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Chapter 12 - Capítulo 12: "Leche" (-18)

Durante la noche, Larisa y Sophie tuvieron una larga charla entre ellas sin importarles que yo estuviera en medio de las dos. Aún así, disfruté tener una chica linda en cada brazo y ser abrazado por ellas al mismo tiempo.

De sus conversaciones, me enteré que Sophie en realidad tenía 10 años, ella era de baja estatura al igual que su madre que solo había alcanzado 151cm de altura. Larisa y Sophie se conocían gracias a que en el pasado se encontraban siempre en los concursos de belleza. Sin embargo, sus madres no parecían llevarse bien, más que nada porque la madre de Sophie era mucho más joven y hermosa que la madre de Larisa. Según mi interpretación, parecía que la madre de Larisa, usaba a Larisa como una forma de demostrar que sus genes eran mejores y superiores que los de la madre Sophie, haciéndola competir especialmente contra Sophie en los concursos de belleza, ya que no podía vencer a su madre por si misma.

Ellas siguieron platicando por largo rato, pero el sueño me venció y me quedé dormido.

Esa noche fue especialmente cómoda y cálida, dormir en los brazos de dos linduras era muy relajante.

En medio de la madrugada, un pequeño ruido de pasos me despertó abruptamente.

Abrí los ojos con fuerza, completamente despierto y sin somnolencia. Ese ruido encendió mis alertas por completo.

Sin embargo, lo que vi fue a Sophie levantándose y yendo al baño. Parecía que beber tan agua le había pasado factura y ahora necesitaba orinar.

Después de confirmar que no había ningún peligro. Cerré los ojos tranquilo y me mantuve en la misma posición con el brazo extendido esperando su regreso.

Al cabo de unos minutos, Sophie regresó y se acomodó tiernamente de nuevo en mi brazo y me abrazó.

De repente, sentí una ligera presión en mi cuerpo y escuché un suspiro de Larisa. Al parecer, también se había despertado.

—¿Todo bien?.

Le pregunté con un susurro.

Pero fue Sophie quien respondió.

—Sí, solo tenía que ir al baño.

Respondió con una voz somnolienta.

—Lo sé, te escuché levantarte.

Esta vez fue Larisa la que contestó con un susurro.

No dijimos nada más. Los tres nos quedamos en silencio, disfrutando de la comodidad del abrazo y del calor mutuo. El tiempo pasó lentamente, y poco a poco nos estábamos quedamos dormidos otra vez.

Pero antes de que pudiera dormir por completo, escuché la pequeña risa de Larisa.

—¿Qué pasa?.

Pregunté con somnolencia.

—Nada, solo estaba pensando en los concursos de belleza, antes éramos tan envidiosas y competitivas entre nosotras. Pero ahora estamos aquí, aferrándonos al mismo hombre y disfrutando de su calor corporal.

….

A la mañana siguiente, me desperté sintiendo movimiento en mi cuerpo.

Abrí los ojos con somnolencia solo para encontrarme a Larisa moviendo su mano de arriba abajo en mi pene erecto al aire libre.

Mi expresión cambió a una de sorpresa.

Ella estaba haciendo tales cosas sin importarle que Sophie estuviera en mi otro lado.

Le susurré:

—¿Qué haces, Larisa?. Sophie está aquí.

No podía arriesgarme a que Sophie se despertara y viera nuestra exhibición descarada.

Larisa sonrió mirándome a los ojos mientras seguía moviendo su mano. No le importó que Sophie estuviera justo al lado abrazándome. Ella siguió con su trabajo manual.

No la detuve, sabía que era peligroso, pero sentía demasiado bien.

Larisa aumentó el ritmo de su movimientos, mientras vigilaba detenidamente mi expresión. Ella deseaba hacerme eyacular.

Finalmente al cabo de unos minutos, lo logró.

*Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt*

Mi pene se sacudió, mientras las masas de semen caliente salieron disparadas al aire. Los últimos chorros se derramaron en su mano.

—Sophie tiene que pagar su cuota de protección…

Dijo Larisa con una sonrisa.

Ella llevó su mano cubierta de semen a los labios de Sophie.

—… lo mínimo que puede hacer es beber tu semen.

Larisa pegó su mano cubierta de semen en los labios de Sophie y se la restregó tratando de dejar la mayor cantidad posible.

El semen quedó manchado en los delicados labios de Sophie.

Su linda boca se veía tan sexy manchada de semen.

En ese momento, Sophie comenzó a mover sus labios y a lamer el semen, su lengua se movió lamiendo alrededor de sus labios.

Presenciar una escena tan erótica me llenó de un increíble sentimiento de culpa y corrupción. ¡Una chica de 10 años estaba probando mi semen!.

Sabía que debía hacer algo, pero no quise detener a Larisa o despertar a Sophie. En el fondo quería ver a Sophie lamiendo mi semen.

Simplemente dejé que todo continuara y me convertí en un observador.

