Chereads / Pseudo-zombie (+18) / Chapter 6 - Capítulo 6: Últimas Horas (+18)

Chapter 6 - Capítulo 6: Últimas Horas (+18)

Después de haber visto aquello, entendí muchas cosas.

Primero que nada, no todos reaccionamos al virus con la misma velocidad. Tal como lo había leído en internet, algunos podrían transformarse en minutos mientras que otros podría tardar hasta 24 horas.

La otra cosa, fue que el virus era extremadamente contagioso y podía sobrevivir en el medio ambiente por periodos de tiempo muy largo . Probablemente la unica forma de evitar infectarse era mantenerse en un lugar donde nunca se hubiera presentado el virus y no acercarse a menos de 50 metros de cualquier infectado, ya que el viento podría llevar muy lejos el virus.

—¿Q-qué?, ¿Qué fue eso?. ¿Qué pasó?.

Preguntó Larisa asustada. Se había levantado desnuda y acercado a mi, quien también estaba desnudo y mirando por la ventana en secreto.

—Dos hombres entraron a robar, pero uno de ellos se convirtió en pseudo-zombie y mató al otro a tiros. Después de eso, vinieron sus amigos en una camioneta escapando de una horda de infectados, pero uno ellos se infectó y mató al conductor. Al final, solo el que estaba en la parte trasera de la camioneta pudo escapar y lo hizo en sus propias piernas, mientras lo perseguían cientos de infectados.

—¡¿Qué vamos a hacer ahora?!

Preguntó Larisa temblando de miedo.

—Hey, tranquila. No te preocupes.

La abracé para intentar calmarla. Pero con nuestros cuerpos desnudos podía sentir claramente sus pechos contra mi y mi excité. A pesar de eso, mantuve la seriedad del asunto.

—No hay mucho que hacer. Pero primero voy a revisar si la puerta principal aún funciona. Y si funciona sacaré el cadáver del tipo muerto en la cocina y nos quedaremos aquí.

—¿Pero no dijiste que había cientos de infectados?.

Reprochó Larisa entre mis brazos.

—Si los hay. Y créeme en las otras partes de la ciudad no es mejor.

Recogí mi ropa del suelo y me la puse otra vez.

Al salir de la habitación, lo primero que vi fue a un hombre muerto en la cocina, tenía una camisa de resaque y tatuajes en la cara. Estaba tirando en un charco de su propia sangre, con una herida bala en la frente y muchas otras en el pecho.

Pereciera que el primer disparó del infectado fue directamente a su cabeza, pero de alguna forma tuvo la suerte de no morir instantáneamente y el infectado se dio cuenta y lo remato.

Después fui a la puerta y me asomé a la calle en ambas direcciones. Toda la calle estaba vacía y en silencio.

Revisé la cerradura de la puerta, la cual parecía estar intacta gracias a que los ladrones habían usado algún truco suave al momento de abrirla.

Sin pensar mucho en ello, rápidamente fui por el cuerpo y lo arrastré hasta la media calle donde lo deje abandonado. Luego entré y cerré la puerta nuevamente.

A continuación iba a limpiar la sangre, pero me detuve. Pensé que no sería bueno ser tan sobreprotector con Larisa, y que ella debía acostumbrarse a este nuevo mundo y tener valentía. Pero entonces recordé una vez más que ya habíamos sido infectados. Así que, no le di importancia y lo limpié yo mismo.

Después de dejar todo en orden, decidí pasaría mis últimas horas con ella.

—Larisa, ¿Quieres ver un maratón de películas?.

—Si.

Esta vez Larisa aceptó de inmediato.

Después de eso, escogimos una saga de películas y me recosté en el sillón con ella entre mis brazos. Larisa estaba vistiendo su uniforme de secundaria, ya que era la única ropa que tenía.

La idea de abrazar a una chica de secundaria realmente me excitaba.

Después de que terminó la primera película, Larisa parecía muy distraída y pensativa.

—¿Qué pasa?. ¿En que piensas?.

Le pregunté con curiosidad.

—En nada… es solo que… bueno, no sé si sabías… pero siempre me has gustado.

Larisa se sonrojó.

Mi corazón dio un vuelco por su confesión.

Yo me había mudado a esta casa hace dos años, cuando Larisa todavía tenía 10 años e iba en 5to de primaria. ¿Fue en ese momento cuando ella se enamoró de mi?.

No había pensado tener sexo con ella en nuestras últimas horas, pero su confesión de amor realmente excitó.

La tomé entre mis brazos y la giré de frente a mi.

Mientras estábamos acostados en el sofá, comencé a besarla.

Besé suavemente sus labios, mientras que cada que nos separábamos, me miraba con una expresión cautivadora.

Cuando la abracé más estrechamente para darle un beso más profundo, Larisa también se aferró a mí.

Nos besamos de una forma muy lasciva haciendo mucho ruido.

—Nnmhmm … me gusta … mhaw … te amo… nmmwah … mwah …

Larisa murmuró con excitación, parecía que se había acostumbrado a los besos húmedos desde que lo hicimos ayer.

—¡Saca tu lengua!.

