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Chapter 4 - Encontrando Un Maestro

Antes de que James y Riverdale llegaran frente a la casa del viejo herrero rúnico, Riverdale decidió darle algunas advertencias.

"James, debes saber que aunque el viejo Strom es un herrero muy prominente y respetado por su gran conocimiento y dedicación al estudio rúnico, también es conocido por su mal genio y por hablar sin restricciones. Esto ha cerrado muchas puertas para él, y muchos dicen que es la razón por la cual no ha podido avanzar", comentó el viejo comerciante con una sonrisa agria, como si recordara alguna vieja anécdota.

"No creo que sea tan malo o diferente de los demás. Aún no he conocido a ningún experto en su campo con una buena actitud", dijo James de forma medio sarcástica.

"Bueno, es cierto que los veteranos en cualquier campo tienen su propio orgullo y no permitirán que los demás los menosprecien. Además, la competencia también es muy dura y despiadada, ya que los recursos para avanzar en las diferentes etapas de cualquier disciplina son escasos", respondió Riverdale.

"Entiendo, señor Riverdale. ¿Hay algo en particular que deba saber sobre el maestro Strom o que deba evitar?", preguntó James.

"El viejo odia la mediocridad. Siempre ha sido un firme defensor de la meritocracia. Creo que tiene que ver con su maestro. Pero lo más importante que debes saber en este momento es que nunca debes mencionar a su exesposa. Cada vez que se menciona a esa mujer, Strom se pone de muy mal humor y se vuelve impredecible. Por ahora, dejemos que el viejo evalúe tus habilidades innatas con la magia y veamos si eres apto para el oficio. Te he visto trabajar duro, así que si mantienes esa actitud, sé que encajarás bien con el viejo", dijo el viejo Riverdale, tratando de infundir cierta confianza que se desvaneció rápidamente cuando se acercaron a la puerta.

Desde el interior, se escuchaban una infinidad de improperios y sonidos de objetos cayendo al suelo. Riverdale genuinamente pensó que podría estar siendo asaltado, así que se apresuró a abrir la puerta y ver qué sucedía.

En el interior, encontraron a un hombre musculoso y de baja estatura, bañado en sudor y con el pelo cayendo sobre sus ojos. La locura era evidente en su mirada.

"Strom, ¿qué demonios te sucede? ¿Por qué estás en esas condiciones? ¿Y con quién demonios estabas peleando?", preguntó Riverdale preocupado mientras tomaba una espada de un estante y revisaba los alrededores.

"Déjalo, Tim, no hay nadie", dijo Strom, secándose y limpiando su cara con un trapo.

"¿Cómo que no hay nadie? Sonaba como si todo el maldito edificio se estuviera cayendo. ¿Qué demonios estabas haciendo?", dijo Riverdale incrédulo.

"Solo déjalo", dijo Strom resignado mientras levantaba una silla para sentarse.

Riverdale, todavía incrédulo, echó una última mirada al interior del edificio y también buscó.

"Entonces, ¿qué demonios te sucedió?", Riverdale miró a su viejo amigo con cierta cautela, ya que si el viejo estaba poseído por algo, sería bastante problemático.

"Bah, viejo impertinente, solo déjalo. Perdí un poco los estribos, simplemente. Mejor dime qué haces aquí. No te creo que simplemente paseabas por el barrio", respondió Strom y, justo al final, notó la presencia de James.

Riverdale procedió a presentar a James. "Strom, este es James. Sé que estás buscando un aprendiz y este joven es perfecto para ti. Es trabajador y tiene una constitución decente".

"Constitución decente dices, si es prácticamente un palo", dijo Strom moviendo su cabeza en señal de desaprobación. Luego, dirigiéndose a James, preguntó, "Y qué tal es tu afinidad".

"No lo sé. Esperaba que tú lo probaras", dijo el viejo mercader encogiéndose de hombros.

"Estás vacilándome. Vienes ofreciéndome un discípulo y ni siquiera sabes si tiene afinidad", dijo Strom claramente poniéndose de mal humor.

Riverdale decidió dejar de rodeos y le dijo: "Créeme, tengo un buen presentimiento sobre este muchacho. ¿Por qué no lo pruebas?"

"Tú y tus legendarios presentimientos. Bien, pero si no es lo que dices, te cobraré", dijo el viejo herrero, quien aparentemente confiaba bastante en Riverdale, ya que su expresión se relajó considerablemente después de escuchar sobre su presentimiento. Por otro lado, la expresión del mercader se volvió agria al escuchar sobre una posible tarifa, ya que su amigo era conocido por ser bastante caro.

"Bien, no tengo problemas en pagar las tarifas del muchacho si no te convence", respondió Riverdale. No tuvo más opción que enfrentar al viejo de frente si no quería perder su confianza. El viejo herrero era bastante testarudo y si no te respetaba, era difícil mantener una amistad.

