—No —Ihrysh bufó—. Están todos aburridos como el infierno. Saltarán ante la oportunidad de escuchar lo que has estado haciendo. Será mucho más interesante que nosotros.
Había un sentido nervioso en ella y en los demás, pero Gahrye lo atribuyó a todo por lo que acababan de pasar. Él también estaba tenso.
—En ese caso, ve a decirles a los demás que estoy aquí y tráelos de vuelta. Tengo unas horas. Os lo contaré a todos juntos para no tener que repetirlo.
Se levantaron de un salto, parloteando y diciéndole que no se moviera, emocionados por tener algo que hacer, pensó mientras los veía dar media vuelta y prácticamente correr fuera de la cueva.
Todos excepto Elyn, que se quedó a su lado hasta que los demás desaparecieron por el camino.
Cuando se volvió para preguntarle si estaba bien, ella se inclinaba para olerlo. Vio el momento en que se dio cuenta y su boca se abrió mientras sus ojos perdían algo de su luz.
Él había estado cerca de Elyn, una vez.