La mirada de Carrick se dirigió a Anastasia, que seguía parada mirando la comida. —¡Toma un plato y sírvete comida tú misma, princesa! —dijo mientras sacudía su cabeza.
Avergonzada, Anastasia rápidamente cogió un plato y se sirvió estofado de conejo. Tomó cubos de queso que estaban envueltos en un paño en su plato. Carrick se levantó de su lugar y le ofreció que se sentara. Ella sonrió y le agradeció. Podía sentir los ojos de Darla sobre ella, pero la evitaba.
—Íleo, conozco esta posada en Óraid donde sirven uno de los mejores corderos asados con salsa verde. —Le ofreció una cucharada de estofado. Él trató de tomar la cuchara de su mano, pero ella llevó la cuchara a su boca. —¡Hoy te haré comer hasta saciar mi corazón! —dijo.
Íleo abrió su boca y ella le dio el estofado.