Christofer.
Cuando al fin puedo salir de la oficina de mi hermano, observo mi Rolex para ver la hora y observo que son las once y treinta minutos, por lo que decido ir nuevamente a la oficina de Stefania para invitarla a almorzar como gesto de agradecimiento.
Al llegar a la puerta de su oficina, comienzo a tocar cuando una de las empleadas se acerca a mí un poco tímida.
- Disculpe señor Hoffman... - Me habla ella con una voz muy baja de tono, casi inaudible pero aun así logro escucharla, por lo que me giro para mirarla.
- La señorita Hayden ha salido de las instalaciones de la empresa hace solo un momento, llevándose sus cosas y diciendo que no volvería por el día de hoy. - Me dice algo apenada y no tengo idea del porqué.
- Entiendo... muchas gracias señorita Santana. - Le digo y luego me dirijo hacia mi oficina, mientras camino, creo escuchar que ella susurra algo como que me sabía su apellido, pero no le doy importancia.
Al entrar en mi oficina, me siento en mi silla y no puedo evitar recostarme un poco en ella, poniéndome a pensar de inmediato y a invadir mi mente con preguntas como: a dónde pudo haber ido ella?, qué podría estar haciendo ahora?, y si esta con alguien? como su novio por ejemplo. Siento deseos de llamarla e inconscientemente saco mi celular del bolsillo, pero controlo mis emociones dejando el celular encima del escritorio y una vez que lo hago, no puedo evitar pensar y darme cuenta de que no sé nada sobre ella en lo que respecta a su vida privada. De repente me entra una gran curiosidad y quiero saber más de ella porque esa mujer es un completo misterio para mí.
- Oye Chris... quieres ir a almorzar con la abuela y conmigo o ya tienes planes?. - Pregunta Terry al entrar a mi oficina sin tocar la puerta, sacándome de mis pensamientos.
- Si claro... voy con ustedes... - Respondo al girarme en la silla para mirarlo.
- Parece qué estas contento?. - Le comento al verle la sonrisa en su rostro dibujada de oreja a oreja.
- Bárbara regresa la próxima semana. - Me responde.
- Con razón... - Le digo al levantar una ceja.
- A ti qué te pasa?, deberías estar súper contento por el favor que te hizo Stefania con Virginia... - Me dice Terry algo serio.
- Nada... solo tenía la cabeza en otro sitio pensando en otras cosas. - Le contesto y luego me levanto de la silla.
- mmm... estás seguro de qué te encuentras bien?.
- Si hombre. - Respondo al guardarme el celular en uno de los bolsillos de mi saco y al coger las llaves del auto.
- Deja, vamos en mi auto. - Me dice Terry y sin decir nada más, salimos del lugar.
Terry conduce alrededor de treinta minutos porque siempre hay algo de tráfico en el camino para llegar al restaurante.
Llegamos al fin y podemos ver en la entrada, que nuestra abuela ya está sentada en la mesa bebiendo lo que parece ser una taza de té. Nos acercamos a la mesa y saludamos a nuestra abuela para luego tomar asiento, pedimos unos aperitivos antes de la comida principal y después Terry empieza a contarle a mi abuela todo lo que pasó en la mañana en la empresa, mientras yo solo miro la carta del restaurante para saber que quiero comer en cuanto llamemos de nuevo al mesero del lugar para pedir el plato principal. Hay un momento en la conversación que tengo que interrumpir para poder pedir el almuerzo porque me muero de hambre y el chisme esta como largo de contar.
- Hasta que por fin alguien le pone un alto a esa niña por dios. - Dice mi abuela cuando termina Terry de contarle todo y mientras comemos.
- Total, Virginia esta tan obsesionada con Christofer que ya se estaba pasando. - Dice mi hermano.
- Hijo... no deberías estar feliz?, qué te pasa?, no has dicho nada desde que llegaste. - Me pregunta mi abuela.
- Yo también le hice la misma pregunta antes de salir de la empresa. - Comenta Terry al beber un poco de vino.
- Si claro, siento como si me hubieran quitado un peso de encima. - Respondo y luego me llevo un pedazo de carne a la boca.
