Mientras sigo mirando, me doy cuenta de que hay dos mujeres en una mesa algo cerca de nuestra posición, que se encuentran mirando hacia nosotros y cuchicheando entre sí.
- Creo que una vez más, ya hiciste de las tuyas. Hay dos chicas que están interesadas en ti. - Le comento a Gregor y él se gira de manera discreta para mirar hacia la dirección que yo lo estoy haciendo.
- Si, ya las había visto. - Me dice como si no fuera cosa de otro mundo.
- Por qué no te acercas a ellas?, háblales. - Le digo para que se anime.
- Porque simplemente no estoy interesado Stef. - Me responde al mirar a la gente bailando en la pista.
- Pero si son lindísimas, parecen modelos las dos. - Le comento algo sorprendida por su total desinterés.
- Stef... ya te he dicho antes, que tu pusiste la vara muy alta para las demás mujeres que me puedan llamar la atención después de conocerte.
- Gregor...
- Mira, yo desde hace mucho tiempo entendí que en tú corazón nunca habrá espacio para otra persona que no sea él, eso me quedó muy claro en el momento en que tú me rechazaste y aunque me dio muy duro comprenderlo al principio, finalmente lo hice, pero mis gustos con respecto a las mujeres cambiaron y fueron gracias a ti. Estoy seguro, de que para el antiguo Gregor, el de antes del accidente en motocicleta, ellas serían perfectas para pasar la noche pero ya no me interesa eso.
- Perdóname una vez más por favor, nunca fue mi intención lastimarte...
- Perdonarte por qué?, por no haberle hecho caso a un casanova como lo era antes y porque llevas a Christofer Hoffman tatuado en tú corazón y en tú alma desde que eras una adolescente y nunca lo has podido olvidar?. Yo no tengo nada que perdonarte y ahora soy muy feliz teniendo tú amistad, ahora eres como la hermana que nunca tuve y ya hasta aquí se habla sobre este tema.
- Gracias... de verdad Gregor, muchas gracias, por todo...
- Por fin los encuentro. - Nos dice Max a ambos al llegar al bar y estar enfrente de nosotros.
- Max que haces aquí?. - Pregunta Gregor muy sorprendido.
- Ha ocurrido algo con Christofer. - Nos dice, pero finalmente observándome a mí.
- Qué sucede?. - Pregunto muy alarmada.
- Venga conmigo, él está acá en uno de los privados. - Me responde Max, yo de inmediato miro a Gregor algo apenada.
- Qué haces ahí Stef?. vamos. - Me dice Gregor al levantarse y dejar unos billetes en la barra para pagar los tragos.
De inmediato, comenzamos a caminar entre la gente hasta llegar a unas escaleras para subir al segundo piso. Damos unos cuantos pasos y entramos en una habitación algo alejada pero que tiene vista a la pista de baile y a la barra del primer piso. En cuanto ingreso, me doy cuenta de que hay algunos hombres adentro y luego veo que Christofer esta como desmayado en uno de los sofás del lugar. Rápidamente corro para llegar a su lado, levanto su cabeza cuando llego, luego tomo asiento en el sofá y pongo su cabeza en mis piernas para que ellas le sirvan de almohada.
- Christofer... - Lo llamo para que abra los ojos mientras le peino su cabello con mis dedos, pero él no reacciona.
- Max, pero que fue lo qué pasó para que él este así?. - Pregunto muy preocupada, alzando mi cabeza para mirar a Max mientras sigo peinando el cabello de Christofer.
- La mujer se escapó, alguien golpeo al agente que la tenía sujetada en la parte de atrás de la cabeza para ayudarla a huir. - Dice un hombre al entrar en la habitación, interrumpiendo nuestra conversación por algunos segundos.
- Virginia Hazzard intentó drogar a Christofer. - Me responde Max al mirarme de nuevo después de la interrupción del hombre.
- Intento no, lo drogó. Está completamente noqueado. - Comenta Gregor al mirarlo desmayado y al darme su pañuelo para que le limpie el sudor de la cara a Christofer.
- Max, esto no se puede quedar así. - Le digo muy seria.
- No se preocupe, que ella con esto, acaba de enterrarse ella misma el puñal. Acompáñame Gregor. - Dice Max antes de salir.
- Está bien, ya regreso para ayudarte a sacarlo de aquí. - Me dice Gregor también antes de salir de la habitación.
Los hombres que estaban adentro, también salen con ellos dejándome sola con Christofer desmayado en mis piernas. Sin importarme en absoluto, comienzo rápidamente a limpiarle el sudor de la cara con el pañuelo con el mayor de los cuidados, cuando de un momento a otro, él levanta una de sus manos y la coloca en mi muñeca, haciendo que mi mano que le está limpiando el sudor, se detenga para luego abrir sus ojos muy despacio.
- Hola, cómo te sientes?. - Le pregunto con una sonrisa para mostrarle algo de tranquilidad, al tiempo que él me mira muy confundido.
Él no me responde, pero no deja de mirarme, hasta que de repente él comienza a levantarse hasta colocar su cabeza a la misma altura que la mía mientras yo le sigo sonriendo y al mismo tiempo, él todavía tiene mi mano sujetada por la muñeca.
- Christofer... estás bien?. - Le pregunto algo preocupada porque sigue sin decirme nada.
- Te duele algo?, te sientes mal?. – Continuo.
Yo le sigo hablando, hasta que él suelta mi mano y comienza a tocarme la mejilla con la yema de sus dedos, al mismo tiempo que noto que empieza a mirar hacia mis labios y antes de que pueda formular alguna otra pregunta o decir algo más… Él se acerca rápidamente hacia mí y posa sus labios en los míos, cogiéndome con la guardia baja y dejándome completamente sorprendida porque nunca pensé que él fuera a besarme.