Mientras aún sigo sentado en el sofá después de colgar y sumergirme en mis pensamientos, cierro por un momento los ojos con una tormenta que ronda en mi cabeza, cuando escucho que abren la puerta del estudio y luego unos pasos que recorren el lugar. Dejo mis ojos cerrados por un breve momento, pero después los abro lentamente, dejando a un lado todos mis pensamientos y cuando lo hago, me llevo una gran sorpresa al ver quien ha entrado y sin permiso.
- No te enseñaron a tocar antes de entrar y más si no es tu casa. - Le digo a Joey muy seriamente.
- Pensé que no había nadie y necesitaba hacer una llamada. - Me responde algo nervioso.
- Esta no es tu casa, así que te voy a exigir respeto. - Le digo al levantarme del sofá algo enojado.
- Perdón... - Me responde con sarcasmo al levantar ambas manos como si le estuviera apuntando con un arma.
- Eres un imbécil... - Le digo y luego salgo del estudio.
- Hijo, acá estás... te quería preguntar o más bien confirmar si al final si vas a ir mañana al lugar de la construcción con la señorita Hayden. - Me comenta y luego me pregunta mi padre cuando estoy comenzando a subir las escaleras.
- Si papá, todo sigue en pie. - Le respondo.
- Perfecto, si llegan a necesitar algo me avisas y también deje instrucciones en la casa de la playa para que los atiendan por si piensan ir. - Me comenta de nuevo.
- Gracias papá y si me disculpan me voy a mi habitación, con permiso. - Les digo a Mark y a mi padre y luego termino de subir las escaleras.
Llego a mi habitación, entro al baño y me doy una ducha, salgo después de un rato y me pongo una sudadera y una camisa, cuando voy a mirar la hora, me doy cuenta de que no tengo mi celular cerca y después de pensar un poco, me acuerdo de que lo deje en la mesa central del estudio al lado de los sofás.
Salgo de mi habitación rápidamente y bajo las escaleras, entro pero no veo el celular por ningún lado. Comienzo a mirar por todos lados, por el escritorio, por los sofás, por el suelo pero no logro encontrarlo.
Decido buscar a Terry para que me ayude a encontrarlo y comienzo a buscarlo por la casa, hasta que lo encuentro y veo que está sentado cerca a la puerta del jardín solo, esperando a que sea la hora para ir al aeropuerto por Bárbara que por fin regresa.
- Terry, me puedes hacer una llamada a mi celular por favor, no lo encuentro por ningún lado. - Le digo al acercarme a él.
- Pensé que ya te habías ido a dormir?. - Me dice.
- Esa era la idea, pero no encuentro mi celular, podrías llamarme para escuchar en donde suena. Estoy seguro de que alguien tuvo que haberlo cogido porque tengo la certeza de que lo dejé sobre la mesa central del estudio cuando estuve ahí y no esta. - Le respondo muy serio.
- Espérame... - Me responde al sacar su celular del bolsillo para luego marcar mi número.
- Esta sonando... - Me vuelve a decir.
Agudizo mi oído y comienzo a caminar prácticamente por toda la casa con Terry ayudándome a buscar mi celular, hasta que después de algún tiempo, lo escucho sonar en unos arbustos que están afuera en la entrada de la casa. Se me hace muy extraño encontrarlo en ese sitio, pero ya averiguaría que había pasado cuando regresara de Margate.
Le doy las gracias a Terry por ayudarme y luego este se va al aeropuerto para ir por Bárbara y yo decido irme a dormir.
La alarma del celular me despierta como a las seis y treinta de la mañana, me levanto aún algo adormilado para ingresar al baño. Luego de algunos minutos, salgo con la toalla puesta, abro mi armario y observo mi ropa para decidir que colocarme. Miro un poco el clima por uno de los ventanales de mi habitación y esto me ayuda a tomar una decisión sobre qué voy a ponerme.
Salgo de mi habitación, bajo las escaleras y me dirijo hacia la cocina para prepararme un café.
- Hola mamá. - Saludo a la mujer que está al lado de la cafetera.
- Hola amor, ya tengo listo el café, quieres un poco?. - Me pregunta con una sonrisa en su rostro.
- Por supuesto. - Le respondo al acercarme a ella para saludarla con un beso en la mejilla.
- Quieres desayunar?. - Me pregunta mientras me sirve la taza de café.
- No, pienso desayunar en el camino con Stefania. - Le respondo al tomar asiento en una de las sillas que están ubicadas en la barra o isla de la cocina.
- Ok... parece que te agrada mucho la señorita Hayden, verdad?. - Me comenta al darme la taza de café, cogiéndome completamente con la guardia baja y dejándome completamente sorprendido. Ella automáticamente se ríe al ver mi expresión.
