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Chapter 5 - Capítulo 5: Intrusos y Desfile (-18)

Abracé cálidamente el cuerpo sudoroso de Larisa que estaba sobre mí, mientras los dos nos manteníamos unidos, completamente desnudos.

La cama que antes estaba ordenada y limpia, ahora estaba completamente empapada con nuestros fluidos y sudor, desprendía un aroma muy lascivo.

No sabía cuánto tiempo lo hicimos, pero debieron haber sido horas desde que comenzamos. Así que, probablemente ya era de madrugada.

Mi pene aún semi-erecto seguía dentro de Larisa, mientras que ella descansaba con los ojos cerrados sobre mi pecho.

Su respiración levemente agitada, era prueba de lo que acabábamos de hacer.

Su rostro, con los ojos cerrados mostraba la expresión de una mujer satisfecha.

Afuera se podían escuchar gran variedad de ruidos, tales como vehículos y personas corriendo y gritando, pero estaban muy a lo lejos.

Sin pensar lo que realmente implicaba, cerré los ojos brevemente y enfoqué mi concentración en el sentido del oído para poder escuchar en detalle lo que ocurría afuera.

Casi inmediato, pude escuchar decenas de gritos desgarradores llenos de dolor, todos ellos emitidos por personas no infectadas.

Reconocí claramente ese tipo de gritos, eran los gritos de una persona que estaba siendo quemada viva.

Abrí los ojos tratando de no pensar en ello, pero las imágenes aterradoras de lo que podría estar sucediendo afuera llenaron mi cerebro.

Moví la cabeza de un lado a otro para expulsar esos pensamientos, no quería pensar en eso.

Abracé a Larisa con mucho cariño y me sumergí en su calor. No sé si lo hice con la intención de hacerla sentir protegida, ya que ella probablemente también había escuchado los gritos o fue con la intención de aferrarme a la esperanza y no caer en la desesperación. Pero tanto Larisa como yo, nos sentimos relajados con ello.

Eventualmente cerré los ojos y me quedé dormido, mientras los gritos de auxilio y desesperación hacían eco en la noche.

Varias horas después, al amanecer.

Abrí los ojos con somnolencia.

Larisa ahora estaba recostada a mi lado descansando su cabeza en mi brazo.

De repente, un pequeño ruido metálico se escuchó. Era el ruido de una puerta que no se podía abrir debido al seguro.

Al darme cuenta de eso, abrí los ojos en shock perdiendo toda señal se somnolencia.

Giré los ojos en dirección a la entrada de la habitación.

Ahí, el pomo de la puerta se movía levemente de vez en cuando, como si alguien estuviera tratando de abrirla suavemente una y otra vez. Esa forma tan cuidadosa y suave de abrir la puerta me dijo que el intruso probablemente no era un humano, sino pseudo-zombie, un infectado con el Virus de la Agresividad Extrema.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al considerar esa posibilidad.

Instantáneamente mi mente empezó a correr como una locomotora, buscando soluciones. Tenía actuar rápido si quería sobrevivir. Además, Larisa también estaba a mi lado, por lo que debía idear un plan para escapar los dos juntos.

Aún así, desconocía cuánto tiempo había estado ese infectado ahí, quizás ya nos ha contagiado el virus…

Pero entonces recordé que incluso sin nada de eso Larisa y yo, ya estábamos infectados por el virus en su etapa de incubación.

Sin embargo, me negué a aceptar que Larisa o yo muriéramos asesinados por un salvaje pseudo-zombie.

Rápidamente tomé la decisión de buscar una salida alternativa, pero la única opción real era la ventana, LA CUAL OBVIAMENTE TENIA BARROTES HIERRO.

¡Verga!, ¡Estoy atrapado! -Maldije internamente.

Aún así, no perdí el tiempo y miré desesperadamente a los alrededores en busca de nuevas opciones. Siempre innovando.

Pero lo único que vi fue la caja de plástico donde solía guardar mis zapatos y un ventilador de pedestal.

Lo primero que se me vino a la mente fue usar la caja de plástico como un escudo para protegerme o algo similar, pero inmediatamente descarté esa opción ya que la caja era demasiado pequeña y difícil de usar. Por otro lado, el ventilador podría ser usado como un ariete contra el infectado para empujarlo hacia atrás de un solo golpe. Pero luego recordé que los pseudo-zombies tenían fuerza sobrehumana y eran insensibles al dolor.

¿Qué más podría hacer?. No podía ganar contra un infectado.

¿Para empezar como había logrado ese infectado entrar en la casa?. Si había roto la puerta de metal de la entrada debería haber sido muy fuerte. Pero entonces, ¿Por qué no se escuchó ningún ruido en su momento?. ¿Y por qué razón solo derribó la puerta principal?. Si se había dado cuenta de que había humanos aquí, debería haber derribado todas las puertas hasta llegar aquí y matarnos.

Pensando en eso, me di cuenta de que no era un infectado, sino una persona "saludable".

Sin embargo, eso no disminuyó mis preocupaciones, por el contrario las aumentó.

Era de conocimiento popular, que durante el apocalipsis incluso tu mejor amigo te apuñalaría por la espalda por una botella de agua. Sin mencionar, a los psicópatas y criminales que aprovecharía el caos de la sociedad para cometer todo tipos de delitos por diversión, desde el asesinato hasta la violación. Y no solo de mujeres.

