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Chapter 31 - La luz que se esconde en el interior

La luz que se esconde en el interior

—¿Te has desmayado otra vez señor? Tenía tiempo sin verte en este plano.

Shyun había cambiado nuevamente, cada vez que entraba en ese lugar ella cambiaba lentamente, especialmente cuando fortalecía mi conexión con el ether.

—Cada vez que te veo cambias más, dime, ¿estoy a salvo ahí afuera?

Ella miró hacia arriba por un momento, para luego crear un asiento con el ether dentro del plano espiritual e invitarme a tomar asiento.

—No te preocupes, no vi ni un alma cerca de ti, puedes descansar hasta que tu cuerpo esté listo para levantarse.

Hice caso a su petición y tomé asiento a su lado, su forma ya no me asimilaba tanto a la de Nagisa, tenía muchas características que me eran conocidas, un cabello corto con rulos, ojos en espiral, un vestido occidental hecho de luces y un rostro similar al de Hiyori.

—¿Por qué estoy aquí Shyun? Incluso si me desmaye, normalmente no suelo conectarme a este plano con facilidad.

Una esfera de ether flotó sobre mi mano, revelando un carácter rúnico que no había visto antes. Miré a Shyun por un segundo nada más divisarlo, ella cerró sus ojos brevemente para luego mover su mano, repentinamente todo el lugar cambio, pilares de piedra se alzaron y en el centro del lugar apareció un lobo dorado que parecía estar formado por ether. Su cuerpo translucido no daba a relucir el pelaje cenizo que gozaba aquel a quién me había enfrentado con anterioridad.

«¿Qué método usa Shyun para crear estas construcciones de ether? Me encantaría poder entender lo que piensa»

Shyun aplaudió y el lobo empezó a moverse al igual que lo hizo aquella bestia dorada que enfrenté una vez, una formulación rúnica apareció entre sus patas; Sylph, Aleph, Aión. Caracteres que al juntarse se podrían leer como: Viento divino que permanece.

«Como podría este simple lobo tener semejante conocimiento a su disposición, aunque el patrón no es de ataque, si hubiese usado una runa de potencia y una amplificación pudo haberme acabado con un simple suspiro en aquel entonces.

Mientras contemplaba la creación de ether que Shyun me mostraba, un escalofrío recorrio mi cuerpo y por puro instinto moví mi brazo para detener los dientes de la bestia tratando de devorarme.

Al no tener armar reuní el ether del lugar en la palma de mi mano libre y con una onda expansiva me zafé de su agarre, de mi brazo lastimado solo brotaba un líquido dorado que se selló rápidamente. La bestia cesó su movimiento cuando Shyun aplaudió nuevamente, una sonrisa de oreja a oreja impregnaba su hermoso rostro, aunque por su aparente ceño fruncido supe que estaba molesta.

«¿Porqué está molesta? Mejor dicho, ¿qué es todo esto? ¿Una especie de prueba? Bueno, ya pude contemplar esa hermosa runa que usó alguna vez esa bestia, me pregunto cómo fue que Shyun la recreó».

Mientras estaba perdido en mis pensamientos, los pasos de Shyun resonaron por toda la habitación conforme se acercaba lentamente a mí. Pesé a lo curioso que era ver ese tipo de comportamiento en ella, la nueva runa y su capacidad para formar construcciones de ether lograron cautivar mi curiosidad.

Ella se detuvo enfrente mía, ni siquiera me había dado cuenta de que había llegado, salí de mi trance y esperé a que hablara, parecía estar bastante molesta porque la estuve ignorando, no quería hacerla enfadar, pero la curiosidad me había ganado.

—No entiendes nada Hayato, a partir de ahora tienes prohibido usar esa técnica, no me importa si te la enseño ese tipo con ojos de palo y coleta al que tanto admirabas, cuando usas el ether de esa forma me da dolor de cabeza.

Su tono me asustó y caí al suelo debido a un tropiezo, ella abrió los ojos mientras sostenía la runa que aquella imitación del lobo ostentaba.

—¿Así que quieres reemplazar esa técnica con esta runa? No sé ningún ataque aparte de la explosión rúnica.