El movimiento del mercader funcionó con el herrero, quien quedó levemente impresionado. Conocía a su amigo por ser bastante avaro y siempre tratar de recortar costes. "Bien, muchacho, ven por aquí. Aunque es complejo medir el potencial de un individuo, existen una variedad de pruebas. No podremos hacer todas hoy, pero podemos hacer la más simple para detectar con qué tienes afinidad. Si tienes afinidad con runas, examinaré el resto de tus habilidades mañana. De otra forma, pagas la cuota y te marchas", dijo el maestro Strom.

James se sintió bastante perdido sin saber cómo reaccionar y se había mantenido en silencio hasta ahora. Sin embargo, pudo reaccionar de forma correcta y responder: "Por supuesto, maestro Strom".

El viejo soltó un resoplido y guió al par hacia una sala contigua. Allí, limpió el polvo de una mesa donde había una esfera de cristal que encajaba perfectamente en una placa de metal en el centro. Entre la esfera y la placa, había líneas grabadas que se interconectaban de maneras misteriosas, así como también había un lugar completamente liso en el metal. Strom señaló ese lugar y le pidió a James que pusiera su mano y cerrara los ojos.

Cuando James cumplió con la petición, el cristal comenzó a prenderse y la cara del viejo herrero se iluminó. El proceso fue mucho más rápido de lo habitual, lo que señalaba que el muchacho tenía una gran afinidad. Pero lo que vino después lo impactó. Generalmente, la esfera mostraría solo símbolos de los elementos con los que tuviera afinidad. Para las clases civiles, había cinco clases que requerían una afinidad que no se podía obtener después de nacer. Cualquiera podía convertirse en herrero, pero para ser un herrero rúnico, debías tener la correspondiente afinidad rúnica. En este punto, el muchacho mostró afinidad en las cinco disciplinas: Arcana, Alquímica, Rúnica, Encantamiento y Elemental.

Tanto Strom como Riverdale quedaron pasmados, pero el viejo comerciante estaba aún más sorprendido, ya que había dos símbolos que no reconocía. "Hey, viejo cascarrabias, ¿qué significa esto? Reconozco los símbolos para alquimia, runas y encantamientos. ¿Qué son los otros dos? Mejor aún, ¿cómo es que hay tantos símbolos?", preguntó incrédulo Riverdale.

"Los otros dos símbolos son para Arcana y Elemental. Realmente no sé por qué hay tantos. Generalmente, cuando se iluminan más de una afinidad, estas entran en conflicto y las personas eligen con cuál quedarse, pero aquí..." Strom hizo una pausa.

"¿Qué sucede aquí? ¿Hay algo malo con el muchacho?", dijo Riverdale temiendo algo malo.

"Al contrario, las cinco afinidades parecen estar complementándose perfectamente, están en una extraña armonía. El muchacho es claramente impresionante", respondió Strom, genuinamente impresionado, con el asombro plasmado en su rostro.

"Espera un momento, dijiste que el muchacho tiene afinidad Arcana. Tal vez pueda unirse a la Torre", repentinamente recordó Riverdale un pedazo de información, pero fue interrumpido bruscamente por el herrero.

"Ni lo pienses, Tim. El muchacho tiene mucho potencial, pero no tiene ningún respaldo. Si la gente se entera de su potencial, difícilmente tendrá un día de paz", dijo el herrero.

Ambos viejos cayeron en una contemplación. Sabían bien cómo funcionaba este mundo y, aunque James no tuviera ningún talento actual, el hecho de que tuviera las afinidades le pondría una tremenda diana en la espalda. Después de todo, aunque era de conocimiento público que no se podía cambiar la afinidad después de nacer, eso no detendría a la gente poderosa que no tuviera escrúpulos en intentar métodos más oscuros.

"Muchacho, aunque no puedo hacer nada con respecto a tus demás afinidades, puedo enseñarte mis conocimientos con respecto a las runas. Lo único que te pido a cambio es que, cuando tengas la suficiente maestría, lleves a cabo los experimentos y teorías de mi maestro. Lamentablemente, yo no pude alcanzar su nivel, pero si tú puedes, tal vez puedas probar sus conjeturas y demostrar al mundo que el maestro Fergus no estaba loco", habló Strom con fervor a James.

"Por supuesto, si el maestro Strom está dispuesto a enseñarme, lo mínimo que puedo hacer es ayudarlo con su investigación", respondió James rápidamente.

Aunque la actitud del muchacho no lo convencía mucho, decidió aceptarlo por ahora. Podría juzgar bien su carácter durante los próximos días, así como ver realmente el alcance tanto de sus talentos innatos como su capacidad de aprender cosas nuevas. Tener la afinidad era solo el inicio, después de todo.