No obstante, me di cuenta de que no importaba si se robaran los suministros. Al fin y al cabo, Larisa y yo ya estábamos condenados por la infección.

Aún así, tome el ventilador y apunté la base del mismo contra la puerta en total vigilancia. Si la puerta se llegará a abrir, entonces usaría el ventilador como un ariete para golpear al intruso y derribarlo con todas mis fuerzas.

Cabe mencionar que seguía completamente desnudo.

En ese momento se escuchó la conversación del otro lado de puerta.

—Mira wey, ya viste cuántas cosas hay.

—A ver, a ver, déjame ver. ¡Verga!, ¡Son un chingo!. Con esto podemos aguantar otra semana.

—Verdad que si.

—Si. Ve y fíjate en el refri, chance y te encuentras unas chelas.

—No mames wey, chelas las que van a encontrar los demás en el modelorama o en las tiendas. ¿Aquí que?.

—Tsk, yo nomás digo. Si te encuentras una, pues te la chingas ahorita.

—… Oye, ¿Y que pasó con el cuarto?. ¿No lo pudiste abrir?.

—Nel wey, la puerta está cerrada con seguro.

—¿Y la vas a dejar así?.

—Nel, chance y nos encontramos unas morritas para coger.

—¡Hey pendejo!, ¡¿Qué haces?!. Ni se te ocurra disparar aquí o vas a …

*Bang*

*Puum*

Sonó la detonación de un disparo, seguido de un ruido sordo de algo cayendo al suelo.

De inmediato me di cuenta de lo que había ocurrido.

Uno de los dos hombres se había convertido en un pseudo-zombie y mató su otro compañero con un arma.

*Bang* *Bang* *Bang* *Bang* *Bang* *Bang* *Clik* *Clik* *Clik*

Varias detonaciones más fueron escuchas, antes del sonido de "Clik" del arma vacía.

Eso era probablemente el hombre convertido en pseudo-zombie disparando monótonamente contra el su compañero hasta vaciar el arma. Tal vez se había dado cuenta de que aún no estaba muerto del todo y quiso terminar el trabajo vaciándole el arma.

El ruido de los disparos logró despertar a Larisa.

—¡¡!!

Ella abrió los ojos muy asustada.

De inmediato, solté el ventilador y me abalancé sobre ella para taparle la boca y evitar que llamará la atención del infectado. Incluso con un arma vacía, un pseudo-zombie seguía siendo muy peligroso debido a su fuerza sobrehumana.

—Shh, no digas nada. Hay un pseudo-zombie dentro de la casa.

Larisa me miró con ojos muy temerosos al escucharme.

Los pasos del infectado sonaron cada vez más cerca hasta que se detuvo frente a la puerta nuevamente y trató de hacer girar el pomo otra vez.

*Clac*… … *Clac*… … *Clac*…

El continúo sonido de su intento de abrir la puerta hizo erizar cada vello de mi cuerpo.

La única opción teníamos era encontrar una salida o una forma de defendernos.

Miré a mi alrededor una vez más con la esperanza de encontrar algo que quizás no hubiera visto la primera vez, pero al final, lo único que tenía era el ventilador que ya había querido usar antes.

Me levanté y tomé el ventilador como un ariete.

Hice señas y gestos a Larisa para decirle que abriera la puerta a mi señal.

Los latidos de mi corazón se incrementaron como locos.

Justo cuando le iba a dar la señal a Larisa, el rugido de una camioneta derrapando sonó desde afuera de la casa.

Aún con todo ese ruido, el pseudo-zombie no dejó de seguir intentando abrir la puerta.

—¡Hey, cabrones!. ¡Súbanse a la camioneta, que vienen un chingo de infectados!.

Atraído por esa voz, el infectado finalmente se fue y camino hacia la entrada.

Cuando me di cuenta de eso. Fui a la ventana. Desde un hueco muy pequeño en la ventana podía ver una camioneta pickup blanca con dos hombres dentro de la cabina y uno montado en la parte trasera con un rifle de asalto.

—¡Hey, cabrones!. ¡Apurense, no se hagan pendejos!.

Gritó el que estaba en la parte de atrás. Hasta que vio a su compañero convertido en pseudo-zombie salir de mi casa y correr hacia ellos con una expresión salvaje.

—¡Su puta madre!, Este wey ya está convertido, ¡Vámonos a la verga!.

*Bang*

El copiloto de la camioneta se convirtió en un pseudo-zombie y le voló los sesos al conductor.

—¡Verga!.

*Tatatatata*

El hombre de atrás le disparó al copiloto hasta la muerte.

*Tatatatata*

Esta vez le disparó al otro compañero convertido en pseudo-zombie que había salido de mi casa.

El hombre miró a los alrededores y se desesperó al ver la gran horda de pseudo-zombies que iban en su dirección. Vio los cuerpos en la cabina de camioneta y se enojó.

—¡Puta madre!.

Entendió que no tenía tiempo suficiente para sacar los cuerpos de sus compañeros y escapar en la camioneta.

Se bajó y se fue corriendo con sus propias piernas.

Justo 4 segundos después, un desfile larguísimo de más de 600 pseudo-zombies pasaron corriendo por las calles a toda velocidad tras él.

Solo podía mirar anonadado los eventos frente a mi.