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Chapter 17 - CAPÍTULO 17: DIVIRTIÉNDOSE A MIS COSTILLAS.

Cuando la tormenta disminuye su intensidad considerablemente, decidimos que es el mejor momento para irnos.

 

Renata me presta algo de ropa para andar en la nieve y aunque traté de caminar normal, la rodilla no me dejó. Así que Christofer me cargo durante todo el trayecto hasta su camioneta Hummer equipada para andar en la nieve, que fue en la que vino a buscarme y la había dejado al lado de mi auto.

 

- No te preocupes que en cuanto lleguemos a Margate, conseguiremos ayuda para tu automóvil. - Me dice Christofer al ver mi cara de preocupación por dejar el auto ahí, como a la deriva.

 

- Ahora, lo más importante es llevarte a un hospital para que te revisen. - Continua Christofer hablando al encender la camioneta para comenzar a conducir.

 

Después de unos veinte minutos, llegamos y Christofer de inmediato conduce hacia el hospital más cercano. Al llegar, me entran al servicio de urgencias en una silla de ruedas para que me revisen.

 

Luego de algunas horas de revisión, exámenes médicos y algunas radiografías, el médico nos comunica a Christofer y a mí porque él no quiso dejarme sola en ningún momento, que tengo una fisura importante en la rótula, por lo que tendré que usar una rodillera ortopédica por un tiempo, que tengo una inflamación muy grande en el costado pero que esta irá bajando con la ayuda de los medicamentos y con el pasar de los días. Que tengo que agradecer que no me fracturé ningún hueso con la gravedad de la caída que había sufrido y que también tendría más moretones y rasguños por todo el cuerpo, que tendré que guardar reposo y al final me envió una montaña de medicamentos para el dolor y la inflamación, incluyéndome los de la cabeza, la cual en efecto tuvieron que coserme y limpiarme muy bien la herida porque se estaba infectando.

 

Cuando por fin pudimos salir del hospital, por más que rogué y rogué para que Christofer me llevara a un hotel para quedarme mientras pudiéramos regresar, se negó rotundamente y decide a pesar de mis protestas, llevarme a la casa de su familia que tienen en el lugar, sin contar con que tampoco me quiso llevar a la construcción de la naviera, solo me llevo a una tienda a comprar algo de ropa mientras que llega Max con mis cosas en cuanto pueda viajar, porque aunque la tormenta había cesado casi en su totalidad, el clima seguía siendo bastante malo.

 

Al llegar a una mansión al lado del mar, los empleados de la casa corren a atendernos y a recibirnos con un gran banquete, del cual comimos ambos hasta quedar completamente satisfechos.

 

Después le pregunto a Christofer si ya puedo ir a darme un baño y a cambiarme de ropa, a lo que él me responde afirmativamente, así que me dispongo a subir las escalas despacio hasta el segundo piso cuando él me agarra por detrás para cargarme y subirme en brazos hasta la habitación que habían preparado para mí, dejándome nuevamente sorprendida, avergonzada y aún más cuando veo que todos los empleados nos miran bastante atentos mientras subimos por las escaleras. A la vez, no puedo evitar pensar de nuevo en que aún me siento extraña cuando las personas son amables conmigo cuando no es sobre asuntos de negocios, a pesar de que gracias a mi padre Jhonatan, esos sentimientos de molestia junto con los de desconfianza y otros más en la larga lista, han disminuido considerablemente porque no estaba acostumbrada a las muestras de amabilidad a pesar del cariño que me llegaron a demostrar los Fix. No estaba acostumbrada por los años y años de maltrato y humillaciones que provenían de las personas que deberían de haberme dado amor y protección.

 

Después de que Christofer me deja en mi habitación y me dice como mil veces que si necesito algo le diga sin pensarlo, me doy un baño con agua caliente durante un buen rato y cuando salgo de este con la toalla puesta, veo pedazos de mi cuerpo que no están cubiertos y puedo ver como se ven por mi piel algunos rasguños y moretones por ella.

 

Después de algunos minutos, logro vestirme y recostarme en la cama algo cansada y adolorida, observando el techo de la habitación en silencio por algunos minutos hasta que el cansancio me gana y vuelvo a quedarme dormida. De repente, comienzo a escuchar varios sonidos y voces de personas hablando, me concentro de donde proviene el ruido y me doy cuenta de que viene de la primera planta de la casa, abro los ojos despertándome por completo por el ruido que hay. Me levanto lentamente, tratando de estirarme, sintiendo algo de dolor al hacerlo, veo el reloj y son las siete de la noche por lo que me apresuro a tomarme los medicamentos que me receto el doctor porque me pase la hora en que me las tenía que tomar.

