Sentado en el sillón del salón, Heim se encontraba viendo las noticias con un rostro claramente aburrido, habían pasado el tiempo y quedaban poco más de tres días antes de su cumpleaños. Su madre, por supuesto que tenía planeado algo para aquel día, pero no le había contado el qué.
—De todos modos, no es muy importante - murmuró antes de negar con la cabeza, siendo totalmente sincero, apenas su cumpleaños se diferenciaba de un día más. No le gustaba celebrarlo como a los demás, con tal de que su familia cercana estuviera ahí, era suficiente para él.
Y bueno, así es como pasaban todos sus cumpleaños, su padre traía a la mujer con la que está actualmente además del hijo e hija que mantiene de esta misma. Aunque no se caían mal, no interactuaban demasiado por incomodidad entre la familia. Aparte de que eran poco más mayores que él. — En fin, ¿qué puedo hacer hoy? - se levantó del sillón y caminó hacia la ventana, era un día nublado con bastante viento. Las cosas se habían acelerado después de que su escuela pasara lo de la bestia, las noticias aún contaban la situación para evitar posibles repeticiones de esto, añadiendo más seguridad y cosas así, pero Heim sabía que no se repetiría, a no ser que con el tiempo hubiera otra persona como él.
Ahora sí, el guardia Ricardo le había aceptado en entrenar con un arma, ¿que cuál escogió? Entrenó con varias pero ninguna le satisfacía, la lanza no era capaz de usarla en entornos variados, el hacha de batalla era demasiado pesada y grande para él, la espada era bastante versátil pero no le convencía. Nada le gustaba, el arco, mucho menos. Era algo que le interesaba pero la práctica era increíblemente complicada, al final se terminó yendo por la idea de usar la espada, no le terminaba de gustar la idea pero algo tenía que usar para sobrevivir, además era el tipo de arma más común en las pruebas. — Me duele el cuerpo, pero es necesario, maldita suerte - con él no guardó su secreto, confiaba lo suficiente en él como para contarle de lo sucedido y cómo intentaba evitar la muerte con suficiente preparación.
— Se descubrió cómo los grupos criminales tenían tantos despertados, usaban una pastilla que forzaba el despertar de la fluctuación vital, pero esto reducía el tiempo de vida a tan solo unos años. - ¿Despertados artificiales? Eso le interesó a Heim, preguntándose qué pasaría si usara una de esas pastillas cuando ya su poder estaba medio despierto, ¿lo llevaría al máximo forzadamente o simplemente aceleraría el proceso de adaptación? Su cuerpo se había acostumbrado al poder que tenía, pero sabía que cuando la prueba llegara este se incrementaría en bastante, o eso quería creer.
Soltó una risa burlona mientras imaginaba las posibilidades que el mundo ofrecía, — Habrá algún loco que creará abominaciones artificiales en algún punto, lo creo - esperaba que no, pero sabiendo cómo era el mundo, sin duda lo haría.
Soltó un suspiro, diciembre se acercaba con cada día que pasaba. Pronto su vida "común" terminaría por completo, aunque ya no se le podía llamar normal después de la persecución que tuvo con esa bestia.
Sacó su teléfono solo para quitarse el aburrimiento, abriendo alguna red social para pasar el rato y ver qué nuevo había. No tenía con quién charlar ya que su madre estaba ocupada como siempre, Xavier estaba con sus responsabilidades y no quería salir de casa con ese clima.
— Se me antoja dormir, pero bueno. - caminó hacia su habitación y miro su armario para sacar algo de ropa y ponérsela, saldría a dar un paseo para aclarar su mente, mañana saldría con su madre también así que podría pasar algo de tiempo con ella. Sus compañeros de escuela estaban recuperándose del trauma de ver morir a sus amigos y la bestia, no todos tenían la fortaleza mental para superarlo tan rápido, así que les daría su tiempo y espacio.
Además de que no quería responder sus preguntas de cómo pudo hacer tal cosa, simplemente no estaba del ánimo como para hacerlo.
...
Había agarrado algo de dinero propio, bueno, de su mesada para ver si algo del centro le interesaba. No tenía más sitios donde ir así que el centro de la ciudad siempre sería la opción perfecta, quería algo de comer de locales y divertirse viendo una película en el cine. Se podría decir algo básico, pero casi nunca lo hacía, mientras se hundía en su mente no notaba lo que pasaba a su alrededor, solo veía el camino de enfrente.
Eso llevó a qué alguien más igual de distraído que el, chocara con Heim, — Ah, lo siento - se disculpó la voz, volteando a ver quién era de encontró que era alguien familiar. No sabía de dónde pero solo había una opción, la escuela. — Nah, no pasa nada - tampoco se iba enojar por algo como eso, analizándola miró que no era alguien que destacara mucho, era una chica normal, quizás del aula continua a la suya, se habrán visto una o más veces.