- Pues no parece. - Me dice Terry al mirarme como si me fuera a taladrar la cabeza muy serio y cuando voy a responderle, suena su celular, por lo que se disculpa levantándose de la mesa para contestar y hablar con Bárbara tranquilamente quien es la persona que llama.
- A mi si me vas a decir que te pasa. - Me comenta mi abuela muy seria.
- Abuela, no me pasa nada. - Le digo sin mirarla mientras sigo comiendo.
- mmm... - Es lo único que dice mientras no deja de mirarme.
- Abuela... hablando sobre otro tema... qué sabes de la vida personal de Stefania?, lo pregunto porque ustedes dos han hecho como una buena amistad. - Digo tratando de parecer idiota, aunque creo que en este preciso momento no parezco, soy un completo idiota.
- Solo sé que trabaja con su padre, que vive con él en Vancouver en una casa espectacular, lo sé porque me ha mostrado algunas fotografías. Me contó que su madre murió de una enfermedad cardíaca cuando tenía menos de un año de edad, es hija única y no sé nada más hijo... - Me dice mirándome y analizándome, lo sé por qué la conozco, pero mi curiosidad es más grande que cualquier otra cosa en este momento.
- Te ha dicho si tiene novio o pretendiente?. - Le pregunto mientras bebo un poco de vino, pero esta vez sosteniéndole la mirada.
- No lo sé hijo, he notado que ella es un poco hermética al hablar sobre su vida privada, por lo que hay que ir despacio con ella, ir ganándose su confianza para que te vaya contando cosas, pero eso se logra con el tiempo y aún no he tenido el suficiente... pero quieres que te diga que creo?. - Me pregunta al final.
- Si abuela, por favor. - Le respondo muy interesado.
- La verdad... no creo que tenga pareja, pero pretendientes creo que si es muy probable que los tenga. Stefania es una chica muy hermosa, inteligente, dulce, amable, sencilla, trabajadora, aparte de todo rica, qué más puedo decir... la mujer perfecta para cualquier hombre, pero para el hombre que quiera algo serio porque ella no es mujer de una sola noche y ya.
Cuando mi abuela termina de hablar para continuar comiendo su comida, no puedo dejar de mirarla y analizar cada una de las palabras que acaba de decirme.
Los dos guardamos silencio por un momento, tal vez porque estamos procesando la información que hay entre nosotros. Cuando mi hermano regresa, los dos nos miramos por unos segundos dejando por terminada la conversación, dejándola solo para nosotros dos.
El almuerzo avanza con la normalidad que había antes de que Terry se levantara de la mesa y luego de despedirnos de la abuela, volvemos a la empresa para seguir trabajando, yo trato de hacerlo y de concentrarme en mis deberes, pero mientras estoy trazando algunos planos en la mesa de diseño, me acuerdo de las palabras de mi abuela y la curiosidad me vuelve a invadir y me muero por saber cosas de ella, de su vida. Pero también llego a un punto en el que me comienzo a cuestionar mi interés tan repentino sobre ella y porque estoy llegando a el punto de importarme cosas que no deberían de ser de mi incumbencia.
Pasa un rato más y por más que trato de concentrarme en mi trabajo, ya no lo consigo, así que decido que voy a dejar hasta ahí mi día laboral. Salgo de la empresa y comienzo a conducir por la ciudad, hasta que no sé qué me ocurrió porque termino llegando al edificio en donde vive ella.
- Pero qué diablos me pasa?... - Me pregunto al darme cuenta de donde estoy, sin salir del auto y apagándolo.
Pasan algunos minutos y estoy escuchando música, la música que escuché que ella estaba cantando el día que la espié en las afueras de su oficina cuando veo llegar su auto y yo como idiota que soy, me concentro en tratar de observar el interior de este, viendo que ella llega sola y de inmediato suelto una bocanada de aire que estaba reteniendo al ver el interior del auto muy profundamente, esperando que entre al estacionamiento y cuando pierdo de vista su auto, enciendo el mío y salgo del lugar.
Al otro día, me levanto algo temprano, hago un rato ejercicio en el gimnasio de la casa y después me doy un baño, me cambio de ropa para ir a la empresa colocándome uno de mis mejores trajes porque precisamente hoy tengo una reunión con ella y no quiero verme mal ni tampoco quiero llegar tarde, así que trato de apresurarme para salir.