 

Comienzo a caminar un poco por la habitación para observarla más detalladamente, ya que es bastante espaciosa y la decoración es bastante moderna, como la de un hotel cinco estrellas, dándome cuenta de que tengo un balcón. Así que camino para abrir la puerta de cristal corriéndola hacia un lado, dando paso a una ráfaga muy fuerte de aire frio que ingresa a la habitación y se comienza a escuchar el sonido fuerte de las olas al chocar con los rompe olas a pesar de la oscuridad que hay en el horizonte. Cierro los ojos para sentir el viento en mi rostro y respiro profundamente un par de veces para lograr un poco de paz y de tranquilidad por un pequeño momento.

 

- Te vas a resfriar. - Me dice Linda al ponerme como una especie de chal encima de los hombros.

 

- Linda, que gusto verte. - Le digo al cerrar la puerta corrediza del balcón, para luego girarme y darle un abrazo.

 

- Stefania... hija, te ves bastante averiada, te duele mucho?. - Me pregunta ella al revisarme con la vista algo preocupada y acongojada por mis heridas.

 

- No te preocupes, no estoy tan mal como me veo. - Le respondo con una sonrisa.

 

- Bueno... no importa, ya estoy aquí para cuidarte y ayudarte mientras te repones. - Me dice mientras me ayuda a sentar.

 

- Linda, cómo hicieron para llegar hasta acá con este clima?. - Le pregunto con curiosidad.

 

- Terry condujo con mucho cuidado para venir, porque los dos nos tenían con el Jesús en la boca por la preocupación y cuando Christofer nos llamó y nos contó que estabas algo lastimada, decidimos venir aunque nos demoramos mucho más tiempo del que uno se demora normalmente para venir hasta acá. - Me responde.

 

- No debieron haberlo hecho Linda, eso fue arriesgado y peligroso. - Le digo con total seriedad.

 

Mientras hablamos las dos por otro rato, alguien llama a la puerta interrumpiendo un poco nuestra conversación.

 

- Adelante. - Dice Linda.

 

- Puedo pasar?. - Responde una mujer al abrir la puerta.

 

- Claro Bárbara, pasa. - Responde de nuevo Linda.

 

- Que pena molestarlas, pero quiero saber cómo se encuentra la señorita Hayden?. - Dice al entrar la mujer.

 

La observo con algo de detalle y puedo ver que es una mujer muy bonita, tiene el cabello rubio por debajo de los hombros, tiene ojos color ámbar, piel bronceada, cuerpo atlético y con una estatura de un metro con setenta centímetros más o menos.

 

- Usted es la esposa del señor Hoffman, verdad?. - Pregunto al ponerme de pie.

 

- Si, es un gusto conocerla al fin señorita Hayden. - Me responde al acercarse a mí y estrechar mi mano.

 

- El placer es mío señora Hoffman. - Le digo mientras estrecho su mano como una cortesía.

 

- Bárbara por favor, es una pena conocerla bajo estas circunstancias, pero me pongo a su total disposición para lo que pueda necesitar. - Me dice al darme una sonrisa muy amigable.

 

- Igualmente. - Le contesto al devolverle la sonrisa.

 

- Acá están todas... - Comenta Terry al asomarse por la puerta.

 

- Stefania, cómo se siente?. - Me dice al entrar y viéndome de pies a cabeza.

 

- Mucho mejor, gracias por preguntar. - Le respondo a Terry.

 

- Me alegra saberlo, les parece si cenamos?. - Pregunta él devuelta.

 

- Creo que es buena idea amor, por qué no vamos todos de una vez?. - Comenta Bárbara al abrazar a su esposo.

 

- Si hija, vamos. - Responde Linda.

 

Comienzo a avanzar lentamente con la ayuda de Linda hacia la salida.

 

- Me permite ayudarla?. - Me pregunta Terry al acercarse a mí.

 

- Yo la ayudo a bajar. - Dice Christofer al entrar a mi habitación, evitando que le respondiera a Terry y haciendo que todos lo miremos. Sin decir nada más, Christofer de inmediato me carga delante de todos los presentes, provocando que me avergüence de nuevo por las miradas que tenemos encima nuevamente.

 

- No es necesario que me esté cargando todo el tiempo. - Le digo muy seria.

