Capitulo 15.
NARRA AMIR
Salgo de la mansión Mosses con una sonrisa en la cara, Katherine era genial, sin duda me encantaba todo de ella, a pesar de que es una niña tiene algo que me cautiva, me monto en mi auto y ahora si emprendo marcha hacia mi casa en donde deben de estar esperándome mi esposa e hijos, al pensar en Taylor un dolor de cabeza se forma en mi, y no entiendo el porque nuestra relación a cambiado tanto.
No se porque hago esto, Taylor me lo ha dado todo, se ha comportado como una dama, como toda una señora, el problema soy yo, no ella, mi mujer es increíble, una excelente esposa una excelente madre, una excelente persona, pero hay en momentos en donde la monotonía me cansa, en donde la único que quiero es salir de la rutina pero ella no piensa igual y eso es frustrante, no quiere que hagamos cosas distintas y eso solo ocasiona que busque en la calle lo que deseo.
Salgo del auto y entro a la casa encontrándome con mi familia sentada en el sofá, Amid está concentrado en su celular mientras las niñas hablan con mi esposa, Amber corre a abrazarme y la tomo en mis brazos alzándola y dándole besos en su mejilla, mi pequeña princesa.
-¿Cómo esta lo más lindo que tiene papi?- mi muñeca se ríe y luego de saludar a todas mis mujeres me siento con ellas mientras me quito la corbata y me desabrocho un poco la camisa para estar más cómodo.
-Venga papa que mama sí que es una fiera- dice Amid y lo miro sin entender y él se toca el cuello dándome una señal que no entiendo, porque no habla claro y ya?
-No sé que hablas y respeta a tu madre Amid- mi hijo se ríe y me pasa su teléfono el cual tiene puesto la cámara frontal.
Abro los ojos al darme cuenta de mi imprudencia, en mi cuello hay un gran chupón, del cual mi esposa se percata y me lanza dagas con los ojos, era más que obvio que no era de ella, ya que teníamos 3 días que apenas si dormíamos juntos, mierda, la he cagado hasta el fondo, no sé cómo no me di cuenta de que Falak me había hecho esto, seguro lo hizo sin intención, pero mierda, en qué problema me había metido.
-Iré a cambiarme para cenar- es lo único que digo para salir de la sala sin hacer sospechar a mis hijos, ya que lo menos que quería es que ellos supieran lo mal que estaba mi relación con su madre.
Me encierro en el baño mientras me paso las manos más de una vez por la cara, no estaba en mis planes que Taylor se enterara de nada, no quería eso, Ala. La puerta del baño se abre de manera abrupta y entra Taylor llena de cólera me da dos cachetadas que me dejan atontado y luego reparte algunos golpes en mi pecho hasta que reacciono y la paro, tenía que controlarse y no actuar como una loca.
-Eres un maldito cabron- me grita mientras veo como lagrimas caen por sus mejillas, me da tanto pesar, yo no quería que ella se enterara de mis romances de la calle, y mucho menos quería hacerla sufrir.
-Amor te lo puedo explicar- pero que iba a explicar?
-¿Qué me vas a explicar? ¿Qué me montas los cuernos? - está alterada y rezo porque ninguno de nuestros hijos esté en el pasillo escuchando esta conversación.
-No amor, de verdad, yo te amo Taylor, te amo a ti y a nuestra familia…
-¿Quién es la perra?- me pregunta secándose las lagrimas y poniéndose seria, no le diría, no cometería esa estupides.
-No la conoces, ni yo la conozco amor, fue un desliz, ni siquiera me acosté con ella, estaba en un bar con unos inversionistas, y llego esta mujer se sentó en mis piernas y empezó a decir barbaridades, no sé cómo logro chuparme el cuello pero te juro que la aparte Taylor- miento descaradamente y ella niega sin creerme nada, porque mi esposa no es estúpida, ella sabe muy bien que esa historia es una total mentira y yo sabía que me pondría la cuerdita prensada .
-Tienes 2 días para terminar toda guachafita que tengas en la calle Amir Garnet, si no este matrimonio se termina.