Larisa obedeció y me ofreció su linda lengua rosada.

—Nnhnm ... mmhhnnn !?"

Descaradamente lamí su lengua y entremezcle nuestra saliva en besos aún más descarados.

Su aliento cálido y sensación de fundimiento era realmente intoxicante. Simplemente no podía apartarme de ella.

Larisa se sentó en mi regazo y comenzó a besarme, mientras sujetaba mi cara con ambas manos y meneaba sus caderas hacia adelante y atrás en mis pantalones.

Nos separamos por la falta de aire, mientras un hilo de saliva se conectaba entre nuestros labios y cabello de Larisa caía alrededor de mi cara.

Ese momento pensé que ella era realmente una mujer muy sexy. Justo ayer todavía era una niña inocente, pero ahora se había convertido en una mujer cachonda.

Excitado me desabroché los pantalones y mostré pene erecto completamente hinchado y grande.

—Larisa, mete esto dentro tu vagina.

Larisa se puso muy roja, pero su excitación no disminuyó.

—Voy a eyacular mucho dentro de ti y llenarte de semen.

Al oír mis palabras, Larisa mordió su labio de una forma sexy.

Sentí que pene se endureció un poco más y creció ligeramente más grande.

Larisa deslizó uno de sus pies y se quitó las bragas rojas sexy dejándolas colgando en una pierna. Tomó mi pene y sin dudarlo lo acerco a su vagina mientras su falda cubría la vista.

—Hmmn.

Larisa no se movió de su posición y se sentó suavemente, pero rápido sobre mi entrepierna devorando mi pene entero dentro de ella de una sola sentada.

Mi pene extendió su interior por la fuerza. Si vagina palpitaba con fuerza alrededor de mi símbolo masculino cubriéndome de calor y jugos de amor.

La uretra de mi glande besó la entrada de útero con un cálido y pegajoso beso.

Puse mis manos en su culo y frote sus nalgas disfrutando el sentimiento de superioridad de saber que estaba teniendo sexo con mujer tan hermosa.

—¡Aaahhhn! ¡mmmn! ¡ahh!.

Larisa levantó un poco su trasero y comenzó a empujar sus caderas contra mi.

*Pam Pam Pam Pam*

Su cara de placer, mientras empujaba su vagina contra mi pene para complacerse a si misma y la forma en que sus jugos comenzaban a cubrir mi entrepierna era muy lascivo.

Pronto los golpeteos secos se convirtieron en chapoteos húmedos.

*Splaat Splaat Splaat Splaat*

Larisa se quitó la blusa apresuradamente y se desabrochó el sostén, dejando a aire libre sus pechos que eran copa D y haciéndolos rebotar frente a mis ojos.

—Tus tetas son increíbles, ¡Me encantan!.

Enderece mi cuerpo y comencé a lamer y chupar ambos pezones rosados, mientras Larisa seguía moviendo las caderas.

Cada vez que succionaba sus pezones, su vagina se tensaba rogándome que liberará mi semilla e inundara su útero de 12 años con mis espermatozoides adultos.

—¡Larisa, te voy a inseminar!. ¡Voy hacer que tus tetas produzcan leche materna!.

—Está bien, no me importa. Déjame embarazada, quiero tener a tu bebé.

Sus palabras estimularon aún más mis instintos reproductivos y mi lujuria se incrementó a un nuevo nivel.

Laa sensación de eyaculación surgió y subió rápidamente como un volcán apunto de hacer erupción.

—Aquí viene, Larisa. ¡Mi semen te convertirá en mamá y te hará producir leche materna!.

Sostuve el culo de Larisa, obligándola a detener sus movimientos y la acerqué lo más que pude con todas mis fuerzas. Y busqué desesperadamente la entrada de su útero para pegar mi uretra en ella. Estaba decidido a inyectar todo mi semen dentro de ella sin derramar una gota.

*Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt*

Finalmente, en el último instante lo logré y mi eyaculación broto con gran ímpetu manchando cada rincón del área más profunda de Larisa.

Tan pronto como mis espermatozoides entraron en su útero, comenzaron a nadar frenéticamente en busca de su óvulo, y continuaron avanzando con nada más en mente que el objetivo de fusionarse con él y crear nueva vida.

Mi eyaculación se calmó por un segundo, y luego volvió a salir de nuevo, inyectando más semen sin mi consentimiento.

Era una segunda eyaculación justo después de la primera.

Un placer que entume el cerebro me atacó y nubló mi mente, mientras que mi pene tomó toda la autoridad y siguió inyectando sus semillas en la vagina de la mujer lasciva que quería reproducirse conmigo.

—Kugh…

Un líquido caliente brotó en mis muslos. Probablemente era el semen que se desbordó desde el interior de Larisa. Al parecer su útero se había llenado por completo hasta el punto que ya no podía aceptar más.

La sensación de logró y satisfacción de saber que el útero de una hermosa chica de 12 años estaba completamente lleno de mi semen, se implantó en mi mente fuertemente.

Fertilizar su óvulo y hacer que sus tetas producieran leche materna. Era el único pensamiento permaneció en mi mente.