Shyun me tiró al espacio del lobo con una patada y luego chasqueo los dedos, repentinamente el pelaje de la bestia se contrajo, un viento gélido sopló por toda la zona concentrándose alrededor del lobo como si de un aura se tratará.

Traté de usar el ether para implosionarlo como de costumbre, pero por alguna razón la energía desobedeció mis ordenes y se dispersó dejándome solo contra el ataque de la bestia. El lobo rugió liberando toda la energía que había acumulado con un proyectil de aire comprimido que desvaneció mi brazo izquierdo.

Shyun chasqueó los dedos nuevamente, ostentado la runa con soberbia ante mí, su personalidad ya no era de mi agrado, aunque de alguna forma me parecía confiable.

«De repente su personalidad se parece a la de Hiyori».

Suspiré y me concentré en tratar de formar las runas que me había mostrado, pero era simplemente imposible lograrlo en tan poco tiempo, aprender una runa no era sencillo y estaba preocupado por lo que estaba sucediendo afuera. Sin embargo, la determinación de Shyun superaba con creces a mis quejas.

Una y otra y otra vez, repitió el proceso de hacerme luchar contra la bestia incontables veces, las suficientes como para que los caracteres rúnicos que cercenaban mi cuerpo continuamente se tallaran en mi memoria.

 

¿Habían pasado horas? No podía cansarme dentro de mi propia alma, todo el dolor que sufría no era más que una simulación y mi mente estaba en su mejor momento. Sylph, Aleph, Aión, Ifrit. Formé mi propia runa y condensando el ether a través de ella creé una llama con la fuerza necesaria para convertir a la bestia en cenizas doradas.

Shyun gritó de emoción al verme realizar el hechizo para luego chasquear sus dedos nuevamente, de las cenizas surgieron cinco guerreros con una armadura dorada del imperio Qin y lanzas fulgurantes que inmolaban la oscuridad.

Sin darme tiempo para parpadear repetidas estocadas se abalanzaron en mi contra, cortando mis dedos, atravesando mi pecho, rebanando mi cuello. Normalmente hubiese usado la técnica de pasos, pero mi cuerpo no pudo responder a tiempo.

Apreté los dientes mientras a duras penas lograba formar la formulación rúnica para liberarme, no pude concentrarme bien y simplemente empujé lejos a mis enemigos con una onda de aire, sabiendo que no tendría oportunidad sin ellas, me armé con una formulación rúnica en cada mano y me preparé para luchar.

Los soldados atacaron con una coordinación que muchos aventureros del pueblo envidiarían, sin ser capaz de evitar sus ataques aproveché mi condición inmortal para penetrar en su formación y cortar la cabeza de uno acumulando ether en la forma de una cuchilla a través de la runa.

Sus ataques no cesaban, pero mi voluntad ardía tan fuerte como el sol y transformado en una masa dorada que perdía su forma lentamente decimé sus filas poco a poco, mientras el espíritu que normalmente era servicial observaba con euforia como obedecía sus peticiones.

—¡No se qué tratas de enseñarme Shyun, pero me aseguraré de pasar esta prueba!

Ella cortó el acto y con un chasquido desvaneció al único soldado que quedaba combatiéndome, casi al instante mi forma estaba como nueva. Agachó la cabeza y el reino de mi alma había vuelto a ser un lugar oscuro iluminado por el ether.

—Ya no tengo más que enseñarle señor. Este acto no ha sido más que un método para llevarlo a sus límites y aumentar su eficiencia en el combate, las técnicas que utiliza son ineficientes a la hora de resonar con mi ser—explicó mientras hacía una reverencia.

No entendía bien a lo que se refería, pero lo cierto es que cada vez que la visitaba terminaba mejorando de una forma u otra con mi manejo de la energía primaria.

—Entiendo, aunque la próxima no es necesario que copies la severidad de los entrenamientos de Hideaki e Hiyori, puedo aprender sin necesidad de eso.

Ella levantó el rostro para verme extrañada.

—Entiendo, sin embargo, determiné que los métodos que he utilizado son los más adecuados para tratar con su persona.