 

- Cuando termines de bajar por las escaleras a tu paso, ya será verano de nuevo. - Me responde alzando una ceja y luego escuchamos como todos se ríen de nosotros al ver la cara de ambos y por el comentario de Christofer.

 

- Amor adelantémonos... - Dice Bárbara y luego él asiente con la cabeza.

 

- Vamos abuela. - Le dice Terry a Linda.

 

Al momento siguiente, ellos se adelantan y salen de mi habitación, yo guardo silencio mientras Christofer avanza por el pasillo conmigo en brazos, pero de repente lo escucho soltar una carcajada, por lo que volteo a mirarlo algo confundida y sorprendida.

 

- Sabes... te ves muy graciosa y a la vez muy bonita cuando te enojas. - Me dice para luego volverse a reír de mi al ver que me sonrojo de nuevo por sus palabras.

 

- Me alegro de que te estés divirtiendo a mis costillas. - Le digo seria y mirando hacia otro lado mientras bajamos las escaleras y él sigue riéndose.

 

- Y mucho, no voy a negarlo. - Me responde muy divertido y sin dejar de sonreír.

 

Finalmente, los cinco pudimos cenar y luego nos entretuvimos conversando sobre lo que tuvimos que pasar en medio de la tormenta Christofer y yo, por lo que Linda no pudo evitar mostrar su agradecimiento con la pareja de campesinos que nos ayudaron a los dos, los mismos que pienso visitar de nuevo en cuanto pueda y ayudarlos con lo que necesiten.

 

Nos quedamos como hasta la medianoche hablando, pero el frio y el cansancio nos termina ganando a todos, por lo que nos vamos a descansar y una vez más Christofer me sube cargada después de burlarse de mí de nuevo por la velocidad de mis pasos, provocando que todos se rían de nuevo por la escena que estamos protagonizando.

 

Al otro día estamos todos reunidos desayunando, cuando comenzamos a escuchar un montón de ruidos y de voces que provienen de la entrada principal de la casa, por lo que nos levantamos de la mesa para ir a investigar que es todo ese ruido que se escucha. Al llegar a la entrada de la casa, puedo ver al señor Scott Hoffman con su esposa ingresar con unas maletas, luego veo a Max y por último veo entrar a...

 

- Hija... - Me dice mi padre al verme para luego caminar rápidamente hacia mí y abrazarme.

 

- Papá. - Le digo al abrazarlo, sintiéndome muy feliz al verlo y más después de que no lo había vuelto a ver en persona desde que me vine a vivir a Londres.

 

- Cómo estás amor?, cómo te sientes?, te duele algo?, te llevo al hospital?. - Me dice mientras me revisa por todos lados.

 

- Estoy bien y estoy muy feliz de verte. - Le digo en un tono tranquilizador, con una sonrisa dibujada en mi rostro para luego volverlo a abrazar.

 

- No se preocupe señor Hayden, ella ya se encuentra mucho mejor y ya no se encuentra tan mal a pesar de como se ve. - Le comenta Christofer al acercarse a nosotros.

 

- Usted es Christofer Hoffman, verdad?. - Le pregunta mi padre al extenderle la mano.

 

- Si señor, pero dígame Christofer y es un placer conocerlo. - Le responde él mientras le estrecha la mano a mi padre.

 

- Pues déjeme decirle Christofer que estaré en deuda con usted por el resto de mi vida por haber ayudado a mi hija. - Le dice mi padre.

 

- No se preocupe por eso señor Hayden, solo hice lo que era necesario.

 

- De todas maneras, muchas gracias.

 

Cuando ellos terminan de hablar, entra Dastan moviendo la cola y parándose en dos patas para llegar hasta mi abdomen y saludarme.

 

- Hola amigo, estoy bien, no te preocupes. - Le digo mientras le acaricio la cabeza, las orejas y parte de su lomo.

 

- Stefania!!!. - Dice una voz que viene de la entrada y a la cual reconozco a la perfección.

 

- Gregor... Gregor!!!. - Digo con total sorpresa al verlo entrar.

 

Él corre hacia mí para luego levantarme del suelo algo eufórico por verme.

 

- Gregor, más despacio que la vas a lastimar. - Le dice mi padre seriamente.

 

- Perdón perdón, es que estoy tan feliz de volver a verte, que no mido mi fuerza... - Me dice al depositarme en el suelo con más cuidado para luego abrazarme y darme un beso en la mejilla.

 

- Yo también estoy muy feliz de verte. - Le digo al oído sin dejar de sonreír.