— ¿Qué estás haciendo? — preguntó susan, desde una llamada del celular de Alison — ¿porque aun no sacas a ese idiota? te juro que si pasa algo en la feria, dejaré de ayudarte … en todo. Adiós.
Alison dejó su celular contra su mesa, con fuerza y acallando un gran gruñido que mordió su propia lengua.
— mierda — siseó ella al limpiarse sus labios.
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Con el paso de las horas, la atmósfera en la escuela se volvía tensa entre los estudiantes adinerados y los becados, mientras los conserjes limpiaban el suelo.
«El hombre preocupado es un hombre en busca de solución, pero ustedes son idiotas que solo ven la luz de un foco en vez de abrirlo. Con cariño, yo. El fantasma»
Sin embargo, había una diferencia. Era el celular de Bruno, tenia un segundo mensaje «No te preocupes y no digas que estoy aquí».
En poco tiempo, los siete adolescentes se volvieron a encontrar en la bodega. Solo que no se encontraba Bruno, y Corni se veía más insoportable que de costumbre.
— Bueno — siseo Corni por lo incómodo que se estaba volviendo el lugar.
— no inicies corni — advirtió Theo, un poco cansado — ya sabes lo que pasó. Y por cierto, deben limpiar este lugar no es justo que lo haga solo yo.
— Como sea — soltó la castaña al arreglar su cerquillo y voltear a los demás, hasta que llegó a kayle — ¿Y bien? ¿Tienes respuestas?
La ojiverde que en todo momento estuvo leyendo su pequeño libro, volteo lentamente hacia esos ojos que la veían con indiferencia, como si estuviera esperando algo que merecía.
— Claro — contestó Kayle al acomodarse en su asiento — pero, primero di "por favor".
— Presumida — masculló corni y volteo a theo. Nuevamente, esperando a que diga algo.
— por favor — intervino Talia, tímida y con su cuerpo un poco encorvado — dinos qué sabes
Kayle suspiro agotada por la actitud de sus compañeros. Sin mucho que decir, revolvió hacia atrás su cabellera negra.
— Lo bueno es que hay una alta probabilidad de que sea de la escuela — soltó ella con alegría.
— Oye, ¿como eso es bueno? — preguntó Theo.
«¿En verdad no se dieron cuenta?» se preguntó ella misma. No dudaba en la inteligencia del grupo; de hecho, después del primer problema del fantasma, estudió a cada uno. Ella no quería acercarse mucho a alguien que no conocía.
— El fantasma es alguien que conoce la escuela, puede ser desde un alumno o un profesor. Es una ventaja para saber quien es.
Justo en el momento que lo dijo, vio la incomodidad de los seis, volteando sus miradas y desconfiando en los otros. Podría ser normal entre ellos que nunca habían hablado entre sí, pero kayle sentía una gran presión en el pecho, firmemente creía que todos eran los atacados.
Tenía una gran intuición, y aún así, con tan poca experiencia sobre la vida escolar, no sentía seguridad de hablar. En algún momento inhaló con fuerza y terminó viendo hacia Talia, quien hacía unos segundos se concentraba en ella. Y como siempre desde el día del retiro, bajó la cabeza.
« Que rara » pensó y tomó su mochila.
— ¿Qué? ¿De nuevo te vas? — pregunto corni, más altanera de costumbre.
— Si, no tengo tanto tiempo libre — dijo kayle, con el mismo tono divertido que hizo enojar a Corni.
La castaña se levantó de su asiento empujando un poco su asiento hacia atrás, ya no podía soportar a la "psycho". En realidad, tenía un mal prejuicio sobre ella.
Los demás se mantuvieron distantes ante esa pelea de miradas, hasta que dos golpes en la puerta detuvieron los corazones de todos.
Intercambiaron miradas, asustados hasta que la puerta se abrió. Era Nicolas, con su camisa desordenada y su casaca en mano. Parecía haber corrido una maratón, deteniéndose con cierto miedo al ver la sorpresa de los seis jóvenes ante su presencia.
Theo, por su lado, no parecía igual de interesado. Más bien, estaba enojado con ese adulto que le dio una bodega sin mantenimiento y sucia.
— ¡Esto es su culpa! — grito enojado y señalo a cada uno, hasta que Arthur alzó la mano.
— ¿Es por hablar mal de ti a tus espaldas? Theo empezó — habló el gemelo y señaló al chico.