Lentamente pude sentir como mi cuerpo era arrastrado hacia el suelo como si estuviese parado sobre arenas movedizas, Shyun se despidió con la misma actitud servicial de siempre, pareciera que nunca se comportó como una amalgama de las peores cualidades de mis maestros.

«¿Acaso Shyun cree que soy un masoquista o algo? No entiendo cómo interpreta lo que ve desde ahí adentro... debería preguntarle a un mago de Avalon sobre ese tipo de comportamiento en los espíritus».

Cerré los ojos por un instante para ver el brillo del atardecer mientras todo mi cuerpo continuaba doliendo y las armas que llevaban mi espalda me hacían sentir incomodo al estar tirado en el suelo.

Junté fuerzas para ponerme de pie y caminé lentamente hasta el puesto de avanzada que por suerte estaba casi a mi lado, nada más llegar encontré al guardia comiendo sin ninguna preocupación, le reporté la ubicación del cadáver de la serpiente y sin fuerzas restantes esperé a que la caravana de algún comerciante pasará mientras estaba arrecostado en la pared.

Sin que me diese cuenta el sol había salido nuevamente, el sonido del traqueteo de un carruaje me había despertado, una caravana de comerciantes siendo resguardada por un par de aventureros Acadianos estaba marchando hacia el bosque.

Me acerqué a ellos lentamente con los brazos alzados en el aire, lo último que quería era ser atacado en el pobre estado en el que me encontraba. Tuve suerte de que los Acadianos eran arrogantes y al ver mi medalla de bronce me cobraron veinte piezas de plata por subirme a su carruaje.

«Al menos el viaje me salió barato, cuando llegué al pueblo tengo que limpiar la cabaña y reunirme con Hiyori en el gremio. Menudo dolor de cabeza».

Evité quedarme dormido durante el viaje, la caravana se movía lento, pasé aproximadamente tres días de viaje sin dormir, no podía confiar en los desconocidos que viajan a mi lado.

Nada más llegar al pueblo corrí hasta la cabaña empujando a la gente de las calles con locura, al llegar a la entrada desbloqueé la puerta, mi cuerpo se liberó del estrés y mis músculos se relajaron, mi consciencia no tardó en desvanecerse lentamente y caí al suelo.

—Te lo dije Aoi, este tipo es un desastre por su cuenta.

«¿Esa voz...?».

—Tú ayúdame a llevarlo a su cuarto.

Finalmente terminé desmayándome mientras sentía como mi cuerpo era cargado sin cuidado chocándome con los muebles y las paredes de la casa. Cuando recobré la consciencia estaba acostado con cuidado en la cama y había personas caminando de un lado a otro por la casa.

Nada más abrir mis ojos pude reconocer la mano que me ofrecía ayuda, su inmaculado manto de sacerdotisa relucía como nunca y mi amigo siempre le ofrecía una ayuda a aquella mano.

En cuanto volteé mi mirada para rememorar los bellos recuerdos de amistad, la chica se sorprendió y con angustia llamó a mi viejo amigo.

—¡Gell, ven aquí. Hayato ya despertó!

Mi cuerpo empezaba a recuperar fuerzas, conforme trataba de levantarme podía escuchar los pasos preocupados que se acercaban a la habitación, había sido un día raro y ahora me había encontrado con gente que estuve evitando por un buen tiempo.

—Mira que no podemos dejarte solo, me preocupé cuando te vi corriendo por la calle como un maniático empujando a la gente como loco.

Ella continuaba siendo tan enérgica como siempre, al verla regañándome con emoción y alegría no pude evitar sentir que su elección había sido la correcta, al menos para ella. 

«Me pregunto... ¿Estaré solo de nuevo cuando este encuentro terminé? No me he reunido con nadie aparte de Hiyori desde hace un tiempo».

Pensativo apreté mis puños mientras pensaba sobre que hacer en cuanto el momento terminase, los pasos que andaban por la casa se detuvieron y mi viejo amigo entró a la habitación, aún podía ver la sombra del brazo que había perdido.

—Ha pasado un tiempo Hayato, quédate quieto, Jessica vendrá con algo de comida en un rato.

Hice caso a su palabra y sin decir una palabra esperé en cama hasta que llegará, había pasado un tiempo desde que había sentido la cabaña como mi hogar.