"Entonces, ¿tenía o no tenía razón sobre el muchacho?", dijo Riverdale con una sonrisa presumida.

"Bah, solo fue un pequeño acierto. De momento, me quedo con el muchacho. En los próximos días probaremos sus competencias. Después de todo, soy un herrero rúnico. La afinidad rúnica es solo el comienzo. Debemos iniciarte en herrería. Además, considerando tus otras afinidades, tal vez quieras explorar otras disciplinas también", declaró Strom mientras echaba al comerciante de la casa.

"Está bien, entiendo. James, debes saber que Strom puede tener sus defectos, pero sigue siendo un herrero rúnico de primera categoría, incluso entre los de niveles superiores. Debes ser diligente y aprender mucho. Ya espero con ansias el momento en que me suministres equipos rúnicos de alta calidad", dijo Riverdale, medio babeando de la emoción. Realmente podía imaginar la riqueza que le podría traer ser el primero en comerciar con productos de alta calidad.

"Está bien, señor Riverdale. No se preocupe, cumpliré mi promesa", respondió James.

"Primero concéntrate en lo que tienes por delante, muchacho. Es mejor tener algo seguro que perseguir ilusiones", intervino Strom medio molesto. Pronto decidió cambiar el tema de la conversación. "Muchacho, ¿dónde te estás quedando?"

James se encogió ligeramente de hombros. "No tengo un lugar, maestro. Simplemente he dormido en establos cuando ha sido posible o en almacenes vacíos", dijo con un rostro apenado. Luego agregó: "No tengo familia ni ningún lugar al que regresar, así que puedo seguir viviendo en los almacenes durante mi aprendizaje".

"Olvídate de esas tonterías. Si no tienes a dónde ir, puedes quedarte aquí. De todas formas, realmente necesito un ayudante que limpie todo este desastre", dijo Strom con cierta soberbia fingida.

"Gracias, maestro. Me esforzaré por cumplir con sus estándares", respondió James humildemente. Él sabía que ambos viejos lo estaban ayudando por alguna razón, movidos por la bondad de sus corazones. Había notado la intención de su maestro de cubrir sus habilidades para evitar que representara un peligro.

"Bien, suficiente por hoy. Vete a tu cuarto y descansa. A partir de mañana, trabajaremos hasta que caigas exhausto", dijo Strom guiándolo hacia su habitación.

Ya en su cuarto, James estaba mentalmente agotado y no tuvo tiempo de reflexionar sobre los acontecimientos del día. Sin embargo, un sentimiento de agradecimiento nacía en su pecho. Ambos viejos le recordaban de alguna manera a su propio abuelo, especialmente en sus mejores momentos juntos, cuando lo ayudó a salir adelante y encontrar un empleo.

Al siguiente día, James comenzó su rutina infernal. Se levantó a la primera luz del sol y se dirigió al taller, listo para trabajar casi de inmediato. La jornada sería agotadora, con solo tres pequeñas pausas de 15 minutos a lo largo del día para comer y otras aún más breves para ir al baño.

El itinerario que le esperaba era el siguiente: primero, debía dedicar una hora al ejercicio matutino para despertar su cuerpo. Luego, tenía otra hora para preparar los materiales necesarios para el trabajo de Strom del día anterior y ordenar el taller, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Tomaba su primer receso, aprovechando esos quince minutos para descansar y recobrar energías.

Después de su breve pausa, se adentraba en tres horas seguidas de ayudar a Strom en la forja. Su labor consistía en alimentar el fuego de la forja, asegurándose de que el calor fuera constante y adecuado, y moviendo pesadas piezas de metal de un lado a otro del taller. Cada movimiento requería fuerza y habilidad, ya que debía colocar los materiales en su lugar correcto para que Strom pudiera trabajar en ellos.

La sala de la forja estaba llena de actividad y calor, con el sonido constante del fuego rugiendo y el martilleo resonando en el aire. James se movía con destreza, evitando cualquier accidente mientras cumplía con sus tareas asignadas. A veces, su rostro se iluminaba con una expresión de concentración mientras intentaba manejar las piezas más difíciles de manera precisa.

A medida que avanzaba la mañana, James podía sentir el cansancio acumulándose en sus músculos. Cada movimiento se volvía más pesado, pero su determinación no flaqueaba. Sabía que este era el camino para aprender el oficio y demostrar su valía. Mientras continuaba trabajando junto a Strom, observaba con atención los gestos y técnicas del herrero rúnico, absorbiendo cada detalle como una esponja sedienta de conocimiento.

El tiempo pasaba sin piedad, y cuando llegaba el momento de la segunda pausa, James se sentía exhausto pero satisfecho. Se tomaba unos minutos para descansar y recuperar el aliento, sabiendo que aún quedaba mucho por hacer antes de que finalizara el día.

