Antes de partir de las Torres de los Magos, donde Thalrion yacía cautivo bajo el hechizo de Elrendar, el grupo se reunió una última vez en el patio de la torre. Aria y Alex intercambiaron miradas cargadas de determinación, mientras Elrendar expresaba su pesar por no haberse dado cuenta de que Thalrion había asumido el rostro de uno de sus magos.
Elrendar: "Mis disculpas, jóvenes, por no haber detectado la artimaña de Thalrion a tiempo. Lamento no haber sido más cauteloso."
Aria, con una mezcla de odio y deseo de venganza hacia Thalrion, apretó los puños con fuerza, jurando hacerle pagar por sus acciones. Alex, sintiendo el peso del deber sobre sus hombros, prometió a Elrendar que lucharían juntos para proteger el reino de cualquier amenaza futura.
Mientras tanto, el rey León, decidido a castigar a Thalrion por sus crímenes en su Reino de Regalía, ordenó llevarlo consigo. Con Thalrion bajo custodia, el grupo emprendió el viaje de regreso hacia la capital. Sin embargo, el camino más corto hacia Regalía estaba obstruido, obligándolos a tomar un desvío a través del desierto de Desieria.
Con un último vistazo a la torre que había sido su hogar temporal, el grupo se adentró en el vasto y ardiente desierto, enfrentando nuevos desafíos y peligros en su búsqueda de justicia y seguridad para su reino.
Mientras el grupo partía de las Torres de los Magos, dejando atrás el resplandeciente edificio, Elrendar se retiraba a sus aposentos, sumido en sus pensamientos. De repente, una presencia oscura y misteriosa emergió de las sombras, sorprendiendo al mago.
Elrendar: "¿Quién eres tú?"
La figura encapuchada se despojó de su capucha, revelando un rostro que dejó a Elrendar atónito.
Figura Encapuchada: "Me llamo Zephyrus. ¿Te sorprende que esté vivo, Elrendar?"
La mención de ese nombre desencadenó una oleada de recuerdos en la mente de Elrendar, quien recordó a un antiguo compañero de Aldrich cuando peleó con el anterior rey demonio.
Elrendar: "¿Zephyrus? ¿Eres tú? ¿No eras compañero de los antiguos héroes como Aldrich, Eldor…?"
Antes de que Elrendar pudiera terminar su pregunta, Zephyrus lo interrumpió con un gesto despectivo.
Zephyrus: "No mencioné esos nombres despreciables, Es hora de que pagues por tus errores."
Con un gesto de su mano, Zephyrus lanzó un poderoso hechizo de gravedad, haciendo que Elrendar cayera al suelo con fuerza, sangre brotando de su boca por el impacto.