Larisa continuo recogiendo cada gota de semen que había disparado y la llevo a la boca de Sophie una y otra vez, hasta que todo mi semen fue consumido.

—Eso estuvo mal, Larisa.

—¿Quieres decir, Cariño?. Tú nos proteges, lo mínimo que podemos hacer es satisfacerte.

—No… no… eso…

Larisa comenzó a acariciar mi mejilla.

—¡Si!. Tú nos proteges, a cambio nosotras somos tuyas. Puedes tener sexo con nosotras cuando quieras, incluso si quieres embarazarnos también está bien. Sophie ya tuvo su primera menstruación hace unos meses, así que puede tener a tu bebé. Puedes eyacular dentro de ella y convertirla en una mamá.

Algo se quebró dentro de mi al escuchar su razonamiento.

Si, ella tenía razón. Yo podía tener sexo con ellas sin consecuencias en este mundo apocalíptico. En este mundo ya no importaban las antiguas normas y leyes de la sociedad, ellas eran mis mujeres y las futuras madres de mis hijos.

Tal idea me excitó increíblemente. Sophie ya era una mini-mujer, tenía curvas femeninas y sus pechos brotaban en un buen tamaño, definitivamente era una mujer que podía tener sexo, más aún podía quedar embarazada.

Miré con delirio los labios húmedos de Sophie que hasta hace poco estaban manchados de semen.

Ella era realmente encantadora y bella.

La necesidad de besarla y tocar su cuerpo ardió en mi. Pero me retuve a mi mismo, tan linda como era, aún tenía restos de semen en su boca y no quería averiguar a que sabía el semen incluso si era mio.

—Hay que levantarnos.

Le dije a Larisa.

Me levanté con cuidado de no despertar a Sophie y ordené mi ropa. Larisa a mi lado, también siguió mi ejemplo y se levantó junto conmigo.

Esta vez trabajamos juntos para preparar un desayuno completo y balanceado… comimos cereal con leche.

Mientras comíamos Sophie, la niña de 10 años con silueta femenina se levantó.

—Buenos días.

Sophie saludó con haciendo un bostezo.

—Buenos días.

Respondí, con un saludo de mano.

—¿Qué están comiendo?.

Preguntó Sophie.

—Cereal con leche, ¿Quieres?.

Respondió Larisa, mostrándole una cucharada de lo que estábamos comiendo.

—¡Si!, ¡Me encanta la leche!.

Sophie sonrió alegremente.

—Si, ya lo sabía. ¡Te encanta la "leche"!

Larisa dijo en doble sentido.

—¿?.

Sophie levantó una ceja confundida sin entender.

—Está bien, ven. A partir de ahora nos aseguraremos de bebas tu "leche" todos los días con tu coñito.

Larisa dijo algo impactante sin mostrar un rastro de vergüenza.

—¿Coñito?, ¿Qué es eso?.

Sophie frunció el ceño sin saber.

—Me refiero a tu vagina. ¿No aprendiste en la escuela sobre el sexo?. Dentro de tu vagina hay óvulos y en los testículos de los hombres hay espermatozoides. Cuando un hombre mete su pene en tu vagina, inyectara sus espermatozoides y fecundara tu óvulo. Así es como tendrás un bebé, ¿Lo recuerdas, no?.

—Mn, si... Mi mamá me dijo que ahora que tengo óvulos puedo quedar embarazada.

—Ves, no es tan difícil. Solo tienes que dejar su espermatozoide se entierre en tu óvulo y tener a su bebé. Además, tener sexo es algo que se siente muy bien. ¿Te has tocado antes, verdad?, ¿Cómo se siente?, ¿Se siente rico?. Tener sexo es 100 veces mejor.

Larisa siguió hablando para convencerla.

Sophie se sonrojó levemente. Al parecer si se había masturbado antes y no parecía rechazar la idea de tener sexo conmigo, por el contrario se veía expectante y deseosa.

Por un segundo pude imaginarla dándose placer. Eso me puso duro.

Podía entender que Larisa fuera tan caliente debido a que ella iba en secundaria, ¿Pero Sophie?. Una niña de 5to de primaria que se masturba a los 10 años y quiere saber como se siente tener un pene dentro de su vagina. Solo podía decir, ¡Bendita sea la era del internet y los padres que no conviven con sus hijas!.

Sophie se volteó a mirarme algo avergonzada.

Larisa se dio cuenta de eso y decidió golpear el hierro mientras estaba caliente.

—¿Quieres intentarlo, verdad?. Estoy segura de que se sentirá muy bien. Cuando un hombre te toca con su pene ahí abajo, todo cuerpo tiembla de lo bien que se siente.

Sophie comenzó a dar breves miradas tímidas en mi dirección, mientras seguía escuchando a Larisa

—Adelante, no tienes de que avergonzarte.

Larisa sonrió comprensiblemente.

Finalmente logró convencer a Sophie.