— Uh, tú no eres... ¿Cómo era? Discúlpame - Heim tampoco conocía su nombre así que no podía quejarse, simplemente respondió amablemente.
— ¡Lo sabía!, sí. Todos hablan de ti, bueno, es sorprendente que hayas podido escapar por tanto tiempo, ¡fue increíble! ¿Haces ejercicio o algo así?... - El aluvión de preguntas comenzó y no pudo hacer más que contestar sin intentar sonar mal.
— Ah, espera un poco. ¿Cómo que todos? O sea, sé que me vieron pero... Ay es verdad, tienen grupos de chat ustedes. Si, no, bueno un poco de ejercicio, ah, realmente no voy a ningún lado, no suelo pasarme por aquí, ¿y tú? - estaba por preguntar por alguna recomendación pero quizás la chica tampoco sabía, así que preguntar era quizás la mejor opción, quizás si no estaba ocupada podría pasar algo de tiempo con alguien, necesitaba charlar con otras personas para no olvidar cómo ser sociable.
— ¡Sí sí! ¿Eres aprendiz de alguien? Hay rumores de que un salvador te acogió para entrenarte, ¡que por eso eres tan ágil! ... Perdón si me emociono, es que imagino la posibilidad de conocer a un famoso antes de que siquiera lo sea, estaba con mis amigos pero me perdí, ¿Sabes dónde queda el- Oh, olvídalo - se dió una palma en el rostro, recién había escuchado de que Heim no pasaba mucho por ahí y se le ocurrió preguntar.
El chico soltó una risa, había conocido a alguien quizás tan distraído como su antiguo mejor amigo. Quizás era el momento de abrirse y conocer más gente, tenía que aprovechar antes de siquiera morir, no esperaba hacerlo pero la motivación que venía ante la idea de evitar fallecer era increíble. — ¿En serio hay gente que cree eso? Bueno, no es así, solo son instintos, y no te preocupes, tampoco es que me moleste. ¿Por dónde estaban tú y tus amigos? Quizás sigan allí buscándote si es que vamos -
La chica le respondió y también se presentó, dijo que se llamaba Sam, le contó a detalle que venía con su hermano Samuel y otros personas más, Heim se burló internamente de los nombres que los padres de la chica le pusieron a cada uno."igual de originales que la mierda, jajaja" La chica hablaba demasiado y era terriblemente extrovertida, Heim tuvo que forzarse a escuchar y preguntarse si era buena idea haber dicho de buscarlos. Pasaron unos cuantos minutos y llegaron a un parque bastante lindo, era mucho más grande que el que estaba cerca de su casa.
— Estábamos por ir a comer cuando me separé por... imbécil - soltó un suspiro leve, por lo que pudo ver de Sam, era alguien bastante activa y con una gran batería social, sería la típica amiga que conoce a todos en un sitio gigantesco. Caminaron un poco más para adentrarse en el parque, la chica dijo que empezaría por la zona donde pararon sus amigos y ella. Al final, parecía ser que sí la esperaban, había un gran grupo de gente. Por lo que pudo ver Heim eran dos chicos y tres chicas más. — A la mierda - no pudo evitar susurrar el pelinegro ante la idea de estar con tanta gente que no conocía. Además de que cuando se acercaron, todos voltearon a verlo fijamente.
— ¡Holaa volví! ¿Me extrañaron? - Sam interrumpió el silencio incómodo y todos voltearon a verla y hablarle con ánimo, Heim estaba pensando en irse sigilosamente cuando alguien más tocó su hombro. Se estremeció un poco y giró su cabeza lentamente, solo para ver a la versión masculina de Sam. Su hermano. — Gracias por traerla, Heim. Puede ser algo molesta pero es buena gente - ¿Samuel lo conocía? ¿De dónde? O sea, la gente con la que hablaba era contada pero algunas veces interactuaba con más gente cuando sus amigos lo hacían.
— Sí, de nada. Me iré ahora, me ocupan en casa ... - No se le ocurrió mejor excusa que esa para poder escapar de ahí, entonces, como película de terror, Sam giró su cabeza rápidamente apenas escuchar eso. "Maldita sea, igual que el exorcista, maldita película" la chica se acercó y sacó su teléfono.
— Antes de que te vayas, ¿me das tu número? -
Se imaginaba cualquier otra cosa a excepción de eso, pero. "Al diablo, ¿Por qué no?" Entonces así es como Heim consiguió un nuevo contacto, y una amiga que seguramente le hablaría hasta el cansancio. Eran tiempos de paz.