Chereads / Cronos: Tale of the dark adventurer / Chapter 17 - Un desquiciado llamado Yao

Chapter 17 - Un desquiciado llamado Yao

Un desquiciado llamado Yao.

Confundido salí corriendo hasta una hoguera dentro de la cueva, hacía demasiado frío, suficiente como para que mi cuerpo temblara y doliera. Me desprendí de la armadura de cuero y me quedé sentado cerca de la hoguera, era imposible para mí soportar el ambiente gélido.

Mientras me sentía reconfortado por el calor de la brasa repentinamente un frío viento recorrió todo mi cuerpo. Las llamas de la hoguera se habían reducido a ceniza, me estaba muriendo del frío y no tenía nada para abrigarme.

—Vamos, no tenemos todo el día.

Estaba confundido, Yao estaba parado en la entrada de la cueva con un bastón de madera en la mano. Me alcé mientras temblaba y caminé lentamente a su dirección, la nevada no me dejaba ver con claridad y mi cuerpo empezaba a sentirse débil.

Cuando logré llegar a su lado este me dio el bastón de madera y luego me lanzó hacia la nieva. Tras caer en esta, sentí como si todo mi cuerpo estuviese siendo devorado lentamente por una llama abrasadora, el frío penetraba todo mi cuerpo.

A pura fuerza de voluntad logré levantarme y observar al maníaco que me hacía sufrir así apenas despertaba. Yao tenía una gran sonrisa en su rostro, observé como el ether se reunía a su alrededor para formar un círculo.

Cuidadosamente un flujo constante de ether dibujo un enorme círculo en el aire, logré reconocer los caracteres del lenguaje rúnico: Ether, control y crecimiento. Instintivamente tape mi rostro, una corriente de viento fue liberada cuando el resto de ether entró en contacto con el círculo previamente formado.

La corriente era demasiado fuerte, salí volando por los aires, junto a un montón de nieve, siendo arrastrado por este. Miré hacia atrás, estaba a punto de golpear una roca, me concentré tanto como pude y formé una plataforma de ether en la que logré aferrarme a duras penas.

La ráfaga de viento continuaba incansablemente, me desesperé al ver como la plataforma empezaba a disolverse. Desesperado continué creando una plataforma tras otra, mis manos dolían, mi cuerpo quería ceder y mi nariz sangraba. Me mantenía consciente a duras penas, sin saber bien que estaba pasando.

Incluso perdí la noción del tiempo mientras luchaba por mi vida, cuando finalmente mis manos se soltaron y el ether dejo de obedecerme el viento finalmente se detuvo. Escuché tenuemente los pasos de alguien caminando en la nieve, estaba claro que era Yao, no me quedaban fuerzas para hablar o confirmarlo.

Aproveché para descansar, tras pasar quién sabe cuantas horas soportando una muerte casi segura el simple hecho de relajarse parecía ser un sueño lejano. Nunca se me pasó por la mente que algo pudiese llegar a desesperarme hasta tal punto.

En cuanto desperté recibí más de lo mismo, sentía como todo mi cuerpo era apuñalado por el hielo y el viento, la nieve me golpeaba constantemente y mis manos empezaban a sangrar después de soportar con el ether durante tanto tiempo. Al parecer logré resistir un poco más en comparación al día anterior, el maniático no detenía su conjuro hasta que mi cuerpo no soportaba más.

Hizo eso tantas veces que empecé a perder la cuenta, con cada intento lograba soportar más, el hambre no tardó en llegar, la situación había logrado que la ignorase durante un buen tiempo, pero mi cuerpo ya no podía permitirse ignorarla.

Cuando mi cuerpo cedió nuevamente, logré levantarme con pura fuerza de voluntad, había un estofado de carne en una olla, con muchas dificultades logré comer hasta reventar. Mi estomago no se sentía preparado y tenía ganas de vomitar, pero me forcé a comer para reponer mis fuerzas.

Tras dar un último bocado mi cabeza empezó a sentirse pesada y me quedé dormido, me desperté tras tener una pesadilla. Era diferente a lo que había acostumbrado, incluso me pareció extraño no ser apaleado apenas despertaba.

