—Unos siete minutos después…
El General Zieg agitó su mano después de subir al podio una vez más. Su voz tronante retumbó por todo el gran estadio, lleno de vítores, suspiros y anticipación por el creciente suspense de cada uno.
—¡La segunda ronda ha llegado a su fin! Aquellos afortunados que se mantienen en pie han asegurado su posición en la segunda ronda. Aquellos que han caído inconscientes, han sido noqueados o admitido la derrota serán atendidos y enviados a su camino.
El General Zieg miró a algunos de los concursantes abatidos que no pudieron prevalecer contra el desafío de sus pares. —Recuerden, esto no es el fin de su futuro. Si fueron desafortunados, reflexionen sobre sus errores, identifiquen sus debilidades y hagan lo mejor para remoldearlas. Otra oportunidad les espera en el futuro si su corazón es suficientemente resiliente.