— Me alegro que piensen tanto en mí — dijo con burla y paso entre ambas chicas, alejando esas miradas de odio y llegando a la mesa — parece que ahora estoy jodido.
— ¿el fantasma te mando algo? — pregunto talia.
— Me dio una amenaza — soltó y sacó su celular — dijo, "una vez dentro no podrás salir" y yo respondí, "creeme, cada vez que salgo me piden volver a entrar" — leyó y regresó a los demás, asqueados — después me bloqueó.
— No venimos a escuchar tus malos tiempos románticos, Nicolas — dijo Theo al exhalar — antes Aidan parecía sospechoso y justo después, el fantasma le dio la razón. ¿Creen que nos está escuchando?
Fue una pregunta al aire, que duró poco en responder.
— Seguro que puso algún virus a nuestros celulares — soltó Arthur— ¿no es sencillo meter virus a teléfonos o computadoras por correos?
— pero no abrimos ninguno — se quejó Andrew.
— También puede haber puesto algún aparato — dijo Talia.
— Oh como una máquina espía — soltó Theo, en un tono emocionado.
Intentaban buscar una respuesta, pero al lado de la bodega, Kayle leía los dos mensajes del celular de Nicolas, una pequeña conversación sin sentido. Pero para esa joven que se mantenía en el primer puesto del colegio, tenía otro significado.
"Logró hablar con el fantasma", pensó rápido, y alzó su mirada. Talia la veía. ¿Acaso la estaba vigilando? Kayle no lo sabía, pero creía que era una persona rara.
— Escuchen — aviso la pelinegra al dar un paso adelante al grupo — Es solo una corazonada, pero, ¿Y si podemos tener una conversación con el fantasma?
Los ojos de Theo se detuvieron. No sabía de dónde había sacado aquella pregunta. Trató de entenderla, pero si seguía callado, nunca obtendría algo. En algún momento, volteó hacia Nicolas, hacia su sonrisa orgullosa. Como si él hubiera ayudado a la chica a llegar a una conclusión.
« Debo ver detective conan » se hizo un recordatorio.
— Intentalo con tu celular — ordenó Corni.
— De hecho, tengo otra idea — aviso kayle — hay que llevarlo a un lugar, así sabremos quien es.
— ¿Crees que iría a un lugar solo porque se lo pides? — preguntó Theo.
— No — dijo al reír — pero sí avisamos que iremos, intentara atacar. Por eso, la fiesta luces en barranco será la mejor opción.
— ¡AH! no — detuvo Corni y dio un paso a ella con un dedo sobre ella, al punto de golpear su pecho — no vas a arruinar MI noche.
Enojada, refunfuñaba. Realmente quería verse superior a esa chica que no veía más que como una "becada con suerte".
Y entonces, sus ojos se detuvieron frente a la serena mirada de desprecio de kayle, aquellos ojos verdes que sus amigos describen como seductores, se volvieron amenazantes al alzar su mentón con una sonrisa ladina.
Su cuerpo se estremeció y retrocedió unos pasos. Fue un cambio muy repentino, que hizo callar al resto y hacer suspirar a Talia.
— Si quieres decirme algo lo puedes hacer, lleguemos a un acuerdo. Pero no me vuelvas a tocar — mencionó, esta vez con una linda sonrisa y un agrio tono.
Al fin habían visto a la verdadera "psycho". Kayle emanaba una mezcla de intimidación y encanto que dejó a todos en la habitación en silencio.
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Las horas pasaron, los gemelos se encontraban en su casa en una clase de música clásica muy concentrados, sin saber que su madre, Gabriella caminaba frente a sus retratos con la melódica tonada del piano "Come raggio di sol". Muy orgullosa de ambos, camino a una pequeña vitrina de la puerta.
Andrew se dio cuenta rápido, sentado al otro lado del piano oculto una radio con su voz grabada para seguir jugando con su celular.
Mientras tanto, Gabriela entró a su habitación acariciando su cabello por unos segundos y como si fuera una joven enamoradiza, arregló su cabello hasta que el sonido de su celular llamó su atención, sonrió de forma inexplicable y respondió.
— Hola — dijo ella en espera de una respuesta que duró sólo segundos — de acuerdo, a las siete entonces.
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kayle: ¿En verdad creen que han visto a la verdadera "psycho"? No han visto ni el 10% de mi poder.
Nicolas: En verdad esperaba que no salieras en esta sección de la serie.