Había una nota con un mensaje escrito en mi mano, en ella estaba dibujada la runa de amplificación. Reuní el ether a mi alrededor e intenté recrear la formación rúnica, lo intenté muchas veces, era complicado ordenarlo en una manera tan específica, aun así, quizá por el entrenamiento infernal que había estado recibiendo, no tenía ganas de rendirme.

Logré formar la primera runa tras fallar una infinidad de veces, por mera curiosidad hice una explosión de ether, no usé gran cantidad, sin embargo, el resultado fue impresionante, la explosión resultante no tenía nada que envidiarle a una acumulación masiva de energía.

«¿Este es el poder que es capaz de otorgar una runa? ¿Qué tan fuerte puedo volverme con esto?».

Con el tiempo la runa se desvaneció, por la emoción del momento no pude evitar intentar repetidamente formar la runa nuevamente, mi nariz sangraba y el hambre se daba a notar, no les daba importancia alguna, crear la runa me parecía mucho más emocionante.

El patrón rúnico se repetía en mi mente, mientras que las luces se reunían constantemente sobre la palma de mi mano, todo para alimentar mis ansías de poder. Logré formar la runa nuevamente, caminé fuera de la cueva y lancé continuas explosiones, el poder era impresionante.

La fatiga golpeo repentinamente, todo mi cuerpo se sentía cansado y me costaba caminar, limpié la sangre de mi nariz usando la manga de mi camisa y regresé a la cueva. No había señal alguna de Yao, siempre que despertaba encontraba estofado caliente, así que no podía quejarme.

Antes de caer rendido comí lo que restaba del estofado. No tardé mucho en quedarme dormido, para mi sorpresa me encontraba nuevamente en el mundo de sueños donde residía Shyun.

Ella estaba esperando sentada sobre una especie de roca formada con ether, para mi sorpresa también vestía ropa abrigada. Como de costumbre me recibió con una sonrisa.

—Bienvenido Hayato.

Me senté sobre una especie de banca construida con ether, Shyun parecía estar disfrutando la compañía.

—Ha pasado un tiempo desde que estuve aquí. ¿De qué se trata esta vez? ¿He logrado otro avance?

Shyun aplaudió.

—Así es, me mostró algo muy interesante.

Tras decir eso Shyun formó la runa de potenciación con suma facilidad, no pude evitar sorprenderme.

—Como se esperaba de un espíritu, eres muy habilidosa.

Shyun sonrió.

—A partir de ahora debería serle más fácil crear esta runa. Cada vez que la formé su cuerpo se ira acostumbrando, por favor siga mejorando.

La sonrisa de Shyu se desvaneció y empecé a caer al vacío, ya estaba acostumbrado a esa sensación, quizá por el entrenamiento infernal que había estado recibiendo. Cuando abrí los ojos fui recibido por la luz del día, la nieve brillaba con intensidad y la fogata ardía.

«Otro día más formando runas, bueno... no es que tenga otras opciones para hacerme más fuerte».

Por un momento, el ambiente de la mazmorra paso por mi mente, recordé el olor de la putrefacta sangre de los cadáveres y las imágenes de los cadáveres empezaron a atormentarme, particularmente el rostro del cuerpo sin vida de Feng.

Me di un golpe en el rostro y continué preocupándome por mis propios asuntos, formar la runa era mi máxima prioridad, cuantas más veces fuese capaz de hacerlo, más fuerte me volvería... además, me ayudaría a olvidar todo.

Aparte los pensamientos deprimentes de mi cabeza, la prioridad era formar la runa. Se volvió una especie de rutina, día tras día me sentaba en la cueva para masterizar la creación de la runa de potenciación, cada carácter del lenguaje rúnico se marcó fuertemente en mi mente.

«¿Cuántos días han pasado desde que empecé a hacer esto? Me toma un minuto formar la runa y solo logró hacer una de cada tres veces, es demasiado complicado, pero también he avanzado lo suficiente como para no rendirme».

Día tras día pase formando la runa, ¿cuántos días habían pasado desde que había llegado a ese lugar? Solo me podía distraer creando runas.

«Dejarme llevar por los pensamientos es lo último que necesito. Por ahora continuaré formando esta runa, una y otra vez, hasta que logre crearla con naturalidad. Hasta que eso pase no pienso regresar, no hasta que sea más fuerte».

Nuevamente formé runas repetidas veces, casi en automático, tanto así que había perdido la cuenta de cuantas había creado. ¿Siquiera cuantas veces lo habías hecho ya? ¿Cuánto tiempo había invertido en ello? De nada servía cuestionarlo, lo cierto es que el método era efectivo.