Mientras estoy esperando a que uno de los semáforos que hay en el camino cambie para poder avanzar hacia mi destino, veo una tienda de flores al costado derecho de la calle que apenas está abriendo sus puertas al público, haciendo que mire el lugar con algo de detenimiento y algo pensativo también mientras veo a una mujer sacar algunas canecas con flores a la entrada.
De repente se me ocurre una idea, por lo que en cuanto el semáforo cambia, doy una vuelta a la redonda para salir por la calle en la que puedo parquear en toda la entrada de la tienda de flores y en cuanto llego, me bajo del auto apagándolo antes. Al ponerle la alarma al auto, la empleada de la tienda me observa al dejar de acomodar los girasoles que están dentro de una de las canecas que se encuentran al lado de la entrada.
- Muy buenos días joven, en qué puedo ayudarle?. - Me dice la empleada con una sonrisa, que ahora que la observo mejor, es una señora muy amable y bonita con una edad aproximada de sesenta años más o menos.
- Buenos días, quisiera comprar algo para agradecerle a alguien, algo que no sea ostentoso o que se pueda prestar a malas interpretaciones, la verdad no sé... ya estoy confundido... - Le respondo mientras paso mi mano por mi cabello, la señora al escucharme y verme se sonríe algo divertida.
- Es una chica que es importante para ti?. - Me pregunta mientras entra a la tienda.
- Bueno... es que, no sé... y... - Intento responder, pero solo parezco un completo idiota y en cuanto la señora vuelve a observarme más, se ríe de mí.
- Puedo ver que aún no tienes claro tus sentimientos, pero aun así te voy aconsejar que le regales esta. - Me dice y luego me tiende una rosa roja de tallo largo muy bonita.
- Pero... - Intento hablar pero ella me interrumpe.
- Hazme caso y dale esta, es la adecuada, no te vas arrepentir ya que para ella es suficiente. Escúchame lo que te voy a decir... ella era y sigue siendo por quien siempre has esperado, ella ahora ha regresado por una muy buena razón y no puedes dejar que se vaya de nuevo... - Me dice la señora en cuanto me da la rosa y toca una de mis manos y yo solo la veo más confundido que antes.
- Tranquilo, ya entenderás más adelante lo que te estoy diciendo. Además, creo que nos veremos de nuevo y la flor es una cortesía de la casa. - Me dice la señora aun sonriendo.
- mmm...
- Ve, no te preocupes. - Me dice, pero cuando trato de sacar un billete de mi bolsillo para pagarle ya que no me parece justo que me la regale, levanto mi cabeza y ella ya no esta y por más que llamo nadie regresa, por lo que ya después de un tiempo me doy por vencido y salgo del lugar para irme hacia la empresa.
Llego a mi oficina y preparo las cosas para la reunión que tengo con Stefania, luego salgo después de unos minutos y me dirijo hacia su oficina, toco la puerta y luego espero a que ella me autorice a entrar.
- Adelante... - La escucho decir.
- Puedo pasar?... - Pregunto al abrir la puerta.
- Claro que sí, ya casi es la hora de nuestra reunión. - Me dice sin mirarme, yo solo entro y me dirijo hacia una mesa para descargar mis cosas ahí y mientras lo hago, ella vuelve a hablarme aún sin mirarme.
- Dame un momento Christofer y termino algo acá para que comencemos.
- No te preocupes, termina lo que necesites hacer primero. - Le digo desde la mesa en donde he dejado mis cosas.
La pobre esta tan sumergida en el trabajo, que no se da cuenta cuando me acerco a ella y le dejo la rosa encima de su escritorio al lado de unos documentos que tiene al lado derecho, mientras la dejo, la observo por un momento y me quedo viendo sus gestos al leer unos archivos en su laptop que me dejan pensativo porque siento que los he visto antes, en alguna parte. Vuelvo a la mesa y cuando aún sigo preguntándome mentalmente en donde los he visto antes o mejor dicho a quién se los he visto, de repente me llega una ráfaga a mi memoria llena de recuerdos, mostrándome que esos gestos se los vi varias veces a ella, a Mariana...