- Casi no hablamos ni nos vemos pero soy tu madre y te conozco como la palma de mi mano, lo que no comprendo es porque te es tan difícil asimilarlo y aceptarlo?. - Me continúa hablando y me pregunta al final sin dejar de observarme.
- Solo puedo decirte que... ni yo mismo sé que me pasa, solo que me siento muy a gusto a su lado... me gusta hablar con ella, compartir cualquier momento que puedo a su lado porque ella me tranquiliza, me transmite mucha paz. - Le respondo para luego beber un poco de mi café, pero mirando hacia otro lado para evadir la mirada de mi madre.
- Yo creo que si sabes, pero tienes miedo de admitir lo que sientes porque piensas que si lo haces, la estas traicionando a ella, a su recuerdo y eso es falso amor, porque el hecho de que sientas cosas por otra persona no significa que la estés olvidando, piénsalo amor... - Me dice al ponerme una de sus manos en mi mejilla izquierda.
El silencio invade por un momento el lugar, para finalmente mirarla y encontrarme con sus ojos que son totalmente inescrutables.
- Creo que es hora de que te vayas, maneja con cuidado y avísame en cuanto lleguen por favor, el clima ha estado fatal. - Me dice de nuevo mi madre pero cambiando totalmente de tema, rompiendo un poco el silencio que había entre nosotros.
- Así lo hare, te quiero. - Le contesto para despedirme de ella con un abrazo y otro beso en la mejilla.
- Y yo te amo, cuídate. - Me dice y yo salgo de la cocina dejándola sola.
Salgo de la casa en completo silencio, subiéndome a mi auto para comenzar el camino hacia su edificio como después de las siete y treinta de la mañana. Conduzco por algunos minutos más sin dejar de pensar en las palabras de mi madre una y otra vez.
Llego a la entrada de su edificio como a las siete y cincuenta y cinco, sorprendiéndome por ver a lo lejos, salir del lugar el automóvil de Joey, lo sé porque vi el número de placa y lo reconocí de inmediato, así que me quedo pensativo y preguntándome, que diablos estaba haciendo él aquí?.
Pasan cinco minutos más y ella no sale, por lo que me preocupo ya que sé que ella es muy puntual, así que de inmediato le marco a su celular sin esperar más. La línea comienza a sonar una y otra y otra vez sin obtener alguna respuesta, la llamo durante los próximos diez minutos sin conseguir nada de ella, por lo menos alguna breve explicación de por qué me ha dejado plantado, pero finalmente dejo de intentarlo cuando ya no me entra más la llamada porque ha apagado el celular.
- Pero qué demonios está pasando?, qué ha ocurrido?, si todo iba tan bien. - Me digo mentalmente y mientras sigo pensando, me acuerdo del auto de Joey saliendo del lugar hace unos minutos atrás.
- Se fue con él, pero como pudo hacerlo y no avisarme... - Me digo en voz alta mientras permanezco adentro de mi auto muy enojado.
- Cómo pudo hacerlo?, cómo pudo irse con ese idiota?, pensé que era una mujer totalmente diferente a las demás... pero qué demonios está pensando? - Me sigo diciendo y reprochando con toda la ira y frustración que siento.
- Disculpe señor, espera a alguien?. - Me pregunta el valet parking del edificio de Stefania desde el otro lado de la ventanilla, al darle pequeños golpes para llamar mi atención con los nudillos.
- No, ya no... - Le respondo al bajar la ventanilla de mi lado del auto.
- Dígame algo... usted sabe a qué hora salió la señorita Hayden?, la mujer que habita el pent-house. - Le pregunto de inmediato.
- No puedo darle esa información. - Me responde el chico como de unos veinte años de edad.
- Vamos, solo necesito la hora y nadie tiene que saber que usted me lo dijo. - Le digo al ofrecerle disimuladamente un billete de cincuenta libras esterlinas. El chico me observa y luego al billete que tengo en la mano, tragando grueso.
- La señorita Hayden salió en su automóvil como a las siete de la mañana más o menos. - Me responde el chico cogiendo disimuladamente el billete.
- mmm... se fue sola?. - Le pregunto antes de soltar el billete.
- Si, por lo menos hasta donde logre visualizar. - Me responde.
- Gracias. - Le doy el billete, subo la ventanilla y salgo del lugar al encender el auto.
- Así que no se fue con él... creo que por eso él estaba aquí, pensó que podría convencerla de que se fuera con él y no conmigo... - Reflexiono mientras conduzco.