Al final, logré formar la runa casi con la misma naturalidad con la que respiraba, la técnica de desplazamiento había mejorado enormemente, no, todas lo habían hecho. Explosiones rúnicas, campos de minas, plataformas, la runa de potenciación había abierto un nuevo mundo de posibilidades.

«Esta es la fuerza que había codiciado, valió la pena poner tanto empeño en ello».

Salí de la cueva y caminé un rato, me detuve ante una formación de hielo, había un chico con el cabello largo y un aspecto demacrado, tenía ojeras marcadas y parecía estar débil. El hielo reflejaba al verdadero yo.

Regresé a la cueva y tomé la daga que había dejado abandonada, guiándome por el reflejo formado por el hielo corté mi cabello, lo dejé más largo que de costumbre. Normalmente acudiría a Aoi o Jessica para que me ayudaran, pero no podía darme ese lujo, no quería hacerlo, nunca más.

«Últimamente estoy pensando mucho en la aldea, ¿será que me he relajado demasiado? Por ahora, supongo que tengo que probar mi nueva fuerza».

Fuertes pisadas sonaron desde la lejanía. Un gigante de piel cyan, nariz enorme, orejas puntiagudas y ojos que parecían podridos se erguía ante mí, portando un mazo de madera del tamaño de un árbol.

Lo primero que se paso por mi mente fue huir, sería sencillo hacerlo, solo usaría la técnica de pasos y llegaría a la cueva en un santiamén, después de todo algo de ese tamaño no sería más veloz que el yo actual. Eso era cierto, pero, la emoción de la aventura subió a mi cabeza nuevamente, como la vez que acabé con el lobo.

Logré ver de reojo como el hielo del suelo daba a relucir una especie de sonrisa maniática, ¿ese era yo? Tomé la daga en la mano derecha y formé una runa de potenciación en la izquierda, formé el ether en runas posicionadas alrededor de la criatura y me desplacé a alta velocidad. Él intento de atacarme con su mazo, pero evité el ataque con le técnica de pasos y apuñalé uno de sus ojos.

La daga se había cubierto de sangre, está se congelo tiñendo mis guantes en carmesí, por parte de mi enemigo, no parecía poder leer mis movimientos, mucho menos contraatacar. Use el desplazamiento para ir hasta su espalda y apuñalar repetidas veces, sus gritos de dolor resonaban por toda la zona.

Trató de agarrarme, pero era muy lento, parecía un Rulislug (Especie de caracol más lenta de Cronos) si lo comparaba con Hideaki o Hiyori. Mientras se retorcía por el dolor aproveché para apuñalar su cuello y luego lanzar varias descargas de ether.

Quedé empapado por su sangre, era la primera vez que mi ropa no estaba manchada por sangre que no fuese mía. La imagen de los pisos inundados de sangre en la mazmorra interrumpió mis pensamientos, Dejé atrás el cadáver y regresé a la cueva, Yao estaba esperando en ella.

Un círculo rúnico se formó ante él, reaccioné tan rápido como pude y escapé de su rango, Yao aplaudió desde la lejanía. Parecía estar orgulloso.

—Bueno, el viejo tenía razón, un entrenamiento infernal puede templar hasta al guerrero más inútil.

Me acerqué con cautela y me detuve al estar frente suya, él me lanzó un atuendo abrigado, un saco lleno de suministros y otro lleno de libros. Luego caminó afuera y me guio a un trineo, parecía estar perdido en sus propios pensamientos.

Lo seguí mientras jalaba el trineo, llegamos hasta una colina empinada. En ese momento Yao se detuvo y me ordenó subir al carruaje. Luego se colocó detrás de mí y le dio una patada al carruaje.

Asustado traté de mantener el vehículo estable, terminé estampándome contra un montón de nieve, el contenido de los sacos se dispersó por toda la zona. La silueta del mago se lograba ver en la cima de la colina.

—¡No vuelvas hasta conseguirme el corazón de un regente troll!

«¡Debes estar bromeando hijo de perra!».

Cabizbajo reuní las cosas que se habían dispersado y jalé el trineo.

«Lo último que quiero es hacerlo enojar, me pregunto qué rayos será un regente troll».