Al final del descanso, Strom salió para hablar con James. Era hora de que el aprendiz comenzara a hacer pequeñas piezas metálicas que ayudarían a mantener el stock de la forja. Esto era una tarea común para los aprendices, ya que liberaba tiempo de los maestros para realizar trabajos más complejos. Sin embargo, dado que era el primer día de James y aún no sabía nada, Strom decidió dedicar estas horas a enseñarle a manejar las herramientas y los procedimientos propios de la forja.

Strom se acercó a James y le mostró una serie de herramientas que utilizaban en la forja. Le explicó cómo sujetar correctamente el martillo y cómo aplicar la fuerza necesaria en cada golpe para dar forma al metal. James prestaba atención, tratando de absorber cada detalle y memorizar cada movimiento.

Luego, Strom le mostró cómo utilizar el yunque, explicándole las diferentes partes y cómo colocar el metal en la posición adecuada para trabajar en él. James seguía cada instrucción con cuidado, sintiendo la emoción de tener la oportunidad de trabajar con estas herramientas ancestrales.

Después de enseñarle sobre las herramientas básicas, Strom procedió a explicarle los diferentes procedimientos de forjado. Le mostró cómo calentar el metal en el horno hasta alcanzar la temperatura adecuada, cómo manejar las tenazas para sujetar las piezas calientes y cómo golpear el metal en el yunque para darle forma.

Con paciencia y dedicación, James siguió cada paso y practicó una y otra vez hasta que comenzó a sentirse más cómodo con las herramientas y los movimientos. A medida que avanzaban las horas, su confianza y habilidad iban en aumento.

Strom también le enseñó sobre los diferentes tipos de metales y sus características. Le mostró cómo identificar el acero, el hierro y otros materiales utilizados en la forja, explicándole sus propiedades y usos específicos. James escuchaba atentamente, ansioso por aprender y comprender todo lo que podía sobre el oficio.

Con el tiempo, James comenzó a realizar las pequeñas piezas metálicas con mayor destreza. Siguiendo las indicaciones de Strom, forjaba con cuidado clavos, ganchos y otros elementos que serían utilizados en futuros proyectos. Cada golpe de martillo se volvía más preciso, y su habilidad se reflejaba en la calidad de su trabajo.

A medida que el día llegaba a su fin, James se sentía cansado pero satisfecho. Había aprendido mucho en su primer día en la forja, gracias a las enseñanzas de Strom. Agradecido, se despidió de su maestro y se comprometió a seguir practicando y mejorando en el arte de la herrería.

Strom también le dedicó tiempo a enseñarle a James sobre las runas. Sentados en un rincón del taller, el herrero rúnico le mostró los diferentes tipos de símbolos y cómo se podían utilizar para potenciar las creaciones de un herrero. Explicó que las runas eran inscripciones mágicas que conferían propiedades especiales a las armas y armaduras.

Con paciencia, Strom le mostró a James los principios básicos de las runas, cómo dibujarlas con precisión y cómo infundirlas en el metal durante el proceso de forjado. Le explicó que cada runa tenía un significado único y que debía ser trazada con la intención adecuada para obtener el resultado deseado.

Strom le enseñó las runas más comunes utilizadas en la herrería, como la runa de fortaleza para aumentar la resistencia de una armadura, la runa de afilado para mejorar el filo de una espada y la runa de protección para aumentar la defensa de un escudo. James observaba con atención, consciente de la importancia de dominar estas técnicas rúnicas.

Luego, Strom se centró en las aplicaciones de las runas en el área de la herrería. Le mostró cómo podían utilizarse para mejorar la resistencia de los materiales, hacer que las armas sean más efectivas contra criaturas específicas o incluso añadir propiedades mágicas a los objetos forjados.

James se maravillaba con cada nuevo conocimiento que adquiría sobre las runas. Visualizaba cómo podía utilizar estos conocimientos en sus futuras creaciones y cómo podía marcar la diferencia en el mundo de los herreros.

Al final de la lección, Strom sonrió y felicitó a James por su dedicación y progreso. Le animó a seguir practicando y experimentando con las runas, ya que eran una parte fundamental del arte de la herrería.

Con la mente llena de nuevas ideas y conocimientos, James se despidió de Strom y salió del taller. Mientras caminaba por las calles, llevaba consigo la emoción de descubrir un nuevo aspecto del oficio de la herrería y la determinación de perfeccionar sus habilidades en el manejo de las runas.

Desde ese día, James se comprometió a estudiar y practicar las técnicas rúnicas, combinándolas con su habilidad en la forja. Sabía que las runas serían una parte integral de su camino para convertirse en un herrero excepcional.