Las Cifras Supremas no eran convocadas típicamente como Kieran acababa de hacer.
Cada una de las Nueve Cifras Supremas solía empezar a girar antes de que la siguiente se concretara para asegurar que la Cifra subsiguiente rotara en sentido opuesto a la anterior. Eso creaba el enigma requerido para que sus principios operasen.
Actualmente, cada brazo giraba al unísono, el izquierdo girando en sentido antihorario y el derecho en sentido horario, lo cual era completamente extraño para Kieran.
Esto no era su hacer consciente.
Si tuviera que describir la sensación, era como si una comprensión esotérica lo estuviera guiando. Una familiar con la que no podía conectar del todo, pero de la cual podía captar indicios de su presencia.
«Libro... ¿eres tú? ¿Me estás ayudando?»
Aunque no recibió respuesta, Kieran confiaba en su suposición. El Compendio era lo único que poseía capaz de utilizar el Significado de formas que superaban su comprensión.