Taylor sale del cuarto dejándome solo y con tremendo dolor de cabeza, no sé qué mierdas voy hacer ahora, no quiero terminar lo que tengo con Katherine, pero tampoco quiero perder mi matrimonio por un lado está el hecho de que Taylor no sabe de que se trata de Katherine así que es un punto a mi favor, me quito la ropa y entro a la ducha ya que necesito aclarar mis pensamientos, necesitaba pensar y saber de qué manera actuaría después de hoy ya que no quería que mi mujer se diera cuenta de quién era a la mujer que me tiraba.
2 días, no ella está loca, este matrimonio no se acabara ni en dos días, ni en dos mil años, no, esta familia no se va a destruir por un pequeño capricho de mi esposa, ella no va a venir aquí a tratar de manejarme, yo puedo con esto y saldré bien, seguiré con Katherine y tendré a mi familia contenta, solo tengo que idear un plan en donde Taylor crea que todo sale como ella quiere peor la verdad es que las cosas son y siempre serán a mi maldita manera, era Amir Garnet y ella no iba a venir a decirme que hacer.
Narra Katherine.
Amir me dice que debe de irse antes de que alguien se dé cuenta así que se va al baño con su ropa mientras yo me cubro con las mantas, espero que Taylor se dé cuenta del chupón que lleva su esposo y se entere que ya hay alguien en su vida, que se ponga roja de furia al no saber quién es la mujer que le hace el favorcito.
-Ya me voy- me dice saliendo listo vestido a la perfección y me pongo de rodillas en la cama mientras lo beso y él se deja llevar, rezo porque no se haya dado cuenta del chupón y cuando lo noté ya sea demasiado tarde.
-No me hagas arrepentirme de esto Amir- el acaricia mi mejilla y niega.
-Mi reina.
Besa mis labios para luego salir y dejarme sola pensando cómo podría romper su matrimonio de una manera más rápida, necesito que él sea solo mío, la puerta del cuarto se abre de manera abrupta asustándome, y hay esta Chay con viéndome de arriba a abajo, en sus ojos veo un pizca de decepción como si no pudiera creer que cayera tan bajo.
-¿Qué mierdas hiciste Katherine?- me pregunta casi gritando y me cubro mejor con las sabanas, se sentía incomoda.
-Nada que sea de tu incumbencia, y más te vale que no le vayas con el chisme a mi padre- le advierto porque sabía que ella no se podía guardar nada.
-Maldición niña, no entiendes nada- me grita y luego empieza a mover sus manos dándose aire- no podías abrirle las piernas tan rápido Katherine, una señorita no se comporta de esa manera- es la primera vez que la veo medio interesada en mi o en lo que yo hiciese.
-¿y de qué manera se supone que debo comportarme?- le pregunto alzando una ceja y ella me ve mal, se que me estoy comportando de manera irracional, pero estaba frustrada.
-Yo no te crie de esta manera Katherine, nunca te enseñe estas cosas- se hace la ofendida mientras yo solo ruedo los ojos, hipócrita.
-No claro que no Chay, me enseñaste a como seducir a un hombre, en como verme sensual, atractiva, como resaltar las mejores partes de mi cuerpo, ¿pero en qué mundo vives? No vas a ir por la calle seduciendo a un hombre sin esperar que él quiere meterse entre tus piernas, ahora mejor vete de mi habitación, que ya no quiero hablar contigo- le gritó sin medir consecuencias, si ella decía algo a mi padre la guerra comenzaría y ella no saldría bien parada.
-No me hables en ese maldito tono Katherine Mosses, que soy tu madre- me rio mientras me siento en la cama, había que ponerla en su lugar,
-No eres mi madre Chay, mi madre Falak Mosses se fue, me abandono, pero eso no te convierte en mi maldita madre- grito fuera de mi y ella me ve horrorizada como si no se pudiera creer mi actitud.
Ella sale de la habitación furiosa mientras yo solo trato de respirar con normalidad, no sé como mierda dije todo eso pero la verdad es que lo tenía atorado desde hace mucho, siento como si un peso se me quitará de encima y solo esperaba que ella no le dijera nada de esto a mi padre.