- Porque se fue tan temprano?, porque se fue sola y no como habíamos quedado?, qué diablos está pasando?. No entiendo nada de lo que está ocurriendo, por lo menos no se fue con Joey... - Me sigo haciendo preguntas mentalmente mientras voy de regreso a la casa, totalmente frustrado, enojado y hasta derrotado.
Llego a casa y me quedo dentro del auto, preguntándome ahora porque me importa tanto que me haya dejado plantado y porque me duele que no me quiera contestar el teléfono. Mientras sigo formulándome un sin fin de preguntas, de un momento a otro se vienen a mi mente las palabras de mi madre que me dijo esta mañana y después de varios minutos de analizarlas, pienso que lo que me dijo ella no puede ser cierto, que ella no puede agradarme y mucho menos después de lo que me hizo hoy. Ella al igual que muchas mujeres a las que he conocido en todo este tiempo, tampoco podría llegarle a los talones a Mariana.
Dejo de pensar porque ya estoy muy fastidiado con todo el asunto y trato de pensar en otras cosas al salir por fin de mi auto para entrar en la casa.
- Hola, qué haces aquí?, no deberías estar de camino a Margate?. - Me pregunta Terry al verme entrar en la casa, quien se encuentra en la sala con su esposa y con mi abuela porque había decidido tomarse el día libre para estar con Bárbara.
- No quiero hablar ahora... - Es lo único que digo para dirigirme hacia mi habitación en el segundo piso de la casa.
- Pero qué sucedió?. - Escucho que Bárbara hace la pregunta.
- Ya lo sabremos, pero por ahora es mejor dejarlo solo y ya no preguntar nada, por su cara, sé que no es el momento para decirle algo más... - Escucho que Terry le responde en voz baja o por lo menos es lo que intenta.
En cuanto llego a mi habitación, me tiro de inmediato en la cama y ahí me quedo como hipnotizado mirando hacia el horizonte por uno de los ventanales de la habitación que son la entrada hacia la terraza que tengo en el cuarto que tiene vista hacia el bosque que hay detrás de nuestra casa y que es de nuestra propiedad, muy parecido al que tenemos en las instalaciones de la empresa.
No sé en qué momento me quedé completamente dormido pero el timbre del celular me ha despertado de mi siesta, levanto mi cabeza un poco adormilado buscando el celular por toda la cama. Luego de encontrarlo, miro la pantalla de este y veo que Max es quien me está llamando, me siento en el borde de la cama, me estrego un poco los ojos con las manos y luego cojo el celular para contestar.
- Max... - Digo apenas contesto.
- Señor Hoffman, discúlpeme por molestarlo pero quisiera saber si la señorita Stefania esta con usted?. - Me dice y me pregunta al mismo tiempo Max al otro lado de la línea telefónica.
- Ella no está conmigo. - Es lo único que respondo.
- Pero cómo?... no se suponía que ustedes viajarían y que estarían todo el día de hoy juntos?. - Me pregunta Max algo inquieto.
- Se suponía Max pero... esta mañana fui a recogerla y me encontré con que ya se había ido, le hable para preguntarle que estaba sucediendo pero no me contesto el teléfono, así que no sé nada. - Le respondo algo molesto y a la vez adormilado.
- Maldición, creo que algo le ha pasado porque a mí tampoco me contesta y llamé al lugar de la construcción en donde se supondría que por el tiempo ya debería de estar ahí y me han dicho que ella no ha llegado, que nadie la ha visto y para rematar, en las noticias están informando de una tormenta que se ha formado por el trayecto hacia Margate muy peligrosa. - Me dice muy preocupado, por lo que me alarma de inmediato porque para que Max se preocupe, es porque algo no anda nada bien.
De inmediato enciendo la televisión al coger el control que estaba en la mesa de noche al lado de mi cama y en efecto, están hablando de la tormenta.
- Ya estás en Londres Max?. - Le pregunto tratando de mantener la calma.
- Aún me falta para llegar... - Me responde muy frustrado.
- Ok, yo iré a buscarla y en cuanto sepa algo me comunico con usted. - Le digo al levantarme de la cama ahora completamente despierto.
- Estaré esperando sus noticias y muchas gracias por ayudarme señor Hoffman. - Me dice Max algo más calmado ahora.
- No se preocupe que no pienso regresar sin ella... - Le digo y cuelgo.
Le pongo más volumen a la televisión para escuchar mejor las noticias y mientras escucho, comienzo a buscar la ropa y las cosas que necesito para adentrarme en la tormenta, porque por lo que me acaba de decir Max y por lo que estoy escuchando, es muy probable que la tormenta la haya alcanzado y este atrapada por lo que ya no puedo perder más tiempo, tengo que ir por ella y traerla de regreso, el tiempo es oro y cada minuto que pasa es uno que tengo en contra para encontrarla ilesa.